"LOS MITOS DE LA TRADICIÓN CATÓLICA"

Daud

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14 Septiembre 2006
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Son muchas las prerrogativas que Roma reclama para si. Nunca las ha reducido en lo más mínimo, al contrario han ido aumentando a través de los siglos. El papa dice que es el vicario de Cristo en la tierra a través de una larga sucesión de papas que, según se dice, comenzó con el apóstol Pedro. La iglesia de la que el papa es cabeza visible debe ser reconocida como la
verdadera iglesia católica, de alcance universal, y todas las demás iglesias son cismáticas y en estado de rebelión contra la legítima autoridad. Reclama para si la infalibilidad en asuntos de doctrina y costumbres, lo cual debe ser creído bajo pena de perdición. Solamente ella tiene el derecho de decidir el significado y la interpretación de las santas Escrituras. Sólo en ella hay
salvación. Tiene autoridad temporal y espiritual en todo el mundo, y por disposición divina le están sujetos todos los gobiernos tanto civiles como militares. El hecho de que no haya podido poner en práctica esta autoridad, no la invalida en cuanto a ella se refiere.

¿En qué autoridad basa los estupendos poderes que para sí reclama?

Apela en primer lugar a la Sagrada Escritura, pues reconoce su divina inspiración y, por consiguiente, su divina autoridad.

En segundo lugar apela a la tradición y a los pronunciamientos de los diversos papas y concilios de la iglesia.

Consideremos su apelación a la Tradición y los concilios de la iglesia, pues es el tema que nos ocupa.

Gran número de las doctrinas católico-romanas no tienen apoyo alguno bíblico, pues están fuera del alcance de la revelación divina, y para éstas han buscado otra fuente de autoridad que llaman la "tradición" y los "decretos de los concilios de la iglesia". Roma sostiene que existe un cuerpo de enseñanzas orales, trasmitidas de nuestro Señor y los apóstoles de generación en
generación, además de la Palabra de Dios escrita en el Nuevo Testamento.

El Concilio de Trento declara lo siguiente:

"Este Concilio, teniendo en cuenta que esta verdad y disciplina están contenidas tanto en los libros escritos como en las tradiciones no escritas, que han llegado hasta nosotros como recibidas por los apóstoles de los labios del mismo Cristo o trasmitidas por los mismos apóstoles bajo la dirección del Espíritu Santo, siguiendo el ejemplo de los padres ortodoxos, acepta y reverencia con la misma piedad y veneración todos los libros tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento, pues Dios es el autor de ambos, y asimismo las susodichas tradiciones en lo que se relaciona con la fe y las costumbres, ya procedan del mismo Cristo o sean dictadas por el Espíritu Santo, y preservadas en la iglesia católica en sucesión continua."

Además, después de poner la lista de los libros del Antiguo y Nuevo Testamento, en la que aparecen los libros apócrifos, concluye diciendo:

"Cualquiera que no acepte como canónicos todos estos libros y cada una de sus partes, conforme son leídos comúnmente en la Iglesia Católica y están contenidos en la antigua versión Vulgata latina, o desprecie a sabiendas y deliberadamente las mencionadas tradiciones, sea anatema".

A continuación ponemos juntas las dos fuentes de autoridad romana:

1).- El Antiguo y el Nuevo Testamento de la Vulgata, incluyendo los apócrifos, todos ellos en lengua latina.

2).- Un cuerpo de tradición oral, que se supone ha sido trasmitido de generación en generación en una sucesión ininterrumpida, ya sea directamente del mismo Señor o de los apóstoles iluminados por el Espíritu Santo.

A Roma se le ha instado a declarar en qué consiste ese cuerpo de tradición y qué es lo que contiene aparte de lo que el papado ha hecho público ya, pero nunca lo ha dado a conocer. Es lógico concluir que prefiere conservar en secreto su contenido para poder así recurrir más y más a este depósito oculto, según lo requieran las circunstancias. Esto le trae a uno a la memoria al prestidigitador que saca del sombrero los conejos uno tras otro.

Esto no representa todo el cuadro, sin embargo, ya que se cuenta con los concilios de la Iglesia como otra fuente de autoridad. Todos los sacerdotes deben suscribir, al tiempo de su ordenación, el Credo del Papa Pío IV, que declara:

"También profeso y recibo sin ningún género de duda todo lo que ha sido enseñado, definido y declarado por los cánones sagrados y los concilios generales, y en particular por el santo Concilio de Trento."

Tenemos, por fin, delante de nosotros todo el fundamento de la autoridad papal, que se ha ido ensanchando más y más en el decurso de los siglos, hasta llegar a ser, según parece, suficientemente amplio para poder sostener toda su pesada estructura.

Debemos observar desde el principio en relación con la tradición que la iglesia romana no posee en realidad mayor información acerca de la mente de Cristo y sus apóstoles que la que poseemos todos los demás cristianos. No existe tampoco evidencia alguna de que se hayan dejado a la iglesia otras tradiciones fuera de las verdades contenidas en el Antiguo y Nuevo Testamentos. La iglesia romana aduce ciertamente algunos pasajes como pruebas.

"así que, hermanos, estad firmes y retened la doctrina que habéis
aprendido, sea por palabra, o por carta nuestra" (2 Tes. 2:15).
"Empero os denunciamos, hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que os apartéis de todo hermano que anduviere fuera de orden, y no conforme a la doctrina que recibieron de nosotros" (2 Tes. 3:6) .
"Y os alabo, hermanos, que en todo os acordáis de mi, y retenéis las instrucciones mías, de la manera que os enseñé" (1 Cor. 11:2).

Aquí encontramos tres referencias a las "tradiciones," pero estas tres cartas fueron escritas mucho antes de que se formara el canon del Nuevo Testamento, antes de que la primitiva enseñanza oral se pusiera en escrito para formar el Nuevo Testamento. Las epístolas en referencia fueron escritas para confirmar la enseñanza oral que ya se había impartido; pero no fue algo, como sugiere Roma, dado para suplementar las Escrituras ya escritas y en uso, para completar así el cuerpo de la verdad revelada.

Es cierto que la iglesia de Roma niega que haya añadido doctrina alguna a la revelación original, diciendo que lo que ella ha hecho ha sido sacar del tesoro de la tradición apostólica y desarrollarlo bajo la dirección del Espíritu Santo, lo cual es evidentemente falso, porque muchas de las doctrinas llamadas "tradición apostólica" están en abierto conflicto con las verdades
reveladas por Dios en la Palabra escrita, y Dios es "el Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación" (Santiago 1:17)

¿Qué necesidad tenemos de añadir la tradición oral si las Santas Escrituras no sólo pueden hacernos sabios para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús (2 Tim. 2:15), sino que pueden hacernos también perfectos, enteramente instruidos para toda buena obra?

Roma culpa a los protestantes de corromper y pervertir la Palabra, y es
ella la culpable de este vil pecado.

El extracto siguiente está tomado de un libro titulado "The Question Box" (Buzón de Preguntas), escrito por Bernard Conway de los Padres Paulistas, con la autorización del Superior General de la Orden, el "Censor Librorum" y con el imprimatur del Cardenal Hayes, arzobispo católico-romano de Nueva York en 1929. En la página del título se dice que han sido impresos
más de tres millones de ejemplares.

La pregunta es como sigue: "¿No es la Biblia la única fuente de nuestra fe, el único medio por el que han llegado hasta nosotros las enseñanzas de Cristo?"

Respuesta:

"No. La Biblia no es la única fuente de fe como afirmó Lutero en el siglo dieciséis, porque sin la interpretación de un apostolado de enseñanza divina e infalible distinto de la Biblia, no hubiéramos podido saber con certeza divina qué libros constituían las Escrituras inspiradas, o si los ejemplares que hoy poseemos están conformes con los originales. La Biblia de por sí no es más que letra muerta, que clama por un intérprete divino; no está dispuesta en una forma sistemática como un credo o un catecismo; con frecuencia es oscura y difícil de ser entendida como dice San Pedro hablando de las epístolas de Pablo (2 Pedro 3:16). Compárese con Hechos
8:30, 31); se presta a falsas interpretaciones. Además un número de verdades reveladas han llegado hasta nosotros solamente por tradición divina."

Aquí Roma se pone de manifiesto, pues se arroga a sí misma el título de "apostolado de enseñanza divina e infalible, distinta de la Biblia." Frente a lo que ella dice de que "la Biblia de por sí es letra muerta," coloquemos el pasaje de Hebreos 4:12:

"Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más penetrante que toda espada de dos filos: y que alcanza hasta partir el alma, y aun el espíritu, y las coyunturas y tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón."

¿De qué lado nos colocamos?
 
Re: "LOS MITOS DE LA TRADICIÓN CATÓLICA"

Una contradicción:

Gran número de las doctrinas católico-romanas no tienen apoyo alguno bíblico, pues están fuera del alcance de la revelación divina, y para éstas han buscado otra fuente de autoridad que llaman la "tradición" y los "decretos de los concilios de la iglesia".

A Roma se le ha instado a declarar en qué consiste ese cuerpo de tradición y qué es lo que contiene aparte de lo que el papado ha hecho público ya, pero nunca lo ha dado a conocer.

Si conoces las supuestas doctrinas erróneas que provienen de la "Tradición" ¿como es que hace falta que te expliquen en que consiste la "Tradición" si ya sabes cual es y hasta las juzgas?

Ganas de Protestar no más, no en balde eres "Protestante"
 
Re: "LOS MITOS DE LA TRADICIÓN CATÓLICA"

Una contradicción:





Si conoces las supuestas doctrinas erróneas que provienen de la "Tradición" ¿como es que hace falta que te expliquen en que consiste la "Tradición" si ya sabes cual es y hasta las juzgas?

En ningún momento he dicho que conozco TODAS las doctrinas erróneas de la "Tradición", puesto que como tú mismo has citado la iglesia católica-romana no ha hecho público el contenido completo de la "Tradición", y sólo puedo juzgar lo que la iglesia católica romana ha querido revelar, y que no tiene apoyo bíblico alguno.
 
Re: "LOS MITOS DE LA TRADICIÓN CATÓLICA"

Son muchas las prerrogativas que Roma reclama para si. Nunca las ha reducido en lo más mínimo, al contrario han ido aumentando a través de los siglos. El papa dice que es el vicario de Cristo en la tierra a través de una larga sucesión de papas que, según se dice, comenzó con el apóstol Pedro. La iglesia de la que el papa es cabeza visible debe ser reconocida como la
verdadera iglesia católica, de alcance universal, y todas las demás iglesias son cismáticas y en estado de rebelión contra la legítima autoridad. Reclama para si la infalibilidad en asuntos de doctrina y costumbres, lo cual debe ser creído bajo pena de perdición. Solamente ella tiene el derecho de decidir el significado y la interpretación de las santas Escrituras. Sólo en ella hay
salvación. Tiene autoridad temporal y espiritual en todo el mundo, y por disposición divina le están sujetos todos los gobiernos tanto civiles como militares. El hecho de que no haya podido poner en práctica esta autoridad, no la invalida en cuanto a ella se refiere.

¿En qué autoridad basa los estupendos poderes que para sí reclama?

Apela en primer lugar a la Sagrada Escritura, pues reconoce su divina inspiración y, por consiguiente, su divina autoridad.

En segundo lugar apela a la tradición y a los pronunciamientos de los diversos papas y concilios de la iglesia.

Consideremos su apelación a la Tradición y los concilios de la iglesia, pues es el tema que nos ocupa.

Gran número de las doctrinas católico-romanas no tienen apoyo alguno bíblico, pues están fuera del alcance de la revelación divina, y para éstas han buscado otra fuente de autoridad que llaman la "tradición" y los "decretos de los concilios de la iglesia". Roma sostiene que existe un cuerpo de enseñanzas orales, trasmitidas de nuestro Señor y los apóstoles de generación en
generación, además de la Palabra de Dios escrita en el Nuevo Testamento.

El Concilio de Trento declara lo siguiente:

"Este Concilio, teniendo en cuenta que esta verdad y disciplina están contenidas tanto en los libros escritos como en las tradiciones no escritas, que han llegado hasta nosotros como recibidas por los apóstoles de los labios del mismo Cristo o trasmitidas por los mismos apóstoles bajo la dirección del Espíritu Santo, siguiendo el ejemplo de los padres ortodoxos, acepta y reverencia con la misma piedad y veneración todos los libros tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento, pues Dios es el autor de ambos, y asimismo las susodichas tradiciones en lo que se relaciona con la fe y las costumbres, ya procedan del mismo Cristo o sean dictadas por el Espíritu Santo, y preservadas en la iglesia católica en sucesión continua."

Además, después de poner la lista de los libros del Antiguo y Nuevo Testamento, en la que aparecen los libros apócrifos, concluye diciendo:

"Cualquiera que no acepte como canónicos todos estos libros y cada una de sus partes, conforme son leídos comúnmente en la Iglesia Católica y están contenidos en la antigua versión Vulgata latina, o desprecie a sabiendas y deliberadamente las mencionadas tradiciones, sea anatema".

A continuación ponemos juntas las dos fuentes de autoridad romana:

1).- El Antiguo y el Nuevo Testamento de la Vulgata, incluyendo los apócrifos, todos ellos en lengua latina.

2).- Un cuerpo de tradición oral, que se supone ha sido trasmitido de generación en generación en una sucesión ininterrumpida, ya sea directamente del mismo Señor o de los apóstoles iluminados por el Espíritu Santo.

A Roma se le ha instado a declarar en qué consiste ese cuerpo de tradición y qué es lo que contiene aparte de lo que el papado ha hecho público ya, pero nunca lo ha dado a conocer. Es lógico concluir que prefiere conservar en secreto su contenido para poder así recurrir más y más a este depósito oculto, según lo requieran las circunstancias. Esto le trae a uno a la memoria al prestidigitador que saca del sombrero los conejos uno tras otro.

Esto no representa todo el cuadro, sin embargo, ya que se cuenta con los concilios de la Iglesia como otra fuente de autoridad. Todos los sacerdotes deben suscribir, al tiempo de su ordenación, el Credo del Papa Pío IV, que declara:

"También profeso y recibo sin ningún género de duda todo lo que ha sido enseñado, definido y declarado por los cánones sagrados y los concilios generales, y en particular por el santo Concilio de Trento."

Tenemos, por fin, delante de nosotros todo el fundamento de la autoridad papal, que se ha ido ensanchando más y más en el decurso de los siglos, hasta llegar a ser, según parece, suficientemente amplio para poder sostener toda su pesada estructura.

Debemos observar desde el principio en relación con la tradición que la iglesia romana no posee en realidad mayor información acerca de la mente de Cristo y sus apóstoles que la que poseemos todos los demás cristianos. No existe tampoco evidencia alguna de que se hayan dejado a la iglesia otras tradiciones fuera de las verdades contenidas en el Antiguo y Nuevo Testamentos. La iglesia romana aduce ciertamente algunos pasajes como pruebas.

"así que, hermanos, estad firmes y retened la doctrina que habéis
aprendido, sea por palabra, o por carta nuestra" (2 Tes. 2:15).
"Empero os denunciamos, hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que os apartéis de todo hermano que anduviere fuera de orden, y no conforme a la doctrina que recibieron de nosotros" (2 Tes. 3:6) .
"Y os alabo, hermanos, que en todo os acordáis de mi, y retenéis las instrucciones mías, de la manera que os enseñé" (1 Cor. 11:2).

Aquí encontramos tres referencias a las "tradiciones," pero estas tres cartas fueron escritas mucho antes de que se formara el canon del Nuevo Testamento, antes de que la primitiva enseñanza oral se pusiera en escrito para formar el Nuevo Testamento. Las epístolas en referencia fueron escritas para confirmar la enseñanza oral que ya se había impartido; pero no fue algo, como sugiere Roma, dado para suplementar las Escrituras ya escritas y en uso, para completar así el cuerpo de la verdad revelada.

Es cierto que la iglesia de Roma niega que haya añadido doctrina alguna a la revelación original, diciendo que lo que ella ha hecho ha sido sacar del tesoro de la tradición apostólica y desarrollarlo bajo la dirección del Espíritu Santo, lo cual es evidentemente falso, porque muchas de las doctrinas llamadas "tradición apostólica" están en abierto conflicto con las verdades
reveladas por Dios en la Palabra escrita, y Dios es "el Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación" (Santiago 1:17)

¿Qué necesidad tenemos de añadir la tradición oral si las Santas Escrituras no sólo pueden hacernos sabios para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús (2 Tim. 2:15), sino que pueden hacernos también perfectos, enteramente instruidos para toda buena obra?

Roma culpa a los protestantes de corromper y pervertir la Palabra, y es
ella la culpable de este vil pecado.

El extracto siguiente está tomado de un libro titulado "The Question Box" (Buzón de Preguntas), escrito por Bernard Conway de los Padres Paulistas, con la autorización del Superior General de la Orden, el "Censor Librorum" y con el imprimatur del Cardenal Hayes, arzobispo católico-romano de Nueva York en 1929. En la página del título se dice que han sido impresos
más de tres millones de ejemplares.

La pregunta es como sigue: "¿No es la Biblia la única fuente de nuestra fe, el único medio por el que han llegado hasta nosotros las enseñanzas de Cristo?"

Respuesta:

"No. La Biblia no es la única fuente de fe como afirmó Lutero en el siglo dieciséis, porque sin la interpretación de un apostolado de enseñanza divina e infalible distinto de la Biblia, no hubiéramos podido saber con certeza divina qué libros constituían las Escrituras inspiradas, o si los ejemplares que hoy poseemos están conformes con los originales. La Biblia de por sí no es más que letra muerta, que clama por un intérprete divino; no está dispuesta en una forma sistemática como un credo o un catecismo; con frecuencia es oscura y difícil de ser entendida como dice San Pedro hablando de las epístolas de Pablo (2 Pedro 3:16). Compárese con Hechos
8:30, 31); se presta a falsas interpretaciones. Además un número de verdades reveladas han llegado hasta nosotros solamente por tradición divina."

Aquí Roma se pone de manifiesto, pues se arroga a sí misma el título de "apostolado de enseñanza divina e infalible, distinta de la Biblia." Frente a lo que ella dice de que "la Biblia de por sí es letra muerta," coloquemos el pasaje de Hebreos 4:12:

"Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más penetrante que toda espada de dos filos: y que alcanza hasta partir el alma, y aun el espíritu, y las coyunturas y tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón."

¿De qué lado nos colocamos?

¿Eres evanglical, hermano?

Justo Rodríguez
Creo en la Iglesia:Una, Santa, Católica y Apostólica.
 
Re: "LOS MITOS DE LA TRADICIÓN CATÓLICA"

En ningún momento he dicho que conozco TODAS las doctrinas erróneas de la "Tradición", puesto que como tú mismo has citado la iglesia católica-romana no ha hecho público el contenido completo de la "Tradición", y sólo puedo juzgar lo que la iglesia católica romana ha querido revelar, y que no tiene apoyo bíblico alguno.

De hecho si existe una listado de la Tradicion Apostolica, el Catecismo. Ahi se lee resumidamente la Tradicion Apostolica.
 
Re: "LOS MITOS DE LA TRADICIÓN CATÓLICA"

En ningún momento he dicho que conozco TODAS las doctrinas erróneas de la "Tradición", puesto que como tú mismo has citado la iglesia católica-romana no ha hecho público el contenido completo de la "Tradición", y sólo puedo juzgar lo que la iglesia católica romana ha querido revelar, y que no tiene apoyo bíblico alguno.

Deud.

Saludos cordiales.

En la revista Quo, recuerdo haber leido;
¿Quien fue Cristo? Si no, mas que una
invención de algunos para crearse su enorme fuente de riqueza, invención que creó la más grande empresa comercial, La Iglesia Católica.

Quien para el año 370, diseñó la hoy llamada biblia, convirtiendose en el libro mas impreso en la historia humana.

Si la Sagrada Biblia, para historiadores científicos fue compendida por autoridades católicas y es que así fue, tan así, que para Israel, nuestra biblia aparte de falsa, no guarda la voluntad del Padre.

Entonces, sin sentido crees, que la biblia que es diseño Catolico, contradice, las tradiciones, que dieron pie a lo escrito. Porque todo lo escrito fue de boca en boca hasta que un dia alguien se puso a escribir.

La Iglesia Catolica, diseño la biblia, para dar sustento a sus ritos tradicionales que le dieron origen y no para contradecirlos.

Y eso sin tomar en cuenta que su fundador, fue el primero en hacer cosas que no venian en la antigua escritura judia del Tanaj.

Si Jesús Nuestro Señor, hombre sobre todo hombre, comenzó con ritos que se pueden considerar anti-pentateucas.

Como por ejemplo el bautizo, no estaba permitido por la ley de Dios, entonces el primero en hacer cosas que no venian en la escritura, fue nuestro Señor.

abeja maestro.
 
Re: "LOS MITOS DE LA TRADICIÓN CATÓLICA"

Deud.

En la revista Quo, recuerdo haber leido;
¿Quien fue Cristo? Si no, mas que una
invención de algunos para crearse su enorme fuente de riqueza, invención que creó la más grande empresa comercial, La Iglesia Católica.

Quien para el año 370, diseñó la hoy llamada biblia, convirtiendose en el libro mas impreso en la historia humana.

Si la Sagrada Biblia, para historiadores científicos fue compendida por autoridades católicas y es que así fue, tan así, que para Israel, nuestra biblia aparte de falsa, no guarda la voluntad del Padre.

Entonces, sin sentido crees, que la biblia que es diseño Catolico, contradice, las tradiciones, que dieron pie a lo escrito. Porque todo lo escrito fue de boca en boca hasta que un dia alguien se puso a escribir.

La Iglesia Catolica, diseño la biblia, para dar sustento a sus ritos tradicionales que le dieron origen y no para contradecirlos.

abeja maestro.

"Nosotros no podríamos saber con certeza divina qué libros constituyen las Escrituras inspiradas, o si los ejemplares que poseemos convienen con los originales si no tuviéramos la interpretación de una enseñanza apostólica, divina e infalible, distinta de la misma Biblia." Buzón de Preguntas, pág. 76 (La Prensa Paulista, Nueva York).

Inútil es decir que Roma afirma que ella posee "la enseñanza apostólica, divina e infalible," que puede enseñar con "certeza divina, qué libros constituyen las Escrituras inspiradas." No se la puede tachar de excesivamente modesta.

El hecho de que ella da a la tradición de la iglesia la misma autoridad que a la Palabra de Dios escrita hace que no se pueda confiar en su autoridad para enseñar, mucho menos tenerla como infalible, y su aceptación de los libros apócrifos como parte de las Escrituras canónicas aumenta la falta de confianza en ella como guía.

Las Escrituras hebreas fueron traducidas al griego en Alejandría, entre los años 285 y 247 A. C., para que fueran usadas en el mundo de habla griega, y fueron agregados a ellas un número de libros apócrifos, escritos después de haber sido completado el canon del Antiguo Testamento. Los judíos de Palestina se negaron a reconocer estos libros como parte de las Escrituras. Tanto las Escrituras hebreas como las griegas de los Setenta estaban en uso corriente en tiempo de nuestro Señor y sus apóstoles. El y sus discípulos en sus escritos citaron las Escrituras del Antiguo Testamento unas trescientas cincuenta veces. De estas citas unas trescientas fueron tomadas de la versión de los Setenta, pero ni una sola vez citaron de los libros apócrifos. Es
cierto que este argumento es meramente negativo, pero es demasiado significativo para ser pasado por alto, y él solo tiene más peso contra la autoridad divina de los apócrifos que todos los pronunciamientos positivos en contrario hechos por papas y concilios falibles en tiempos en que se había extendido y ahondado la corrupción de las costumbres y de la doctrina.

Cuando Jerónimo tradujo la Biblia al latín en los años 382-404, no tradujo los libros apócrifos, y se negó a reconocer su canonicidad juntamente con algunos de sus contemporáneos y otros que les siguieron. La traducción de estos libros al latín fue hecha por otros, y Jerónimo no tiene responsabilidad alguna por su inclusión en la versión Vulgata de la Biblia.
 
Re: "LOS MITOS DE LA TRADICIÓN CATÓLICA"

Deberían sentirse aterrados de considerar 100% palabra de Dios un libro de autoría católica como la Biblia.

Si fuimos tan confiables como para legarles la palabra de Dios a ustedes cuando aparecieron en la historia, ¿como es que no nos merecemos ninguna credibilidad y todo lo que hacemos está mal?
 
Re: "LOS MITOS DE LA TRADICIÓN CATÓLICA"

Si fuimos tan confiables como para legarles la palabra de Dios a ustedes cuando aparecieron en la historia, ¿como es que no nos merecemos ninguna credibilidad y todo lo que hacemos está mal?

¿Cuándo ha sido confiable la iglesia católica-romana, siendo ella "la madre de las fornicaciones y abominaciones de la tierra" (Apocalipsis 7:5), "embriagada de la sangre de los santos, y de la sangre de los mártires de Jesús" (vers. 6), "habitación de demonios, y guarida de todo espíritu inmundo, y albergue de toda ave sucia y aborrecible" (Apocalipsis 18:2), "con la cual han fornicado los reyes de la tierra, y los que moran en la tierra se han embriagado con el vino de su fornicación" (Apocalipsis 17:2), "hablando palabras contra el Altísimo, quebrantando a los santos del Altísimo, pensando mudar los tiempos y la ley" (Daniel 7:25), reclamando para sí la infalibilidad en asuntos de doctrina y costumbres, lo cual debe ser creído bajo pena de perdición, arrogándose el derecho de decidir el significado y la interpretación de las Escrituras?

¿Te parece poco, o te la sigo describiendo?
 
Re: "LOS MITOS DE LA TRADICIÓN CATÓLICA"

¿Cuándo ha sido confiable la iglesia católica-romana, siendo ella "la madre de las fornicaciones y abominaciones de la tierra" (Apocalipsis 7:5), "embriagada de la sangre de los santos, y de la sangre de los mártires de Jesús" (vers. 6), "habitación de demonios, y guarida de todo espíritu inmundo, y albergue de toda ave sucia y aborrecible" (Apocalipsis 18:2), "con la cual han fornicado los reyes de la tierra, y los que moran en la tierra se han embriagado con el vino de su fornicación" (Apocalipsis 17:2), "hablando palabras contra el Altísimo, quebrantando a los santos del Altísimo, pensando mudar los tiempos y la ley" (Daniel 7:25), reclamando para sí la infalibilidad en asuntos de doctrina y costumbres, lo cual debe ser creído bajo pena de perdición, arrogándose el derecho de decidir el significado y la interpretación de las Escrituras?

¿Te parece poco, o te la sigo describiendo?

Desde siempre ha sido confiable de la Iglesia Catolica, desde el momento en que JAMAS ha sido NI SERA lo que tu afirmas. ¿O que? ¿Acaso la Biblia que la Iglesia Catolica formulo y canonizo es tambien resultado de ser la "gran Babilonia"?
 
Re: "LOS MITOS DE LA TRADICIÓN CATÓLICA"

Desde siempre ha sido confiable de la Iglesia Catolica, desde el momento en que JAMAS ha sido NI SERA lo que tu afirmas. ¿O que? ¿Acaso la Biblia que la Iglesia Catolica formulo y canonizo es tambien resultado de ser la "gran Babilonia"?

La Biblia católico-romana es la Vulgata, que fue traducida al latín por Jerónimo: el Antiguo Testamento, excepto los Salmos, traducido del hebreo, y el Nuevo Testamento del griego. Al finalizar el siglo quince era muy escaso el conocimiento del hebreo y del griego, y donde se leía la Biblia se usaba generalmente la Vulgata, pero algunos miembros del Concilio de Trento, que sabían que la traducción de Jerónimo no era perfecta, quisieron hacer una nueva traducción. El trabajo que esto encerraba era grande y, además, los reformadores protestantes se apoyaban en los textos originales griego y hebreo, de modo que el Concilio acordó por mayoría reconocer un solo texto como su corte de apelación, y este acuerdo recayó sobre la traducción de
Jerónimo, que era la comúnmente usada y llevaba ya mil años de existencia. Fue así como llegaron a basarse en la Vulgata latina todas las predicaciones, razonamientos y enseñanzas romanas, así como las notas escritas. La iglesia de Roma no puede alegar autoridad alguna para dejar a un lado los originales griego y hebreo y sustituirlos por la traducción latina como la norma de apelación. Si se establece como norma una sola traducción, es menester reconocer que el traductor debió tener el mismo grado de inspiración divina que los escritores originales. Sin embargo, los mismos romanistas admiten que la Vulgata no es perfecta.

La versión Vulgata de la Biblia incluye también los libros apócrifos, que no fueron traducidos del hebreo sino del griego de los Setenta. Jerónimo, en su lista de los libros canónicos del Antiguo Testamento, no incluye los libros apócrifos, cuya inspiración divina él rechazó. No fue él el responsable de su traducción al latín, y sin embargo fueron incluidos como parte integrante de la versión de la Vulgata. Los apócrifos, en Tobías 12:9 y 2 Macabeos 12:46,
favorecen las dos doctrinas romanas de la salvación por las obras y las oraciones por los difuntos, ninguna de las cuales se encuentra en las Escrituras canónicas. Esta puede ser la razón para que Roma incluya los apócrifos en la versión romana.

¿Esto no es resultado de ser la iglesia católico-romana la "gran Babilonia"?
 
Re: "LOS MITOS DE LA TRADICIÓN CATÓLICA"

Como diría Francois Marie Arouet, más conocido como Voltaire, el famoso enciclopedista francés, "ni es Una, ni Santa, ni Católica, ni Apostólica."

Es que a Voltaire le falto hacerse católico para comprenderlo.

Justo Rodríguez
Creo en la Iglesia: Una, SAnta, Católica y Apostólica,
 
Re: "LOS MITOS DE LA TRADICIÓN CATÓLICA"

La Biblia católico-romana es la Vulgata, que fue traducida al latín por Jerónimo: el Antiguo Testamento, excepto los Salmos, traducido del hebreo, y el Nuevo Testamento del griego. Al finalizar el siglo quince era muy escaso el conocimiento del hebreo y del griego, y donde se leía la Biblia se usaba generalmente la Vulgata, pero algunos miembros del Concilio de Trento, que sabían que la traducción de Jerónimo no era perfecta, quisieron hacer una nueva traducción. El trabajo que esto encerraba era grande y, además, los reformadores protestantes se apoyaban en los textos originales griego y hebreo, de modo que el Concilio acordó por mayoría reconocer un solo texto como su corte de apelación, y este acuerdo recayó sobre la traducción de
Jerónimo, que era la comúnmente usada y llevaba ya mil años de existencia. Fue así como llegaron a basarse en la Vulgata latina todas las predicaciones, razonamientos y enseñanzas romanas, así como las notas escritas. La iglesia de Roma no puede alegar autoridad alguna para dejar a un lado los originales griego y hebreo y sustituirlos por la traducción latina como la norma de apelación. Si se establece como norma una sola traducción, es menester reconocer que el traductor debió tener el mismo grado de inspiración divina que los escritores originales. Sin embargo, los mismos romanistas admiten que la Vulgata no es perfecta.

La versión Vulgata de la Biblia incluye también los libros apócrifos, que no fueron traducidos del hebreo sino del griego de los Setenta. Jerónimo, en su lista de los libros canónicos del Antiguo Testamento, no incluye los libros apócrifos, cuya inspiración divina él rechazó. No fue él el responsable de su traducción al latín, y sin embargo fueron incluidos como parte integrante de la versión de la Vulgata. Los apócrifos, en Tobías 12:9 y 2 Macabeos 12:46,
favorecen las dos doctrinas romanas de la salvación por las obras y las oraciones por los difuntos, ninguna de las cuales se encuentra en las Escrituras canónicas. Esta puede ser la razón para que Roma incluya los apócrifos en la versión romana.

Uff..qué resumen de Historia y Sagradas Escrituras. Me imagino que con los apòcrifos te estgás refiriendo a los deuterocanónicos. Qu yo sepa los apòcrifos siemopre han sido apócrifos. Creo que también te has saltado como 1500 años de Magisterio (" predicaciones, razonamientos y enseñanzas romanas")
¿Esto no es resultado de ser la iglesia católico-romana la "gran Babilonia"?

Será la misma Iglesia a la que pertenecen tantos santos como San Francisco de Asis,San Ignacio de Loyola o si prefieres a alguien del siglo XX San Alberto Hurtado.
( ver su obra: http://www.padrehurtado.com/02_homescritos.htm )[/
B]


Justo Rodríguez
Creo en la Iglesia: Una, Santa, Católica y Apostólica,
 
Re: "LOS MITOS DE LA TRADICIÓN CATÓLICA"

LA iglesia catolica romana, es una SECTA, tiene una tradicion humana que es anti-biblica

sergio
 
Re: "LOS MITOS DE LA TRADICIÓN CATÓLICA"

La Biblia católico-romana es la Vulgata, que fue traducida al latín por Jerónimo: el Antiguo Testamento, excepto los Salmos, traducido del hebreo, y el Nuevo Testamento del griego. Al finalizar el siglo quince era muy escaso el conocimiento del hebreo y del griego, y donde se leía la Biblia se usaba generalmente la Vulgata, pero algunos miembros del Concilio de Trento, que sabían que la traducción de Jerónimo no era perfecta, quisieron hacer una nueva traducción. El trabajo que esto encerraba era grande y, además, los reformadores protestantes se apoyaban en los textos originales griego y hebreo, de modo que el Concilio acordó por mayoría reconocer un solo texto como su corte de apelación, y este acuerdo recayó sobre la traducción de Jerónimo, que era la comúnmente usada y llevaba ya mil años de existencia. Fue así como llegaron a basarse en la Vulgata latina todas las predicaciones, razonamientos y enseñanzas romanas, así como las notas escritas. La iglesia de Roma no puede alegar autoridad alguna para dejar a un lado los originales griego y hebreo y sustituirlos por la traducción latina como la norma de apelación. Si se establece como norma una sola traducción, es menester reconocer que el traductor debió tener el mismo grado de inspiración divina que los escritores originales. Sin embargo, los mismos romanistas admiten que la Vulgata no es perfecta.

La versión Vulgata de la Biblia incluye también los libros apócrifos, que no fueron traducidos del hebreo sino del griego de los Setenta. Jerónimo, en su lista de los libros canónicos del Antiguo Testamento, no incluye los libros apócrifos, cuya inspiración divina él rechazó. No fue él el responsable de su traducción al latín, y sin embargo fueron incluidos como parte integrante de la versión de la Vulgata. Los apócrifos, en Tobías 12:9 y 2 Macabeos 12:46,
favorecen las dos doctrinas romanas de la salvación por las obras y las oraciones por los difuntos, ninguna de las cuales se encuentra en las Escrituras canónicas. Esta puede ser la razón para que Roma incluya los apócrifos en la versión romana.

¿Esto no es resultado de ser la iglesia católico-romana la "gran Babilonia"?

No, la Biblia que tu usas para tan jocosamente llamar a la Iglesia Catolica de Gran Babilonia la formulo la Iglesia Catolica en un Concilio Romano bajo el auspicio de un Obispo de Roma. ¿O que? ¿Donde dice la Biblia que lcuantos ibros deben contener y cuales?
 
Re: "LOS MITOS DE LA TRADICIÓN CATÓLICA"

En la SECTA catolica romana del vaticano, JAMAS PEDRO fue OBISPO, eso solo lo podran encontrar en una revista MOTOS.

sergio
 
Re: "LOS MITOS DE LA TRADICIÓN CATÓLICA"

No, la Biblia que tu usas para tan jocosamente llamar a la Iglesia Catolica de Gran Babilonia la formulo la Iglesia Catolica en un Concilio Romano bajo el auspicio de un Obispo de Roma.

Clemente Romano (año 95) hace referencia a Mateo, Lucas, Romanos, I y 2 Corintios, Hebreos, I Timoteo y I Pedro.

Policarpo (año 110) reproduce frases de diez de las epístolas de Pablo y I Pedro.

Ignacio (hacia el año 110) cita a Mateo, I Pedro, 1 Juan, y nueve de las epístolas de Pablo, y en sus cartas se echa de ver la huella de los otros tres Evangelios.

Ireneo (años 130-200) cita la mayor parte de los libros del Nuevo Testamento, que en su tiempo ya era conocido como "Los Evangelios y los Apóstoles," así como los libros del Antiguo Testamento eran conocidos como "La Ley y los Profetas."

Tertuliano de Cartago (años 160-200), que vivía cuando aún eran conocidos los originales de las epístolas, habla de las Escrituras cristianas como el Nuevo Testamento.

Orígenes de Alejandría (años 185-254) aceptó la autoridad de los veintisiete libros del Nuevo Testamento tal como nosotros los tenemos ahora, aunque no estaba seguro de quién escribió la carta a los Hebreos, (como no lo estamos nosotros ahora, aunque aceptamos su inspiración divina), y estuvo en duda acerca de Santiago, 2 Pedro, y 2 y 3 Juan.

Eusebio de Cesarea (años 264-340), que vivió durante la persecución de Diocleciano, preparó quince Biblias para el Emperador Constantino, escritas por copistas muy cuidadosos, en cuyo Nuevo Testamento figuraban todos los libros de nuestro Nuevo Testamento, y ninguno más, aunque entonces algunos dudaban también de la inspiración de Santiago, 2 Pedro, 2 y 3
Juan.

Así vemos que, aun antes de los concilios de Laodicea y Cartago, el Nuevo Testamento tal cual le tenemos ahora nosotros era reconocido como canónico y con autoridad divina, con algunas dudas sobre cuatro de las epístolas menores.

El Concilio de Cartago (año 397) ratificó formalmente los veintisiete libros como nosotros los tenemos ahora, pero nótese bien que él no formó el canon, sino que solamente ratificó el juicio de las iglesias, y aceptó para sí el Nuevo Testamento como la Palabra de Dios inspirada.

Hasta entonces no había surgido el papado. El primero que reclamó para sí la supremacía sobre toda la iglesia fue León I, que fue obispo de Roma de 440 a 461. Pero pasaron muchos, muchos años antes de que tal supremacía fuera reconocida, y aun entonces únicamente por las iglesias occidentales. La iglesia de Roma, tal como existe hoy día, no era conocida cuando fue
reconocida y aceptada la canonicidad del Nuevo Testamento.

De esta manera la iglesia cristiana aceptó universalmente el canon del Antiguo y Nuevo Testamento mucho antes de que naciera el papado. La iglesia cristiana en todo el mundo no depende de Roma para tener la certeza de cuáles son los libros que constituyen las Escrituras inspiradas. La Biblia lleva en sí el sello de su autenticidad y tiene autoridad intrínseca para la
iglesia de Dios en todas partes. Ha demostrado su autoridad en el corazón de los hombres, y como dijo Coleridge: "Ella me encontró a mí." Los milagros espirituales que ha obrado a medida que ha sido leída, predicada y expuesta en el mundo son su mejor demostración. Spurgeon dijo en cierta ocasión: "La Biblia no necesita defensa. Es como un león; suéltenla."
 
Re: "LOS MITOS DE LA TRADICIÓN CATÓLICA"

Clemente Romano (año 95) hace referencia a Mateo, Lucas, Romanos, I y 2 Corintios, Hebreos, I Timoteo y I Pedro.

Policarpo (año 110) reproduce frases de diez de las epístolas de Pablo y I Pedro.

Ignacio (hacia el año 110) cita a Mateo, I Pedro, 1 Juan, y nueve de las epístolas de Pablo, y en sus cartas se echa de ver la huella de los otros tres Evangelios.

Ireneo (años 130-200) cita la mayor parte de los libros del Nuevo Testamento, que en su tiempo ya era conocido como "Los Evangelios y los Apóstoles," así como los libros del Antiguo Testamento eran conocidos como "La Ley y los Profetas."

Tertuliano de Cartago (años 160-200), que vivía cuando aún eran conocidos los originales de las epístolas, habla de las Escrituras cristianas como el Nuevo Testamento.

Orígenes de Alejandría (años 185-254) aceptó la autoridad de los veintisiete libros del Nuevo Testamento tal como nosotros los tenemos ahora, aunque no estaba seguro de quién escribió la carta a los Hebreos, (como no lo estamos nosotros ahora, aunque aceptamos su inspiración divina), y estuvo en duda acerca de Santiago, 2 Pedro, y 2 y 3 Juan.

Eusebio de Cesarea (años 264-340), que vivió durante la persecución de Diocleciano, preparó quince Biblias para el Emperador Constantino, escritas por copistas muy cuidadosos, en cuyo Nuevo Testamento figuraban todos los libros de nuestro Nuevo Testamento, y ninguno más, aunque entonces algunos dudaban también de la inspiración de Santiago, 2 Pedro, 2 y 3
Juan.

Así vemos que, aun antes de los concilios de Laodicea y Cartago, el Nuevo Testamento tal cual le tenemos ahora nosotros era reconocido como canónico y con autoridad divina, con algunas dudas sobre cuatro de las epístolas menores.

El Concilio de Cartago (año 397) ratificó formalmente los veintisiete libros como nosotros los tenemos ahora, pero nótese bien que él no formó el canon, sino que solamente ratificó el juicio de las iglesias, y aceptó para sí el Nuevo Testamento como la Palabra de Dios inspirada.

Pues vas bien, aunque te falto decir que el juicio de las Iglesia se daba con sus respectivos Obispos, todo ellos Catolicos y todos ellos, seguidores del Vicario de Cristo, el Papa. El pueblo cristiano solo acepto con amor, la decicion conciliar de los principes de la Iglesia en comunion con el Obispo de Roma.

Hasta entonces no había surgido el papado. El primero que reclamó para sí la supremacía sobre toda la iglesia fue León I, que fue obispo de Roma de 440 a 461. Pero pasaron muchos, muchos años antes de que tal supremacía fuera reconocida, y aun entonces únicamente por las iglesias occidentales. La iglesia de Roma, tal como existe hoy día, no era conocida cuando fue reconocida y aceptada la canonicidad del Nuevo Testamento.

De esta manera la iglesia cristiana aceptó universalmente el canon del Antiguo y Nuevo Testamento mucho antes de que naciera el papado. La iglesia cristiana en todo el mundo no depende de Roma para tener la certeza de cuáles son los libros que constituyen las Escrituras inspiradas. La Biblia lleva en sí el sello de su autenticidad y tiene autoridad intrínseca para la
iglesia de Dios en todas partes. Ha demostrado su autoridad en el corazón de los hombres, y como dijo Coleridge: "Ella me encontró a mí." Los milagros espirituales que ha obrado a medida que ha sido leída, predicada y expuesta en el mundo son su mejor demostración. Spurgeon dijo en cierta ocasión: "La Biblia no necesita defensa. Es como un león; suéltenla."

Error. El papado existe desde san Pedro en Roma, ya desde el siglo I DC. el Obispo san Clemente de Roma usaba la autoridad del Apostol san Pedro para intervenir en asuntos de la Iglesia de Corinto (en Grecia) para solucionar el conflicto Episcopal que ahi se vivia y amenazaba con un Cisma. Esto demuestra directamente que la Autoridad del Obispo de Roma es Suprema y Primaria, Suprema porque notamos como el Obispo de Roma llama al orden a un Iglesia de Grecia, y se nota el Primado al ver como el Obispo de Roma se muestra conciliador, mediador e instructor sobre otra Iglesia.