Reflexión de Natanael:
Antes de comenzar la predicación, hubieron como 4 canciones de alabanza, entre ellas una muy conocida "Cristo me hizo libre".
Es una casa de familia, y las sillas están dispuestas en el patio, frente a la pared, donde había una joven tocando un piano eléctrico, y a su lado una hermana cantando con micrófono en mano.
Habían 6 hombres y 15 mujeres, sin contar el pastor.
El tema presentado por el pastor lo bautizó con el nombre "La fórmula perfecta" basado en las citas de los salmos de alabanzas donde se lee que "todo lo que respire alabe a Jehová", encadenados a los santos, el pueblo, las naciones, el mundo, los cielos, etcétera.
Finalizando con este salmo:
✝ Salmos 37:4
"Deléitate asimismo en Jehová, Y él te concederá las peticiones de tu corazón."
Y explicando que en la alabanza ya el Señor conoce nuestras necesidades, como la "fórmula perfecta" para evitar pedir mal, como advierte Santiago:
✝ Santiago 4:3
"Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites."
La enseñanza es correcta, edifica el alma, pero el método judío para alabar al Señor con instrumentos musicales como enseña el Salmo 150, no es en Espíritu y en Verdad, como enfatiza Cristo en el NT.
✝ 1 Corintios 14:15
"¿Qué, pues? Oraré con el espíritu, pero oraré también con el entendimiento; cantaré con el espíritu, pero cantaré también con el entendimiento."
El único instrumento vivo que tiene espíritu y entendimiento al mismo tiempo, es el creyente.
Esta es la explicación bíblica por la cual, no vemos asambleas, o iglesias, en el NT, usando instrumentos musicales para adorar al Señor.