Re: NOSOTROS DEJAMOS LA IGLESIA ADVENTISTA DEL 7MO. DIA
Estimado freddyjuarbe. Saludos cordiales.
LOS ADVENTISTAS UTILIZAN MATEO 24:14 PARA dar soporte a sus desfazadas doctrinas que les hacen a ellos unicos, verdaderos y distintos. Veamos el texto: "Y este evangelio del reino se predicará en todo el mundo como testimonio a todas las naciones, y entonces vendrá el fin. " (NVI) ¿Alguien ha visto a los adventistas predicar el Reino de Dios? Revisen la literatura adventista. Todo es Ellen White, Sabado, domingo, fin del mundo, dieta, marca de la bestia ¿hablando del Reino? NUNCA HABLAN DEL REINO, LO DESCONOCEN, NO DOMINAN ESE TEMA. PARA ELLOS EL REINO AL PARECER ES LAS DOCTRINAS FALSAS DE ELLEN WHITE.
Respondo: El Nuevo Cielo y la Nueva Tierra.
“
Y mi pueblo habitará en morada de paz, en habitaciones seguras, y en recreos de reposo” (Isaías 32:18).
“El reino, el señorío y la grandeza del reino bajo todo el cielo fue dado entonces a los santos del Altísimo, que iban a poseerlo por siempre jamás.”—Primeros Escritos, pág. 295.
1. HEREDEROS DEL REINO
a. ¿Qué promesa se cumplirá luego de que el pecado y los pecadores sean destruidos? Isaías 65:17; Daniel 7:18, 27.
“Todo el universo de Dios estaba limpio y había terminado para siempre la gran controversia. Por doquiera posáramos la vista, todo era santo y hermoso. Toda la hueste de redimidos, viejos y jóvenes, grandes y pequeños, arrojaron sus brillantes coronas a los pies del Redentor y, postrándose reverentemente ante Él, adoraron al que vive por siempre. La hermosa tierra nueva, con toda su gloria, iba a ser la heredad eterna de los santos.”—Primeros Escritos, pág. 295.
b. ¿Qué nos brinda el privilegio de hacernos herederos del reino de gloria? Juan 1:12; Gálatas 4:4–7.
“En los atrios del cielo no se cantará ningún cántico que diga: A mí que me he amado, que me he lavado, que me he redimido a mí mismo, a mí sea tributada la gloria, y el honor y la bendición y la alabanza. . . . Todo el Evangelio está comprendido en que aprendamos de Cristo su humildad y mansedumbre.
“¿Qué es la justificación por la fe? Es la obra de Dios que abate en el polvo la gloria del hombre, y hace por el hombre lo que él no tiene la capacidad de hacer por sí mismo.”—Testimonios para los Ministros, pág. 464.
2. PERFECTA PAZ
a. ¿Qué condición existirá entre los animales en la nueva tierra? Isaías 11:6, 7, 9.
“El hombre recobrará su perdida dignidad real y los seres inferiores reconocerán su supremacía; los fieros se tornarán mansos y los tímidos, confiados.”—La Educación, pág. 304.
b. ¿Qué clase de moradas disfrutarán los santos en la tierra hecha nueva? Isaías 32:18; Proverbios 1:33.
“¡Si podremos reunirnos con Jesús en paz y ser salvos, salvos para siempre, seremos los seres más felices! ¡Oh, estar finalmente en el hogar, donde los impíos cesarán de perturbar y los cansados descansarán! ¡Cielo, dulce cielo! ¡Oh, cuánto apreciaré el cielo! Sé que debo velar y guardar mis vestidos sin mancha del mundo o nunca entraré en la bendita morada.”—Manuscript Releases, tomo 21, pág. 343.
“Allí hay corrientes que manan eternamente, claras como el cristal, al lado de las cuales se mecen árboles que echan su sombra sobre los senderos preparados para los redimidos del Señor. Allí las vastas llanuras alternan con bellísimas colinas y las montañas de Dios elevan sus majestuosas cumbres. En aquellas pacíficas llanuras, al borde de aquellas corrientes vivas, es donde el pueblo de Dios que por tanto tiempo anduvo peregrino y errante, encontrará un hogar.”—El Conflicto de los Siglos, pág. 734.
“Lo que debamos ser en el hogar celestial, cuando seamos salvos, eternamente salvos, será el reflejo de lo que somos ahora en carácter y santo servicio. ¿No demostraremos aquí en nuestro lugar de prueba nuestra lealtad en la observancia de los mandamientos de Dios?”—En Lugares Celestiales, pág. 298.
“Consideremos con sumo fervor el bienaventurado más allá. Que nuestra fe penetre a través de toda nube de tinieblas, y contemplemos a Aquel que murió por los pecados del mundo. Abrió las puertas del paraíso para todos los que le reciban y crean en Él. Les da la potestad de llegar a ser hijos e hijas de Dios. Permitamos que las aflicciones que tanto nos apenan y agravian sean lecciones instructivas, que nos enseñen a avanzar hacia el blanco del premio de nuestra alta vocación en Cristo.”—Testimonios para la Iglesia, tomo 9, pág. 228.
3. NO MÁS ENFERMEDAD, SUFRIMIENTO O MUERTE
a. ¿Qué males ya no existirán en la tierra hecha nueva? Apocalipsis 21:4; Isaías 33:24; 60:18.
“El dolor no puede existir en el ambiente del cielo. Allí no habrá más lágrimas, ni cortejos fúnebres, ni manifestaciones de duelo.”—El Conflicto de los Siglos, pág. 734.
“Esta tierra es el lugar de preparación para el cielo. El tiempo que se pasa aquí es el invierno del cristiano. Aquí los helados vientos de la aflicción soplan sobre nosotros y nos asaltan las olas de la angustia; pero en el cercano futuro, cuando Cristo venga, la tristeza y el gemido habrán terminado para siempre. Entonces será el verano del cristiano. Todas las pruebas terminarán y no habrá más enfermedad ni muerte.”—Comentario Bíblico ASD [Comentarios de E. G. de White], tomo 7, pág. 999.
b. ¿Recordarán los redimidos el sufrimiento que fue su parte en esta tierra? Isaías 65:17–19.
“Procuramos recordar las pruebas más graves por las que habíamos pasado, pero resultaban tan insignificantes frente al incomparable y eterno peso de gloria que nos rodeaba, que no pudimos referirlas y todos exclamamos: ‘¡Aleluya! Muy poco nos ha costado el cielo.’ Pulsamos entonces nuestras áureas arpas cuyos ecos resonaron en las bóvedas del cielo.”—Primeros Escritos, pág. 17.
c. Describa la vida en la tierra nueva. Isaías 51:3; 65:21–25.
“Allí [en el cielo] conoceremos como somos conocidos. Allí hallarán un empleo más dulce y verdadero el amor y las simpatías que Dios ha implantado en el alma. La comunión pura con seres celestiales, la armoniosa vida social con los ángeles bienaventurados y los fieles de todas las épocas, el vínculo sagrado que une ‘toda la familia en los cielos, y en la tierra’, todas estas cosas se cuentan entre las experiencias del más allá.
“Habrá allí música y canto tales como, salvo en las visiones e Dios, ningún mortal, ha oído ni concebido ninguna mente.”—La Educación, págs. 306, 307.
4. PALABRAS VERDADERAS Y FIELES
a. ¿Qué advertencia nos es dada sobre la inmutabilidad de las palabras de Dios? Apocalipsis 21:5 (última parte); 22:18, 19.
“Aquellos que, por su humana creación, quieren hacer que las Escrituras digan lo que Cristo nunca les ha encargado, debilitando su fuerza, haciendo que la voz de Dios al instruir y amonestar declare falsedad, a fin de evitar la inconveniencia incurrida al obedecer a las exigencias de Dios, se convierten en letreros, que señalan hacia la dirección incorrecta, hacia caminos falsos, que llevan a la transgresión y la muerte.”—Fundamentals of Christian Education, pág. 387.
“Muchos harán de las palabras del Apocalipsis un misterio espiritual, privándolas de su solemne importancia. Dios declara que sus juicios caerán con terrible intensidad sobre cualquiera que trate de cambiar las solemnes palabras escritas en este libro—la Revelación de Jesucristo.”—The Review and Herald, 2 de agosto de 1906.
“En su Palabra, Dios comunicó a los hombres el conocimiento necesario para la salvación. Las Santas Escrituras deben ser aceptadas como dotadas de autoridad absoluta y como revelación infalible de su voluntad. Constituyen la regla del carácter; nos revelan doctrinas, y son la piedra de toque de la experiencia religiosa.”—Recibiréis Poder, pág. 124.
b. ¿Qué amonestación es dada a los niños y jóvenes que desean heredar la nueva tierra? Efesios 6:1–3; Colosenses 3:20.
“Los hijos que deshonran y desobedecen a sus padres, y se desentienden de sus consejos e instrucciones, no pueden tener parte en la tierra nueva. La tierra nueva purificada no será un lugar para hijos o hijas rebeldes, desobedientes e ingratos. A menos que los tales aprendan a ser obedientes y sumisos aquí, nunca lo aprenderán. La paz de los redimidos no será perturbada por hijos desobedientes, indisciplinados e ingobernables. Nadie que desobedezca los mandamientos heredará el reino de los cielos.”—Testimonios para la Iglesia, tomo 1, pág. 436.
“Niños, ¿deseáis la vida eterna? Entonces respetad y honrad a vuestros padres. No hiráis ni agraviéis su corazón; no les hagáis pasar noches de insomnio, por la ansiedad y angustia que les causen vuestros casos. Si habéis pecado al no tributarles amor y obediencia, empezad ahora a redimir el pasado.”—The Youth’s Instructor, 22 de junio de 1893.
5. CASI EN EL HOGAR
a. ¿Cuál debería ser nuestra actitud considerando la proximidad de nuestra redención eterna? Santiago 4:8–11; Tito 2:11–13.
“El Señor va a venir pronto, y debemos estar preparados para recibirle en paz. Resolvamos hacer todo lo que está en nuestro poder para impartir luz a los que nos rodean. No debemos estar tristes, sino alegres, y recordar siempre al Señor Jesús. Él va a venir pronto, y debemos estar listos y aguardar su aparición. ¡Oh, cuán glorioso será verle y recibir la bienvenida como sus redimidos! Largo tiempo hemos aguardado; pero nuestra esperanza no debe debilitarse. Si tan sólo podemos ver al Rey en su hermosura, seremos bienaventurados para siempre.”—Testimonios para la Iglesia, tomo 8, pág. 264.
“Existe una relación muy íntima entre Dios y su pueblo. . . . Los siervos de Dios deben ser fervientes, arrepentidos, confiados, agradecidos. Sus vidas deberían ser cartas vivas, conocidas y leídas de todos los hombres. Deberían buscar continuamente aquella bendita esperanza, y la aparición gloriosa del grande Dios y de nuestro Salvador Jesucristo.”—The Signs of the Times, 27 de enero de 1990.
b. ¿Qué consuelo encontramos en la palabra de Dios al acercarnos a la consumación de nuestra esperanza? Santiago 5:7, 8; Hebreos 10:36–39.
“No habrá tristeza en la ciudad de Dios. Nunca más se oirá el llanto ni la endecha de las esperanzas destrozadas y de los afectos tronchados. Pronto las vestiduras de pesar se trocarán por el manto de bodas. Pronto presenciaremos la coronación de nuestro Rey. Los creyentes cuya vida quedó escondida con Cristo, los que en esta tierra pelearon la buena batalla de la fe, resplandecerán con la gloria del Redentor en el reino de Dios.”—Testimonios para la Iglesia, tomo 9, pág. 228.
Bendiciones.
Luego todo Israel será salvo.