El oráculo de Delfos habría declarado a Sócrates que él no era sino el segundo bajo los cielos en el orden de la sabiduría. "El hombre mas sabio se llama Jeremías y habita en Jerusalem" le habría declarado. ¿Qué hizo Sócrates? Viajó. Llegó a ésta ciudad devastada e interrogó a sus habitantes: "Perdón señor, ¿Dónde está Jeremías?" Le respondieron: "¿Porqué no sube allí al Monte Moriáh? ¿Ve aquella colina entre las ruinas? Esas ruinas que usted ve del Templo, allí está él, allí reside el Profeta." Cuando Sócrates llegó hasta las ruinas encontró a Jeremías abatido, triste. Le preguntó: ¿El hombre mas sabio del mundo así abatido se encuentra por un edificio de piedra y madera? Jeremías le contestó: Si tu entendieras mi amigo, varias veces me tocó conocer días sombríos, pero me bastaba entrar a éste edificio y allí sentía que todo cambiaba, que todo volvía a la normalidad. Pero tras la ruina de éste edificio estoy derrotado por éste nuevo sentimiento que me parte el alma. ¿Cuál es? Le preguntó Sócrates. ¿Cuál es ése sentimiento? Jeremías le respondió: " La duda".
Este es un relato alusivo a uno de los hombres que pasó a la historia entre los profetas más grandes del pueblo de Israel. Aquel profeta que dijo: "Señores cambien de actitud, las cosas así no funcionan”. Sin embargo no hubo registro, no hubo posibilidad de comprensión y de corregir los conceptos.
Este es un relato alusivo a uno de los hombres que pasó a la historia entre los profetas más grandes del pueblo de Israel. Aquel profeta que dijo: "Señores cambien de actitud, las cosas así no funcionan”. Sin embargo no hubo registro, no hubo posibilidad de comprensión y de corregir los conceptos.