Re: Eutanasia
Te pongo como ejemplo el caso de la chica italiana que ha estado en boca de todos hace nada.
Desde los 17 años en coma, durante 10 años conectada a un respirador. Una persona conectada a un respirador y con alimentación parenteral puede vivir eternamente.
Se decide quitar la alimentación parenteral para dejarla morir, ya que no está permitida la eutanasia, proceso que hubiese durado menos y sería menos doloroso.
¿Está justificado el sufrimiento gratuito? ¿Hay personas que merecen sufrir por "voluntad de Dios"?
La primera y última persona responsable de la vida es uno mismo. Y en caso de que no se pueda (estados comatosos por ejemplo) existen escritos de última voluntad de las personas, las cuales pueden decidir que si se quedan en determinado estado quiere que se les practique la eutanasia. ¿Problema? Que no es legal, por lo que la voluntad de las personas, que es la que importa realmente ya que es la que sufre, no se tiene en cuenta.
Lo que importa no es la cantidad (años que pueda vivir) sino la calidad de una muerte digna.
Un saludo.
Estimado Iskariote
Como te ha escrito Rubén; existen tantos y tantos casos, que habría que trata cada uno en particular, para no generalizar y finalmente no abarcar ninguno.
Pero seguiré generalizando:... colocarse bajo la cobetura de Dios es seguramente la decisión más ventajosa que el ser humano pueda tomar; eso significa que nuestra vida completa; espiritual, física y materialmente, quedan bajo la voluntad de Dios y sus preceptos; ...de modo que eso hace una gran diferencia entre unos y otros, los que están bajo la autoridad divina y los que no.
¿Como llegó alguno a ese estado de invalidez, en que no puede valerse por sí mismo o de insconciencia?; ¿por los propios errores? ... por desobediencia o indiferencia hacia Dios? ...en fin... las razones pueden ser muchas... Con esto estimado Iska, quiero dar a entender que, bajo la cobertura de Dios o no; Dios no nos trata como autómatas, en donde tenemos un ùnico e inquebrantable destino;... Dios en su palabra le da al hombre la oportunidad de escoger su camino; por lo que pensar que nuestro destino completo está trazado, y por tanto atribuir nuestras buenas o malas consecuencias solo a Dios es injusto.
Generalmente hemos llegado donde hemos llegado por nuestra propia voluntad o decisión. Tu dices:
¿Está justificado el sufrimiento gratuito? ¿Hay personas que merecen sufrir por "voluntad de Dios"?
No, estimado amigo, nada es gratuito, o lo hemos buscado o lo merecemos o hemos provocado. Y nadie sufre porque sea esa la "voluntad de Dios". Dios no nos somete al sufrimiento porque así lo ha querido, todo tiene su razón; por eso digo que llegado el momento, se debe examinar cada caso particularmente; y seguramente nos llevaremos más de una sorpresa.
Dios nos deja actuar soberanamente; pero eso sí, bajo su amparo y favor, o fuera de él:
"Mira, yo he puesto delante de ti hoy, la vida y el bien, la muerte y el mal" (Deut. 30:15)
"Y a este pueblo dirás: He aquí pongo delante de vosotros camino de vida y camino de muerte" (Jer. 21:8)
Dios nos señala el bien y el mal, la vida y la muerte, nuestra es la decisión del camino a tomar, y su futuro y consecuencia...
Hay situaciones, que aunque dolorosas, tristes, injustas etc., llegamos a ellas por nuestra propia decisión; por lo que atribuirle a Dios nuestras desgracias, es una injusticia tremenda.
Creo que la decisión a tomar en un caso extremo; dependerá incluso de si nos toca a nosotros vivirla o no; mirar desde fuera y sugerir la decisiòn correcta, es totalmente distinto a estar dentro, ser nosotros los involucrados y tomarla en cada caso específico. Por ejemplo, si fuera nuestro hijo-a, muy amado, a quien por ningún motivo quiséramos perder; ¿decidiríamos llevarlo a la muerte?... Ya digo, incluso una respuesta sería muy apresurada y lejos de su verdadera dimensión, si es que no somos nosotros mismos los afectados.
Yo creo que en caso de una enfermedad, de alguno de nuestros familiares, sobretodo los más cercanos, aunque supiéramos que ya la medicina nada puede hacer, siempre conservaremos la esperanza de que el o ella, vuelva a la vida.
Dios te bendiga