Re: Para que se relajen
Como no recuerdo bien un chiste que oí una vez, lo medio compongo, pues creo que al final queda casi igual.
Habían tres hermanos de sangre: uno era católico, otro protestante, y el otro judo.
Pues resulta que a los tres les dejó un carro muy bonito su padre, como herencia. Entonces, la primer noche, antes de irse a dormir, hicieron cada uno planes de cómo agradecer y, de algún modo, encomendar el buen funcionamiento del carro a Dios.
El católico pensaba: "Mañana temprano, en la Misa de las 6:30 a.m., llevaré el carro para que lo bendiga (con agua bendita) el sacerdote de mi parroquia y sirva para propósitos santos.
El protestante pensaba: "Voy a llevar tempranito el carro a la congregación y, junto a mis hermanos y al pastor, haremos oración y alabanzas a Dios para que el carro sirva para glorificarlo.
Entonces, a la mañana siguiente, se levantaron muy de madrugada para prepararse a llevar el carro a "agradecer y ofrecerlo a Dios" de algún modo. Y llegaron al mismo tiempo al carro y no decidían quién se lo llevaría primero. En eso escuchan unos ruidos por debajo del carro. Y preguntaron:
—"¿Quién anda ahí abajo?"
—"Soy yo", contestó el judío. "Ya casi termno... Lo estoy circuncidando".
Como no recuerdo bien un chiste que oí una vez, lo medio compongo, pues creo que al final queda casi igual.
Habían tres hermanos de sangre: uno era católico, otro protestante, y el otro judo.
Pues resulta que a los tres les dejó un carro muy bonito su padre, como herencia. Entonces, la primer noche, antes de irse a dormir, hicieron cada uno planes de cómo agradecer y, de algún modo, encomendar el buen funcionamiento del carro a Dios.
El católico pensaba: "Mañana temprano, en la Misa de las 6:30 a.m., llevaré el carro para que lo bendiga (con agua bendita) el sacerdote de mi parroquia y sirva para propósitos santos.
El protestante pensaba: "Voy a llevar tempranito el carro a la congregación y, junto a mis hermanos y al pastor, haremos oración y alabanzas a Dios para que el carro sirva para glorificarlo.
Entonces, a la mañana siguiente, se levantaron muy de madrugada para prepararse a llevar el carro a "agradecer y ofrecerlo a Dios" de algún modo. Y llegaron al mismo tiempo al carro y no decidían quién se lo llevaría primero. En eso escuchan unos ruidos por debajo del carro. Y preguntaron:
—"¿Quién anda ahí abajo?"
—"Soy yo", contestó el judío. "Ya casi termno... Lo estoy circuncidando".

