La creencia de que al momento de morir los cristianos, al instante, aparecerán o migrarán a un "cielo", siendo un alma incorpórea, y así estarán ante la Presencia de Dios adorando las 24 horas del día está muy generalizada.
Esa creencia es incluso enseñada en escuelas bíblicas y hasta usada en mensajes de evangelistas y pastores(as).
Yo quisiera saber en que sección de las escrituras dice que tal cosa ocurre al momento de la muerte.
En las Biblia jamás se dice o se afirma que tal cosa ocurra.
Todo el error viene por el decir que como los humanos tenemos un "alma", y esa alma es inmortal, una vez el cuerpo muere, el alma tiene que aparecer en algún lugar, sea el cielo o el infierno.
Dicho decir no es sostenido por las Escrituras sagradas.
El creer que al momento de la muerte el ser humano se transforma en un alma incorpórea se la debemos a Platón, y no a la Biblia. Fue ese filósofo griego quien en uno de sus libros (La República) creo la idea de que los humanos tenemos un alma que está atrapada por nuestro cuerpo carnal, y que dicha alma se libera al momento de la muerte y asciende a una existencia sublime en las esferas espirituales por toda la eternidad. Los católicos durante la Edad Media promulgaron estas ideas platónicas, y las incorporaron al cristianismo.
Eso no es lo que Jesús enseñó, ni tampoco lo que el Tanak (Biblia Hebrea o Antiguo Testamento) indica.
No hay nada eterno en nosotros los humanos. Bien dijo Abraham que nosotros no somos nada más que polvo y cenizas (Génesis 18:27). El salmo 103 dice que nuestra vida es tan efímera y pasajera como la hierba del campo, que cuando el viento azota, ya no existe más. El salmo 90 claramente indica que cuando llega el momento de la muerte, Dios nos devuelve al polvo. No dice que nuestras almas van al cielo.
Es importante sentar las bases. La palabra "alma" en hebreo es "nefesh". La misma significa "el yo interior" o la personalidad interior. Eso es lo que es el alma en la biblia. No es un humo espiritual flotando dentro de nuestros cuerpos que se va a liberar cuando muera la persona. Realmente el "alma" es el la persona en sí misma, sin los prejuicios, estereotipos o concepciones sociales. Es el yo en toda su pureza. Lo que realmente somos. Esa parte de nosotros que solamente Dios conoce.
Junto a esta alma, la Biblia también menciona un "espíritu". El mismo es el aliento que Dios sopló en Adán después de crearlo. Es una pequeña parte de Dios en nosotros. Es lo que nos hace ser unas criaturas especiales. Es la "imagen de Dios" en nuestro ser.
No obstante, eso no es "nosotros". Es literalmente un poco de Dios en nuestro interior. Lo que nos da la razón, la conciencia, el conocimiento del bien y el mal, el conocimiento de Dios. Ese espíritu al momento de la muerte vuelve a Dios, quien lo dio (Eclesiastés 12:7). No importa si la persona fue buena o terrible, el espíritu vuelve al Eterno porque es parte de El.
Entonces: El "alma" no es un elemento eterno. Es realmente nuestro ser, nuestra persona. Eso no es eterno. Eso morirá.
Lo que sí dice la Biblia que ocurre al momento de morir es simplemente eso: Estamos muertos, nada más. Todo acaba en la muerte.
Si las almas viven para siempre: ¿Por qué entonces el salmo 88, versos 10-12, dice:
¿Manifestarás tus maravillas a los muertos?
¿Se levantarán los muertos para alabarte? Selah
¿Será contada en el sepulcro tu misericordia,
O tu verdad en el Abadón?
¿Serán reconocidas en las tinieblas tus maravillas,
Y tu justicia en la tierra del olvido?
Por supuesto, si usted lee el salmo, sabrá que la contestación a todas las preguntas es NO. Los muertos no alaban a Dios, ni escuchan nada, ni reconocen nada. Es de entenderse: Están muertos.
Aún más, el salmo 115, al verso 17 indica que-
Los muertos no pueden cantar alabanzas al Señor, porque han entrado en el silencio de la tumba.
Wow. En la tumba solamente hay silencio. No alabanzas a Dios.
Si aún usted tiene duda que al momento de la muerte simplemente dejamos de existir, lea el salmo 39, verso 13: Allí claramente el salmista indica que cuando morimos, ya no existiremos más. No existimos. Punto.
Si hubiese un alma inmortal en nosotros, ese salmo entonces es una vil mentira. Pero sabemos bien que no es así. Moriremos y dejaremos de existir. Nada más. No apareceremos mágicamente en un cielo como un ente espiritual que vivirá eternamente. Eso no es bíblico.
Ahora bien, y estoy seguro que es el contra argumento que todos van a lanzarme. Jesús le dijo al ladrón que ambos iban a estar juntos en el paraíso. Eso no puede negarse, pero consideren los siguiente. Jesús nunca explicó qué es eso de ir al paraíso. Incluso, cuando en el evangelio según Juan, capílo 14, verso 3, Jesús indica que El se iría a preparar un lugar para nosotros. La palabra griega para ese lugar es "topon." La misma significa un lugar de pasada, no una residencia permanente. Es una parada momentánea, no el destino final.
Siendo así, podemos entender que al momento de morir, ya no existimos, pero Jesús nos guardará en reposo junto El. Incluso en la parábola del rico y Lázaro (Evangelio según Lucas, capítulo 16, versos 19-31) Abraham habla con el rico, pero Lázaro jamás pronuncia ni una palabra. Está muerto.
Tomen también muy en cuenta que cuando el apóstol Pablo menciona a los cristianos que han muerto, siempre expresa que los mismos están "durmiendo." El nunca dijo que los cristianos que han muerto ahora están en el cielo alabando a Dios día y noche. No- ellos simplemente "duermen."
La promesa que tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento hacen es que un día, el cual sólo Dios conoce, todos los muertos van a resucitar. Esa es la promesa. La resurrección. Como Cristo resucitó, nosotros vamos a resucitar también por su poder y misericordia. Por ello Jesús es la primicia del mundo por venir. El es el primero en resucitar, luego seremos nosotros. Entonces sí habrá vida eterna para los que fueron fieles. Como dice el libro de Daniel, en el capítulo 12, unos resucitarán para gloria, y otros para vergüenza.
La resurrección de los muertos es la promesa que hizo Jesús, y que Pablo también repite en la primera carta a los tesalonicenses. No es que morimos y nuestra alma "inmortal" nos sube al cielo. No. Moriremos, y estaremos durmiendo bajo el cuidado de Jesús hasta el día de la resurrección final. Y no seremos almas flotando por el cielo. Vamos a resucitar en cuerpos glorificados, como resucitó Jesús, y viviremos en este mundo que va a ser renovado (cielo nuevo y tierra nueva). No estaremos en ningún cielo flotando en nubes. Vamos a estar en forma concreta en el mundo, siendo seres resucitados ante la presencia del Eterno, como estuvo Adán antes de pecar.
Amén.
PD- Si el tema le es de interés, le invito a leer el libro "Suprised by Hope" escrito por el reconocido académico cristiano N.T. Wright.
Bendiciones
Esa creencia es incluso enseñada en escuelas bíblicas y hasta usada en mensajes de evangelistas y pastores(as).
Yo quisiera saber en que sección de las escrituras dice que tal cosa ocurre al momento de la muerte.
En las Biblia jamás se dice o se afirma que tal cosa ocurra.
Todo el error viene por el decir que como los humanos tenemos un "alma", y esa alma es inmortal, una vez el cuerpo muere, el alma tiene que aparecer en algún lugar, sea el cielo o el infierno.
Dicho decir no es sostenido por las Escrituras sagradas.
El creer que al momento de la muerte el ser humano se transforma en un alma incorpórea se la debemos a Platón, y no a la Biblia. Fue ese filósofo griego quien en uno de sus libros (La República) creo la idea de que los humanos tenemos un alma que está atrapada por nuestro cuerpo carnal, y que dicha alma se libera al momento de la muerte y asciende a una existencia sublime en las esferas espirituales por toda la eternidad. Los católicos durante la Edad Media promulgaron estas ideas platónicas, y las incorporaron al cristianismo.
Eso no es lo que Jesús enseñó, ni tampoco lo que el Tanak (Biblia Hebrea o Antiguo Testamento) indica.
No hay nada eterno en nosotros los humanos. Bien dijo Abraham que nosotros no somos nada más que polvo y cenizas (Génesis 18:27). El salmo 103 dice que nuestra vida es tan efímera y pasajera como la hierba del campo, que cuando el viento azota, ya no existe más. El salmo 90 claramente indica que cuando llega el momento de la muerte, Dios nos devuelve al polvo. No dice que nuestras almas van al cielo.
Es importante sentar las bases. La palabra "alma" en hebreo es "nefesh". La misma significa "el yo interior" o la personalidad interior. Eso es lo que es el alma en la biblia. No es un humo espiritual flotando dentro de nuestros cuerpos que se va a liberar cuando muera la persona. Realmente el "alma" es el la persona en sí misma, sin los prejuicios, estereotipos o concepciones sociales. Es el yo en toda su pureza. Lo que realmente somos. Esa parte de nosotros que solamente Dios conoce.
Junto a esta alma, la Biblia también menciona un "espíritu". El mismo es el aliento que Dios sopló en Adán después de crearlo. Es una pequeña parte de Dios en nosotros. Es lo que nos hace ser unas criaturas especiales. Es la "imagen de Dios" en nuestro ser.
No obstante, eso no es "nosotros". Es literalmente un poco de Dios en nuestro interior. Lo que nos da la razón, la conciencia, el conocimiento del bien y el mal, el conocimiento de Dios. Ese espíritu al momento de la muerte vuelve a Dios, quien lo dio (Eclesiastés 12:7). No importa si la persona fue buena o terrible, el espíritu vuelve al Eterno porque es parte de El.
Entonces: El "alma" no es un elemento eterno. Es realmente nuestro ser, nuestra persona. Eso no es eterno. Eso morirá.
Lo que sí dice la Biblia que ocurre al momento de morir es simplemente eso: Estamos muertos, nada más. Todo acaba en la muerte.
Si las almas viven para siempre: ¿Por qué entonces el salmo 88, versos 10-12, dice:
¿Manifestarás tus maravillas a los muertos?
¿Se levantarán los muertos para alabarte? Selah
¿Será contada en el sepulcro tu misericordia,
O tu verdad en el Abadón?
¿Serán reconocidas en las tinieblas tus maravillas,
Y tu justicia en la tierra del olvido?
Por supuesto, si usted lee el salmo, sabrá que la contestación a todas las preguntas es NO. Los muertos no alaban a Dios, ni escuchan nada, ni reconocen nada. Es de entenderse: Están muertos.
Aún más, el salmo 115, al verso 17 indica que-
Los muertos no pueden cantar alabanzas al Señor, porque han entrado en el silencio de la tumba.
Wow. En la tumba solamente hay silencio. No alabanzas a Dios.
Si aún usted tiene duda que al momento de la muerte simplemente dejamos de existir, lea el salmo 39, verso 13: Allí claramente el salmista indica que cuando morimos, ya no existiremos más. No existimos. Punto.
Si hubiese un alma inmortal en nosotros, ese salmo entonces es una vil mentira. Pero sabemos bien que no es así. Moriremos y dejaremos de existir. Nada más. No apareceremos mágicamente en un cielo como un ente espiritual que vivirá eternamente. Eso no es bíblico.
Ahora bien, y estoy seguro que es el contra argumento que todos van a lanzarme. Jesús le dijo al ladrón que ambos iban a estar juntos en el paraíso. Eso no puede negarse, pero consideren los siguiente. Jesús nunca explicó qué es eso de ir al paraíso. Incluso, cuando en el evangelio según Juan, capílo 14, verso 3, Jesús indica que El se iría a preparar un lugar para nosotros. La palabra griega para ese lugar es "topon." La misma significa un lugar de pasada, no una residencia permanente. Es una parada momentánea, no el destino final.
Siendo así, podemos entender que al momento de morir, ya no existimos, pero Jesús nos guardará en reposo junto El. Incluso en la parábola del rico y Lázaro (Evangelio según Lucas, capítulo 16, versos 19-31) Abraham habla con el rico, pero Lázaro jamás pronuncia ni una palabra. Está muerto.
Tomen también muy en cuenta que cuando el apóstol Pablo menciona a los cristianos que han muerto, siempre expresa que los mismos están "durmiendo." El nunca dijo que los cristianos que han muerto ahora están en el cielo alabando a Dios día y noche. No- ellos simplemente "duermen."
La promesa que tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento hacen es que un día, el cual sólo Dios conoce, todos los muertos van a resucitar. Esa es la promesa. La resurrección. Como Cristo resucitó, nosotros vamos a resucitar también por su poder y misericordia. Por ello Jesús es la primicia del mundo por venir. El es el primero en resucitar, luego seremos nosotros. Entonces sí habrá vida eterna para los que fueron fieles. Como dice el libro de Daniel, en el capítulo 12, unos resucitarán para gloria, y otros para vergüenza.
La resurrección de los muertos es la promesa que hizo Jesús, y que Pablo también repite en la primera carta a los tesalonicenses. No es que morimos y nuestra alma "inmortal" nos sube al cielo. No. Moriremos, y estaremos durmiendo bajo el cuidado de Jesús hasta el día de la resurrección final. Y no seremos almas flotando por el cielo. Vamos a resucitar en cuerpos glorificados, como resucitó Jesús, y viviremos en este mundo que va a ser renovado (cielo nuevo y tierra nueva). No estaremos en ningún cielo flotando en nubes. Vamos a estar en forma concreta en el mundo, siendo seres resucitados ante la presencia del Eterno, como estuvo Adán antes de pecar.
Amén.
PD- Si el tema le es de interés, le invito a leer el libro "Suprised by Hope" escrito por el reconocido académico cristiano N.T. Wright.
Bendiciones