LO QUE ES EL INFIERNO.
La palabra nos viene del latín INFERNUS, del cual procede la palabra INFERIOR, o que está debajo. Así que el infierno no es caliente, sino frío. Es el hoyo donde los muertos son echados.
Estoy de acuerdo con el amigo que dice que Dios no sería justo sino castiga a los malos. El "infierno del fuego" es una realidad bíblica. Pero tenemos que saber lo que es y cuándo será puesto en vigor.
Los impíos serán castigados en su carne. Es imposible que un alma o un espíritu pueda ser quemado. Será en el cuerpo material que se recibirá tanto el premio como el castigo.
La palabra infierno, al menos en las Biblias más antiguas, provienen de una palabra hebrea y tres griegas. La hebrea es SHEOL y significa "lugar de los muertos". Es sinónimo de tumba o sepulcro.
La palabra griega más común que se ha traducido mal como "infierno" es HADES. Este es el nombre del dios mitológico del reino ultraterreno y que los romanos llamaban Plutón. Dante en su DIVINA COMEDIA lo asocia con Satanás. Los griegos creían que los muertos iban al reino de Hades y por eso asociaban a ese dios con el sepulcro.
Otra palabra usada en el Nuevo Testamento que se ha traducido por INFIERNO es "Gehena", que quiere decir "lugar de incendio". Apuntaba a un especie de crematorio que estaba en las afueras de las murallas de Jerusalén, en el antiguo lugar donde se sacrificaban niños a Moloc y que se denominaba "El Valle de los Hijos de Hinnom".
Jesús usa esta expresión para el lugar donde al fin los impíos han de ser destruidos.
La última palabra, la cual se halla sólo una vez en el Nuevo Testamento es TARTARUS, que significa "lugar de oscuridad". Puede verla en 2 Pedro 2:4, donde se menciona el acto de Dios de despeñar en el tartarus a los ángeles que pecaron. Están lejos de Dios, por lo tanto están en tinieblas continuas.
Ninguna de estas palabras sugiere un lugar donde los impíos que mueren van a ser atormnentados, allí donde Lucifer los está de continuo hincándolos con una horquilla.
Es claro que todos, malos y buenos, al morir, van al Sheol o Hades. Cristo mismo estuvo allí (Hechos 2:31) los tres días que estuvo muerto.
Cuando leemos el pasaje de Mateo 25 (verso 41), veremos que el momento en que los impíos serán echados al "fuego eterno" será después del juicio final.
Lo de "fuego eterno" ha sido mal entendido. Se dice generalmente que es un lugar donde el fuego arde eternamente y las almas de los malos están allí ardiendo por saécula saeculorum. Pero el fuego es eterno por sus consecuencias. Veamos por ejemplo a Judas 7, donde se nos dice que Sodoma y Gomorra sufrieron "el juicioo del fuego eterno". Estas perversas ciudades no están ardiendo hoy. Sencillamente, fueron quemadas hasta ser cenizas. El fuego nadie puede apagarlo y arderá hasta que cumpla lo designado por Dios.
La idea de un infierno ardiente donde Satanás y los demonios atormentan las almas de los malos fue inventada en la Edad Media para meter miedo a la gente. Es una lástima que haya tantos predicadores hoy siguiendo esta ilógica y anti bíblica enseñanza.
Ir a Cristo por miedo es lo peor que alguien puede hacer. Vayamos a Él por amor, por agradecimiento por lo mucho y bueno que ha hecho por nosotros.
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Luis G. Cajiga
La palabra nos viene del latín INFERNUS, del cual procede la palabra INFERIOR, o que está debajo. Así que el infierno no es caliente, sino frío. Es el hoyo donde los muertos son echados.
Estoy de acuerdo con el amigo que dice que Dios no sería justo sino castiga a los malos. El "infierno del fuego" es una realidad bíblica. Pero tenemos que saber lo que es y cuándo será puesto en vigor.
Los impíos serán castigados en su carne. Es imposible que un alma o un espíritu pueda ser quemado. Será en el cuerpo material que se recibirá tanto el premio como el castigo.
La palabra infierno, al menos en las Biblias más antiguas, provienen de una palabra hebrea y tres griegas. La hebrea es SHEOL y significa "lugar de los muertos". Es sinónimo de tumba o sepulcro.
La palabra griega más común que se ha traducido mal como "infierno" es HADES. Este es el nombre del dios mitológico del reino ultraterreno y que los romanos llamaban Plutón. Dante en su DIVINA COMEDIA lo asocia con Satanás. Los griegos creían que los muertos iban al reino de Hades y por eso asociaban a ese dios con el sepulcro.
Otra palabra usada en el Nuevo Testamento que se ha traducido por INFIERNO es "Gehena", que quiere decir "lugar de incendio". Apuntaba a un especie de crematorio que estaba en las afueras de las murallas de Jerusalén, en el antiguo lugar donde se sacrificaban niños a Moloc y que se denominaba "El Valle de los Hijos de Hinnom".
Jesús usa esta expresión para el lugar donde al fin los impíos han de ser destruidos.
La última palabra, la cual se halla sólo una vez en el Nuevo Testamento es TARTARUS, que significa "lugar de oscuridad". Puede verla en 2 Pedro 2:4, donde se menciona el acto de Dios de despeñar en el tartarus a los ángeles que pecaron. Están lejos de Dios, por lo tanto están en tinieblas continuas.
Ninguna de estas palabras sugiere un lugar donde los impíos que mueren van a ser atormnentados, allí donde Lucifer los está de continuo hincándolos con una horquilla.
Es claro que todos, malos y buenos, al morir, van al Sheol o Hades. Cristo mismo estuvo allí (Hechos 2:31) los tres días que estuvo muerto.
Cuando leemos el pasaje de Mateo 25 (verso 41), veremos que el momento en que los impíos serán echados al "fuego eterno" será después del juicio final.
Lo de "fuego eterno" ha sido mal entendido. Se dice generalmente que es un lugar donde el fuego arde eternamente y las almas de los malos están allí ardiendo por saécula saeculorum. Pero el fuego es eterno por sus consecuencias. Veamos por ejemplo a Judas 7, donde se nos dice que Sodoma y Gomorra sufrieron "el juicioo del fuego eterno". Estas perversas ciudades no están ardiendo hoy. Sencillamente, fueron quemadas hasta ser cenizas. El fuego nadie puede apagarlo y arderá hasta que cumpla lo designado por Dios.
La idea de un infierno ardiente donde Satanás y los demonios atormentan las almas de los malos fue inventada en la Edad Media para meter miedo a la gente. Es una lástima que haya tantos predicadores hoy siguiendo esta ilógica y anti bíblica enseñanza.
Ir a Cristo por miedo es lo peor que alguien puede hacer. Vayamos a Él por amor, por agradecimiento por lo mucho y bueno que ha hecho por nosotros.
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Luis G. Cajiga