Rey Saúl (1 Samuel 31:4): Saúl se arroja sobre su propia espada para evitar caer en manos de los filisteos tras ser herido en batalla.
Escudero de Saúl (1 Samuel 31:5): Viendo que Saúl murió, también se quita la vida.
Ahitofel (2 Samuel 17:23): Al ver que su consejo no fue seguido, se suicida al ahorcarse.
Sansón (Jueces 16:28-30): Derriba las columnas del templo de los filisteos, matándose a sí mismo junto con sus enemigos.
Judas Iscariote (Mateo 27:5): Traicionado por su remordimiento tras entregar a Jesús, se ahorca.
Simri (1 Reyes 16:18): Quema la casa donde se encuentra para no ser capturado.
Abimelec (Jueces 9:53-54): Herido por una mujer con una piedra de molino, pide a su escudero que lo mate para evitar la deshonra.
Algunos grupos religiosos piensan que el suicidio no es un pecado sin perdón y su destino final depende de su relación con Dios y no solo del acto mismo del suicidio.
Otros grupos condenan a quien lo hace porque escrito está en el quinto mandamiento "no matarás" (Éx.20:13) como un crimen sin arrepentimiento.
En el caso de Sansón, la mayoría piensa que fue un acto heroico para cumplir la voluntad de Dios.