Vuelve a casa, por tu Bien.
¿Sabes tú de ese momento en que llegas a tu casa, donde sabes que se halla tu amadísima pareja, y mientras tocas el timbre ahí te raspas los zapatos en el felpudo a conciencia y en absoluta certeza esperas y en verdad sabes que esa puerta al fin va a abrirse y entonces tú vas a entrar?
Pues no más que ese momento dura esta efímera vida, comparada a lo que hay, a todo lo que te espera en tu verdadero hogar.
Pues que no eres de este mundo, sino de otro, espiritual, que Dios preparó a conciencia para mostrarte Sus dones a pecho abierto y sin trabas, sin ninguna tapadera, sin la mínima obstrucción.
Y habrás sido puesto a prueba en esta vida mortal, que tan breve tiempo abarca, por ver si creíste o no que Dios Padre y Creador existe y vela por ti.
Y cuando llegues allá y sigas vivo cual ahora, ven a hacerte esta pregunta: Todo esto que yo ahora veo ¿cómo es posible que exista sin que Alguien lo haya creado?
Pues que en esta vida aún, y todavía es posible, poner en duda Su obra y creer que el caos existe, y que él obra maravillas, como tu propia existencia. ¿El caos, crearte a ti? Pero es imposible allá, do todo queda al desnudo, incluidas tus vergüenzas.
Al desnudo queda todo cuando la ropa de carne deja de cegar tu vista. Al desnudo queda todo, lo que es tuyo y lo de Dios.
Prepárate para el día, que ya viene, sin tardanza, en que verás lo que hiciste con perfecta claridad. Mira bien Quién es tu Padre. Y mira de hablar con Él. Porque Él siempre te responde; responde a tus oraciones dirigiéndose a tu alma, desde donde en verdad salen, si es que tú oras en verdad.
Nadie más va a estar ahí: sólo tú y tu vero Padre. No existe más religión. No existe ninguna otra.
Sólo pide y te dará. Y quizá no lo que pides, sino aquello que es tu Bien. Pero siempre te dará, si de corazón le pides. Él te espera; ve con Él.
¿Sabes tú de ese momento en que llegas a tu casa, donde sabes que se halla tu amadísima pareja, y mientras tocas el timbre ahí te raspas los zapatos en el felpudo a conciencia y en absoluta certeza esperas y en verdad sabes que esa puerta al fin va a abrirse y entonces tú vas a entrar?
Pues no más que ese momento dura esta efímera vida, comparada a lo que hay, a todo lo que te espera en tu verdadero hogar.
Pues que no eres de este mundo, sino de otro, espiritual, que Dios preparó a conciencia para mostrarte Sus dones a pecho abierto y sin trabas, sin ninguna tapadera, sin la mínima obstrucción.
Y habrás sido puesto a prueba en esta vida mortal, que tan breve tiempo abarca, por ver si creíste o no que Dios Padre y Creador existe y vela por ti.
Y cuando llegues allá y sigas vivo cual ahora, ven a hacerte esta pregunta: Todo esto que yo ahora veo ¿cómo es posible que exista sin que Alguien lo haya creado?
Pues que en esta vida aún, y todavía es posible, poner en duda Su obra y creer que el caos existe, y que él obra maravillas, como tu propia existencia. ¿El caos, crearte a ti? Pero es imposible allá, do todo queda al desnudo, incluidas tus vergüenzas.
Al desnudo queda todo cuando la ropa de carne deja de cegar tu vista. Al desnudo queda todo, lo que es tuyo y lo de Dios.
Prepárate para el día, que ya viene, sin tardanza, en que verás lo que hiciste con perfecta claridad. Mira bien Quién es tu Padre. Y mira de hablar con Él. Porque Él siempre te responde; responde a tus oraciones dirigiéndose a tu alma, desde donde en verdad salen, si es que tú oras en verdad.
Nadie más va a estar ahí: sólo tú y tu vero Padre. No existe más religión. No existe ninguna otra.
Sólo pide y te dará. Y quizá no lo que pides, sino aquello que es tu Bien. Pero siempre te dará, si de corazón le pides. Él te espera; ve con Él.
