Pero qué miedo tan ridículo le tenéis a los libros “guardados” (griego: “apókripous”) o a los “puestos en medida” (griego: “defto-canonicous”), o a los de “conocimiento” (griego: “gnóstico”). Alucináis con las palabras sólo porque son griegas o latinas, cuando no tienen ningún misticismo más allá del que vosotros mismos le creáis alrededor. “todo conocimiento es edificante”, ¿recordáis? “tomadlo todo y retened lo bueno”, y además: “Quien no está contra mí conmigo está”. Un libro es un libro, ya sea aquí o en China, e historia es historia, ya sea aquí o en la Patagonia, y si creéis a los libros de biología, física, química, enciclopedias, libros de ciencia, astronomía, historia y demás cosas de los hombres ¿Cuánto más no deberíais creer a libros que HABLAN DE DIOS? Y hablan de él para bien, para edificación y para dar testimonio de su gran amor y poder. Ya es hora de que maduréis espiritualmente, no vais a estar toda la vida tomando alimento de leche, ni que os tengan que decir que es bueno y que es malo, o que no sepáis discernir entre las cosas espirituales.
La Biblia es un compendio de 66-72 libros que se decidió por HOMBRES bajo sus criterios personales y CASUALES. Pero aún así hay muchos más libros, tanto que fueron excluidos antes del concilio de Nicea, como mucho después de éste, principalmente porque no habían sido redescubiertos y/o no estaban a disposición del Vaticano o no estaban traducidos.
Por ejemplo, el Segundo Sínodo (Concilio de la Iglesia) de Constantinopla en el 553 d.C., borró de la Biblia las referencias de Jesús sobre la “reencarnación”, más tarde, el Concilio de Letrán del siglo XII añadió un dogma a la Biblia que nunca fue mencionado por Jesús: el dogma o concepto de la Santísima Trinidad. Por otra parte, los rollos del Mar Muerto fueron escritos por miembros de una comunidad Esenia y escondidos por ellos en cuevas cerca del mar Muerto (Qumran). Los rollos fueron descubiertos entre 1.945 y 1.947, por un joven de la tribu de los Beduinos, misma fecha del descubrimiento de los textos de Nag Hammadi al sudeste del Cairo que se conocen como “textos de conocimiento” (gnósticos).
Si aceptáis la Biblia debéis de saber que hay frases de ella (año 435 d.C. año de su compendio) que son citados en textos MUY ANTERIORES. Algunos ejemplos están en el Libro de la Paz, donde Jesús dice –en el año 33-34 d.C. aprox.- palabras a las cuales hacen referencia los apóstoles Pablo y Juan años después ¿Cómo es posible que las conocieran? ¿Pablo y Juan conocían estos textos? Escrito está: “Pues en el principio fue la Ley y la Ley fue con Dios y la Ley era Dios.” (Libro de Jesús – La Septuple Paz 1:149). Y en la septuaginta encontramos en griego: “desde la eternidad era la Palabra, y la Palabra estaba con Dios y la Palabra era Dios.” (Juan 1:1 – Septuaginta).
Otro ejemplo, y el más sobrecogedor lo encontramos en otro libro esenio de Jesús: “Aunque yo hable con las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo amor, mis palabras son como el sonido del latón o como el tintineo de un platillo. Aunque diga lo que ha de venir y conozca todos los secretos y toda la sabiduría; Y aunque tenga una fe tan fuerte como la tormenta que mueve las montañas de su sitio, si no tengo amor no soy nada. Y aunque dé todos mis bienes para alimentar al pobre y le ofrezca todo el fuego que he recibido de mi Padre, si no tengo amor no hallaré en ello provecho alguno: El amor es paciente y el amor es amable, el amor no es envidioso, no hace el mal, no conoce el orgullo; no es rudo ni egoísta. Es ecuánime, no cree en la malicia; no se regocija en la injusticia, sino que se deleita en la justicia. El amor lo defiende todo, el amor lo cree todo, el amor lo espera todo, y el amor lo soporta todo; nunca se agota; Pero en cuanto a las lenguas, cesarán, y en cuanto al conocimiento, se desvanecerá. Pues poseemos en parte la verdad y en parte el error, más cuando venga la plenitud de la perfección, lo parcial será aniquilado. Cuando el hombre era niño hablaba como un niño, entendía como un niño, pensaba como un niño; pero cuando se hizo hombre abandonó las cosas de los niños. Porque nosotros vemos ahora a través de un cristal y a través de dichos oscuros. Ahora conocemos parcialmente, mas cuando hayamos acudido ante el rostro de Dios, ya no conoceremos en parte, pues nosotros mismos seremos enseñados por él. Y ahora nos quedan tres cosas: la fe, la esperanza y el amor, pero la más grande de ellas es el amor.” (Evangelio de la Paz 5:23-35 - Jesús).
Es insensato hablar de estos libros arbitrariamente y decir que “no son inspirados” siendo que aluden a cosas de las Sagradas Escrituras mucho antes siquiera de que fuesen escritas, y otras se abren más ampliamente en versos explicando mejor cosas que en la Biblia se hablan en su justa medida.