La verdad que leer a personajes e diferentes sectas como el adventismo uno se llega a preguntar, que pasa por la mente de estas personas? como es posible que reaccionen asi apesar de la abundante prueba biblica historica, hermenutica y exegetica? algunos hasta llegaron a decir que no son griegos y que no le mande mas fraces o palabras en griego cuando acudes a los idiomas originales en que se escribieron las escrituras: bigker, marcelinoc, Misael, joelice, Gabriel y todos estos personajes que piensan? este comentario nos muestra un ej de como una secta puede afectar a una persona por el resto de la vida. Pido oración por esta personas por que el Dios de este mundo les deja ciegos.
Estas pobres almas necesitan del señor, oremos para que el señor les muestre su luz.
Bendiciones...
CUANDO LA RELIGIÓN CAUSA
UN TRAUMA PSICOLÓGICO EN EL ALMA
Dr. J. LeBron McBride, Ph. D. *
--------------------------------------------------------------------------------
La religión saludable tiene un gran potencial para el bien, pero la religión corrupta puede traer gran inquietud al alma. De hecho, ocurren muchas bajas espirituales y lesiones traumáticas de la psiquis durante viajes religiosos. Este artículo se enfocará en algunas de las maneras en que la religión mala resulta en un trauma psicológico hasta para los que huyen de su absorbente control.
En décadas más recientes, hemos llegado a observar el impacto de experiencias traumáticas en personas que las han sufrido. Hasta tenemos un desorden psicológico que se reconoce como resultado de un horrendo trauma. Se llama Desorden de estrés post-traumático. Aunque ciertamente no deseo minimizar en modo alguno las terribles experiencias que muchos tienen con varias formas de abuso, violencia, y guerra, he descubierto que hay algunos paralelos menos intensos en los que experimentan el trauma de la religión destructora. También he descubierto que un enfoque puramente teológico al sanamiento de tales personas, aunque es vital, no es tan útil como una aproximación holística que incluya también los aspectos teológicos y relacionales.
Las personas que despiertan salen de un sistema religioso por varios caminos. A menudo, despiertan gradualmente o se dan cuenta de que, sin alguna maniobra molesta y evasiva, los trozos de la estructura teológica simplemente ya no encajan para ellos. Para los que han sido "verdaderos creyentes", este despertar puede convertirse en confusión, desorganización, y un incómodo estado psicológico porque las cosas ya no ajustan entre sí como en un paquete bien envuelto. Tal estado psicológico se ha llamado disonancia cognoscitiva a causa de los conflictos internos que presenta.
Ambivalencia y confusión
La mayoría experimentará una lucha hacia atrás y hacia adelante o ambivalencia al luchar con lo que siempre se les ha enseñado y lo que están comenzando a entender. Un ejemplo de esto es la persona que me escribió lo siguiente:
Debo admitir que a veces no estoy seguro de lo que pasa en mi cabeza. Todo lo que sé es que, cuando pienso en regresar a la "experiencia religiosa" de años pasados, no puedo soportar la idea. He encontrado una libertad y un gozo que nunca antes conocí, y mientras más aprendo, mejor me siento acerca de ello. Sin embargo, uno no puede haber crecido en "la vieja escuela" y no temer, de tanto en tanto, ser un hereje y una "señal del fin".
Esta ambivalencia y esta confusión pueden ser extremadamente intensas al darse cuenta la persona de que muchas de las suposiciones y creencias que se le han enseñado y que ha creído por años no son correctas. Puede haber una sensación de indefensión, desorientación, y de ser abrumada, que son también experiencias comunes de los que pasan por un trauma. Depresión, ansiedad, rigidez, o conductas impulsivas pueden volverse evidentes. Pueden experimentarse ira, desesperación, vergüenza, culpa, desconfianza, furia, temor, e irritación. Ya nada parece normal ni seguro. El cuestionamiento espiritual puede convertirse en una obsesión. El trastorno puede ser horrible.
Zona psicológica de peligro
Como me dijo un cliente: "Mi fe ha sido sacudida hasta los cimientos". Cuando las suposiciones y creencias de uno caen y caen, se crea una zona psicológica de peligro. Los peligros pueden incluir los siguientes:
el peligro de regresar a la antigua estructura de creencias, no porque ya no es válida, sino a causa de una seguridad y una confianza que acaban por ser falsas
el peligro de creer que hay que rechazar todo lo espiritual o religioso - "botar al bebé junto con el agua de la bañera"
el peligro de irse a los extremos de la vida, como abusar de sustancias psicotrópicas, adoptar alguna otra conducta adictiva para entumecer el dolor, o recurrir a la automedicación
el peligro de negar todo concepto nuevo o excluir cualquier forma de pensar que produzca un conflicto interno
el peligro de adaptarse y reprocesar cualesquiera verdades nuevas hasta el punto de que se comprometa la integridad
el peligro de tratar de manera no cristiana a los que no captan las perspectivas teológicas recién encontradas
el peligro de enredarse de tal modo en sutilezas teológicas que se descuide la relación con Cristo y las enseñanzas centrales como la de la gracia, la libertad en el evangelio, y el amor.
Muchos que siguen adelante hasta volverse más equilibrados puede que se aproximen a algunos de estos peligros durante un tiempo. Sin embargo, son peligros muy reales y pueden conducir a la destrucción, especialmente si se continúa en ellos por demasiado tiempo. A veces, comprometen mucho la psiquis y el alma al apagar las personas partes importantes de sí mismas y existir como robots mecánicos para poder suprimir el dolor. Por supuesto, es importante no juzgar la manera básica o la rapidez con que una persona puede progresar en su lucha con el cambio. Esto puede ser un asunto altamente individual, y puede depender hasta cierto punto de la cantidad de adoctrinamiento que uno haya recibido de niño en la estructura religiosa que uno intenta abandonar.
Pérdida y dolor
La pérdida que se asocia con el abandono de un sistema religioso o una cultura religiosa puede ser otro aspecto del trauma. Para muchos, mientras más apretada es la trama de la subcultura del sistema religioso y mientras mayor sea el aislamiento de la sociedad ampliada, mayor será la pérdida. Cuando toda la red social y los miembros de la familia están en el antiguo sistema, el aislamiento puede crear una gran tensión relacional y psicológica. Hay amplia evidencia de la importancia de la red social de uno para todas las áreas de salud, y cuando se quitan la red social y el apoyo, la persona queda en una posición muy precaria. Otro factor que puede entrar a operar es que, una vez que uno ha creído que él o ella es del "remanente" o está en "la verdadera iglesia", para algunos hay una pérdida por no estar en ese grupo especial. Puede haber también la necesidad de encontrar otra "iglesia perfecta", teológicamente hablando, que, por supuesto, nunca existió en primer lugar.
Consideraciones importantes
Lo que antecede ha bosquejado brevemente y de modo general cómo los sistemas religiosos, que son destructivos, pueden precipitar el trauma psicológico cuando una persona intenta mudarse a otra orientación religiosa. Las siguientes son algunas consideraciones para mantener la salud psicológica en medio de una expericncia tan traumática:
Permanezca enfocado en el evangelio y en una relación con Cristo. En Él encontramos nuestra condición de especiales y nuestro propósito para la tolerancia.
Muévase a su propia velocidad; que nadie más le dicte cuándo necesita cambiar una creencia o abandonar una iglesia. Usted es el que tiene que vivir con su decisión.
Busque el consejo de personas de confianza, y posiblemente el de un consejero pastoral. Muchos consejeros pastorales pueden entender muchas de sus luchas hasta cierto punto. Tales luchas ocurren en muchos sistemas religiosos.
Comience inmediatamente a ampliar su red social si está aislado. Requerirá tiempo, y puede que no tenga el mismo nivel de comodidad que la cercanía que experimentó con los que ha conocido por años, y con los cuales usted tenía un común sistema de creencias.
Ejerza y conserve el equilibrio en su vida. Usted no puede, y no debe, estudiar los puntos en disputa todo el tiempo. Necesitará alguna diversión y distracciones saludables.
Tenga cuidado de no irse a los extremos. Su ancla ha sido levada, y usted estará a la deriva por un tiempo. La moderación es una clave para la salud.
Mantenga su pasión, pero lamente la pérdida de algo de su idealismo. No existe ninguna estructura religiosa perfecta. Sin embargo, a su tiempo encontrará gran satisfacción al estar en un honesto peregrinaje espiritual, en que puede discutir con itegridad y franqueza.
Vuelva a enfocarse sobre el desafío de nuevas aventuras de fe y en cómo su vida puede ser ejemplo de la continua renovación y reforma a la que Cristo nos llama en su discipulado. Cristo no nos llama a quedarnos como estamos.
Sea prudente y cuidadoso con quién comparte sus recién hallados puntos de vista. No hay ningún mérito en causar más agitación y conflicto del que es necesario.
Dése cuenta nuevamente de que Dios es más grande y mejor que cualquier sistema religioso, y que su salvación depende de una relación con Él, no con ninguna estructura organizada.
Hay un mito en algunos sistemas religiosos destructivos de que una persona que abandona una organización no sobrevivirá ni espiritual ni psicológicamente. Este mito hace más difícil para algunos abandonar los sistemas religiosos opresivos. Sin embargo, este mito es realmente un mito. Hay multitudes que disfrutan de la libertad de maneras recién encontradas de servir y adorar a Cristo en un espíritu de libertad, y que se han sobrepuesto al trauma psicológico de un sistema religioso tóxico.
--------------------------------------------------------------------------------
Estas pobres almas necesitan del señor, oremos para que el señor les muestre su luz.
Bendiciones...
CUANDO LA RELIGIÓN CAUSA
UN TRAUMA PSICOLÓGICO EN EL ALMA
Dr. J. LeBron McBride, Ph. D. *
--------------------------------------------------------------------------------
La religión saludable tiene un gran potencial para el bien, pero la religión corrupta puede traer gran inquietud al alma. De hecho, ocurren muchas bajas espirituales y lesiones traumáticas de la psiquis durante viajes religiosos. Este artículo se enfocará en algunas de las maneras en que la religión mala resulta en un trauma psicológico hasta para los que huyen de su absorbente control.
En décadas más recientes, hemos llegado a observar el impacto de experiencias traumáticas en personas que las han sufrido. Hasta tenemos un desorden psicológico que se reconoce como resultado de un horrendo trauma. Se llama Desorden de estrés post-traumático. Aunque ciertamente no deseo minimizar en modo alguno las terribles experiencias que muchos tienen con varias formas de abuso, violencia, y guerra, he descubierto que hay algunos paralelos menos intensos en los que experimentan el trauma de la religión destructora. También he descubierto que un enfoque puramente teológico al sanamiento de tales personas, aunque es vital, no es tan útil como una aproximación holística que incluya también los aspectos teológicos y relacionales.
Las personas que despiertan salen de un sistema religioso por varios caminos. A menudo, despiertan gradualmente o se dan cuenta de que, sin alguna maniobra molesta y evasiva, los trozos de la estructura teológica simplemente ya no encajan para ellos. Para los que han sido "verdaderos creyentes", este despertar puede convertirse en confusión, desorganización, y un incómodo estado psicológico porque las cosas ya no ajustan entre sí como en un paquete bien envuelto. Tal estado psicológico se ha llamado disonancia cognoscitiva a causa de los conflictos internos que presenta.
Ambivalencia y confusión
La mayoría experimentará una lucha hacia atrás y hacia adelante o ambivalencia al luchar con lo que siempre se les ha enseñado y lo que están comenzando a entender. Un ejemplo de esto es la persona que me escribió lo siguiente:
Debo admitir que a veces no estoy seguro de lo que pasa en mi cabeza. Todo lo que sé es que, cuando pienso en regresar a la "experiencia religiosa" de años pasados, no puedo soportar la idea. He encontrado una libertad y un gozo que nunca antes conocí, y mientras más aprendo, mejor me siento acerca de ello. Sin embargo, uno no puede haber crecido en "la vieja escuela" y no temer, de tanto en tanto, ser un hereje y una "señal del fin".
Esta ambivalencia y esta confusión pueden ser extremadamente intensas al darse cuenta la persona de que muchas de las suposiciones y creencias que se le han enseñado y que ha creído por años no son correctas. Puede haber una sensación de indefensión, desorientación, y de ser abrumada, que son también experiencias comunes de los que pasan por un trauma. Depresión, ansiedad, rigidez, o conductas impulsivas pueden volverse evidentes. Pueden experimentarse ira, desesperación, vergüenza, culpa, desconfianza, furia, temor, e irritación. Ya nada parece normal ni seguro. El cuestionamiento espiritual puede convertirse en una obsesión. El trastorno puede ser horrible.
Zona psicológica de peligro
Como me dijo un cliente: "Mi fe ha sido sacudida hasta los cimientos". Cuando las suposiciones y creencias de uno caen y caen, se crea una zona psicológica de peligro. Los peligros pueden incluir los siguientes:
el peligro de regresar a la antigua estructura de creencias, no porque ya no es válida, sino a causa de una seguridad y una confianza que acaban por ser falsas
el peligro de creer que hay que rechazar todo lo espiritual o religioso - "botar al bebé junto con el agua de la bañera"
el peligro de irse a los extremos de la vida, como abusar de sustancias psicotrópicas, adoptar alguna otra conducta adictiva para entumecer el dolor, o recurrir a la automedicación
el peligro de negar todo concepto nuevo o excluir cualquier forma de pensar que produzca un conflicto interno
el peligro de adaptarse y reprocesar cualesquiera verdades nuevas hasta el punto de que se comprometa la integridad
el peligro de tratar de manera no cristiana a los que no captan las perspectivas teológicas recién encontradas
el peligro de enredarse de tal modo en sutilezas teológicas que se descuide la relación con Cristo y las enseñanzas centrales como la de la gracia, la libertad en el evangelio, y el amor.
Muchos que siguen adelante hasta volverse más equilibrados puede que se aproximen a algunos de estos peligros durante un tiempo. Sin embargo, son peligros muy reales y pueden conducir a la destrucción, especialmente si se continúa en ellos por demasiado tiempo. A veces, comprometen mucho la psiquis y el alma al apagar las personas partes importantes de sí mismas y existir como robots mecánicos para poder suprimir el dolor. Por supuesto, es importante no juzgar la manera básica o la rapidez con que una persona puede progresar en su lucha con el cambio. Esto puede ser un asunto altamente individual, y puede depender hasta cierto punto de la cantidad de adoctrinamiento que uno haya recibido de niño en la estructura religiosa que uno intenta abandonar.
Pérdida y dolor
La pérdida que se asocia con el abandono de un sistema religioso o una cultura religiosa puede ser otro aspecto del trauma. Para muchos, mientras más apretada es la trama de la subcultura del sistema religioso y mientras mayor sea el aislamiento de la sociedad ampliada, mayor será la pérdida. Cuando toda la red social y los miembros de la familia están en el antiguo sistema, el aislamiento puede crear una gran tensión relacional y psicológica. Hay amplia evidencia de la importancia de la red social de uno para todas las áreas de salud, y cuando se quitan la red social y el apoyo, la persona queda en una posición muy precaria. Otro factor que puede entrar a operar es que, una vez que uno ha creído que él o ella es del "remanente" o está en "la verdadera iglesia", para algunos hay una pérdida por no estar en ese grupo especial. Puede haber también la necesidad de encontrar otra "iglesia perfecta", teológicamente hablando, que, por supuesto, nunca existió en primer lugar.
Consideraciones importantes
Lo que antecede ha bosquejado brevemente y de modo general cómo los sistemas religiosos, que son destructivos, pueden precipitar el trauma psicológico cuando una persona intenta mudarse a otra orientación religiosa. Las siguientes son algunas consideraciones para mantener la salud psicológica en medio de una expericncia tan traumática:
Permanezca enfocado en el evangelio y en una relación con Cristo. En Él encontramos nuestra condición de especiales y nuestro propósito para la tolerancia.
Muévase a su propia velocidad; que nadie más le dicte cuándo necesita cambiar una creencia o abandonar una iglesia. Usted es el que tiene que vivir con su decisión.
Busque el consejo de personas de confianza, y posiblemente el de un consejero pastoral. Muchos consejeros pastorales pueden entender muchas de sus luchas hasta cierto punto. Tales luchas ocurren en muchos sistemas religiosos.
Comience inmediatamente a ampliar su red social si está aislado. Requerirá tiempo, y puede que no tenga el mismo nivel de comodidad que la cercanía que experimentó con los que ha conocido por años, y con los cuales usted tenía un común sistema de creencias.
Ejerza y conserve el equilibrio en su vida. Usted no puede, y no debe, estudiar los puntos en disputa todo el tiempo. Necesitará alguna diversión y distracciones saludables.
Tenga cuidado de no irse a los extremos. Su ancla ha sido levada, y usted estará a la deriva por un tiempo. La moderación es una clave para la salud.
Mantenga su pasión, pero lamente la pérdida de algo de su idealismo. No existe ninguna estructura religiosa perfecta. Sin embargo, a su tiempo encontrará gran satisfacción al estar en un honesto peregrinaje espiritual, en que puede discutir con itegridad y franqueza.
Vuelva a enfocarse sobre el desafío de nuevas aventuras de fe y en cómo su vida puede ser ejemplo de la continua renovación y reforma a la que Cristo nos llama en su discipulado. Cristo no nos llama a quedarnos como estamos.
Sea prudente y cuidadoso con quién comparte sus recién hallados puntos de vista. No hay ningún mérito en causar más agitación y conflicto del que es necesario.
Dése cuenta nuevamente de que Dios es más grande y mejor que cualquier sistema religioso, y que su salvación depende de una relación con Él, no con ninguna estructura organizada.
Hay un mito en algunos sistemas religiosos destructivos de que una persona que abandona una organización no sobrevivirá ni espiritual ni psicológicamente. Este mito hace más difícil para algunos abandonar los sistemas religiosos opresivos. Sin embargo, este mito es realmente un mito. Hay multitudes que disfrutan de la libertad de maneras recién encontradas de servir y adorar a Cristo en un espíritu de libertad, y que se han sobrepuesto al trauma psicológico de un sistema religioso tóxico.
--------------------------------------------------------------------------------