En este tema haré una crítica de una mala actitud/mentalidad que algunas mujeres tienen hacia el matrimonio. Soy plenamente consciente que esto también ocurre con algunos hombres, pero me enfocaré en el caso de las mujeres porque es algo de lo que yo mismo he sido testigo.
Hay algunas mujeres que creen que el matrimonio equivale a sacarse el premio mayor de la lotería o a jubilarse con una pensión jugosa, o sea vivir bien el resto de sus vidas sin trabajar. A lo que me refiero es que estas mujeres creen que el marido tiene la total obligación de mantenerlas a ellas sin que ellas levanten un dedo para la manutención económica del hogar. Estas mujeres creen que el hombre debe partirse el lomo trabajando mientras ellas están acostadas en la cama todo el día viendo telenovelas y comiendo chocolates. Yo he visto de cerca estas situaciones y realmente creo que estas mujeres hacen mal al actuar de esta forma. La misma Biblia deja claro que las mujeres deben someterse a sus maridos y también la Biblia dice que las mujeres mayores deben “enseñar a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos, a ser prudentes, castas, cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus maridos, para que la Palabra de Dios no sea blasfemada” (Tito 2:4-5). Después de analizar lo anterior, está claro que una mujer sí tiene responsabilidades dentro de un matrimonio, y, al ver la realidad socioeconómica de muchos países, también está claro que una mujer no puede darse el lujo de no trabajar. Y si una mujer no quiere trabajar, entonces está obligada a desempeñar las tareas domésticas de cocinar y mantener la casa limpia, pero de ninguna forma se puede aceptar esa idea de que una mujer va estar echada en una cama todo el día sin hacer nada mientras el marido trabaja arduamente para aportar el dinero de la manutención del hogar.
Es increíble, pero créanme que esto ocurre en la vida real (yo mismo lo he visto con mis propios ojos) y es una mentalidad equivocada que parece que se está esparciendo entre las mujeres jóvenes. Parece que muchas mujeres quisieran vivir una adolescencia perpetua donde lo único que importa es disfrutar, divertirse y pasarla bien.
Afortunadamente hay casos en que la realidad termina golpeando en la cara a estas mujeres y eso las despierta para que pongan los pies en la tierra y se den cuenta que la vida no es un cuento de hadas donde ellas van a vivir como reinas o princesas descansando y pasándola bien. Personalmente yo les aconsejo a los hombres a mantenerse firmes, a ser cabeza de su hogar y a hacerles ver a sus mujeres que ellas también tienen responsabilidades en el matrimonio. A los hombres jóvenes les aconsejo que tengan cuidado y que siempre busquen a la mujer virtuosa de la que habla Proverbios 31:10. Salgan corriendo de una mujer que más que mujer, parece piraña o sanguijuela. A las mujeres les aconsejo que amen a sus maridos, que los consideren y que manejen con prudencia el dinero del gasto que sus maridos les dan.
Y aclaro que esto sólo es una crítica hacia cierto tipo de mujeres. Yo sé perfectamente que hay mujeres responsables y trabajadoras que realmente son la ayuda idónea de la que habla la Biblia.
Espero leer sus comentarios y opiniones.
Bendiciones en Cristo.
Robespengler
Hay algunas mujeres que creen que el matrimonio equivale a sacarse el premio mayor de la lotería o a jubilarse con una pensión jugosa, o sea vivir bien el resto de sus vidas sin trabajar. A lo que me refiero es que estas mujeres creen que el marido tiene la total obligación de mantenerlas a ellas sin que ellas levanten un dedo para la manutención económica del hogar. Estas mujeres creen que el hombre debe partirse el lomo trabajando mientras ellas están acostadas en la cama todo el día viendo telenovelas y comiendo chocolates. Yo he visto de cerca estas situaciones y realmente creo que estas mujeres hacen mal al actuar de esta forma. La misma Biblia deja claro que las mujeres deben someterse a sus maridos y también la Biblia dice que las mujeres mayores deben “enseñar a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos, a ser prudentes, castas, cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus maridos, para que la Palabra de Dios no sea blasfemada” (Tito 2:4-5). Después de analizar lo anterior, está claro que una mujer sí tiene responsabilidades dentro de un matrimonio, y, al ver la realidad socioeconómica de muchos países, también está claro que una mujer no puede darse el lujo de no trabajar. Y si una mujer no quiere trabajar, entonces está obligada a desempeñar las tareas domésticas de cocinar y mantener la casa limpia, pero de ninguna forma se puede aceptar esa idea de que una mujer va estar echada en una cama todo el día sin hacer nada mientras el marido trabaja arduamente para aportar el dinero de la manutención del hogar.
Es increíble, pero créanme que esto ocurre en la vida real (yo mismo lo he visto con mis propios ojos) y es una mentalidad equivocada que parece que se está esparciendo entre las mujeres jóvenes. Parece que muchas mujeres quisieran vivir una adolescencia perpetua donde lo único que importa es disfrutar, divertirse y pasarla bien.
Afortunadamente hay casos en que la realidad termina golpeando en la cara a estas mujeres y eso las despierta para que pongan los pies en la tierra y se den cuenta que la vida no es un cuento de hadas donde ellas van a vivir como reinas o princesas descansando y pasándola bien. Personalmente yo les aconsejo a los hombres a mantenerse firmes, a ser cabeza de su hogar y a hacerles ver a sus mujeres que ellas también tienen responsabilidades en el matrimonio. A los hombres jóvenes les aconsejo que tengan cuidado y que siempre busquen a la mujer virtuosa de la que habla Proverbios 31:10. Salgan corriendo de una mujer que más que mujer, parece piraña o sanguijuela. A las mujeres les aconsejo que amen a sus maridos, que los consideren y que manejen con prudencia el dinero del gasto que sus maridos les dan.
Y aclaro que esto sólo es una crítica hacia cierto tipo de mujeres. Yo sé perfectamente que hay mujeres responsables y trabajadoras que realmente son la ayuda idónea de la que habla la Biblia.
Espero leer sus comentarios y opiniones.
Bendiciones en Cristo.
Robespengler
Última edición: