Re: ¿ Es Dios el culpable del sufrimiento ?
De ninguna manera; ni es causante ni responsable de ninguno de los males que angustian a la humanidad, pues es un Dios de amor, y el amor no causa mal alguno, sino todo lo contrario, causa mucho bien y felicidad a quienes lo reciben y cultivan. El creó al hombre perfecto, dotado de facultades y cualidades ideales para que por medio de ellas pudieran vivir felices a perpetuidad.
Pero el hombre necesitaba dejarse guiar e instruir por su divino Hacedor para aprender a usar de la mejor manera estas facultades, y así no cometer errores ni injusticias que son los que causan perjuicios y sufrimientos. Si uno no sabe cómo utilizar una cosa, una máquina, un instrumento, cualquier objeto útil, lo usará mal y le causará perjuicio en vez de beneficio, que es el resultado de utilizarlos bien; por lo tanto, precisa que alguien que sabe cómo usarlo debidamente, lo guíe y enseñe correctamente cómo debe usarse. Dios, no solo le proporcionó todas estas cosas necesarias, sino también lo iba guiando y facilitando información adecuada conforme la iba necesitando, las instrucciones necesarias para su mejor uso, lo que debía hacer en cada caso, y lo que no debía hacer. Si el hombre hubiera sido agradecido y obedientemente a esta guía divina, cumpliendo todos sus mandatos, no habría llegado a conocer el mal, ni por lo tanto, el sufrimiento. Pero como todos sabemos, el hombre no lo hizo así, y usando mal en primer lugar la libertad de acción que Dios le había concedido, optó por querer hacer las cosas a su manera, sin seguir aquellas instrucciones, y por esta causa siguió usando mal todo cuanto Dios le había dado, cometiendo una serie de errores e injusticias que le produjo toda clase de males y sufrimientos por su deslealtad e ingratitud a Aquél que le había dado todo lo bueno, y lo que pudo ser para su dicha eterna lo convirtió en calamidades sin fin.
Por lo tanto, está claro que el único responsable de todo lo malo que existe, y del sufrimiento que padecemos hasta hoy la entera humanidad, es el hombre mismo, su egoísmo y su insensatez, pues pudiendo vivir todos de la mejor manera, lo estamos pasando, la mayoría, bastante mal. Pues todos seguimos teniendo el mismo libre albedrío que Dios concedió al primer hombre, y que hemos recibido como herencia suya, para poder decidir por nosotros mismos si queremos buscar y seguir la guía e instrucción divina, que Dios no ha dejado nunca de ofrecernos, para aquellos que quieran acabar de una vez con todos estos males, o preferimos vivir a nuestro aire y según nuestros deseos egoístas y vanos, siguiendo cometiendo nuevos errores e injusticias sin fin, con lo cual nunca lograremos librarnos del sufrimiento que este proceder insensato produce o da lugar. Por lo tanto, depende únicamente de nosotros mismos el acabar de una vez con todos estos males, buscando y dejándonos guiar por quien mejor nos puede conducir, nuestro amoroso Dios, y cumpliendo todas sus instrucciones y principios justos. De lo contrario, tendremos que seguir aguantando lo que ahora tenemos, que no es nada deseable, y que no tenemos derecho a quejarnos, porque somos nosotros quienes lo decidimos así.