Una vida santificadora

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5 Septiembre 2001
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ALIMENTO DIARIO
Leer con oración: 2 P.1:5-7; Jn. 3:16; 1 P.1:14-16
Porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo”(1 P 1: 16)
UNA VIDA SANTlFlCADORA
En 2 Pedro l:5-71eemos: “vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor” Una vez que tenemos la fe, nos son agregadas virtudes que expresan la vida divina, como el amor fraternal, es decir, el amor mutuo entre los hermanos. Tal vez pensemos que amar a los hermanos ya es algo suficientemente elevado, pero Dios nos muestra que aún necesitamos agregar algo más: el amor ágape, es decir, el amor divino, lo más elevado. No nos basta sólo con tener el amor fraternal; debemos amar a todos, pues Dios amó al mundo (Jn 3:16). Ya amamos a los santos, pues son nuestros hermanos, pero, debemos también amar a los que aún no creyeron en el Señor Jesús, porque Él espera que un día ellos lo reciban y sean salvos. Dios amó al mundo y nosotros también amamos a las personas del mundo. Esto proviene de la santidad, del trabajar del Dios Triuno en nosotros, que nos libra de las concupiscencias a fin de intensificar nuestra participación en la naturaleza divina.
Primera Pedro 1:14-16 dice: “Como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia; sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo”. Dios es santo, y nosotros tenemos Su vida, por tanto también debemos ser santos, porque la vida de santidad ya está en nosotros. No podemos permitir que la santidad toque lo que es impuro e inmundo, pues la inmundicia y la impureza provienen del mundo.
El versículo 15 dice que somos santificados, entonces llegamos a ser santos; y nuestra santificación es la voluntad de Dios. Cuando Dios creó al hombre y lo puso en el huerto de Edén, por un lado, Su deseo era que Adán lo sirviese y, por otro, que comiese del fruto del árbol de la vida, pues al comerlo, tendría vida. La voluntad y el propósito de Dios era que cuando el hombre más comiese de ese fruto, la vida de Dios sería más añadida a él. Sin embargo, Eva fue engañada por la serpiente y no sólo comió del fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal sino que también llevó a Adán a comerlo, y como consecuencia de haber comido del conocimiento, la muerte entró en el hombre.
El conocimiento, después de la caída del hombre, desarrolla el alma. Satanás no puede entrar en el espíritu humano, pero sí en nuestra alma. Él actúa en nuestra alma a través del conocimiento para destruir y corromper nuestra mente, emoción y voluntad. Dios creó en el espíritu humano la conciencia, y la colocó junto a la mente, emoción y voluntad, las tres partes del alma, para formar el corazón psicológico del hombre. Así que, cuando el corazón se vuelve a Dios, es decir, cuando la conciencia y las tres partes del alma se vuelven a Dios, podemos tener comunión con Él. Por tanto, Dios colocó la conciencia, que es una de las partes del espíritu, para controlar nuestra alma.
Después que Adán comió del fruto del conocimiento del bien y del mal, entró en el hombre la naturaleza pecaminosa, cuyo origen y fuente es el mismo Satanás. Todos los pecados provienen de él, por tanto, él entró en nuestra mente, corrompió nuestra emoción, y sujetó nuestra voluntad, para que ya no seamos más sumisos al control de la conciencia. A partir de allí, la reacción del hombre fue rebelarse contra Dios.
Palabra clave: Corazón santo
Pregunta: ¿De qué está formado el corazón psicologico y de qué manera podemos tener comunión con Dios?
Dong Yu Lan
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¡Jesús es el Señor!