VIAJE A ISRAEL

Bart

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24 Enero 2001
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VIAJE A ISRAEL


PARTE I


Querido Lector,

Gracias por responder... este es un largo relato, un viaje de carácter muy personal. Lo comparto con vosotros porque muchos de vosotros orasteis por mi y quiero “llevaros conmigo a Israel” a través de esta experiencia que quizás sea compartir con parte del cuerpo de Cristo, al menos con los que tienen el corazón de Dios para con Israel.

Deseo conectar con creyentes como tú y seguir comunicándonos de cuando en cuando. Si en cualquier momento prefieres no recibir correos electrónicos, dínoslo. Pido la bendición de Dios sobre ti al interesarte por Israel.

Esta es una breve historia del viaje externo, de la experiencia visible. Hubo un historia del todo diferente en el ámbito del Espíritu. Siempre hay una apariencia terrenal y luego la realidad espiritual. Dos esferas que no conviven mano a mano sino una dentro de otra, moviéndose de forma diferente pero siempre conectadas entre sí. Lo terrenal ocurre y se transmite. El acontecer celestial tiene su impacto y su huella en la tierra en permanente cambio y jamás se contempla plenamente, tan sólo se deja entrever. Los Cielos sólo pueden irrumpir en la espiral de la humanidad cuando Dios es la Realidad genuina, siendo presente a través de cualesquier creyente que vive bajo Su reinado.

Conforme a lo que es visible, el viaje parecía ser de poco mérito para el Señor. Me preguntaba hasta qué punto podría Israel beneficiarse de nuestra estancia allí.

El grupo turista se componía de cristianos maravillosos, de creyentes dinámicos, pero el recorrido nunca se diseñó como una misión de intercesión. Su propósito era aprender el país, conocer a algunas de las personas y creyentes que vivieran en Israel.

Yo estaba al borde de la desesperación por escuchar la mente de Dios. Había experimentado Su corazón pero también quería Su entendimiento. El Señor habría de responder poderosamente a esta incertidumbre con sorprendente revelación interior.


Diario de Israel.
El hogar futuro del cristiano, a gran distancia.


Acabo de regresar de estar casi 2 semanas en Israel, invitada como huésped del gobierno israelí, quien pagó el billete de avión y casi todos los gastos. Formaron parte del viaje líderes, pastores y prensa sólo bajo previa invitación. Éramos 22 más o menos, ¡y estoy segura que antes de que me llegase el turno muchos rehusaron la invitación! A Juan también le tendieron una invitación. Esto fue un favor especial del Señor porque mi marido Kenneth se sintió aliviado en razón a este viaje en un tiempo tan peligroso al ser acompañada por Juan.

La guerra contra Irak se dejaba asomar en el horizonte y con casi toda probabilidad esto significaba un ataque inmediato sobre Israel.

(La mayoría de vosotros que visitáis nuestra web conocéis a Juan Enslow, director del ministerio, creador de la página web y escritor.)


25 DE NOV. LUNES POR LA MAÑANA

Ayer a altas horas de la madrugada regresé de Israel y Nueva York. Hace frío en las montañas y esta mañana estoy sentada ante el fuego que Kenneth me preparó, tan sólo estoy mirando y pidiendo al Señor el entendimiento de Su mente en relación con este sorprendente viaje... en este momento el viaje es un completo misterio para mí y tan sólo deseo meditar acerca de ello y escuchar a este poderoso Dios quien me asió en medio de mi vida y soberanamente me envió a Su tierra por cuarta ocasión.

En uno de las primeras visitas en autobús, un caballero y yo estuvimos discutiendo los distintos puntos de vista que varios líderes sostienen acerca de Israel. Le confesé mi propia incertidumbre en referente a tan diversos asuntos, incluyendo el futuro de Israel; que tan sólo hacía este viaje para observar el corazón de Jesús hacia Su familia. Eso habría de seguir siendo aquello que buscaba y solicitaba del Padre. Oh, ¡poseer Su Corazón! Ese era mi clamor.

Los judíos estaban asombrados de que viniéramos a Israel en aquel momento. Decían que era valor. Algunos israelitas (incluso de la prensa) están viendo que los cristianos parecen ser los únicos amigos que tienen en la tierra. Nos dieron las gracias una y otra vez. Y nosotros respondíamos “estamos con vosotros.” Era tan enternecedor. Nos topamos con otro par de grupos turistas cuando lo normal es que haya docenas de ellos en cada lugar de interés turístico.

La primera noche nos acomodamos en el Banco Oeste en la ciudad de Ariel en un precioso hotel gestionado por judíos, pero se localizaba en territorio árabe y resulta que quieren a todos los judíos fuera de allí. Este sitio había experimentado dos atentados suicidas. Uno sucedió justo la semana anterior a nuestra visita, cuando el suicida fue apresado por el dueño del hotel. Este hombre había apresado al kamikaze y otro civil le había disparado. Los soldados israelitas que estaban presentes no entendieron lo que pasaba y dispararon sobre el suicida detonando la bomba sin necesidad. El dueño salió volando por los aires y se le rompieron tantos huesos que aún estaba en el hospital. Varios soldados murieron. El suceso apareció en la prensa americana. También conocimos a la esposa, que había sido gravemente herida cuando en marzo el frontal de su hotel fue detonado por otro suicida cargado de explosivos. Había intentado persuadirle de que se apartara de la entrada del hotel y no es poco milagro que sobreviviera. Se ha recuperado gracias a las muchas oraciones de cristianos (y cirugía plástica, estoy segura), pero parecía muy vulnerable y siempre lloraba, totalmente destrozada por ambos episodios. Ver de cerca este sufrimiento y de primera mano, conocer a una víctima, ver el lugar donde ocurrió la explosión es hacer el drama de Israel algo palpable y profundamente serio. Había soldados protegiendo este maravilloso hotel. No eran amistosos, eran muy concienzudos en su trabajo.

Una historia: más o menos la segunda noche que estuvimos en Jerusalén se produjo una emboscada donde se tiroteó a judíos que regresaban de la Sinagoga al comienzo del Sabath, en su mayor parte soldados; trece en total cayeron, y otros fueron heridos. Ocurrió a pocos kilómetros del hotel pero en ese momento estábamos reunidos y no oímos las sirenas. Pocas veces se hace mención de los heridos. A veces sus vidas quedan hechas un jirón y sus heridas son horribles. En el preciso momento que ocurrió, estaba sentada en el restaurante del hotel y muchas familias judías estaban celebrando el principio del Sabath. Cantaban y había niños por doquier. A pesar del gozo y la celebración, yo estaba aturdida de horror... como si me adentrara en una pesadilla. No podía imaginarme de qué se trataba. Pensé que quizás fuera congoja porque Cristo se viera y se adorara. El grupo turístico de mi mesa vio la mirada en mi rostro e intentaron ministrarme. Uno dijo que estaba siendo atacada por un espíritu religioso. Otro dijo “es un clamor” y sentí que era eso, pero seguí diciendo que no sabía con certeza qué andaba mal. Podría haber gemido y clamado pero tuve que contenerme. Por último dejé la mesa, no podía comer. Luego supimos que en ese momento ocurrió el ataque.

Un soldado era un comandante del ejército, muy querido de Israel, que murió intentando proteger a la gente. (Después supimos que era hombre de tan apasionada oración en la sinagoga que el hombre que estuviera a su lado debía apartarse.) ¡Este era el corazón de Dios! Sufriendo con Su pueblo... ¡cuánto pido más clamor, de esa clase por el que puedes conocer la mente de Dios y orar! Tan sólo me queda esperar que algunos se salvaran por este gemir con el que intervino el Espíritu.

El Ministro de Turismo llevó a nuestro grupo a una encantadora cena y nos agradeció profusamente nuestra visita. El 90% de la economía de la nación descansa sobre el turismo, y muchos sobreviven con lo mínimo mientras otros cierran los negocios. La economía de Israel se está derrumbando y esta es una de las metas del terrorismo... con el fin de expulsar a los judíos de su tierra. Supongo que también es la soberana obra de Dios para llevar a Israel a una mayor necesidad de Él.

ESCRITO DEPUÉS.... EN CASA Y AÚN REFLEXIONANDO, TEMPRANO EN LA MAÑANA DEL DÍA DE ACCIÓN DE GRACIAS.

Fue un viaje ajetreado. Hay mucho que ver en Israel y el tiempo siempre se queda corto. Así pues no hubo mucho tiempo para un viaje espiritual... para pararse y dejar que Dios se moviera y hablara. Hubo cosas que nunca antes había visto: el lugar exacto donde Elías derrotó a los profetas de Baal. Podías ver el terrazo donde los profetas fueron degollados y abajo el arroyo que menciona la Escritura. Estuvimos en la montaña donde el siervo de Elías fue enviado a buscar una nube. Se puede ver la vista que alcanzó del cielo sobre el Mar Mediterráneo. Al haber escrito acerca de Elías, esto fue especialmente enriquecedor para mí.

Fuimos también al desierto de Engedi, el lugar de la Sulamita. Un desierto muy estéril, pero que a un lado posee una cascada. Pequeños cervatillos iban de allá para acá y podían verse cabras en los riscos. Me pidieron que hablara y el Señor me dio un mensaje corto acerca del rey. Algo de lo que recuerdo que dije pareció asombrar enormemente a algunos en el grupo: “Dios no es agradable. Es BUENO, pero no agradable. Dejó que la doncella Sulamita fuera golpeada y, aunque permitió ser hallado por ella, se le hizo pasar mucha hambre antes de que Él llegara.” (‘No es agradable’ queriendo decir que nos dejará sufrir y pasar hambre, que Él no nos sigue, sino que somos nosotros quienes hemos de seguirle a Él.)

El aposento alto que normalmente se muestra a los turistas es de la época de las Cruzadas y no es ni por asomo el que Jesús utilizó. Hay una habitación por debajo del nivel del suelo (a causa de las muchas destrucciones de la ciudad y de la reconstrucción encima de las ruinas.) Este sí que se ha considerado el aposento alto desde el siglo primero.

Le pidieron a Juan que hablara en este aposento alto situado bajo la Iglesia de San Marcos. Habló sobre los 120 que estuvieron dispuestos a esperar 40 días para que descendiera el Espíritu Santo. Mencionó lo poco que estamos dispuestos a esperar delante del Señor, y el grupo quedó allí en pie durante un buen rato, algo raro en un viaje tan a salto de mata.

Durante aquel momento, el Señor me golpeó tanto que se me aflojaron las piernas y casi me caigo al suelo. Me tuve que apoyar en la pared de piedra. Dios me impactó en cuanto a Su posición como ESPOSO, una relación muy seria con Él. Estoy en medio de una revelación en cuanto al papel desempeñado por Cristo como Marido, y con el papel del Padre como Marido para Israel y he estado escribiendo hace poco acerca de ello en la web de Internet. Esta experiencia me reveló Su poder y autoridad en su posición como Esposo a una profundidad que nunca antes había visto, bastante embriagadora. Aún no dispongo de palabras para expresarlo.

Esto sucedió un Miércoles. Un intercesor de confianza me había dicho que la voluntad de Dios caería sobre mí un Miércoles y que habría de ser como lo es una columna de oro.

De cierto que fui golpeada incluso a nivel físico, y Su voluntad se hizo transparente: Él es Esposo y por tanto yo soy... ¡esposa! No un nuevo pensamiento, ¡sino un encuentro muy real! Fue grabado en oro –Su justicia– pero también había sido simbolizado por un anillo de oro/plata, que decía en letras hebreas; “Soy de mi Amado y Su deseo es para mí.”

Había comprado el anillo sin saber mucho acerca de él, y ahora conocía su significado para el Señor y sus implicaciones para conmigo.

Las personas de nuestro grupo eran variopintas, pero todas estaban entusiasmadas con Israel y las cuestiones judías. Me gustaría disponer del tiempo para presentaros a esta gente maravillosa, hermanos y hermanas nuevos en Cristo. Llegamos a amarnos unos a los otros de una forma que no había experimentado en viajes anteriores.

Conocimos a una pareja americana que ministra en Israel bajo el nombre de Amigos Cristianos de Israel. Proveen ayuda práctica, ropa, trabajo, etc. Incluso llegan a contactar con supervivientes del Holocausto y han visto a algunos recibir a Cristo como Mesías, sólo por su ayuda y cuidados. Nosotros en el Ministerio Sulamita queremos involucrarnos en la entrega de containers para Israel y otros sitios que tengan una rampante necesidad. Con vuestro permiso, aquellos de vosotros que habéis escrito seréis notificados más adelante en cuanto a formas de apoyar esta obra de ayudar a los necesitados.

Un Sábado, a la puesta de sol, unos cuantos de nosotros junto a nuestro maravilloso guía Judío Mesiánico (Marty Cohen) fuimos a la calle Ben Yahuda donde habían ocurrido varios atentados con bomba. De hecho Marty nos llevó al punto mismo donde sucedió la trágica explosión en que murieron muchos jóvenes. Un grupo de Judíos Ortodoxos con traje negro estaban celebrando el fin del Sabath. Danzaban exuberantemente en las calles (parecido a la película “El Violinista en el Tejado”) y tocaban instrumentos musicales. No obstante, estos judíos eran una secta religiosa que cree que el Mesías era el Rabbi Schneerson que murió hace varios años y no representan el credo general del pueblo judío.

Una mujer americana que enseña en la Universidad Hebrea vive cerca de la calle Ben Yahuda y ha visto con sus propios ojos cosas así de horribles y personas envueltas en histeria emocional. Intentó ayudar a una jóven que chillaba en estado de shock. De repente la segunda bomba se activó, justo unos minutos después de la primera. Dijo que esta mujer, que estaba tumbada sobre el empedrado, se levantó como un resorte temblando de miedo. Nos contaron historias de experiencias macabras, de cosas que nunca saldrían en las noticias. Ella escuchó todas las bombas. ¡Cosas que están al órden del día! Y las personas siguen adelante porque así lo tienes que hacer.

No tuvimos miedo y en casi todo momento nos sentimos a salvo. Los rumores y las noticias cobran una importancia diferente cuando la violencia está tan cerca. Estuvimos en una tienda y oíamos un ruido seco continuado. El dueño se acercó a la ventana para ver que se trataba de niños pateando una caja. Todos nos miramos y sonreímos. Ninguno dijo las palabras: ‘bomba, terrorista’, pero todos las habíamos pensado. Aunque hemos sido golpeados por el terrorismo no vivimos en la certidumbre de que podría ser al otro lado de la ventana, o a nuestro lado en el autobús.

Mi iglesia tuvo una reunión antes de partir hacia allí donde se dieron muchas oraciones y palabras, y fuimos enviados por el Cuerpo por imposición de manos. Algunas de las palabras dadas no las habría de entender hasta que regresé, pero sucedió cuanto el Señor habló. Hubo también una vigilia de 24 horas con muchas revelaciones maravillosas de Dios y palabras de promesa.

Más o menos cuando estaba en Jerusalén supe que en casa la gente estaba orando y que todos los días había alguien en ayuno. ¡No cabe ya duda de por qué tuvimos tal paz y fuimos guardados! Me conmoví mucho y tuve un agradecimiento inefable.

En la última mañana de la gira turística todos se marcharon a Tel Aviv para volar con la Línea Aérea El Al (tres de nosotros nos quedamos en Jerusalén). Un hombre de nuestro grupo nos dijo que el vuelo de El Al había sido secuestrado y que América había bombardeado Iraq. Estábamos un tanto perplejos porque la inspección de la ONU no había hecho más que empezar, pero enseguida supimos qué hacer... ¿llenar la maleta de víveres? ¡Ah! Nos reímos de nosotros mismos. Planteamientos tan extraordinarios cuando en realidad estábamos desahuciados. Resultó que la cosa no era tan seria. El Al capturó al secuestrador. Tan sólo eran unas ametralladoras de Iraq disparando a nuestros aviones de vigilancia. El vivir bajo la inminente amenaza de la guerra, del ataque y del terrorismo era algo que jamás había experimentado. Aunque sin temor, éramos conscientes de ese espectro planeando sobre nuestras cabezas.

Nosotros tres nos dirigimos hacia Jerusalén mientras el grupo regresaba a América... y dio comienzo un tiempo maravilloso, libre de temores.

Sherry (quien estaba al cargo de la planificación del viaje), y dos de nosotros, nos quedamos unos cuantos días después de que el grupo se marchara. Este fue con diferencia el tiempo más precioso que tuvimos. Nuestro guía mesiánico nos buscó alojamiento en el sector judío, muy espacioso e íntimo, aunque tosco bajo el estándar americano. Tres habitaciones libres, separadas y unidas por un patio. Aprendimos a orientarnos por la ciudad para descubrir que nos podíamos apañar sin problema, con Sherry como nuestra líder experta.

Cada día pasábamos un tiempo con un judío dueño de una tienda. Moshe dialoga con cristianos para ayudarles a entender cómo piensa y cree un judío. ¡Sabe más del cristianismo que la mayoría de nosotros! Su sabiduría y gentileza eran increíbles, pero no por eso dejaba de ser un ávido debatiente. Cuando Sherry vivía en Israel 10 años atrás había pasado junto a él muchas horas. Había impactado su vida profundamente y así sucedió que también impactó la nuestra.

Había una fotografía que Sherry pidió ver otra vez. Moshe sacó una carpeta y empezó a explicar. Dijo que un fotógrafo vino a Jerusalén y dispuso su cámara para retratar la Mezquita, la cúpula de la Roca. A través de la cámara él veía una imagen sobreimpresa sobre la Mezquita. Pero cada vez que el carrete se revelaba la imagen no aparecía. Nos enseñó esta foto, la foto típica de la ciudad con la cúpula de oro destacando en prominencia con el entramado blanco de los demás edificios. Entonces nos dijo que alguien sugirió que tomara una foto a través de la ventanita de la cámara (por donde uno mira para hacer la foto). Lo hizo y cuando reveló la película, la imagen estaba ahí. Luego Moshe nos mostró la foto. El perfil de la cámara era visible y la imagen daba mareos.

Sobreimpuesta sobre la cúpula de la mezquita había una estrella de David refulgente. No ardía, pero la luz que contenía era tan brillante, tan cegadora que parecía que estaba viva, tan intensa que podría decirse que nunca antes habías visto esa luz.

Tragué saliva y le pregunté a Moshe, “¿eso qué significa?” Dijo él, “¿es que tiene que significar algo? Lo supernatural sucede en Israel. Ocurre en todas partes pero lo ves más en Israel.”

Me pusieron en mi sitio. Dios, por encima de todo, es un misterio. ¡Moshe, el rabí judío, se deleita en destruir la caja en la que nosotros los cristianos de mente estrecha confinamos a Dios!

Seguí esperando y pidiendo que se revelara el corazón de Dios. Al final, el último par de días, nosotros tres nos sentamos en la mesa y tan sólo nos mirábamos, y de repente me golpeó la intercesión. Fue una oración poderosa acompañada de copiosas lágrimas. El Señor dijo, “Israel, tú eres mi esposa. Vuelve a Mí. ¡Esta tierra es MI tierra!”

Después este viaje sé que lideraremos nuestro propio viaje a Israel el año próximo en Octubre durante la Fiesta de los Tabernáculos en Jerusalén. Visitaremos a Moshe. Tendremos enseñanzas en todo lugar y tiempos de oración. Soñamos con una experiencia espiritual donde el Señor Jesús sea manifiesto y el Padre pueda tocarnos en Su tierra. Ahora mismo se están haciendo planes maravillosos y ya ha empezado la oración. ¡Ojalá aún quede un Israel intacto para visitar!

Me voy de allí queriendo orar por Israel.
La pregunta, aparte de lo obvio, es esta: ¿orar qué?
El enfoque del viaje para mí fue la soberanía de Dios. Hubo un punto de inflexión al reunirnos con el hombre judío, Moshe. Tenía un fe tal en la soberanía absoluta de Dios. Así mismo la escritura que nos vino una y otra vez fue el Cantar de los Cantares. Los judíos consideran este libro como el Santo entre los Santos. Sentía que había llegado a comprender en una mayor dimensión las creencias del pueblo judío que aún cree en Dios y le sirve.

Antes de marchar a Israel, el Señor me había dado todo el libro de Oseas para leer y orar. Oseas saltó como de muerte a vida en cuanto al decisivo asunto que concierne a Israel hasta el día de hoy. Adulterio contra Dios. Hay muchos de nosotros que vemos a Israel con gran simpatía, pero este libro de Oseas revela el panorama de Israel ante Dios, y también Su amor y Su juicio. Mi simpatía es para con Dios. Sus derechos. Su voluntad. Su posición. Muchos quieren que Israel sea bendecido. Y la mayor de las bendiciones posible es que sean dados ojos para ver al Mesías. Para arrepentirse... e inclinarse.

Oseas 3:4,5
Porque muchos días estarán los hijos de Israel sin rey, sin príncipe, sin sacrificio, sin estatua, sin efod y sin terafines.

Esta parte era del todo sorprendente: nosotros tres visitamos el Instituto del Templo donde se están creando los elementos del Templo tras mucha labor de investigación. Israel se prepara para la construcción del Tercer Templo. Tan sólo están esperando a que Dios intervenga. Vimos el altar de oro del incienso, el menorah (casi 2 metros de alto y majestuoso), la mesa de los panes de la proposición, el pectoral con 12 joyas diferentes talladas con láser con todos los nombres de las tribus. Todo hacía que uno tambaleara. Gigantescas pinturas al óleo mostraban las escenas y funciones del Primer y Segundo Templo. Una pieza inolvidable era una placa de oro para la cabeza del sacerdote, grabada con las palabras del mandamiento de Dios: Santo para el Señor. Todo era de oro macizo, imponentemente bello. Nos dijo el guía que el Arca ha sido hallada pero los rabís escogieron dejarla enterrada/escondida para que no se convirtiera en un ídolo y se adorara. Así pues, los “muchos días” están llegando a un fin e Israel pronto tendrá un Rey y un Príncipe.¡Aleluya!

Versículo 5: Después volverán los hijos de Israel, y buscarán a Jehová su Dios, y a David su rey; y temerán a Jehová y a su bondad en el fin de los días.

Esto emerge como la oración para Israel. Puedan ellos “volver y buscar” al Señor su Dios y a Yah Shua, el Rey sobre el trono de David... puedan ellos ver la bondad de Dios y temblar... ¡podamos también nosotros cristianos!

A nivel personal me fui con desesperada hambruna por humildad. Moshe lo veía todo en términos de orgullo frente a humildad. Le pregunté cómo era posible que los cristianos horadaran en sus raíces judías (algo que muchos buscan en estos días con cierta demencia. Él habló del tema con nuestro grupo)

Inclinó su cabeza con ademán pensativo: “Ora por humildad. Todas las cosas vienen de Dios a través de la humildad y sólo por medio de la humildad.” Casi todo pregunta que le hice se contrastaba como un asunto de orgullo o de humildad. Más tarde dijo, “cuanto más te acercas a Dios mayor el peligro del orgullo. Y cuando el orgullo entra, te ciegas a cuanto Dios te ha dado y lo pierdes todo.” Su propia humildad era sorprendente, pero a pesar de ello confrontaba bastante y no se cuidaba lo más mínimo por la aprobación del hombre. Contó la historia de un brusco tejano que entró y dijo, “hoy te voy a convertir a Jesús, hermano.” Moshe contestó con humor, “sí, y el Señor me dijo esta mañana que hoy humillaría a un orgulloso.”

El Señor respondió mi clamor por humildad y me derribó a mis rodillas, en primer lugar con la gloria de Su llamado. (El mismo llamado para todos nosotros, no uno especial para mi vida.)

En segundo lugar, esta mañana (día de Acción de Gracias) estoy atravesada por el arrepentimiento del pecado y con la cruz aplicada tan profundamente que soy como mujer muerta. Llegará la resurrección y de nuevo pediré humildad y luego otra vez más... el resto de mi vida.

Oseas 4:1,2 Oíd palabra de Jehová, hijos de Israel, porque Jehová contiende con los moradores de la tierra; porque no hay verdad, ni misericordia, ni conocimiento de Dios en la tierra. Perjurar, mentir, matar, hurtar y adulterar prevalecen, y homicidio tras homicidio se suceden. Por lo cual se enlutará la tierra, y se extenuará todo morador de ella, con las bestias del campo y las aves del cielo; y aún los peces del mar morirán.


Conocimos a amigos queridos, dos cristianos americanos que ahora viven en Israel. Pido que oréis por su seguridad: Santiago, que estudia adoración y Juan, que estudia Hebreo. Santiago estuvo en un autobús donde una bomba humana fue apresada por soldados israelís y evitaron que volara por los aires. Su pastor había profetizado, “tratarán de matarte pero no podrán hacerlo.” ¡Sabemos que fue salvado por la oración!
Y también por Helen, ciudadana de Israel... una preciosa muchacha cristiana.

El último trazo del viaje fue varios días en Nueva York con unos amigos.

Hicimos una gira por las oficinas centrales de la ONU en Nueva York y almorzamos en el comedor de los delegados. El Señor me mostró algo importante allí mientras caminaba por el edificio. Lo garabateé en un trozo de papel;

Cuando un creyente conoce a Dios en la órbita plena del conocimiento íntimo –en Su amor, Su juicio, y Su soberanía– entonces Él está presente en cualquier lugar al que vaya ese creyente. Él está presente para LIBERAR Su dominio. Muchos le conocen en Su amor. Otros en Su juicio. Algunos en Su soberanía. Pero cuando conocemos a nuestro Dios en el pleno equilibrio de Su Trinidad y en el conocimiento de Su propia naturaleza, Él se mueve en cualesquier terreno vayamos y manifiesta Su presencia e incluso instituye Su reino. Es misterio y no obstante una realidad.

Esto fue tan grande y hasta tal extensión que en realidad no pude tomarlo todo hasta después...

Esta es la herencia de Josué (un “arquetipo” para revelar al Señor Jesús). El Señor lo habló directamente con él y no a través de Moisés.


Yo os he entregado, como lo había dicho a Moisés, todo lugar que pisare la planta de vuestros pies.
Josué 1:3

Creo que cuando vivimos en el patrón de Josué, en sumisión a la autoridad en la tierra y en los cielos, viviendo por la vida misma de Cristo, Dios mismo nos hablará individualmente la presencia de este nivel de autoridad y nos enviará a lugares donde Él desea que se establezca Su dominio simplemente caminando por ese lugar. No es el creyente el problema de la autoridad. Es la VIDA DEL HIJO DE DIOS la que otorga la autoridad absoluta dentro del creyente, y el Señor es capaz de estar del todo presente doquiera esa vida va. Sólo somos una puerta para Dios... abierta para que Él entre en el mundo, o cerrada, evitando Su incremento.

Josué no sólo se sometía a Dios, sino que era dependiente. Profundamente dependiente. Vivía por la voz de Dios y hacía lo que Dios decía. Era valiente por meditar en la palabra de Dios de contínuo, en la medida en que el Santo Espíritu llenaba de poder esa palabra y la introducía en su espíritu.

El Señor desea que vivamos en el poder y la autoridad de Su presencia tangible. Ser la vasija de Su dominio es algo abierto a disposición de todos mas no recibido por todos a causa del extremo precio: la cruz. La completa pérdida del yo.


Más tarde el Señor expandiría esta revelación por un entendimiento del sacerdocio levítico... escribiré acerca de ello en las semanas por delante.



Gracias, glorioso Dios nuestro, por todos los que oraron y ayunaron, los que se levantaron y escucharon al Padre por nuestra causa en estas semanas en Israel. A ti sea la alabanza por las palabras que vinieron en cuanto a nosotros que luego increíblemente se cumplieron. Gloria a Ti nuestro Salvador por Tu constante protección y nuestro buen regreso. Aunque ofrecimos nuestras vidas hasta la muerte en Israel por Tu Nombre, nos has dado tiempo y vida para volver a hacer Tu voluntad.

Toda gloria y alabanza y honor al Cordero que un día gobernará Sión e incluso ahora reina desde el Sión trascendente en –y a través– de los corazones de Sus seguidores.

¡Podamos ser los creyentes que pueden cambiar la historia y ser los propios instrumentos del desplegar de Su Historia ante nuestros ojos!

Querido Lector, has soportado este largo informe hasta el fin.
¡Dios te bendiga! Intenté resumirlo al máximo (y dejé fuera muchas historias), pero no fui capaz. ¡Demasiado jugoso como para pocas palabras!

Martha Kilpatrick

Copyright 2002 Martha Blaney Kilpatrick

www.Shulamite.com

 
¡¡¡ excelente Martha, como siempre !!!


Sus escritos son rios de Agua Viva.



Gracias por traenoslos Bart.



:angel: