No tuercas la Escritura.
La Escritura te refuta delante de todos los cristianos.
Te enseño cristianismo 101.
Juan 5:20
20 Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna.
Y esta salutación manda el mismo Jesús, palabras salidas de su boca:
4 Juan, a las siete iglesias que están en Asia: Gracia y paz a vosotros, del que es y que era y que ha de venir, y de los siete espíritus que están delante de su trono; 5 y de Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre, 6 y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea gloria e imperio por los siglos de los siglos. Amén. 7 He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él. Sí, amén.
8 Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso.
Tanto el Padre, el Hijo y el Espiritu son Dios. Y son personales... Y hay un solo Dios.
"A Dios nadie le vio jamás" (Juan 1:18a).
Esta afirmación se refiere a la naturaleza espiritual de Dios.
Dios es espíritu, y por tanto estamos naturalmente limitados para percibirlo. Los ojos físicos del hombre natural no pueden contemplar a los seres espirituales.
El Señor Jesucristo es un caso único: "Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo; el Hijo del Hombre" (Juan 3:13).
Puesto que es a la vez Hijo del Hombre e Hijo de Dios, Jesús conoce tanto el reino terrenal como el celestial. Descendió del cielo, donde "estaba con Dios en el principio y es DIOS" (Juan 1:2) para que nosotros si podamos percibirlo.
Ver A Jesus es ver a Dios venido en carne, quien niegue eso es un anticristo.
HEBREOS 1:3
Él es el resplandor de su gloria y la expresión exacta de su naturaleza, y sostiene todas las cosas por la palabra de su poder. Después de llevar a cabo la purificación de los pecados, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas,