"Un poquito de justicia"

Abdón

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26 Septiembre 2005
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Miércoles, 14 de febrero de 2007 - 16:59 GMT


"Un poquito de justicia"

Javier Farje
BBC Mundo



El juicio involucra a 60 sacerdotes.
Este miércoles comienza en San Diego, en el estado de California en Estados Unidos, el primero de 150 juicios contra 60 sacerdotes acusados de abusar sexualmente de menores.

A Manuel Vega le dicen Manny. Él es un agente de policía del condado californiano de Ventura, en una pequeña localidad llamada Oxnard.

A diferencia de otros agentes de policía, Manny tiene una historia que dejó de ser un secreto cuando cumplió los 34 años de edad: un sacerdote en cuya iglesia era acólito, abusó sexualmente de él cuando era niño.

Él explica cómo el clérigo primero se ganó su confianza y la de sus padres. Después "me masturbó y también me tomó fotos desnudo".

"Era más bien un amigo" recuerda Manny. Todo comenzó con la inocencia de peleas de lucha libre en las que nadie salía herido. Después vinieron los abusos.

El monaguillo no entendía nada. Junto a la necesidad de quedar callado por algo que lo hacía sentir culpable, sin serlo, estaba la fe de sus padres, la de sus abuelos.

De víctima a dirigente

Los abusos comenzaron cuando apenas tenía 10 años y terminaron cuando cumplió los 14. Un día, 20 años después, cuando su suegra le contó sobre los abusos a los que ella había sido sometida, Manny se animó a contarle a sus padres y a su esposa.

"Tienes que hacer algo sobre lo que te pasó, no puedes dejar que esta persona siga haciendo estas cosas" le advirtió la madre de sus dos hijos.

Me masturbó y también me tomó fotos desnudo

Manny, víctima de abusos sexuales
Hoy, Manny es uno de los dirigentes más activos de SNAP, la Asociación de Sobrevivientes de Abusos por Parte de Sacerdotes.

"Yo soy líder porque fui el que abrió la boca primero" se ríe en el celular Manny, que accedió hacer una pausa en su ronda nocturna cuidando la paz de los habitantes de Oxnard para hablar con BBC Mundo.

El sacerdote a quien acusa de abusar de él, ha desaparecido del mapa. Luego de contactar a la policía, lo localizaron en México, en San Luis Potosí. Después de ser interrogado por las autoridades, se lo tragó la tierra.

Silencio


Aunque Manny no ha perdido la fe, lahora le resulta imposible entrar a una iglesia.
Hace cinco años que Manny, junto con otros 29 antiguos monaguillos que acusan al mismo sacerdote de abusar de ellos, está tratando de obtener "un poquito de justicia", según le dijo a la BBC.

Usa un diminutivo como quien se conforma con el más mínimo reconocimiento por parte de la iglesia. Nada más.

San Diego va a escuchar desde hoy testimonios, defensas, excusas y argumentos. La causa que se ventilará este miércoles proviene de una mujer adulta a la que le arruinaron la niñez: Nikki Rister acusa al sacerdote Patrick O'Keefie de forzarla a tener relaciones sexuales.

Pero a pesar de lo abrumador del peso de los legajos, que se hinchan en las oficinas de la fiscalía de San Diego, la diócesis local ha preferido no decir nada.

Manzanas podridas

En 2005, la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos publicó un Estatuto para la Protección de Niños y Jóvenes que comienza con acto de contrición público:

"Como obispos, hemos reconocido nuestros errores y la parte que nos toca en ese sufrimiento; pedimos perdón y asumimos la responsabilidad nuevamente, por haber fallado con frecuencia a las víctimas y al pueblo católico en el pasado".

"Desde lo más hondo de nuestro corazón, nosotros, los obispos, expresamos nuestro profundo pesar y tristeza por lo que el pueblo católico ha padecido", continúa el texto.

Como obispos, hemos reconocido nuestros errores y la parte que nos toca en ese sufrimiento; pedimos perdón y asumimos la responsabilidad nuevamente, por haber fallado con frecuencia a las víctimas y al pueblo católico en el pasado

Conferencia de Obispos Católicos de EE.UU., 2005
En el mismo documento, la conferencia promete crear mecanismos para proteger a los niños a su cuidado e investigar y sancionar a aquellos clérigos que cometen abusos.

Aunque Manny no ha perdido la fe, le resulta imposible entrar en una iglesia. "No creo en nada" dice, y por alguna razón no se le quiebra la voz, no se deja llevar por la amargura y habla con el tono pausado de quien se siente menos preso de su propia tragedia.