Un resumen de apologética (comprimido al máximo)

22 Junio 1999
46
0
47
Este es un tema largo y complejo, pero creo necesarias la mención de unas cuantas cosas en torno a este problema. El primer mito que conviene deshacer es que la existencia de Dios es el único compromiso existencial indemostrable, respecto a posiciones contrarias a él. Me refiero es que todas las ideologías, absolutamente todas tiene lo que se llaman 'compromisos ontológicos' o 'compromisos existenciales, es decir, todas ellas incluída la ciencia suponen realidades indemostrables de las que se parten para justificar sus postulados. En realidad esto no es algo nuevo, todo razonamiento parte de unas premisas a partir de las cuales se pretende demostrar una conclusión, no importa el razonamiento lo complejo que sea. Es lógico que sea así: si se demuestra algo, ese algo se demuestra a partir de otra cosa, si se exige que se demuestre esa cosa, es partir de otras, de modo que el razonamiento sería infinito, como un bucle que suele denominarse 'regresum ad infinitum'. Por esa cuestión puramente lógica, es absolutamente imposible no partir de realidades indemostrable. En el caso de la ciencia, sus presupuestos indemostrables son su compromiso con una realidad puramente física y el considerar que el conocimiento se limita al puramente sensible. Esos presupuestos son de por sí indemostrables, son del mismo tipo que la afirmación de la existencia de Dios: son afirmaciones que no son demostrables, porque forman parte del compromiso y la base de determinados tipos de conocimiento. Eso es la primera cuestión.
En segundo lugar, sólo puede negarse una cosmovisión a partir de otra, es decir, aquél que niega la existencia de Dios es porque su cosmología o cosmogonía es contraria: dicho más sencillamente, imagina un universo diferente. ¿De dónde proceden esas cosmovisiones? Hoy día la cosmovisión más poderosa es la cosmología científica, es decir, no tanto lo que la ciencia haya demostrado de lo que consta el universo como lo que la actividad científica y sobre todo las publicaciones 'divulgativas' generan en nuestra actual sociedad. Cada sociedad, cada civilización en cada época ha generado para sus ciudadanos lo que se llama un 'presupuesto cultural explicativo', es decir, una explicación de los orígenes del mundo y de la sociedad humana, una forma de calmar las inquietudes de los habitantes del mundo por explicar su propia existencia.
Primero esas explicaciones fueron los mitos, la última de ellas es la cosmología científica. Esta la podemos resumir en una evolución cósmica -Big Bang y teorías alternativas-, una evolución geológica -historia de la tierra-, una evolución química y orgánica -teorías de Oparin, experiencia de Miller, sobre las constitución de las moléculas orgánicas y la aparición de los primeros microorganismos- y la macroevolución biológica, para terminar con la aparición del hombre a partir de su descendencia de especies antropoides, lo que llamamos familiarmente 'monos'. Este conjunto de eventos, de 'historias' son justificables muy parcialmente, en una medida tan pequeña que me atrevo a decir que casi insignificante, cosa que cualquier científico conservador negaría. Dentro de toda clase de problemas y de contrariación directa a la experiencia y a la evidencia química, geológica genético-orgánica, estos procesos contrarian a una ley científica establecida que es en realidad mucho más simple de lo que parece: es el famoso Segundo Principio de la Termodinámica. Según este principio, la tendencia de la naturaleza no es a la organización y a la complejidad, sino a la desorganización y al simplicidad, eso a grandes rasgos, de modo que la tendencia global de la naturaleza es lo que podemos llamar 'La ley de Murphy', todo lo que entendemos por el mundo de la vida no son mas que seres que están constituidos para luchar contra esa tendencia natural, hasta que no lo resisten y mueren. La muerte no es mas que la realización de ese principio, que basa su poder en el tiempo: el tiempo aumenta el desorden en la naturaleza de manera inexorable e inevitable. Los ejemplos a miles, es fácil romper algo, muy difícil recomponerlo, es fácil el deterioro y no requiere fuerzas dirigidas, la recomposición de cualquier cosa requiere patrones, diseños y atención a lo que se construye, las fuerzas destructivas no requieren ser dirigidas para cumplir su cometido. Si es así, ¿cómo es posible que los científicos justifiquen su 'historia' sobre los orígenes. Juegan con dos barajas trucadas. La primera de ellas es que la probabilidad de cualquier evento que les hace falta para su 'historia' la aumentan aumentando el tiempo en que éste tiene que acontecer, es fácil de entender, si dejo que pase más tiempo, es más probable que acontezca algo: es una trampa que se hace constantemente desde la teoría de la probabilidad, y es la que dispara las escalas de tiempo en que se suponen que se dan todos los procesos que describen. La otra baraja consiste en la interpretación de los resultados del laboratorio: cuando se realiza un experimiento, y el experimento consiste por ejemplo en un paso de su 'historia' -tal como la experiencia de Miller, la producción de moléculas orgánicas 'espontáneamente'- se interpreta el resultado de
manera que el evento se puede realizar por sí mismo, olvidando que el propio científico forma parte del experimento: él ha guiado y llevado a cabo la experiencia, ha hecho el papel de 'dios', de modo que en realidad, ha guiado y canalizado las fuerzas que dice estudiar para producir el resultado deseado, para luego afirmar que tal experiencia se da por sí misma.
Si uno es capaz de escapar y criticar la ciencia, se dará pronto cuenta que es un conocimiento como los demás, en absoluto dotado de infalibilidad, es una forma más de conocer como las demás que se puedan nombrar, producto de una historia, y por tanto, contingente. Muchos filósofos de la ciencia han mostrado muchos de sus puntos débiles, desde una lógica inadecuada, la influencia en las investigaciones de motivaciones políticas, militares y económicas y el carácter absolutamente provisional de su contenido, lo que impide que una cosmología científica tenga legitimidad total para desplazar las demás tal y como el pensamiento racionalista occidental pretende. ¿Debemos rechazar por ello la ciencia? No, simplemente debemos aceptarla como lo que es, una parte más del conocimiento humano, a la altura de los demás, con sus limitaciones, defectos, imprecisiones y miseria, en ocasiones. Por tanto, si la cosmología bíblica afirma la existencia de Dios y el devenir de la historia del hombre que podemos leer en la Biblia, todo ello se cree por fe, como en el resto de las 'ideologías', entre las que incluyo la ciencia. Por tanto, desde el punto de vista lógico y epistemológico la Biblia no está por debajo de la cosmología científica, porque lo que se cree es siempre una cuestión de voluntad, y en última instancia de fe. Por tanto, creer en Dios, en un alma inmortal y una realidad que trasciende a la física es absolutamente legítimo, lejos de lo que otros quieran hacernos creer apelando a una 'ciencia' que muchas veces no conocen ni comprenden, por no provenir siquiera del mundo científico. Como Unamuno bien recuerda de Tennyson 'en la cosas valiosas no hay ni demostración ni refutación'.
 
Muy buen comentario Cyber, tan solo de lenguaje algo complicado para personas no acostumbradas al lenguaje científico; evidentemente el entorno es el adecuado para usar esa terminología. <IMG SRC="leyendo.gif" border="0">


En pocas palabras: Tiene que aplicar fe en lo desconocido, igual el que cree en la teoría de la evolución, que el que cree en el Creacionismo bíblico, con la enorme diferencia, que el Escritor y Autor de los relatos bíblicos es el mismo Creador, el Dios hecho Hombre y cuya sangre vertida en la cruz, tiene poder para regenerar vidas humanas y convertirlas en hijos de Dios cuyos frutos evidencian quien es su Padre.


¡¡¡¡ Gloria al Cordero de Dios. Gloria a Jesucristo !!!! <IMG SRC="saltofuego.gif" border="0">