Vivificados al tocar en el espiritu

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5 Septiembre 2001
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Practicando los libros de 1 y 2 de Tesalonicenses
Semana 23 --- Parousía
Martes --- Leer con oración: 2 Co 10:4; Ro 8:6-11
“Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz” (Ro 8:6)
VIVIFICADOS AL TOCAR EN EL ESPÍRITU
En Génesis 2, hay dos árboles: el árbol de la vida y el árbol de la ciencia o del conocimiento del bien y del mal. El conocimiento del bien y del mal se refiere a las cosas del alma; ese árbol nos trae el conocimiento del bien y el conocimiento del mal. Normalmente no queremos las cosas malas, pero sí las cosas buenas, por eso queremos el buen conocimiento. La filosofía, la religión, la tradición y la cultura son cosas buenas, pero pertenecen al árbol del conocimiento, que es algo negativo. El Señor no dijo a Adán: “Cuando comas del fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal, caerás en el pecado”. Cuando se habla del pecado, siempre pensamos en pecados groseros. Naturalmente la desobediencia de Adán y Eva fue pecado, pero en nuestra cultura el concepto de pecado es algo grosero, cosas de la carne, pasiones carnales, adulterio, asesinato, mentira: a esas cosas llamamos pecado. Al comer del fruto del árbol del conocimiento, la naturaleza satánica entró en nosotros, en nuestra carne, y hoy quiere ganar nuestra alma. El espíritu humano es un vaso que sirve para contener a Dios. Pero, por medio de la caída, por el hecho de que el hombre comió del fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal, el alma humana ahora es como si fuese un vaso para Satanás.
En 2 Corintios 10:4, Pablo habla de armas que no son carnales, sino poderosas en Dios, para destruir fortalezas, anulando argumentos. Esas fortalezas están en nuestra alma, siempre razonando, creando disculpas para sí mismo, pues al comer del fruto del árbol del conocimiento, el hombre dio a Satanás la oportunidad, no para que éste le haga cometer pecados groseros inmediatamente, sino para actuar en su mente. Cuando el hombre se detiene en sus pensamientos, Satanás viene a colocar dudas: “¿Será que Dios dijo eso?”, y el hombre, al dudar de la palabra de Dios, no logra recibirla adecuadamente.
Cuando el Señor dijo que si el hombre comía, moriría; Él no se refirió a la muerte física inmediata. Al comer del fruto del árbol del conocimiento, el hombre pasó a desarrollar su alma y recibió la muerte. Hoy, cuando tocamos al Espíritu, tocamos la vida y tenemos gozo, pero, al tocar las cosas de la mente natural caída, por más buenas que sean, moriremos. Por ejemplo, un hermano tal vez tenga mucho conocimiento y sepa muchas verdades, pero vive en la mente. Un día usted lo contacta, y siente que contactó la muerte. Por tanto, no es un asunto de hablar lo que es correcto o equivocado, pero sí, de experimentar la vida o la muerte. Debemos evitar el contacto con personas así, pues al tocarlas, aun antes de recibir sus palabras, tocaremos la muerte. Esta fue la experiencia de Eva, ella aún antes de comer del fruto, aceptó las dudas que la serpiente colocó en su mente. ¡Que el Señor tenga misericordia de nosotros! No interesa cuanta elocuencia tengan las personas, lo que debemos ver es si viven o no en el espíritu.
El objetivo de Dios es que comamos del árbol de la vida, que aparece tanto al inicio como al final de las Escrituras, y que crece junto al río de agua de vida, que prefigura al Espíritu. Al tocar al Espíritu, somos vivificados. Romanos 8:6-11 nos muestra que nuestro espíritu, alma (que es liderada por la mente), y cuerpo mortal, al tocar al Espíritu, ganan vida. Por tanto, si vivimos en el Espíritu, dispensamos vida cuando contactamos a las personas. ¡Que todos podamos siempre dispensar vida los unos a los otros!
Punto Clave:
Todo nuestro ser en el Espíritu
Pregunta:
¿Cuándo nos viene a tentar Satanás?
Dong Yu Lan
Derechos reservados a: Editora “Árvore de Vida”
¡Jesús es el Señor!