Estimado javierandrés. Saludos cordiales.
El Evangelio Eterno
“Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego” (Romanos 1:16).
“Que el Señor abra los ojos cerrados de su pueblo y avive sus sentidos adormecidos, para que puedan darse cuenta que el Evangelio es poder de Dios para la salvación a todo aquel que cree.”—Testimonios para la Iglesia, tomo 7, pág. 14.
1. LA PRIMERA VEZ QUE EL EVANGELIO FUE PREDICADO
Poco después de la caída del hombre, ¿qué mensaje fue dado a nuestros primeros padres, y cuál era su significado? Génesis 3:15.
“La primera indicación que el hombre tuvo acerca de su redención la oyó en la sentencia pronunciada contra Satanás en el huerto. El Señor declaró: "Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar". Génesis 3:15. Esta sentencia, pronunciada en presencia de nuestros primeros padres, fue una promesa para ellos. Mientras predecía la lucha entre el hombre y Satanás, declaraba que el poder del gran adversario sería finalmente destruido.”—La Fe Por la Cual Vivo, pág. 75.
¿Por qué medios fueron las buenas nuevas de la salvación creídas por los patriarcas y profetas? Génesis 4:3–7; Hebreos 11:4.
“Se estableció el culto de Dios mediante ofrendas y sacrificios, y los que temían a Dios reconocían sus pecados delante de Él y miraban hacia el futuro con gratitud y santa confianza en la venida de la Estrella matutina, que guiaría a los caídos hijos de Adán hacia el cielo mediante el arrepentimiento ante Dios y la fe en nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Así se predicaba el Evangelio en cada sacrificio.”—Mensajes Selectos, tomo 1, pág. 271.
EL MENSAJE DE JUAN EL BAUTISTA
Cuando Juan el Bautista comenzó su ministerio, ¿cuál fue el tema de su predicación? Mateo 3:1, 2; Juan 1:29.
“Pero cuando Juan vio a Jesús, anunció su misión diciendo: ‘He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo’ (Juan 1:29).”—Fe y Obras, pág. 93.
“La predicación de Juan el Bautista creó intensa agitación. A principios de su ministerio, el interés religioso era muy bajo. La superstición, la tradición y las fábulas habían confundido las mentes de la gente, y el camino correcto no era entendido. Empeñados en asegurar el tesoro mundanal y el honor, los hombres se habían olvidado de Dios. Juan salió para anunciar al Señor ungido, y llamar a los hombres al arrepentimiento.”—The Youth’s Instructor, 17 de mayo de 1900.
¿Cuál fue el resultado de la predicación de Juan? ¿Cómo fue su trato con diferentes personas? Lucas 3:7–14.
“La doctrina que Juan predicó era, en primer lugar, el arrepentimiento por los pecados pasados; luego, ‘el reino de los cielos se ha acercado.’ Ellos debían mostrar arrepentimiento hacia Dios; entonces estarían preparados para mostrar fe en Aquél que estaba a punto de manifestárseles. Debía permitirse que la verdad ejerciera su poder limpiador sobre las vidas de estos gobernantes.
“A aquellos que no habían sido enseñados en los oráculos de Dios, era suficiente para Juan decir: ‘Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.’ Pero cuando el Bautista vio a los fariseos y saduceos que venían a su bautismo, fue movido a darles un mensaje decidido. Estos hombres poseían autoridad sobre el pueblo. Aunque sostuvieran diferentes teorías en cuanto a algunos temas bíblicos estaban unidos en su deseo de oír las palabras del profeta del desierto. Algunos que habían venido por curiosidad, atraídos por sus palabras, se interesaron en el mensaje que él daba, y fueron impresionados para ser bautizados. A los tales dijo Juan: ‘Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento.’ Cristo trató de mostrarse como el revelador del carácter de Dios. Su misma presencia manifestaría a los hombres sus pecados. Sólo cuando ellos quisieran ser limpiados del pecado, podrían entrar en compañerismo con Él. Aquellos que eran corruptos de corazón no podrían soportar su presencia.”—The Review and Herald, 28 de noviembre de 1907.
EL MENSAJE DE JESÚS
Al comenzar Jesús su ministerio terrenal, ¿cuál fue el tema con el cual exhortó a la gente? Marcos 1:14, 15.
“La nota predominante de la predicación de Cristo era: ‘El tiempo es cumplido, y el reino de Dios está cerca: arrepentíos, y creed al evangelio’ (Marcos 1:15).”—El Deseado de Todas las Gentes, págs. 199, 200.
“El mensaje de Cristo a la gente fue: ‘Si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente’ (Lucas 13:3). Y a los apóstoles se les ordenó que predicaran por todas partes que los hombres debían arrepentirse. El Señor quiere que sus siervos prediquen hoy las antiguas doctrinas del Evangelio: el dolor por el pecado, el arrepentimiento y la confesión. Necesitamos sermones de estilo antiguo, costumbres de estilo antiguo, padres y madres en Israel como los de antes, que posean la ternura de Cristo.”—Cada Día con Dios, pág. 370.
“El mensaje de Cristo para nosotros es: ‘Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame’.”—El Ministerio de la Bondad, pág. 120.
¿Cuál es la definición bíblica del evangelio, las buenas nuevas de la salvación? Romanos 1:16; 1 Corintios 15:1–6; 2 Corintios 5:21.
“Colgando sobre la cruz Cristo era el evangelio. . . Este es nuestro mensaje, nuestro argumento, nuestra doctrina, nuestra amonestación al impenitente, nuestro estímulo al afligido, la esperanza de todo creyente.”—Manuscript Releases, tomo 21, pág. 37.
“El Evangelio es poder de Dios para salvación, cuando está entretejido en la vida práctica, cuando es vivido y practicado. La unión de una obra como la que Cristo hizo en favor del cuerpo y en favor del alma es la interpretación del Evangelio.”—My Life Today, pág. 225.
“El evangelio es poder y sabiduría de Dios, si es correctamente representado por aquellos que afirman ser cristianos.”—Christian Education, pág. 147.
“El evangelio es la revelación del amor de Dios a los hombres, e implica todo lo que es esencial para la felicidad y el bienestar de la humanidad.”—Fundamentals of Christian Education, pág. 186.
“La misma esencia del Evangelio es la restauración, y el Salvador quiere que invitemos a los enfermos, los imposibilitados y los afligidos a echar mano de su fuerza.”—El Deseado de Todas las Gentes, pág. 764.
CREER EL EVANGELIO
a. ¿Cuál será el efecto del evangelio sobre los que por la fe aceptan la provisión hecha para su salvación? Lucas 18:13; 24:47; 2 Corintios 7:9, 10.
“Cuanto más nos acerquemos a Él [Jesús] y cuanto más claramente discernamos la pureza de su carácter, tanto más claramente veremos la extraordinaria gravedad del pecado y tanto menos nos sentiremos tentados a exaltarnos a nosotros mismos. Habrá un continuo esfuerzo del alma para acercarse a Dios; una constante, ferviente y dolorosa confesión del pecado y una humillación del corazón ante Él. En cada paso de avance que demos en la experiencia cristiana, nuestro arrepentimiento será más profundo. Conoceremos que la suficiencia solamente se encuentra en Cristo, y haremos la confesión del apóstol: ‘Y yo sé que en mí (es a saber, en mi carne) no mora el bien.’ ‘Mas lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por el cual el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo’ (Romanos 7:18; Gálatas 6:14).”—Los Hechos de los Apóstoles, pág. 448.
Además del arrepentimiento, ¿cuál será el fruto de creer en Cristo? Salmos 51:10–13; Efesios 2:8–10; 1 Juan 3:24.
“La fe en Cristo que salva al alma no es lo que muchos presentan. ‘Cree, cree es su pregón; sólo cree en Cristo, y serás salvo. Es lo único que necesitas hacer’. La fe verdadera, a la vez que confía enteramente en Cristo para la salvación, conducirá a la perfecta conformidad con la ley de Dios. La fe se manifiesta en obras.”—Fe y Obras, pág. 52.
“El poder de Dios puede transformar las tendencias heredadas y cultivadas; porque la religión de Jesús eleva. ‘Nacer otra vez’ significa una transformación, un nuevo nacimiento en Cristo Jesús.”—El Hogar Cristiano, pág. 185.
“Necesitamos la fe de Abrahán en nuestros días, para iluminar la oscuridad que nos rodea, y que aleja la dulce luz del sol del amor de Dios, empequeñeciendo el crecimiento espiritual. Nuestra fe debería ser prolífica en buenas obras; ya que la fe sin obras es muerta. Cada deber realizado, cada sacrificio hecho en el nombre de Jesús, brinda una recompensa que todo lo excede. En el mismo acto del deber, Dios habla y da su bendición.”—The Signs of the Times, 19 de mayo de 1898.
PROPAGANDO LAS NUEVAS
¿Qué encargo dio Jesús a sus seguidores desde sus días hasta el fin del tiempo? Marcos 16:15, 16; Mateo 28:18–20.
“En el mandato dirigido a sus discípulos, Cristo no sólo esbozó su obra, sino que les dio su mensaje. Enseñad al pueblo, dijo, ‘que guarden todas las cosas que os he mandado’. . . ‘La ley y los profetas,’ con el relato de sus propias palabras y acciones, son el tesoro confiado a los discípulos para ser dado al mundo. El nombre de Cristo es su consigna, su señal de distinción, su vínculo de unión, la autoridad de su conducta y la fuente de su éxito. Nada que no lleve su inscripción ha de ser reconocido en su reino.”—El Deseado de Todas las Gentes, pág. 766.
“El mundo es nuestro campo de esfuerzo misionero y hemos de salir a trabajar rodeados con la atmósfera del Getsemaní y del Calvario.”—Testimonios para la Iglesia, tomo 7, pág. 15.
¿Qué poder es prometido a todos los que sinceramente toman parte en la obra de difundir las Buenas Nuevas del Evangelio? Hechos 1:8.
“La fe en Cristo y la recepción de su gracia transformadora no es una cuestión de conjeturas, sino una obra que hace que las virtudes de Cristo se reflejen en la mente y el carácter. Cuando haya ganado esta experiencia usted podrá decir: ‘He probado y visto que el Señor es bueno. El Señor Jesús será mi porción eternamente’. El poder de la cruz activará dentro de usted los misteriosos manantiales de la esperanza y el temor, la adoración y el amor. . . . De aquí en adelante, al someter su voluntad a la de Cristo, entrarán en una región donde la cruz es el objeto central.”—Exaltad a Jesús, pág. 246.
Bendiciones.
Luego todo Israel será salvo.