Triteísmo Adventista

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Re: Triteísmo Adventista

Los testigos de Jehová por ejemplo NO SON BIBLICAMENTE UNITARIOS. Son bíblicamente monólatras o henoteístas ya que consideran que hay al menos DOS SERES que son DIOS por naturaleza: de los cuales solo uno debe ser adorado, Jehová. Pero consideran que Jesús es “un dios” por naturaleza, un ser espiritual, de una naturaleza superior a los ángeles, y no un ser humano nacido de mujer como enseña la Biblia. Este dios menor (a quien consideran el arcángel Miguel, los Adventistas del Séptimo Día también creen que Cristo es Miguel arcángel) es el verdadero creador del Universo (afirman que el Padre en realidad no creo nada sino a este ser y todo el resto lo creo mediante este ser) y por tanto este ser que por 33 años llega a ser Jesús en la tierra es a todos efectos un dios , e incluso así lo afirma la propia paráfrasis de la Biblia que usan los testigos de Jehová en Juan 1:1 al suponer que el LOGOS refiere a Jesús mismo no encarnado traducen “el verbo era un dios”. Por tanto hay DOS DIOSES en el universo de los testigos de Jehová y no uno, aunque afirmen que solo uno deba ser adorado. Son bíblicamente monólatras no bíblicamente unitarios como los judíos por ejemplo para quienes solo hay UN DIOS por naturaleza aunque pueda haber alguno que sea “llamado dios” por rango.
 
Re: Triteísmo Adventista

Estimado javierandrés. Saludos cordiales.

Tú dices:

Que Jesucristo halla venido en carne no quiere decir que tomo una naturaleza caída como pretendecir decir en su creencia Adventista según White.

Respondo:La Biblia confirma nuestra creencia en que Cristo se humano, es decir tomó nuestra naturaleza.

Isaías Capítulo 53

53:1 ¿Quién ha creído a nuestro anuncio? ¿y sobre quién se ha manifestado el brazo de Jehová?
53:2 Subirá cual renuevo delante de él, y como raíz de tierra seca; no hay parecer en él, ni hermosura; le veremos, mas sin atractivo para que le deseemos.
53:3 Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos.
53:4 Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido.
53:5 Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.
53:6 Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.
53:7 Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca.
53:8 Por cárcel y por juicio fue quitado; y su generación, ¿quién la contará? Porque fue cortado de la tierra de los vivientes, y por la rebelión de mi pueblo fue herido.
53:9 Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca.
53:10 Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada.
53:11 Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos.
53:12 Por tanto, yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes repartirá despojos; por cuanto derramó su vida hasta la muerte, y fue contado con los pecadores, habiendo él llevado el pecado de muchos, y orado por los transgresores."


"En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios;
y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y este es el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo
.1Juan 4:2,3


Bendiciones.

Luego todo Israel será salvo.
 
Re: Triteísmo Adventista

Estimado javierandrés. Saludos cordiales.

Tú dices:



Respondo:La Biblia confirma nuestra creencia en que Cristo se humano, es decir tomó nuestra naturaleza.

Isaías Capítulo 53

53:1 ¿Quién ha creído a nuestro anuncio? ¿y sobre quién se ha manifestado el brazo de Jehová?
53:2 Subirá cual renuevo delante de él, y como raíz de tierra seca; no hay parecer en él, ni hermosura; le veremos, mas sin atractivo para que le deseemos.
53:3 Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos.
53:4 Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido.
53:5 Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.
53:6 Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.
53:7 Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca.
53:8 Por cárcel y por juicio fue quitado; y su generación, ¿quién la contará? Porque fue cortado de la tierra de los vivientes, y por la rebelión de mi pueblo fue herido.
53:9 Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca.
53:10 Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada.
53:11 Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos.
53:12 Por tanto, yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes repartirá despojos; por cuanto derramó su vida hasta la muerte, y fue contado con los pecadores, habiendo él llevado el pecado de muchos, y orado por los transgresores."


"En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios;
y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y este es el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo
.1Juan 4:2,3


Bendiciones.

Luego todo Israel será salvo.
Que Cristo se hizo hombre no quiere decir que haya tomado naturaleza caída como pretende decir el Adventismo.
 
Re: Triteísmo Adventista

La cuestión de la divinidad de Cristo ha sido el continuo caballo de batalla en la historia del cristianismo. En las Escrituras aparecen ya los primeros intentos de negarla durante el período neotestamentario, y raro ha sido el siglo desde entonces en que no haya surgido un movimiento que, de una u otra manera, no haya cuestionado la plena divinidad de Cristo. Desde los ebionitas a los Testigos de Jehová pasando por los arrianos o los socinianos, los grupúsculos sostenedores de esta tesis se cuentan por docenas.

Aunque algunas sectas, como los mormones o los adventistas, se adhieren formalmente a la doctrina de la divinidad de Cristo [Que esta adhesión es sólo formal queda de manifiesto cuando descubrimos que los adventistas afirman que Cristo es el arcángel Miguel (Questions of doctrine, pp.71-83), y que los mormones sostienen que los hombres salvados se convierten en dioses (Doctrinas y convenios, 132:37), y que Jesús fue el hijo de Adán, el único Dios con el que tenemos que tratar los habitantes de este planeta (Diary of Hosea Stout, 9 de abril de 1852, vol. 2, p. 435)], lo cierto es que la mayoría de ellas la niega de una manera u otra. Tal es el caso de los mooníes, los Testigos de Jehová o los Niños de Dios.
 
Re: Triteísmo Adventista

Estimadojavierandrés. Saludos cordiales.

Tú dices:


Que Cristo se hizo hombre no quiere decir que haya tomado naturaleza caída como pretende decir el Adventismo.

Leístes el Salmo 53. ¡Cristo tomo nuestra naturaleza!


Bendiciones.

Luego todo Israel será salvo.
 
Re: Triteísmo Adventista

La naturaleza humana, lógicamente, es inferior a la divina del Padre; pero ambas personas divinas, la del Padre y la del Hijo, son iguales. Es precisamente por eso por lo que el evangelio de Juan recoge la información de que los judíos del tiempo de Jesús deseaban matarle, porque se hacía igual a Dios: "A causa de esto realmente los judíos procuraban con más empeño matarlo, porque no sólo quebrantaba el sábado, sino que también llamaba a Dios su propio Padre, haciéndose igual a Dios" (Jn 5,18-19)
Juan
5:17 Y Jesús les respondió: Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo.
5:18 Por esto los judíos aun más procuraban matarle, porque no sólo quebrantaba el día de reposo, sino que también decía que Dios era su propio Padre, haciéndose igual a Dios.
La autoridad del Hijo
5:19 Respondió entonces Jesús, y les dijo: De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente.
5:20 Porque el Padre ama al Hijo, y le muestra todas las cosas que él hace; y mayores obras que estas le mostrará, de modo que vosotros os maravilléis.
5:21 Porque como el Padre levanta a los muertos, y les da vida, así también el Hijo a los que quiere da vida.
5:22 Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al Hijo,
5:23 para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió.
5:24 De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.
5:25 De cierto, de cierto os digo: Viene la hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que la oyeren vivirán.
5:26 Porque como el Padre tiene vida en sí mismo, así también ha dado al Hijo el tener vida en sí mismo;
5:27 y también le dio autoridad de hacer juicio, por cuanto es el Hijo del Hombre.
5:28 No os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz;
5:29 y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación
 
Re: Triteísmo Adventista

Estimadojavierandrés. Saludos cordiales.

Tú dices:




Leístes el Salmo 53. ¡Cristo tomo nuestra naturaleza!


Bendiciones.

Luego todo Israel será salvo.
Cristo tomo naturaleza humana no caída pues el no peco.
 
Re: Triteísmo Adventista

Salmos
Capítulo 53
Insensatez y maldad de los hombres
(Sal. 14. 1-7)
Al músico principal; sobre Mahalat. Masquil de David.

53:1 Dice el necio en su corazón: No hay Dios.
Se han corrompido, e hicieron abominable maldad;
No hay quien haga bien.
53:2 Dios desde los cielos miró sobre los hijos de los hombres,
Para ver si había algún entendido
Que buscara a Dios.
53:3 Cada uno se había vuelto atrás; todos se habían corrompido;
No hay quien haga lo bueno, no hay ni aun uno.
53:4 ¿No tienen conocimiento todos los que hacen iniquidad,
Que devoran a mi pueblo como si comiesen pan,
Y a Dios no invocan?
53:5 Allí se sobresaltaron de pavor donde no había miedo,
Porque Dios ha esparcido los huesos del que puso asedio contra ti;
Los avergonzaste, porque Dios los desechó.
53:6 ¡Oh, si saliera de Sion la salvación de Israel!
Cuando Dios hiciere volver de la cautividad a su pueblo,
Se gozará Jacob, y se alegrará Israel.
 
El verbo se hizo carne, el verbo estaba con Dios… Juan 1:1

El verbo se hizo carne, el verbo estaba con Dios… Juan 1:1

Juan 1:1
“En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.
La Biblia dice que EL VERBO o en otras traducciones LA PALABRA estaba o era con Dios, y la palabra era Dios.
Juan 1:1 No dice “En el principio Jesús era , y Jesús estaba con Dios, y Jesús era Dios”. NO.
Dice que ALGO llamado LOGOS (traducido VERBO en algunas versiones, o PALABRA en otras) estaba con Dios.
La palabra LOGOS que se usa en el griego original no es masculina. Es NEUTRA. Y es por eso que algunas biblias traducen EL VERBO como LA PALABRA. La traducción al inglés de Tyndale incluso llama al verbo IT (eso) al decir “it was with God” y no “he was with God”.
Si leyéramos literalmente Juan 1:1 lo que leemos es que, LA PALABRA exactamente eso, LA PALABRA, estaba en el PRINCIPIO con Dios. Si vamos al PRINCIPIO que es Génesis 1…. ¿encontramos a Jesús con Dios? No pero encontramos que LA PALABRA (exactamente lo que quiere decir la palabra LA PALABRA) estaba con Dios ya que cada vez que Dios pronunciaba una palabra, algo era creado. Decía Dios “Haya Luz” y había Luz. ¿Qué es más exactamente esa palabra?
Así que LOGOS es un CONCEPTO no una persona. Que ese concepto se “haga carne” en el momento en que nació Jesús no implica que el concepto y Jesús sean lo mismo.

Juan 1:14-

“Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad”.
 
Re: Triteísmo Adventista

Estimado javierandrés. Saludos cordiales.

Tú dices:

Cristo tomo naturaleza humana no caída pues el no peco.

Respondo: Cristo no pecó, y nos dió ejemplo, sin embargo ek siendo Dios, se hizo hombre. Este es el misterio de la piedad.


“E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne, Justificado en el Espíritu, Visto de los ángeles, Predicado a los gentiles, Creído en el mundo, Recibido arriba en gloria”. 1 Tim. 3:16

Dios fue manifestado en carne.

A. Mat. 1:23, “He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, Y llamarás su nombre Emanuel, {Is. 7. 14.} que traducido es: Dios con nosotros”.

B. Jn. 1:14, “Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad”.

C. Col. 2:9, “Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad”.

D. Fil. 2:7, “se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres”. Véase también Heb. 2:14; 10:5.

E. Jn. 14:9, “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre”.

“¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas, y que entrara en su gloria?” Luc. 24:26,

Bendiciones.

Luego todo Israel será salvo.
 
LOGOS que es PALABRA

LOGOS que es PALABRA

El literal significado de LOGOS que es PALABRA. La PALABRA es una cosa, un concepto un ALGO, no una persona. Y muchos textos de la Biblia aclaran qué es exactamente la PALABRA o el LOGOS:

Genesis 15:1 Después de estas cosas vino la palabra de Jehová a Abram en visión, diciendo: —No temas, Abram. Yo soy tu escudo, y tu galardón será muy grande.
¿Quiere decir que vino Jesús a Abraham en una visión? No. Quiere decir que la Palabra de Dios, que es su poder y sabiduría vino en una visión.
1Reyes 17:8 Entonces la palabra de Jehová vino a Elías diciendo
¿Quiere decir que Jesús vino a Elías? No. La PALABRA es eso: es LA PALABRA no es una persona pero se habla como si fuera una persona, como algo que viene a Elías.
Jeremías 5:13 Los profetas serán convertidos en viento, puesto que la palabra no está en ellos. Así se ha de hacer con ellos.”
¿Quiere decir que Jesús no estaba con ellos? No, quiere decir que la SABIDURÍA de Dios no estaba con ellos.

Miqueas4:2 Muchas naciones vendrán y dirán: “Venid, subamos al monte de Jehovah y a la casa del Dios de Jacob, para que él nos enseñe sus caminos, y nosotros caminemos por sus sendas.” Porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehovah.
 
Re: Triteísmo Adventista

Estimado javierandrés. Saludos cordiales.
Respondo: Cristo no pecó, y nos dió ejemplo, sin embargo ek siendo Dios, se hizo hombre. Este es el misterio de la piedad.


“E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne, Justificado en el Espíritu, Visto de los ángeles, Predicado a los gentiles, Creído en el mundo, Recibido arriba en gloria”. 1 Tim. 3:16

Luego todo Israel será salvo.[/SIZE][/B]

¿Hay quienes aluden que este versiculo la traducción correcta es la siguiente, que opinión tiene usted?

1 Timoteo 3:16

Este versículo es traducido así en algunas Biblias. La traducción correcta es "El quien se manifestó en carne." Miremos al versículo entero.

[QUOTE]"Quien fue manifestado en la carne, justificado en el Espíritu, visto de los ángeles, predicado a los gentiles, creído en el mundo, recibido arriba en gloria."
1 Timoteo 3:16

Este versículo es traducido así en algunas Biblias. La traducción correcta es "El quien se manifestó en carne." Miremos al versículo entero.

"Quien fue manifestado en la carne, justificado en el Espíritu, visto de los ángeles, predicado a los gentiles, creído en el mundo, recibido arriba en gloria."

Cada comentario que yo he leído está de acuerdo en que aquí se está hablando de Jesús y no de Dios. Jesús fue proclamado a los gentiles. Jesús fue creído en el mundo. Jesús fue recibido en gloria, no fue Dios. Las Biblias que han interpretado este versículo con "Dios" en vez de "Quien" han usados manuscritos corruptos. La Biblia Interlineal Griega e Inglesa de Zondervan lo traduce como "Quien." La Nueva Biblia Americana que es católica lo traduce como "Quien." Entonces, ¿De dónde salen esos manuscritos corruptos?

La Nueva Biblia Americana tiene una excelente nota al pie en este versículo:

1 Timoteo 3:16: "Mucho después (a partir del octavo o noveno siglo), predominantemente los manuscritos Bizantinos leen "Dios" posiblemente por razones teológicas."

Las interpretaciones corruptas existen porque las personas quieren probar la trinidad a todo costo. Si fuéramos a creer que "dios" era la interpretación correcta, entonces como explicaríamos 1 Timoteo 2:5:

"Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre."
[/QUOTE]
 
Manifestado en Carne

Manifestado en Carne

Otra postura al respecto es la siguiente:
ÉSTA es una doctrina fundamental de la fe cristiana (1 Timoteo 3:16). Si Cristo fuera sólo un hombre bueno o un hombre que llegó a ser Hijo de Dios, no valdría la pena ser su seguidor, porque si no es Dios, fue un ser engañado o un engañador, ya que frecuentemente declaró que era Dios. Tanto sus discípulos que lo seguían, como los judíos que no creían en él, se daban cuenta de que Cristo afirmaba su deidad en forma inequívoca (Juan 5:18; 10:32,33).
Nosotros lo afirmamos también y lo apoyaremos con la Biblia.
Si usted tiene alguna duda acerca de esto, lea hasta el fin y medite, sin prejuicios, en lo que la Biblia dice acerca de la persona de Cristo.
¿QUIÉN ES JESUCRISTO?
Tomemos como punto de partida una afirmación que leemos en el Evangelio según San Juan:
Vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo. Por eso os dije que moriréis en vuestros pecados; porque si no creéis que yo soy, en vuestros pecados moriréis (Juan 8:23,24).
Si no creemos que Jesús es quien él mismo se decía ser, moriremos en nuestros pecados. Estas palabras no dejan lugar para opiniones contradictorias. Cristo es Dios, igual en gloria y sustancia al Padre. Esta verdad la podemos ampliar con otras lecturas de la Biblia:
1. La misión dada a Juan el Bautista
Primero preguntaremos: ¿A quién preparó el camino Juan el Bautista? El profeta dijo:
Preparad camino a Jehová; enderezad calzada en la soledad a nuestro Dios (Isaías 40:3).
Según este pasaje, Juan prepararía el camino de Jehová Dios; pero veamos lo que dice Cristo:
Porque éste es de quien está escrito: He aquí, yo envío mi mensajero delante de tu faz, el cual preparará el camino delante de ti (Mateo 11:10).
Hay dos posibilidades: o Juan estaba preparando el camino para dos personas, o Cristo es Dios.
2. El uso de la frase: El primero y el último
Dios habló de sí por medio del profeta y dijo:
Yo soy el primero, y yo soy el postrero, y fuera de mí no hay Dios (Isaías 44:6; vea también 41:4; 48:12).
A esto, unamos el testimonio que de Cristo, el apóstol Juan escribió:
Cuando le vi, caí como muerto a sus pies. Y él puso su diestra sobre mí, diciéndome: No temas; yo soy el primero y el último; y el que vivo, y estuve muerto; más he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén (Apocalipsis 1:17,18; vea también 2:8; 22:13).
El que habló con el apóstol era Cristo, el mismo que murió y resucitó. ¿Se equivocó al decir que era el primero y el último? ¿Será posible que se esté atribuyendo un título que le pertenece sólo a Dios?
3. Cristo es digno de adoración
En la ley, Dios declara:
Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre. No tendrás dioses ajenos delante de mí... No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios (Éxodo 20:2,3,5).
Pasamos al Nuevo Testamento. Tomás se acerca a Cristo y le dice:
¡Señor mío, y Dios mío!
A lo que Jesús le contesta:
Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron (Juan 20:28,29).
¿Por qué no fue reprendido Tomás por blasfemo? Al contrario, Cristo lo reprendió por ser tan lento para creer. Cristo permitió que Tomás lo adorara. ¿Hizo mal? ¿O aceptó la adoración porque sabía que él era Dios?
Al ser tentado por Satanás el Señor Jesús afirmó:
Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás (Mateo 4:10, citando Deuteronomio 6:13).
A pesar de esta afirmación Cristo aceptó la adoración de los hombres. Esto es evidente en Mateo 2:11; 8:2; 9:18; 14:33; 15:25; 18:26; 20:20; 28:9,17; Marcos 5:6; Lucas 24:52; Juan 9:38. Comparemos estos pasajes con Hechos 10:26; 14:11-18; Apocalipsis 19:9,10; 22:8,9.
4. El valor infinito de su obra
A quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia,...a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús (Romanos 3:25,26).
¿Cuál es la base sobre la cual Dios puede perdonar a toda una raza de pecadores rebeldes y al mismo tiempo mantener su integridad moral?
La respuesta a esta pregunta aporta evidencia contundente sobre la deidad de Cristo. Meditemos sobre el sustituto que se precisa para que un Dios que es infinitamente santo pueda perdonar a los pecadores sin sacrificar su santidad ni su justicia.
Hay dos requisitos:
1. El sustituto debe ser perfecto.
Yo no podría sufrir por los pecados de otro, pues ya estoy condenado por pecados que yo he cometido. Sólo un hombre sin pecado puede tomar el lugar de un pecador. La perfección es un requisito indispensable.
2. El sacrificio debe ser infinito.
Para que un Dios justo pueda ofrecer perdón a toda la humanidad el sacrificio debe ser infinito. Supongamos que soy moralmente perfecto y que tengo la noble idea de sacrificarme por otros pecadores. ¿A cuántos pecadores podría sustituir? A uno, solamente a UNO. Pero también pregunto: ¿Cuánto debo sufrir? Todo el tiempo que el pecador hubiera tenido que sufrir. Muerte eterna sería mi sentencia. Ningún ser finito puede agotar de otra manera el juicio de un Dios santo. Para rescatar a dos personas harían falta dos sustitutos. Para que diez personas fueran justificadas harían falta diez sustitutos perfectos que sufrieran eternamente.
¿A qué conclusión podremos llegar cuando leemos que la muerte de Cristo satisface todas las demandas de la justicia de Dios contra la raza humana? A esta: Cristo no sólo es moralmente perfecto sino infinito.
Y ahora afirmamos que, o hay más que un ser infinito, o Cristo es el Dios infinito manifestado en carne humana.
5. La frase: Hijo de Dios
Algunos que aceptan que Cristo merece el título "Hijo de Dios", lo usan para probar que no es Dios, sino solamente Hijo de Dios. Ven aquí una prueba de inferioridad. Arguyen que si es Hijo no puede ser igual a Dios porque todo hijo es inferior a su padre. Este argumento, aparentemente fuerte, pasa por alto dos cosas obvias.
1. Cristo también es "Hijo del Hombre". ¿Significa esto que es inferior al hombre? De ninguna manera. Significa que es verdaderamente hombre. Cuando descendió al mundo no perdió su deidad y cuando ascendió a la gloria no perdió su humanidad. Es interesante notar cuántas veces el título "Hijo del Hombre" está vinculado con su ascensión (Mateo 13:41; 16:27; 26:64; Juan 1:51; Hechos 7:56). "Hijo del Hombre" demuestra plena humanidad. "Hijo de Dios" demuestra deidad.
El hijo es inferior al padre sólo durante una etapa de su existencia. Muchos hijos llegan a ser iguales o mejores que sus padres. La historia confirma esto plenamente. El Hijo de Dios es igual a Dios. Él mismo lo afirma: Yo y el Padre uno somos (Juan 10:30). Pero también reconoce que hay un sentido en el cual el Padre es mayor que él: Habéis oído que yo os he dicho: Voy, y vengo a vosotros. Si me amarais, os habríais regocijado, porque he dicho que voy al Padre; porque el Padre mayor es que yo (Juan 14:28).
El Padre es mayor en función, no en esencia. Esto lo ilustraremos así: El hombre y la mujer son iguales en esencia: ambos son humanos; pero hay distinción en funciones: el hombre es cabeza de la mujer (1 Corintios. 11:3). El Padre es mayor que el Hijo en su función como Padre, pero es igual en esencia. En la esfera terrenal, el padre una vez fue hijo y el hijo puede llegar a ser padre. Las funciones cambian, pero la esencia humana persiste.
¿QUÉ IMPLICA CREER QUE CRISTO ES DIOS MANIFESTADO EN CARNE?
El apóstol Juan en sus epístolas pone especial énfasis en esta doble verdad. Veamos sus escritos:
¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? (1 Juan 5:5).
Creer en Jesucristo como Hijo de Dios, es creer que su obra es perfecta y completa y que mi salvación es significativa y segura. Algunos niegan con sus palabras esta verdad; otros lo hacen con sus hechos, porque si creo en la virtud de la sangre de Cristo y en lo eficaz de su obra, deberá haber victoria constante en mi vida, pues:
1. Mantengo mi comunión con Dios y con mis hermanos. Porque creo que la sangre de Cristo borró mis pecados pasados (Romanos 3:25), y me da el poder para mantener mi comunión con Dios (1 Juan 1:7) y con mis hermanos (1 Corintios 10:16).
2. Sirvo a Dios con excelencia. Porque creo que la sangre de Cristo libra mi conciencia de obras muertas (complejos relacionados con mi vida antes de conocer a Cristo), y me permite acercarme para aprender más de él (Hebreos 9:14; 10:22).
3. Vivo con diferentes principios. Porque creo que la sangre de Cristo me ha rescatado de mi vana manera de vivir (tradiciones, costumbres y hasta cultura) que recibí de mis padres (1 Pedro 1:18). Esto me hace una criatura diferente (2 Corintios 5:17), con nuevos propósitos (Efesios 2:10) y nueva imagen (Efesios 4:22-24; Colosenses 3:9-11).
Sobre la otra parte de esta doctrina, el apóstol Juan añade:
Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios (1 Juan 4:2).
Porque muchos engañadores han salido por el mundo, que no confiesan que Jesucristo ha venido en carne. Quien esto hace es el engañador y el anticristo (2 Juan 7).
Por tanto, para confesar con mi vida que Jesucristo ha venido en carne debo manifestar que creo lo siguiente:
1. Que fue mi sustituto, por tanto, porque él murió por mí, yo vivo para él. El amor de Cristo me constriñe (2 Corintios 5:14,15), por lo que sé y entiendo lo que él hizo por mí (Efesios 2:15; Colosenses 1:21,22; 1 Pedro 3:18).
2. Que es mi ejemplo. Por esto ando en sus pisadas. Creo que si Dios envió a su Hijo en semejanza de carne de pecado (Romanos 8:3) fue para condenar al pecado en la carne. Creo que participó de carne y sangre, para destruir al que tenía el imperio de la muerte, y lo hizo usando las armas que Dios me ha dado (la oración, su Palabra y el poder del Espíritu) para que no tenga excusa para no poder andar en él (Colosenses 2:6; 1 Pedro 2:21).
3. Que es mi intercesor y puede suplir todo lo que necesito. Al pensar en la función de intercesor, muchos se forman la idea de uno que se para entre nuestra vida de pecado y el Dios perfecto y justo. Sin embargo, la Biblia da otro cuadro: Uno que está entre mi necesidad como su siervo y las inescrutables riquezas de Dios. Está en los cielos para darme todos los recursos necesarios para vivir una vida victoriosa. Él sabe lo que necesito e intercede ante el Padre por mí (Juan 14:13,14), porque:
Padeció siendo tentado, y puede socorrerme (Hebreos 2:18).
Fue tentado en todo según nuestra semejanza, y puede compadecerse de mis debilidades (Hebreos 4:15).
Fue constituido como intercesor por palabra de juramento y hecho perfecto para siempre (Hebreos 7:25-28).
Él alcanzó la perfección (Hebreos 2:10) por el mismo camino que yo la he de alcanzar (1 Pedro 5:10).
En la reflexión final que sugiere usted haga, conteste estas dos preguntas:
¿Creo que Cristo es Dios manifestado en carne?
¿Demuestro por mi vida, en forma inequívoca, que Jesucristo es Dios y que ha venido en carne?
¡Gran Creador!
¡Oh gran Creador del universo, ser infinito e inmortal!
Por nuestro amor, tu trono dejas y tu morada celestial,
Y entre pañales naces pobre para en nuestro mundo andar.
Tú, que eres Dios y Rey supremo, hambre y sed has de probar;
Y en vez de cantos de alabanza escarnio y burla escucharás.
Todo porque tú nos amaste y nos quisiste rescatar.
¿Qué viste en mí que decidiste a este mundo descender,
Y en los días de tu carne la obediencia aprender?
Dime qué es que tanto amaste y a tus pies lo rendiré.
¡Oh! Dios de amor y toda gracia, haga en ti siempre pensar,
Al verte humilde en un pesebre, quita el orgullo y vanidad;
Al contemplarte en cruz sufriendo, haznos, Señor, amarte más.
 
Dios manifestado en carne

Dios manifestado en carne

Referencia: Isaías 9:6-7

Declaración: Un ser humano, un niño que nació y que es el Padre Eterno, el Dios Fuerte

Comentarios: Los títulos "niño nacido" e "hijo dado" hacen referencia a la humanidad de Jesús. Los títulos Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno y Príncipe de Paz, hacen referencia a su Deidad


Referencia: Isaías 35:3-4, Isaías 43:10-12. Comparar con Mateo11:2-6 y Lucas 7:18-23

Declaración: Dios mismo viniendo y salvando

Comentarios: Fuera de Jehová no hay quien salve


Referencia: Isaías 40:5. comparar conApocalipsis 1:7

Declaración: La manifestación de la Gloria de Jehová

Comentarios: La cual ha de ver todo ser humano


Referencia: Isaías 7:14, Mateo 1:21-23

Declaración: Dios con nosotros

Comentarios: Dios mismo salvando a su pueblo de sus pecados


Referencia: Juan 1:9-10

Declaración: Dios viniendo al mundo

Comentarios: Dios, que es la Luz Verdadera, vino al mundo que fue hecho por él, pero el mundo no le conoció


Referencia: Juan 14:8-14

Declaración: El Padre morando en el Hijo

Comentarios: De esa manera el Padre (su Divinidad) está en el Hijo (su humanidad), y el Hijo (su humanidad) está en el Padre (su Divinidad); para que el Padre (su Divinidad) sea glorificado en el Hijo (su humanidad)


Referencia: Romanos 9:5

Declaración: Cristo es Dios sobre todas las cosas

Comentarios: Según la carne es descendiente de los patriarcas de Israel, pero según su gran dignidad es el Dios único


Referencia: 2. Corintios 5:18-20

Declaración: Dios estaba en Cristo

Comentarios: Reconciliando consigo al mundo


Referencia: Efesios 1:3-14

Declaración: El misterio de su voluntad

Comentarios: El cual se había propuesto en sí mismo, de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos


Referencia: Efesios 3:1-4, Colosenses1:25-26

Declaración: El misterio de Cristo

Comentarios: Que no se dio a conocer plenamente en los tiempos antiguos pero que ahora ha sido revelado a los santos


Referencia: Efesios 3:8-12, Colosenses1:28

Declaración: Dispensación del misterio escondido desde los siglos en Dios

Comentarios: Que ahora es dado a conocer por medio de la Iglesia a fin de presentar perfecto en Cristo Jesús a todo hombre


Referencia: Colosenses 2:2-5

Declaración: El misterio de Dios el Padre y de Cristo

Comentarios: En quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y el conocimiento


Referencia: Colosenses 2:8-10

Declaración: En el cuerpo de Cristo habita la plenitud de Dios

Comentarios: No debemos dejarnos engañar por las palabras de las filosofías y de las tradiciones de los hombres


Referencia: Colosenses 4:2-4

Declaración: El misterio de Cristo

Comentarios: Debemos orar para que el Señor abra puerta para predicar la Palabra y dar a conocer este misterio


Referencia: 1. Timoteo 3:9

Declaración: El misterio de la Fe

Comentarios: Que debe ser guardado con limpia conciencia


Referencia: 1. Timoteo 3:16

Declaración: El misterio de la Piedad

Comentarios: Dios fue manifestado en carne mostrando su piedad (su grande amor y su misericordia) para con los hombres.


Referencia: Hebreos 2:14

Declaración: Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo.

Comentarios: El Padre Eterno participó de carne y sangre para rescatar a sus hijos. Dios se manifestó como un verdadero ser humano y en esa condición de hombre murió y derrotó a Satanás, pero en su condición de Dios no puede morir porque es Dios Eterno.
 
Según el Catecismo de la Iglesia Católica

Según el Catecismo de la Iglesia Católica

PRIMERA PARTE
LA PROFESIÓN DE LA FE

SEGUNDA SECCIÓN:
LA PROFESIÓN DE LA FE CRISTIANA

CAPÍTULO SEGUNDO
CREO EN JESUCRISTO, HIJO ÚNICO DE DIOS

ARTÍCULO 3
"JESUCRISTO FUE CONCEBIDO POR OBRA Y GRACIA
DEL ESPÍRITU SANTO Y NACIÓ DE SANTA MARÍA VIRGEN"

Párrafo 1
EL HIJO DE DIOS SE HIZO HOMBRE

I Por qué el Verbo se hizo carne

456 Con el Credo Niceno-Constantinopolitano respondemos co nfesando: "Por nosotros los hombres y por nuestra salvación bajó del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María la Virgen y se hizo hombre".

457 El Verbo se encarnó para salvarnos reconciliándonos con Dios: "Dios nos amó y nos envió a su Hijo como propiciación por nuestros pecados" (1 Jn 4, 10)."El Padre envió a su Hijo para ser salvador del mundo" (1 Jn 4, 14). "El se manifestó para quitar los pecados" (1 Jn 3, 5):

Nuestra naturaleza enferma exigía ser sanada; desgarrada, ser restablecida; muerta, ser resucitada. Habíamos perdida la posesión del bien, era necesario que se nos devolviera. Encerrados en las tinieblas, hacia falta que nos llegara la luz; estando cautivos, esperábamos un salvador; prisioneros, un socorro; esclavos, un libertador. ¿No tenían importancia estos razonamientos? ¿No merecían conmover a Dios hasta el punto de hacerle bajar hasta nuestra naturaleza humana para visitarla ya que la humanidad se encontraba en un estado tan miserable y tan desgraciado? (San Gregorio de Nisa, or. catech. 15).

458 El Verbo se encarnó para que nosotros conociésemos así el amor de Dios: "En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene: en que Dios envió al mundo a su Hijo único para que vivamos por medio de él" (1 Jn 4, 9). "Porque tanto amó Dio s al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna" (Jn 3, 16).

459 El Verbo se encarnó para ser nuestro modelo de santidad: "Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí ... "(Mt 11, 29). "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí" (Jn 14, 6). Y el Padre, en el monte de la transfiguración, ordena: "Escuchadle" (Mc 9, 7;cf. Dt 6, 4-5). El es, en efecto, el modelo de las bienaventuranzas y la norma de la ley nueva: "Amaos los unos a los otros como yo os he amado" (Jn 15, 12). Este amor tiene como consecuencia la ofrenda efectiva de sí mismo (cf. Mc 8, 34).

460 El Verbo se encarnó para hacernos "partícipes de la naturaleza divina" (2 P 1, 4): "Porque tal es la razón por la que el Verbo se hizo hombre, y el Hijo de Dios, Hijo del hombre: Para que el hombre al entrar en comunión con el Verbo y al recibir así la filiación divina, se convirtiera en hijo de Dios" (S. Ireneo, haer., 3, 19, 1). "Porque el Hijo de Dios se hizo hombre para hacernos Dios" (S. Atanasio, Inc., 54, 3). "Unigenitus Dei Filius, suae divinitatis volens nos esse participes, naturam nostram assumpsit, ut homines deos faceret factus homo" ("El Hijo Unigénito de Dios, queriendo hacernos participantes de su divinidad, asumió nuestra naturaleza, para que, habiéndose hecho hombre, hiciera dioses a los hombres") (Santo Tomás de A., opusc 57 in festo Corp. Chr., 1).

II La Encarnación

461 Volviendo a tomar la frase de San Juan ("El Verbo se encarnó": Jn 1, 14), la Iglesia llama "Encarnación" al hecho de que el Hijo de Dios haya asumido una naturaleza humana para llevar a cabo por ella nuestra salvación. En un himno citado por S. Pablo, la Iglesia canta el misterio de la Encarnación:

Tened entre vosotros los mismos sentimientos que tuvo Cristo: el cual, siendo de condición divina, no retuvo ávidamente el ser igual a Dios, sino que se despojó de sí mismo tomando condición de siervo, haciéndose semejante a los hombres y apareciendo en su porte como hombre; y se humilló a sí mismo, obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz. (Flp 2, 5-8; cf. LH, cántico de vísperas del sábado).

462 La carta a los Hebreos habla del mismo misterio:

Por eso, al entrar en este mundo, [Cristo] dice: No quisiste sacrificio y oblación; pero me has formado un cuerpo. Holocaustos y sacrificios por el pecado no te agradaron. Entonces dije: ¡He aquí que vengo ... a hacer, oh Dios, tu voluntad! (Hb 10, 5-7, citando Sal 40, 7-9 LXX).

463 La fe en la verdadera encarnación del Hijo de Dios es el signo distintivo de la fe cristiana: "Podréis conocer en esto el Espíritu de Dios: todo espíritu que confiesa a Jesucristo, venido en carne, es de Dios" (1 Jn 4, 2). Esa es la alegre convicción de la Iglesia desde sus comienzos cuando canta "el gran misterio de la piedad": "El ha sido manifestado en la carne" (1 Tm 3, 16).

III Verdadero Dios y verdadero hombre

464 El acontecimiento único y totalmente singular de la Encarnación del Hijo de Dios no significa que Jesucristo sea en parte Dios y en parte hombre, ni que sea el resultado de una mezcla confusa entre lo divino y lo humano. El se hizo verdaderamente hombre sin dejar de ser verdaderamente Dios. Jesucristo es verdadero Dios y verdadero hombre. La Iglesia debió defender y aclarar esta verdad de fe durante los primeros siglos frente a unas herejías que la falseaban.

465 Las primeras herejías negaron menos la divinidad de Jesucristo que su humanidad verdadera (docetismo gnóstico). Desde la época apostólica la fe cristiana insistió en la verdadera encarnación del Hijo de Dios, "venido en la carne" (cf. 1 Jn 4, 2-3; 2 Jn 7). Pero desde el siglo III, la Iglesia tuvo que afirmar frente a Pablo de Samosata, en un concilio reunido en Antioquía, que Jesucristo es hijo de Dios por naturaleza y no por adopción. El primer concilio ecuménico de Nicea, en el año 325, confesó en su Credo que el Hijo de Dios es "engendrado, no creado, de la misma substancia ['homoousios'] que el Padre" y condenó a Arrio que afirmaba que "el Hijo de Dios salió de la nada" (DS 130) y que sería "de una substancia distinta de la del Padre" (DS 126).

466 La herejía nestoriana veía en Cristo una persona humana junto a la persona divina del Hijo de Dios. Frente a ella S. Cirilo de Alejandría y el tercer concilio ecuménico reunido en Efeso, en el año 431, confesaron que "el Verbo, al unirse en su persona a una carne animada por un alma racional, se hizo hombre" (DS 250). La humanidad de Cristo no tiene más sujeto que la persona divina del Hijo de Dios que la ha asumido y hecho suya desde su concepción. Por eso el concilio de Efeso proclamó en el año 431 que María llegó a ser con toda verdad Madre de Dios mediante la concepción humana del Hijo de Dios en su seno: "Madre de Dios, no porque el Verbo de Dios haya tomado de ella su naturaleza divina, sino porque es de ella, de quien tiene el cuerpo sagrado dotado de un alma racional, unido a la persona del Verbo, de quien se dice que el Verbo nació según la carne" (DS 251).

467 Los monofisitas afirmaban que la naturaleza humana había dejado de existir como tal en Cristo al ser asumida por su persona divina de Hijo de Dios. Enfrentado a esta herejía, el cuarto concilio ecuménico, en Calcedonia, confesó en el año 451:

Siguiendo, pues, a los Santos Padres, enseñamos unánimemente que hay que confesar a un solo y mismo Hijo y Señor nuestro Jesucristo: perfecto en la divinidad, y perfecto en la humanidad; verdaderamente Dios y verdaderamente hombre compuesto de alma racional y cuerpo; consustancial con el Padre según la divinidad, y consustancial con nosotros según la humanidad, `en todo semejante a nosotros, excepto en el pecado' (Hb 4, 15); nacido del Padre antes de todos los siglos según la divinidad; y por nosotros y por nuestra salvación, nacido en los últimos tiempos de la Virgen María, la Madre de Dios, según la humanidad.

Se ha de reconocer a un solo y mismo Cristo Señor, Hijo único en dos naturalezas, sin confusión, sin cambio, sin división, sin separación. La diferencia de naturalezas de ningún modo queda suprimida por su unión, sino que quedan a salvo las propiedades de cada una de las naturalezas y confluyen en un solo sujeto y en una sola persona (DS 301-302).

468 Después del concilio de Calcedonia, algunos concibieron la naturaleza humana de Cristo como una especie de sujeto personal. Contra éstos, el quinto concilio ecuménico, en Constantinopla el año 553 confesó a propósito de Cristo: "No hay más que una sola hipóstasis [o persona], que es nuestro Señor Jesucristo, uno de la Trinidad" (DS 424). Por tanto, todo en la humanidad de Jesucristo debe ser atribuído a su persona divina como a su propio sujeto (cf. ya Cc. Efeso: DS 255), no solamente los milagros sino también los sufrimientos (cf. DS 424) y la misma muerte: "El que ha sido crucificado en la carne, nuestro Señor Jesucristo, es verdadero Dios, Señor de la gloria y uno de la santísima Trinidad" (DS 432).

469 La Iglesia confiesa así que Jesús es inseparablemente verdadero Dios y verdadero hombre. El es verdaderamente el Hijo de Dios que se ha hecho hombre, nuestro hermano, y eso sin dejar de ser Dios, nuestro Señor:

"Id quod fuit remansit et quod non fuit assumpsit" ("Permaneció en lo que era y asumió lo que no era"), canta la liturgia romana (LH, antífona de laudes del primero de enero; cf. S. León Magno, serm. 21, 2-3). Y la liturgia de S. Juan Crisóstomo proclama y canta: "Oh Hijo Unico y Verbo de Dios, siendo inmortal te has dignado por nuestra salvación encarnarte en la santa Madre de Dios, y siempre Virgen María, sin mutación te has hecho hombre, y has sido crucificado. Oh Cristo Dios, que por tu muerte has aplastado la muerte, que eres Uno de la Santa Trinidad, glorificado con el Padre y el Santo Espíritu, sálvanos! (Tropario "O monoghenis").

IV Cómo es hombre el Hijo de Dios

470 Puesto que en la unión misteriosa de la Encarnación "la naturaleza humana ha sido asumida, no absorbida" (GS 22, 2), la Iglesia ha llegado a confesar con el correr de los siglos, la plena realidad del alma humana, con sus operaciones de inteligencia y de voluntad, y del cuerpo humano de Cristo. Pero paralelamente, ha tenido que recordar en cada ocasión que la naturaleza humana de Cristo pertenece propiamente a la persona divina del Hijo de Dios que la ha asumido. Todo lo que es y hace en ella pertenece a "uno de la Trinidad". El Hijo de Dios comunica, pues, a su humanidad su propio modo personal de existir en la Trinidad. Así, en su alma como en su cuerpo, Cristo expresa humanamente las costumbres divinas de la Trinidad (cf. Jn 14, 9-10):

El Hijo de Dios... trabajó con manos de hombre, pensó con inteligencia de hombre, obró con voluntad de hombre, amó con corazón de hombre. Nacido de la Virgen María, se hizo verdaderamente uno de nosotros, en todo semejante a nosotros, excepto en el pecado (GS 22, 2).

El alma y el conocimiento humano de Cristo

471 Apolinar de Laodicea afirmaba que en Cristo el Verbo había sustituído al alma o al espíritu. Contra este error la Iglesia confesó que el Hijo eterno asumió también un alma racional humana (cf. DS 149).

472 Este alma humana que el Hijo de Dios asumió está dotada de un verdadero conocimiento humano. Como tal, éste no podía ser de por sí ilimitado: se desenvolvía en las condiciones históricas de su existencia en el espacio y en el tiempo. Por eso el Hijo de Dios, al hacerse hombre, quiso progresar "en sabiduría, en estatura y en gracia" (Lc 2, 52) e igualmente adquirir aquello que en la condición humana se adquiere de manera experimental (cf. Mc 6, 38; 8, 27; Jn 11, 34; etc.). Eso ... correspondía a la realidad de su anonadamiento voluntario en "la condición de esclavo" (Flp 2, 7).

473 Pero, al mismo tiempo, este conocimiento verdaderamente humano del Hijo de Dios expresaba la vida divina de su persona (cf. S. Gregorio Magno, ep 10,39: DS 475). "La naturaleza humana del Hijo de Dios, no por ella m isma sino por su unión con el Verbo, conocía y manifestaba en ella todo lo que conviene a Dios" (S. Máximo el Confesor, qu. dub. 66 ). Esto sucede ante todo en lo que se refiere al conocimiento íntimo e inmediato que el Hijo de Dios hecho hombre tiene de su Padre (cf. Mc 14, 36; Mt 11, 27; Jn 1, 18; 8, 55; etc.). El Hijo, en su conocimiento humano, demostraba también la penetración divina que tenía de los pensamientos secretos del corazón de los hombres (cf Mc 2, 8; Jn 2, 25; 6, 61; etc.).

474 Debido a su unión con la Sabiduría divina en la persona del Verbo encarnado, el conocimiento humano de Cristo gozaba en plenitud de la ciencia de los designios eternos que había venido a revelar (cf. Mc 8,31; 9,31; 10, 33-34; 14,18-20. 26-30). Lo que reconoce ignorar en este campo (cf. Mc 13,32), declara en otro lugar no tener misión de revelarlo (cf. Hch 1, 7).

La voluntad humana de Cristo

475 De manera paralela, la Iglesia confesó en el sexto concilio ecuménico (Cc. de Constantinopla III en el año 681) que Cristo posee dos voluntades y dos operaciones naturales, divinas y humanas, no opuestas, sino cooperantes, de forma que el Verbo hecho carne, en su obediencia al Padre, ha querido humanamente todo lo que ha decidido divinamente con el Padre y el Espíritu Santo para nuestra salvación (cf. DS 556-559). La voluntad humana de Cristo "sigue a su voluntad divina sin hacerle resistencia ni oposición, sino todo lo contrario estando subordinada a esta voluntad omnipotente" (DS 556).

El verdadero cuerpo de Cristo

476 Como el Verbo se hizo carne asumiendo una verdadera humanidad, el cuerpo de Cristo era limitado (cf. Cc. de Letrán en el año 649: DS 504). Por eso se puede "pintar la faz humana de Jesús (Ga 3,2). El séptimo Concilio ecuménico (Cc. de Nicea II, en el año 787: DS 600-603) la Iglesia reconoció que es legítima su representación en imágenes sagradas.

477 Al mismo tiempo, la Iglesia siempre ha admitido que, en el cuerpo de Jesús, Dios "que era invisible en su naturaleza se hace visible" (Prefacio de Navidad). En efecto, las particularidades individuales del cuerpo de Cristo expresan la persona divina del Hijo de Dios. El ha hecho suyos los rasgos de su propio cuerpo humano hasta el punto de que, pintados en una imagen sagrada, pueden ser venerados porque el creyente que venera su imagen, "venera a la persona representada en ella" (Cc. Nicea II: DS 601).

El Corazón del Verbo encarnado

478 Jesús, durante su vida, su agonía y su pasión nos ha conocido y amado a todos y a cada uno de nosotros y se ha entregado por cada uno de nosotros: "El Hijo de Dios me amó y se entregó a sí mismo por mí" (Ga 2, 20). Nos ha amado a todos con un corazón humano. Por esta razón, el sagrado Corazón de Jesús, traspasado por nuestros pecados y para nuestra salvación (cf. Jn 19, 34), "es considerado como el principal indicador y símbolo...del amor con que el divino Redentor ama continuamente al eterno Padre y a todos los hombres" (Pio XII, Enc."Haurietis aquas": DS 3924; cf. DS 3812).

Resumen

479 En el momento establecido por Dios, el Hijo único del Padre, la Palabra eterna, es decir, el Verbo e Imagen substancial del Padre, se hizo carne: sin perder la naturaleza divina asumió la naturaleza humana.

480 Jesucristo es verdadero Dios y verdadero hombre en la unidad de su Persona divina; por esta razón él es el único Mediador entre Dios y los hombres.

481 Jesucristo posee dos naturalezas, la divina y la humana, no confundidas, sino unidas en la única Persona del Hijo de Dios.

482 Cristo, siendo verdadero Dios y verdadero hombre, tien e una inteligencia y una voluntad humanas, perfectamente de acuerdo y sometidas a su inteligencia y a su voluntad divinas que tiene en común con el Padre y el Espíritu Santo.

483 La encarnación es, pues, el misterio de la admirable unión de la naturaleza divina y de la naturaleza humana en la única Persona del Verbo.
 
Verdadero Dios y verdadero hombre (26.VIII.87) Iglesia Católica

Verdadero Dios y verdadero hombre (26.VIII.87) Iglesia Católica

Verdadero Dios y verdadero hombre (26.VIII.87)

1. 'Creo... en Jesucristo, su único Hijo (= de Dios Padre), nuestro Señor; que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, y nació de Santa María Virgen'. El ciclo de catequesis sobre Jesucristo, que desarrollamos aquí, hace referencia constante a la verdad expresada en las palabras del Símbolo Apostólico que acabamos de citar. Nos presentan a Cristo como verdadero Dios (Hijo del Padre) y, al mismo tiempo, como verdadero Hombre, Hijo de María Virgen. Las catequesis anteriores nos han permitido y cercarnos a esta verdad fundamental de la fe. Ahora, sin embargo, debemos tratar de profundizar su contenido esencial: debemos preguntarnos qué significa 'verdadero Dios y verdadero Hombre'. Es esta una realidad que se desvela ante los ojos de nuestra fe mediante a autorrevelación de Dios en Jesucristo. Y dado que ésta (como cualquier otra verdad revelada) sólo se puede acoger rectamente mediante la fe, entra aquí en juego el 'rationabile obsequium fidei' el obsequio razonable de la fe. Las próximas catequesis, centradas en el misterio del Dios) Hombre, quieren favorecer una fe así.

2. Ya anteriormente hemos puesto de relieve que Jesucristo hablaba a menudo de sí, utilizando el apelativo de 'Hijo del hombre' (Cfr. Mt 16, 28; Mc 2, 28). Dicho título estaba vinculado a la tradición mesiánica del Antiguo Testamento, y al mismo tiempo, respondía a aquella 'pedagogía de la fe', a la que Jesús recurría voluntariamente. En efecto, deseaba que sus discípulos y los que le escuchaban llegasen por sí solos al descubrimiento de que 'el Hijo del hombre' era al mismo tiempo el verdadero Hijo de Dios. De ello tenemos una demostración muy significativa en la profesión de Simón Pedro, hecha en los alrededores de Cesarea de Filipo, a la que nos hemos referido en las catequesis anteriores. Jesús provoca a los Apóstoles con preguntas, y cuando Pedro llega al reconocimiento explícito de su identidad divina, confirma su testimonio llamándolo 'bienaventurado tú, porque no es la carne ni la sangre quien esto te ha revelado sino mi Padre' (Cfr. Mt 16, 17). Es el Padre, el que da testimonio del Hijo, porque sólo El conoce al Hijo (Cfr. Mt 11, 27).

3. Sin embargo, a pesar de la discreción con que Jesús actuaba aplicando ese principio pedagógico de que se ha hablado, la verdad de su filiación divina se iba haciendo cada vez más patente, debido a lo que El decía y especialmente a lo que hacía. Pero si para unos esto constituía objeto de fe, para otros era causa de contradicción y de acusación. Esto se manifestó de forma definitiva durante el proceso ante el Sanedrín. Narra el Evangelio de Marcos: 'El Pontífice le preguntó y dijo: ¿Eres tú el Mesías, el Hijo del Bendito? Jesús dijo: Yo soy, y veréis al Hijo del hombre sentado a la diestra del Poder y venir sobre las nubes del cielo' (Mc 14, 61-62). En el Evangelio de Lucas la pregunta se formula así: 'Luego, ¿eres tú el Hijo de Dios. Díjoles: vosotros lo decís, yo soy' (Lc 22, 70).

4. La reacción de los presentes es concorde: 'Ha blasfemado... Acabáis de oír la blasfemia... Reo es de muerte' (Mt 26, 65-66). Esta exclamación es, por decirlo así, fruto de una interpretación material de la ley antigua.

Efectivamente, leemos en el Libro del Levítico: 'Quien blasfemare el nombre de Yahvéh será castigado con la muerte; toda a asamblea lo lapidará' (Lev 24, 16). Jesús de Nazaret, que ante los representantes oficiales del Antiguo Testamento declara ser el verdadero Hijo de Dios, pronuncia (según la convicción de ellos) una blasfemia. Por eso 'reo es de muerte', y la condena se ejecuta, si bien no con la lapidación según la disciplina veterotestamentaria, sino con la crucifixión, de acuerdo con la legislación romana. Llamarse a sí mismo 'Hijo de Dios' quería decir 'hacerse Dios' (Cfr. Jn 10, 33), lo que suscitaba una protesta radical por parte de los custodios del monoteísmo del Antiguo Testamento.

5. Lo que al final se llevó a cabo en el proceso intentado contra Jesús, en realidad había sido ya antes objeto de amenaza, como refieren los Evangelios, particularmente el de Juan. Leemos en él repetidas veces que los que lo escuchaban querían apedrear a Jesús, cuando lo que oían de su boca les parecía una blasfemia. Descubrieron una tal blasfemia, por ejemplo, en sus palabras sobre el tema del Buen Pastor (Cfr. Jn 10, 27.29), y en la conclusión a la que llegó en esa circunstancia: 'Yo y el Padre somos una sola cosa' (Jn 10, 30). La narración evangélica prosigue así: 'De nuevo los judíos trajeron piedras para apedrearle. Jesús les respondió: Muchas obras os he mostrado de parte de mi Padre; ¿por cuál de ellas me apedreáis? Respondiéronle los judíos: Por ninguna obra buena te apedreamos, sino por la blasfemia, porque tú, siendo hombre, te haces Dios' (Jn 10, 31-33).

6. Análoga fue la reacción a estas otras palabras de Jesús: 'Antes que Abrahán naciese, era yo' (Jn 8, 58). También aquí Jesús se halló ante una pregunta y una acusación idéntica: '¿Quién pretendes ser?' (Jn 8; 53), y la respuesta a tal pregunta tuvo como consecuencia a amenaza de lapidación (Cfr. Jn 8, 59). Está, pues, claro, que si bien Jesús hablaba de sí mismo sobre todo como del 'Hijo del hombre', sin embargo todo el conjunto de lo que hacía y enseñaba daba testimonio de que El era el Hijo de Dios en el sentido literal de la palabra: es decir, que era una sola cosa con el Padre, y por tanto: también El era Dios, como el Padre. Del contenido unívoco de este testimonio es prueba tanto el hecho de que El fue reconocido y escuchado por unos: 'muchos creyeron en Él': (Cfr. por ejemplo Jn 8, 30); como, todavía más, el hecho de que halló en otros una oposición radical, más aún, la acusación de blasfemia con la disposición a infligirle la pena prevista para los blasfemos en la Ley del Antiguo Testamento.

7. Entre las afirmaciones de Cristo relativas a este tema, resulta especialmente significativa la expresión: 'YO SOY'. El contexto en el que viene pronunciada indica que Jesús recuerda aquí la respuesta dada por Dios mismo a Moisés, cuando le dirige la pregunta sobre su Nombre: 'Yo soy el que soy... Así responderás a los hijos de Israel: Yo soy me manda a vosotros' (Ex 3, 14). Ahora bien, Cristo se sirve de la misma expresión 'Yo soy' en contextos muy significativos. Aquel del que se ha hablado, concerniente a Abrahán: 'Antes que Abrahán naciese, ERA YO'; pero no sólo ése. Así, por ejemplo: 'Si no creyereis que YO SOY, moriréis en vuestros pecados' (Jn 8,24), y también: 'Cuando levantéis en alto al Hijo del hombre, entonces conoceréis que YO SOY' (Jn 8, 28), y asimismo: 'Desde ahora os lo digo, antes de que suceda, para que, cuando suceda, creáis que YO SOY' (Jn 13,19). Este 'Yo soy' se halla también en otros lugares de los Evangelios sinópticos (por ejemplo Mt 28, 20; Lc 24, 39); pero en las afirmaciones que hemos citado el uso del Nombre de Dios, propio del Libro del Éxodo, aparece particularmente límpido y firme. Cristo habla de su 'elevación' pascual mediante la cruz y la sucesiva resurrección: 'Entonces conoceréis que YO SOY'. Lo que quiere decir: entonces se manifestará claramente que yo soy aquel al que compete el Nombre de Dios. Por ello, con dicha expresión Jesús indica que es el verdadero Dios. Y aun antes de su pasión El ruega al Padre así: 'Todo lo mío es tuyo, y lo tuyo mío' (Jn 17,10), que es otra manera de afirmar: 'Yo y el Padre somos una sola cosa' (Jn 10, 30).

Ante Cristo, Verbo de Dios encarnado, unámosnos también nosotros a Pedro y repitamos con la misma elevación de fe: 'Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo' (Mt 16, 16).
 
Re: Triteísmo Adventista

Se puede deducir que hay en varios puntos de fe que coinciden los Adventistas del Séptimo día con los Católicos.
 
Jesús pregunto: ¿quién decís que soy yo?

Jesús pregunto: ¿quién decís que soy yo?

"Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?" Desde aquella profesión global y totalizante del grupo apostólico: "Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo" hasta hoy, la respuesta se ha ido expresando y desarrollando de un modo progresivo. Queremos situar las grandes etapas de este desarrollo, no por preocupación meramente histórica, sino porque eso nos permite entroncarnos con la esencia de la fe: esa esencia que aún hoy corre el riesgo de ser deformada y desconocida.
 
Re: Triteísmo Adventista

TRINIDAD

Primera etapa: El Concilio de Nicea (325)
Frente al arrianismo (9), la Iglesia afirma fuertemente la naturaleza divina de Jesús, Hijo de Dios hecho carne. Este Hijo es la misma sustancia que el Padre, es "consustancial" al Padre. Esto mismo sigue confesando aún la Iglesia, en los mismos términos que lo hicieron los Padrea de Nicea. Porque el asunto es de capital importancia. Saber que Jesús es el Hijo de Dios, consustancial al Padre, no es un lujo metafísico.

(6) Para más detalles, cf. Cristología, de Duquoc, Págs.377 y ss. No nos apresuremos a decir que esa evocación histórica es inútil y que la cuestión carece de interés, porque nos equivocamos. La mayoría de los errores pisados siguen existiendo en la actualidad, "bien sea como tendencias, bien como afirmaciones". Los volveremos a encontrar sobre todo al analizar la actitud de los jóvenes respecto a Cristo.

(7) Se utiliza, por ejemplo, los vocablos persona, naturaleza y sustancia.

Estas palabras normalmente ya no dicen nada a nuestros contemporáneos. Pero es importante redescubrir la realidad que pretendían significar.

(8) Esta tendencia sigue aún vigente en algunos autores contemporáneos. La encontramos, por ejemplo, en Simone Weil, Cf. H. Cornélius y A. Léonard, La gnose éternelle (Fayard, Págs. 83-102)

(9) Doctrina de Arrío, según la cual Cristo no sería plenamente Dios.

"Es, en efecto, el sentido mismo de toda la perspectiva bíblica y la originalidad del Evangelio lo que está aquí en juego. Indudablemente para conocer y aceptar al otro, para que los hombres se relacionen y hablen entre sí no es necesario pasar o dar el rodeo de Cristo. El cristianismo solamente afirma una cosa muy simple: en todo encuentro o servicio humano hay siempre más de lo que aparece. Ese más o ese plus solamente queda explícito en uno: en Jesucristo, rostro humano de Dios. Si Jesús no es más que un hombre como todo el mundo, pierde su originalidad y su sentido y sus palabras no son más; que una exhortación más dentro del mundo. Pero si Jesús es ése que El pretende ser, entonces realiza en el universo una prodigiosa operación transformante de la que nosotros no percibimos más que los primeros estremecimientos. No se trata ya de una exhortación o de un moralismo, se trata de una mutación cósmica y humana, cuyo núcleo inicial es El" (10).

Segunda etapa: El Concilio de Efeso (431)

Jesucristo es hombre y Dios. Hay en El una naturaleza humana y una naturaleza divina. Pero algunos teólogos conciben esta distinción de dos naturalezas como distinción de dos personas. Tal fue el error de Nestorio. El nestorianismo se apoya, en efecto, en la idea de que una naturaleza humana, si quiere ser completa tiene que ser necesariamente también una persona humana. Si Cristo, pues, fue plenamente hombre es preciso que haya tenido una persona humana. La humanidad de Cristo no está, por tanto, unida a Dios mediante una sola y misma persona. Únicamente está unida a la persona divina mediante una relación de gracia muy particular. Según esto, a María no se le podía llamar Madre de Dios, sino solamente madre de Cristo hombre, a quien se le unió la persona del Verbo.

Al definir la maternidad divina de María, el Concilio de Efeso rectifica una desviación herética típica y directamente cristológica, una herejía que pone en entredicho toda la concepción de la salvación.

Tercera etapa: El Concilio de Calcedonia (451)

Pero muy pronto va a ser necesario insistir y subrayar la verdad de la humanidad de Jesús. Algunos cristianos piensan, en efecto, que al contacto con lo divino, lo humano se encuentra totalmente absorbido, minimizado (11). En una profesión de fe, el Concilio de Calcedonia confiesa a Jesucristo como perfecto hombre y perfecto Dios.

Las grandes controversias teológicas, respecto a Cristo parecen ya zanjadas en lo sucesivo. Sin embargo, los problemas planteados en esta época no cesarán de aparecer bajo formas diversas y complejas. Son los mismos que hoy volvemos a encontrar. (11) Es el error monofisista: en Jesús sólo hay una naturaleza, la divina. "Siguiendo a los santos Padres, enseñamos todos formal y unánimemente que es preciso profesar nuestra fe en un solo y mismo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, perfecto en su divinidad y perfecto en su humanidad, verdadero Dios y verdadero hombre, siempre el mismo, con un alma racional y un cuerpo, consustancial al Padre en cuanto a la divinidad, consustancial a nosotros en cuanto a la humanidad; en todo semejante a nosotros menos en el pecado; engendrado por el Padre antes de todos los siglos según la divinidad, y a la vez en estos últimos tiempos, engendrado por nosotros y nuestra salvación, por María la Virgen Madre de Dios; un único y mismo Cristo, Señor, Hijo único, al que le reconocemos dos naturalezas sin mezcla, sin transformación, sin división, sin separación, sin que la unión quite la diferencia que existe entre las naturalezas, al contrario, conservando cada naturaleza su propio carácter, y condición para encontrarse en una sola persona, en una sola hipóstasis. No está partido ni dividido en dos personas, sino que es un solo Hijo unigénito Dios, Verbo, Señor; así es como habían hablado los profetas de El en otro tiempo; así es como el mismo Señor Jesucristo nos lo enseñó ;así nos lo transmitió la fe de nuestros Padres".

(12) P.Congar, Le Christ, Marie et l'Eglise, París, 1952, pág.2.
 
Planteamiento Trinitario y sus Argumentos

Planteamiento Trinitario y sus Argumentos

Argumentos Trinitarios
INTIMACIONES EN EL ANTIGUO TESTAMENTO
En el Antiguo Testamento no se encuentran declaraciones explícitas de que las tres Personas de la Trinidad, son la misma persona; pero eso, como ya se señaló antes, se debe a que la Biblia no es un tratado de teología. Sí encontramos, sin embargo, detalles que sugieren fuertemente la doctrina de la Trinidad.

1. El uso de pronombres personales en pluralpara referirse a Dios mismo, así como verbos en plural; como en Génesis 1:26 donde dice:

Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra.

y Génesis 3:22:

Y dijo Jehová Dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal. . .

y en otros pasajes como: Génesis 11:7 y Isaías 6:8.

2. La palabra hebrea traducida "Dios", Elohim, en realidad tiene una terminación plural, y si bien, eso no es prueba definitiva de que en la Divinidad son tres Personas, por lo menos sugiere que son más de uno. Hay algunos teólogos que sugieren que esa forma de referirse a Dios es el "plural majestuoso", como título o énfasis, pero que no indica pluralidad, pero aun así, es significativo.

3. Los tres personajes de Génesis 18 y 19. En estos capítulos se menciona que Jehová se le apareció a Abraham en tres personas; y luego lo dejaron dos de ellos. Al irse dos de los personajes rumbo a Sodoma, la Biblia dice que Abraham se quedó en la presencia de Jehová (18:22), y puede notarse que los otros dos, a quiénes también se les refiere como "Jehová" fueron los varones que sacaron a Lot y su familia de Sodoma. (19:1, 22), aunque al hablar lo hacía en primera persona. Esta es otra sugerencia fuerte en favor de la Trinidad.

4. La triple bendición sacerdotal de Números 6:22-27. En esta bendición se menciona a Jehová tres veces:

Jehová habló a Moisés diciendo: Habla a Aarón y a sus hijos y diles : Así bendecirás a los hijos de Israel, diciéndoles: Jehová te bendiga, y te guarde; Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; Jehová alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz. Y pondrán mi nombre sobre los hijos de Israel, y yo los bendeciré.

Al igual que el resto de las intimaciones del Antiguo Testamento, ésta, por sí sola, no indica claramente la existencia de la Trinidad, pero comparada con la bendición apostólica (2 Corintios 13:14) correspondiente del Nuevo Testamento, no deja de sugerir fuertemente la enseñanza de la doctrina.

5. La alabanza triple de Dios como Santo. En Isaías 6:3 dice la Biblia que los serafines adoraban a Dios diciendo: "Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos. . ." Lo mismo se menciona en Apocalipsis 4:8. Esto claramente sugiere la Trinidad.

LA ENSENANZA EXPLICITA EN EL NUEVO TESTAMENTO
1. En la Fórmula Bautismal. En la Gran Comisión, Mateo 28:18-20, se menciona que a los creyentes se les bautizaría en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Este hecho derrumba los argumentos en contra de la Divinidad de Cristo y la personalidad y Divinidad del Espíritu Santo, porque las tres Personas de la Trinidad están siendo mencionadas aquí de la misma manera, lo que significa que son del mismo rango, de la misma esencia, y con los mismos atributos. No hay manera de eludir esta conclusión, pues de otro modo la Biblia cometería el error de contener un pasaje en donde se pone al nivel del Padre a otros dos seres que no son iguales a Él (como el Espíritu Santo, quien los T. de J. dicen que no llega ni a persona).

2.La Bendición Apostólica en 2 Corintios 13:14. Al igual que en la Fórmula Bautismal, aquí se colocan a las tres Personas de la Trinidad al mismo nivel: La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén. Como lo mencionamos arriba, en conjunción con la bendición sacerdotal de Números 6, no podría ser más contundente la evidencia que en Jehová existe una Trinidad.

3. La clara enseñanza de 1 Juan 5:7. No es coincidencia que el único versículo que expresamente dice que el Padre, y el Hijo, y el Espíritu Santo son uno, haya sido eliminado, no solo en la "biblia" de los T. de J., sino en muchas versiones modernas de la Biblia, incluyendo la Versión Actualizada Reina-Valera de la editorial Mundo Hispano. Los que así han manipulado y violentado las Sagradas Escrituras, argumentan que los manuscritos más antiguos no contienen dicho versículo. Para la mente piadosa, eso no es más que una evidencia de cómo Satanás ha atacado la doctrina de la Trinidad desde su origen en las Escrituras griegas. Con razón dicen los T. de J. que no encuentran la doctrina en la Biblia; y si le siguen quitando así, cada vez le van a encontrar menos enseñanzas.

4. La Trinidad se manifiesta en la vida del creyente. En su santificación: 2 Tesalonicenses 2:13,14:

Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad, a lo cual os llamó mediante nuestro evangelio para alcanzar la gloria de nuestro Señor Jesucristo.

y en su responsabilidad de ir hacia adelante a la perfección; Judas 20,21:

Pero vosotros, amados, edificándoos sobre vuestra santísima fe, orando en el Espíritu Santo, conservaos en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna.

5. Atribuciones de Deidad a las tres Personas de la Trinidad. Además de las tablas comparativas de las páginas 3 a la 5, se puede mencionar como se refiere indistintamente como a Dios, Salvador, y Señor a las tres personas de la Trinidad, y como también se les atribuye a los tres prerrogativas propias de la Divinidad. Estos pasajes son solo unos cuantos ejemplos: Compare Isa. 9:6 con Apoc 1:8; Salmo 102:24-27 con Heb. 1:10-12; Isa. 8:13 con 1 Ped 3:15; Isa. 48:16 con Heb. 9:14, etc., etc.