Una de las doctrinas catolicas con la que estoi en total desacuerdo es la total y extraña prohibicion que tienen los sacerdotes catolicos para unirse en santo matrimonio, si asi lo desean, si llegan a enamorarse de una mujer.
Y digo que veo extraña tal prohibicion porque, las mismas Sagradas Escrituras aconsejan el matrimonio entre los servidores mas directos del Señor. Y el consejo no es baladi puesto que, biblicamente, se da para evitar malsanas tentaciones y para que el diablo no ponga trampas y señuelos libidinosos a aquellas personas que han optado por estar al servicio del Señor las 24 horas del dia y todos los años que Dios conceda de vida a tales personas.
Tambien me gustaria saber, si es que algun forer@ tiene la informacion, de donde se han sacado esta temible prohibicion los lideres de la iglesia catolica romana. Y digo temible porque, ademas de desobedecer a las Sagradas Escrituras, es una prohibicion contra natura. Al menos esta es la conclusion a la cual he llegado despues de estudiar las Sagradas Escrituras y, por cierto, tambien un poquito de biologia humana.
Tambien he de decir que no quiero, ni deseo, ahondar demasiado sobre las muy tristes e indeseables consecuencias que, a lo largo de los siglos, y hasta hoy mismo, ha traido esta, para mi, aberrante prohibicion.
Y digo que veo extraña tal prohibicion porque, las mismas Sagradas Escrituras aconsejan el matrimonio entre los servidores mas directos del Señor. Y el consejo no es baladi puesto que, biblicamente, se da para evitar malsanas tentaciones y para que el diablo no ponga trampas y señuelos libidinosos a aquellas personas que han optado por estar al servicio del Señor las 24 horas del dia y todos los años que Dios conceda de vida a tales personas.
Tambien me gustaria saber, si es que algun forer@ tiene la informacion, de donde se han sacado esta temible prohibicion los lideres de la iglesia catolica romana. Y digo temible porque, ademas de desobedecer a las Sagradas Escrituras, es una prohibicion contra natura. Al menos esta es la conclusion a la cual he llegado despues de estudiar las Sagradas Escrituras y, por cierto, tambien un poquito de biologia humana.
Tambien he de decir que no quiero, ni deseo, ahondar demasiado sobre las muy tristes e indeseables consecuencias que, a lo largo de los siglos, y hasta hoy mismo, ha traido esta, para mi, aberrante prohibicion.