Estimados ami@s, después de unos problemas técnicos, aquí estoy de vuelta.
Quería compartir con vosotros unas palabras de Bonhoeffer y unas reflexiones propias.
"Se han realizado muchos intentos por eliminar a Cristo de la actual vida del espíritu; de hecho, lo más seductor de estos intentos es que parece como si Cristo fuese colocado por ellos en el lugar correcto, en el lugar digno de él. Se define a Cristo según categorías estéticas como genio religioso, se dice que es el más grande de los maestros éticos, se admira su camino hacia la muerte como un heroico sacrificio por sus ideas.Sólo hay una cosa que no se hace: no se le toma en serio, es decir, uno no pone el centro de su vida en relación con la pretensión de Cristo de decir y ser la revelación de Dios; se mantiene una distancia entre uno mismo y las palabras de Cristo y no se permite que tenga lugar ningún encuentro serio. Naturalmente, yo puedo vivir con Jesús o sin él, si lo considero como genio religioso, como maestro ético, -de la misma manera que, después de todo, también puedo vivir sin Platón o sin Kant-, todo esto sólo tiene un significado relativo.
Sin embargo, si en Cristo hubiera algo que pretendiera tomar mi vida por entero con toda la seriedad de que es Dios en persona el que aquí habla, y que sóloen Cristo se hizo presente una vez la palabra de Dios, entonces Cristo no tiene un significado relativo sino absolutamente urgente. Es cierto que aún soy libre para decir "sí" o "no" pera esta opción ya no me es indiferente. Entender a Cristo significa comprender esta pretensión: tomar en serio a Cristo significa tomar en serio su absoluta pretensión de exigir la decisión del hombre."
Escritos Esenciales de Dietrich Bonhoeffer, Ed. Sal Terrae (Extracto de un sermón pronunciado en Barcelona en 1.928)
¿Cuántas veces he pensado seriamente en el amor de Dios por mí? ¿He reflexionado sobre el Pasión de Jesús y su Resurreción?
Para mí la "religión" era una especia de máquina expendedora espiritual, a la que, mediante la introducción de las monedas (oraciones) adecuadas ella me proveería de lo que necesitaba para satisfacer mi ego mundano. Pero cuando empiezas a mirar de verdad[B/] la naturaleza de tu vida y del mundo que te rodea, ese misma realidad ya no te satisface. Espiritualmente empiezas a morir puesto que ignoras tu propio espíritu y le niegas la Luz: son las patadas tu espíritu agonizante las que te despiertan y empiezas a hacerte preguntas en serio: ¿Y si Dios existe y tiene una voluntad determinada para mí? ¡Ah, entonces todo cambia! Yo no soy el centro del universo, en realidad soy un minúsculo planeta que gira alrededor de Dios, que ha salido de Dios, que algún día se reintegrará a él. ¿Y si además Dios ama tanto a sus criaturas, que se encarnó, anduvo con nosotros, nos curó, nos consoló y fue crucificado por nosotros para el perdón de los pecados? ¡Qué tonto! He vivido ignorante del hecho central de mi vida: ser hijo de Dios y que mi Padre tiene un plan para mí No he olvidado que Jesucristo resucitó, por tanto, , el gran miedo que nos acosa a los mortales, la muerte, dejará de tener poder sobre mí, sabré que al final del valle de la muerte, empieza la tierra prometida y la verdadera vida: sin miedo, sin dolor, sin odio.... Solo Amor.
Paz y bien.
Quería compartir con vosotros unas palabras de Bonhoeffer y unas reflexiones propias.
"Se han realizado muchos intentos por eliminar a Cristo de la actual vida del espíritu; de hecho, lo más seductor de estos intentos es que parece como si Cristo fuese colocado por ellos en el lugar correcto, en el lugar digno de él. Se define a Cristo según categorías estéticas como genio religioso, se dice que es el más grande de los maestros éticos, se admira su camino hacia la muerte como un heroico sacrificio por sus ideas.Sólo hay una cosa que no se hace: no se le toma en serio, es decir, uno no pone el centro de su vida en relación con la pretensión de Cristo de decir y ser la revelación de Dios; se mantiene una distancia entre uno mismo y las palabras de Cristo y no se permite que tenga lugar ningún encuentro serio. Naturalmente, yo puedo vivir con Jesús o sin él, si lo considero como genio religioso, como maestro ético, -de la misma manera que, después de todo, también puedo vivir sin Platón o sin Kant-, todo esto sólo tiene un significado relativo.
Sin embargo, si en Cristo hubiera algo que pretendiera tomar mi vida por entero con toda la seriedad de que es Dios en persona el que aquí habla, y que sóloen Cristo se hizo presente una vez la palabra de Dios, entonces Cristo no tiene un significado relativo sino absolutamente urgente. Es cierto que aún soy libre para decir "sí" o "no" pera esta opción ya no me es indiferente. Entender a Cristo significa comprender esta pretensión: tomar en serio a Cristo significa tomar en serio su absoluta pretensión de exigir la decisión del hombre."
Escritos Esenciales de Dietrich Bonhoeffer, Ed. Sal Terrae (Extracto de un sermón pronunciado en Barcelona en 1.928)
¿Cuántas veces he pensado seriamente en el amor de Dios por mí? ¿He reflexionado sobre el Pasión de Jesús y su Resurreción?
Para mí la "religión" era una especia de máquina expendedora espiritual, a la que, mediante la introducción de las monedas (oraciones) adecuadas ella me proveería de lo que necesitaba para satisfacer mi ego mundano. Pero cuando empiezas a mirar de verdad[B/] la naturaleza de tu vida y del mundo que te rodea, ese misma realidad ya no te satisface. Espiritualmente empiezas a morir puesto que ignoras tu propio espíritu y le niegas la Luz: son las patadas tu espíritu agonizante las que te despiertan y empiezas a hacerte preguntas en serio: ¿Y si Dios existe y tiene una voluntad determinada para mí? ¡Ah, entonces todo cambia! Yo no soy el centro del universo, en realidad soy un minúsculo planeta que gira alrededor de Dios, que ha salido de Dios, que algún día se reintegrará a él. ¿Y si además Dios ama tanto a sus criaturas, que se encarnó, anduvo con nosotros, nos curó, nos consoló y fue crucificado por nosotros para el perdón de los pecados? ¡Qué tonto! He vivido ignorante del hecho central de mi vida: ser hijo de Dios y que mi Padre tiene un plan para mí No he olvidado que Jesucristo resucitó, por tanto, , el gran miedo que nos acosa a los mortales, la muerte, dejará de tener poder sobre mí, sabré que al final del valle de la muerte, empieza la tierra prometida y la verdadera vida: sin miedo, sin dolor, sin odio.... Solo Amor.
Paz y bien.