Mspider, aquí tienes, para q te empaches:
(Mat 14:31) Al momento Jesús, extendiendo la mano, lo sostuvo y le dijo:
--¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?
(Mar 10:52) Jesús le dijo:
--Vete, tu fe te ha salvado.[27]
Al instante recobró la vista, y seguía a Jesús por el camino.
(Hch 3:16) Por la fe en su nombre, a este, que vosotros veis y conocéis, lo ha confirmado su nombre; y la fe que es por él ha dado a este esta completa sanidad en presencia de todos vosotros.[12]
(Hch 15:9) y ninguna diferencia hizo entre nosotros y ellos, purificando por la fe sus corazones.
(Hch 26:18) para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en mí, perdón de pecados y herencia entre los santificados".[11] [12]
(Rom 1:5) Por medio de él recibimos la gracia y el apostolado para conducir a todas las naciones a la obediencia de la fe por amor de su nombre;[7]
(Rom 1:12) esto es, para ser mutuamente confortados por la fe que nos es común a vosotros y a mí.
(Rom 1:17) pues en el evangelio, la justicia de Dios[15] se revela por fe y para fe,[16] como está escrito: "Mas el justo por la fe vivirá".[17](Rom 3:22) la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo,[17] para todos los que creen en él, porque no hay diferencia,
(Rom 3:25) a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre,[21] para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto,[22] en su paciencia, los pecados pasados,
(Rom 3:27) ¿Dónde, pues, está la jactancia? Queda excluida. ¿Por cuál ley? ¿Por la de las obras? No, sino por la ley de la fe.
(Rom 3:28) Concluimos, pues, que el hombre es justificado por la fe sin las obras de la Ley.[23]
(Rom 3:30) porque Dios es uno,[24] y él justificará por la fe a los de la circuncisión, y por medio de la fe a los de la incircuncisión.
(Rom 3:31) Luego, ¿por la fe invalidamos la Ley?[25] ¡De ninguna manera! Más bien, confirmamos la Ley.
(Rom 4:9) ¿Es, pues, esta bienaventuranza solamente para los de la circuncisión[6] o también para los de la incircuncisión? Porque decimos que a Abraham le fue contada la fe por justicia.[7]
(Rom 4:11) Y recibió la circuncisión[8] como señal, como sello de la justicia de la fe que tuvo cuando aún no había sido circuncidado, para que fuera padre de todos los creyentes no circuncidados, a fin de que también a ellos la fe les sea contada por justicia;
(Rom 4:13) [9] La promesa de que sería heredero del mundo,[10] fue dada a Abraham o a su descendencia no por la Ley sino por la justicia de la fe,
(Rom 4:16) Por eso, la promesa es fe, para que sea por gracia, a fin de que sea firme para toda su descendencia, no solamente para la que es por la Ley, sino también para la que es de la fe de Abraham. Él es padre de todos nosotros,[13]
(Rom 4:20) Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció por la fe, dando gloria a Dios,
(Rom 5:1) Justificados,[1] pues, por la fe, tenemos paz[2] para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo,
(Rom 5:2) por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos[3] en la esperanza de la gloria de Dios.[4]
(Rom 9:30) ¿Qué, pues, diremos? Que los gentiles, que no iban tras la justicia, han alcanzado la justicia, es decir, la justicia que es por fe;
(Rom 9:32) ¿Por qué? Porque iban tras ella no por fe, sino dependiendo de las obras de la Ley,[25] de modo que tropezaron en la piedra de tropiezo,
(Rom 10:6) Pero de la justicia que es por la fe, dice así: "No digas en tu corazón: "¿Quién subirá al cielo?" (esto es, para traer abajo a Cristo);
(Rom 10:17) Así que la fe es por el oir, y el oir, por la palabra de Dios.[12]
(Rom 11:20) Bien; por su incredulidad fueron desgajadas, pero tú por la fe estás en pie. Así que no te jactes, sino teme,[17]
(Rom 12:3) Digo, pues, por la gracia que me es dada,[8] a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno.
(Rom 15:13) Y el Dios de la esperanza os llene de todo gozo y paz en la fe, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo.
(Rom 16:26) pero se ha manifestado ahora, y que por las Escrituras de los profetas,[26] según el mandamiento del Dios eterno, se ha dado a conocer a todas las naciones para que obedezcan a la fe,[27]
(2Co 1:24) No que nos enseñoreemos de vuestra fe, sino que colaboramos para vuestro gozo porque por la fe estáis firmes.
(Gál 2:16) sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la Ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo[17] y no por las obras de la Ley, por cuanto por las obras de la Ley nadie será justificado.[18]
(Gál 2:20) Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.[23] [24]
(Gál 3:2) Esto solo quiero saber de vosotros: ¿Recibisteis el Espíritu por las obras de la Ley o por el escuchar con fe?[3]
(Gál 3:5) Aquel, pues, que os da el Espíritu y hace maravillas entre vosotros,[5] ¿lo hace por las obras de la Ley o por el oir con fe?
(Gál 3:8) Y la Escritura, previendo que Dios había de justificar por la fe a los gentiles, dio de antemano la buena nueva a Abraham, diciendo: "En ti serán benditas todas las naciones".[8]
(Gál 3:11) Y que por la Ley nadie se justifica ante Dios es evidente,[10] porque "el justo por la fe vivirá".[11]
(Gál 3:12) Pero la Ley no procede de la fe, sino que dice: "El que haga estas cosas vivirá por ellas".[12]
(Gál 3:14) para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzara a los gentiles, a fin de que por la fe recibiéramos la promesa del Espíritu.
(Gál 3:22) Pero la Escritura lo encerró todo bajo pecado, para que la promesa que es por la fe en Jesucristo fuera dada a los creyentes.[23]
(Gál 3:24) De manera que la Ley ha sido nuestro guía para llevarnos a Cristo, a fin de que fuéramos justificados por la fe.
(Gál 3:26) porque todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús,[25]
(Gál 5:5) Nosotros, por el Espíritu, aguardamos por fe la esperanza de la justicia,[4]
(Gál 5:6) porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo ni la incircuncisión,[5] sino la fe que obra por el amor.[6]
(Efe 2:8) porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios.[7]
(Efe 3:12) en quien tenemos seguridad y acceso con confianza por medio de la fe en él.[13]
(Efe 3:17) que habite Cristo por la fe en vuestros corazones,[17] a fin de que, arraigados y cimentados en amor,
(Flp 1:27) Solamente os ruego que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo,[26] para que, sea que vaya a veros o que esté ausente, oiga de vosotros que estáis firmes en un mismo espíritu, combatiendo unánimes por la fe del evangelio
(Flp 3:9) y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que se basa en la Ley, sino la que se adquiere por la fe en Cristo, la justicia que procede de Dios y se basa en la fe.[14]
(Col 2:12) Con él fuisteis sepultados en el bautismo, y en él fuisteis también resucitados[15] por la fe en el poder de Dios que lo levantó de los muertos.
(2Ts 2:13) Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido[8] desde el principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad.
(1Ti 1:19) manteniendo la fe y buena conciencia. Por desecharla, algunos naufragaron en cuanto a la fe.
(2Ti 3:15) y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras,[11] las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús.
(Flm 1:6) y pido para que la participación de tu fe sea eficaz en el conocimiento de todo el bien que está en vosotros por Cristo Jesús,
(Heb 4:2) También a nosotros se nos ha anunciado la buena nueva como a ellos; a ellos de nada les sirvió haber oído la palabra, por no ir acompañada de fe en los que la oyeron.[2]
(Heb 6:1) Por tanto, dejando ya los rudimentos de la doctrina de Cristo,[1] vamos adelante a la perfección, no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de obras muertas, de la fe en Dios,
(Heb 6:12) a fin de que no os hagáis perezosos, sino imitadores de aquellos que por la fe y la paciencia heredan las promesas.
(Heb 11:3) Por la fe comprendemos que el universo fue hecho por la palabra de Dios,[2] de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía.
(Heb 11:4) Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín, por lo cual alcanzó testimonio de que era justo, dando Dios testimonio de sus ofrendas; y muerto, aún habla por ella.[3]
(Heb 11:5) Por la fe Enoc fue traspuesto[4] para no ver muerte, y no fue hallado, porque lo traspuso Dios; y antes que fuera traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado a Dios.[5]
(Heb 11:7) Por la fe Noé, cuando fue advertido por Dios acerca de cosas que aún no se veían, con temor preparó el arca en que su casa se salvaría;[6] y por esa fe condenó al mundo y fue hecho heredero de la justicia que viene por la fe.
(Heb 11:8) Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber a dónde iba.[7]
(Heb 11:9) Por la fe habitó como extranjero en la tierra prometida como en tierra ajena,[8] habitando en tiendas con Isaac y Jacob, coherederos de la misma promesa,[9]
(Heb 11:11) Por la fe también la misma Sara, siendo estéril, recibió fuerza para concebir; y dio a luz aun fuera del tiempo de la edad,[11] porque creyó que era fiel quien lo había prometido.
(Heb 11:17) Por la fe Abraham, cuando fue probado, ofreció a Isaac: el que había recibido las promesas, ofrecía su unigénito,[16]
(Heb 11:20) Por la fe bendijo Isaac a Jacob y a Esaú respecto a cosas venideras.[19]
(Heb 11:21) Por la fe Jacob, al morir, bendijo a cada uno de los hijos de José y adoró apoyado sobre el extremo de su bastón.[20]
(Heb 11:22) Por la fe José, al morir, mencionó la salida de los hijos de Israel y dio mandamiento acerca de sus huesos.[21]
(Heb 11:23) Por la fe Moisés, cuando nació, fue escondido por sus padres por tres meses, porque lo vieron niño hermoso y no temieron el decreto del rey.[22]
(Heb 11:24) Por la fe Moisés, hecho ya grande, rehusó llamarse hijo de la hija del faraón,[23]
(Heb 11:27) Por la fe dejó a Egipto,[25] no temiendo la ira del rey, porque se sostuvo como viendo al Invisible.
(Heb 11:28) Por la fe celebró la Pascua y la aspersión de la sangre, para que el que destruía a los primogénitos no los tocara a ellos.[26]
(Heb 11:29) Por la fe pasaron el Mar Rojo como por tierra seca; e intentando los egipcios hacer lo mismo, fueron ahogados.[27]
(Heb 11:30) Por la fe cayeron los muros de Jericó después de rodearlos siete días.[28]
(Heb 11:31) Por la fe Rahab la ramera no pereció juntamente con los desobedientes, porque recibió a los espías en paz.[29]
(Heb 12:2) puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio,[4] y se sentó a la diestra del trono de Dios.[5]
(Stg 1:6) Pero pida con fe,[7] no dudando nada,[8] porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra.[9]
(Stg 2:22) ¿No ves que la fe actuó juntamente con sus obras y que la fe se perfeccionó por las obras?
(Stg 2:24) Vosotros veis, pues, que el hombre es justificado por las obras y no solamente por la fe.
(1Pe 1:5) que sois guardados por el poder de Dios, mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo final.
(2Pe 1:1) Simón[1] Pedro,[2] siervo y apóstol de Jesucristo, a los que habéis alcanzado, por la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo, una fe[3] igualmente preciosa que la nuestra:
(2Pe 1:5) Por esto mismo, poned toda diligencia en añadir a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento;
(Jud 1:3) [2] Amados, por el gran deseo que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación, me ha sido necesario escribiros para exhortaros a que contendáis ardientemente por la fe[3] que ha sido una vez dada a los santos,