Vidas Cambiadas
Is 40, 31 (DHH)
Pero los que confían en el Señor tendrán siempre nuevas fuerzas
y podrán volar como las águilas;
podrán correr sin cansarse y caminar sin fatigarse.
Sergej, tiene 25 años y espera que su futuro sea brillante. “Todo comenzó cuando empecé a fumar drogas en la escuela. Provengo de un buen orfanato pero encontré amigos que ejercieron una mala influencia sobre mí y me dejé arrastrar. Conseguí ingresar en la Universidad, pero allí pronto me hice adicto a la heroína. Paulatinamente mis antiguos amigos me dieron la espalda y los únicos que conservé fueron los que compartían la adicción conmigo. Mis padres murieron y mi único hermano no quería saber nada de mí. Me hice novio de una joven cuya madre era cristiana. Fue ella quien me habló del centro de rehabilitación que podría curarme. Me presentó a alguien que tomada drogas en el pasado y que me dijo: ‘Hay un camino para salir de tu situación. Jesucristo te libera gratuitamente’.
Tardé algunos meses en cobrar valor para contactar con el Centro. Fue después de un sueño horrible que tuve estando drogado. Me hinqué de rodillas: ¡Oh Señor!
Necesito encontrar paz en mi interior. No quiero seguir llevando esta vida nunca más!
Estuve conmovido por el amor con el que me cuidaron en el Centro. Retomé el vigor físico rápidamente y aún estoy reconstruyendo mi parte interior. Este tiempo aquí me ha acercado a Dios y junto a Él estoy agradecido por su amor y perdón. ¡Mi vida está completamente cambiada!”
La Biblia, fundamento del trabajo desarrollado en el Centro de Rehabilitación que lleva la Unión Evangélica de la Fe de los Cristianos, en la República de Bielorusia. En muchos casos los drogadictos se recuperan de sus adicciones y cuando salen la Biblia, su mensaje, les acompaña y sigue teniendo un gran impacto en sus vidas y en la de sus familiares.
Vivo en Malasia, mi nombre es Tiu Hock, aunque rodeado de las enseñanzas de las distintas religiones que se encuentran en mi país y nunca me encontré satisfecho con las respuestas que recibía a las preguntas que me hacía sobre el propósito de la vida, cómo se creó el mundo y quién era Dios en realidad. Todo eso cambió cuando visité a mi tía de fe cristiana que me regaló una Biblia en malayo. Al comenzar a leerla empecé a encontrar las respuestas que andaba buscando y entendí la importancia de aceptar a Jesucristo como mi salvador.
GRACIAS AL PROGRAMA UNA BIBLIA AL MES MUCHAS PERSONAS PUEDEN CAMBIAR SUS VIDAS Y DESCUBRIR NUEVOS HORIZONTES CON EL AMOR DE DIOS.
Siempre es tiempo de compartir las buenas nuevas.
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Is 40, 31 (DHH)
Pero los que confían en el Señor tendrán siempre nuevas fuerzas
y podrán volar como las águilas;
podrán correr sin cansarse y caminar sin fatigarse.
Sergej, tiene 25 años y espera que su futuro sea brillante. “Todo comenzó cuando empecé a fumar drogas en la escuela. Provengo de un buen orfanato pero encontré amigos que ejercieron una mala influencia sobre mí y me dejé arrastrar. Conseguí ingresar en la Universidad, pero allí pronto me hice adicto a la heroína. Paulatinamente mis antiguos amigos me dieron la espalda y los únicos que conservé fueron los que compartían la adicción conmigo. Mis padres murieron y mi único hermano no quería saber nada de mí. Me hice novio de una joven cuya madre era cristiana. Fue ella quien me habló del centro de rehabilitación que podría curarme. Me presentó a alguien que tomada drogas en el pasado y que me dijo: ‘Hay un camino para salir de tu situación. Jesucristo te libera gratuitamente’.
Tardé algunos meses en cobrar valor para contactar con el Centro. Fue después de un sueño horrible que tuve estando drogado. Me hinqué de rodillas: ¡Oh Señor!
Necesito encontrar paz en mi interior. No quiero seguir llevando esta vida nunca más!
Estuve conmovido por el amor con el que me cuidaron en el Centro. Retomé el vigor físico rápidamente y aún estoy reconstruyendo mi parte interior. Este tiempo aquí me ha acercado a Dios y junto a Él estoy agradecido por su amor y perdón. ¡Mi vida está completamente cambiada!”
La Biblia, fundamento del trabajo desarrollado en el Centro de Rehabilitación que lleva la Unión Evangélica de la Fe de los Cristianos, en la República de Bielorusia. En muchos casos los drogadictos se recuperan de sus adicciones y cuando salen la Biblia, su mensaje, les acompaña y sigue teniendo un gran impacto en sus vidas y en la de sus familiares.
Vivo en Malasia, mi nombre es Tiu Hock, aunque rodeado de las enseñanzas de las distintas religiones que se encuentran en mi país y nunca me encontré satisfecho con las respuestas que recibía a las preguntas que me hacía sobre el propósito de la vida, cómo se creó el mundo y quién era Dios en realidad. Todo eso cambió cuando visité a mi tía de fe cristiana que me regaló una Biblia en malayo. Al comenzar a leerla empecé a encontrar las respuestas que andaba buscando y entendí la importancia de aceptar a Jesucristo como mi salvador.
GRACIAS AL PROGRAMA UNA BIBLIA AL MES MUCHAS PERSONAS PUEDEN CAMBIAR SUS VIDAS Y DESCUBRIR NUEVOS HORIZONTES CON EL AMOR DE DIOS.
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