Re: La virgen maria : INTERCEDIO en el primer MILAGRO de JESUS ????????????
Hermanos:
La concepción joánica de los milagros: el milagro como «señal». El concepto o categoría con que Jn califica el milagro del vino en Caná se denomina «señal» o signo, semeion en griego. En Caná realizó Jesús «la primera de las señales» (2,11a). Es evidente que con ello se insinúa una peculiar inteligencia teológica de las historias de milagros: hay que entenderlos como «señales». En cambio la idea de que los sinópticos tienen de los milagros se expresa habitualmente por la palabra dynamis = muestra de poder, acto poderoso (cf., por ejemplo, Mc 6,2.5.14; 9,39; Mt 11,20.21.23; 13,5S). «La singularidad del uso joánico de semeion está en que aquí la palabra... ha venido a asumir la función de designar en exclusiva determinados procesos milagrosos, función que en el Nuevo Testamento, y especialmente en los sinópticos desempeña dynamis». El concepto semeion (señal) pertenece al particular lenguaje técnico de la teología del evangelio y del círculo joánicos (cf. 2,11.18.21; 3,2; 4,48.54; 6,2.14.26.30; 7,31; 9,16; 10,41; 11,47; 12,18.37; 20,30). Mas, dado que precisamente en los relatos milagrosos Jn depende de tradiciones más antiguas, que en parte aparecen como fuentes entrecruzadas de la tradición sinóptica, se puede captar perfectamente bien la teología joánica tanto en la elaboración de esas tradiciones por Jn como en su interpretación cual señales.
La palabra griega semeion tiene originariamente el simple significado de «señal, nota, indicio», sin ningún especial contenido teológico; por consiguiente en principio no connota la significación de milagro. Las señales tienen una función indicativa, tienen algo que significar, quieren llamar la atención y transmitir un determinado conocimiento. Para el hombre, como ser dotado de lenguaje, es necesario y típico poner señales y poder desarrollar sistemas de signos en el sentido más amplio; en definitiva todos los sistemas humanos de señales se fundan en la capacidad lingüística del hombre: sin lenguaje no hay signos. Tales signos están «en lugar de algo» a lo que apuntan y sólo resultan comprensibles en un contexto más amplio, en un «conjunto referencial».
Hermanos:
La concepción joánica de los milagros: el milagro como «señal». El concepto o categoría con que Jn califica el milagro del vino en Caná se denomina «señal» o signo, semeion en griego. En Caná realizó Jesús «la primera de las señales» (2,11a). Es evidente que con ello se insinúa una peculiar inteligencia teológica de las historias de milagros: hay que entenderlos como «señales». En cambio la idea de que los sinópticos tienen de los milagros se expresa habitualmente por la palabra dynamis = muestra de poder, acto poderoso (cf., por ejemplo, Mc 6,2.5.14; 9,39; Mt 11,20.21.23; 13,5S). «La singularidad del uso joánico de semeion está en que aquí la palabra... ha venido a asumir la función de designar en exclusiva determinados procesos milagrosos, función que en el Nuevo Testamento, y especialmente en los sinópticos desempeña dynamis». El concepto semeion (señal) pertenece al particular lenguaje técnico de la teología del evangelio y del círculo joánicos (cf. 2,11.18.21; 3,2; 4,48.54; 6,2.14.26.30; 7,31; 9,16; 10,41; 11,47; 12,18.37; 20,30). Mas, dado que precisamente en los relatos milagrosos Jn depende de tradiciones más antiguas, que en parte aparecen como fuentes entrecruzadas de la tradición sinóptica, se puede captar perfectamente bien la teología joánica tanto en la elaboración de esas tradiciones por Jn como en su interpretación cual señales.
La palabra griega semeion tiene originariamente el simple significado de «señal, nota, indicio», sin ningún especial contenido teológico; por consiguiente en principio no connota la significación de milagro. Las señales tienen una función indicativa, tienen algo que significar, quieren llamar la atención y transmitir un determinado conocimiento. Para el hombre, como ser dotado de lenguaje, es necesario y típico poner señales y poder desarrollar sistemas de signos en el sentido más amplio; en definitiva todos los sistemas humanos de señales se fundan en la capacidad lingüística del hombre: sin lenguaje no hay signos. Tales signos están «en lugar de algo» a lo que apuntan y sólo resultan comprensibles en un contexto más amplio, en un «conjunto referencial».