Por creerlo de interés como información adiccional a esta temática
bien conocida y debatida en el Foro, pego esta noticia de CNN en Español:
PORTADA </> Enfoques
MUNDO </mundo/> Dios muestra sus rostros en Santiago de Compostela Septiembre 15, 2000 Actualizado: 11:27 PM EDT (0327 GMT)
LATINOAMERICA </latin/> En este artículo: El impulso de plasmar lo trascendente Un nuevo rostro para Cristo
EE.UU./CANADA </eeuu_canada/> MADRID (CNN) -- La exposición "Los rostros de Dios" ("As faces de Deus" en gallego), un recorrido por las distintas representaciones de lo divino a lo largo de los últimos cinco mil años, quiere poner broche global a las celebraciones de la ciudad gallega de Santiago de Compostela como capital cultural europea del año 2000. La primera parte de este recorrido por las formas como los humanos hemos representado a Dios, es un viaje desde el panteísmo a los panteones griego y romano. Remonta a los espacios sagrados con sus representaciones simbólicas, dioses en imágenes geométricas o astrales. La figuras icónicas serán posteriores, con formas animales, híbridos o con referencias a ciertas partes paradigmáticas del cuerpo humano, como el ojo o el corazón, un primer escalón hacia la una revolución temática e iconográfica que supusieron las primeras representaciones del posible, del soñado, del recreado rostro de Dios. Estas representaciones de un Dios con cara, están divididas en tres arquetipos temáticos, las diosas, los dioses supremos y los dioses próximos; una evolución, no siempre lineal, desde la fertilidad y la femineidad, hasta el poder como cabeza del Panteón, y finalmente divinidades cercanas a la humanidad, con piezas excepcionales de diversas religiones, aztecas, griegas, sumerias, egipcias y nórdicas, relieves de Zeus y Júpiter, esculturas de Venus y estelas votivas. El recorrido continúa centrándose en tres grandes bloques, los que ilustran las religiones monoteístas del presente. En el judaísmo, la primera cronológicamente, su filosofía radica en la revelación de Dios a un pueblo que tiene la alianza con Yahvé o Jehová. Dado su carácter esencialmente anicónico (sin expresión gráfica de la divinidad), está representada con maquetas del templo de Salomón y el Muro de las Lamentaciones, objetos rituales y simbólicos, y la palabra escrita, en la Tablas de la Ley y los rollos de la Torah, que es lo que recibe en ella la máxima veneración. Entramos luego en el coro de este monasterio de San Martiño Pinario que sirve de marco brillante a la exposición, que sirve de espacio real para escenificar la segunda de las religiones de libro, el cristianismo. Una cuidada selección de piezas de relieves románicos, cruces rusas y de Limoges, custodias, miliarios, pinturas de El Greco, Zurbarán, Ribera y Carrade Giaquinto, y la palabra representada por la Biblia, también en formato multimedia; al final, la esencia: la reproducción de la cruz de Tadao Ando. La tercera gran realidad religiosa actual es la del islamismo, anicónica, ya que la propia palabra, el Corán y su escritura son representación divina. Se representa virtualmente su lugar de oración, la mezquita, siempre orientada a la Meca. El cierre de este amplio y cronológico mapa geográfico lo ocupan las religiones de Oriente, con un Buda del siglo I d.C. y un busto del Linden-Museum Stuttgart, las divinidades africanas, y las de la India, China y Oceanía. El impulso de plasmar lo trascendente Resumir las distintas formas en que el hombre ha representado a Dios puede ser una tarea demasiado amplia con riesgos enciclopédicos, por ello los organizadores definen la muestra como "una selección ceñida a algunas imágenes, signos y símbolos llegados desde áreas distantes y reunidos en una secuencia lúcida". Quiere ser un diálogo cultural y ecuménico en momentos en que el mundo, y concretamente España, afrontan grandes migraciones y un contacto creciente con culturas ajenas. Recoge, en palabras del comisario de la muestra, José María Díaz, "el impulso superior de plasmar, de alguna manera, lo trascendente". Son 185 piezas cedidas por museos como el Prado, el Louvre, el Linden-Museum Stuttgart, el Arqueológico de Milán o el de Antropología de Madrid y, entre las piezas más conocidas que podrán ver los visitantes, figuran los cuadros de "La santa faz" de El Greco o el "Cristo Crucificado" de Zurbarán. Primero, ríos, montañas, mares o piedras hacían intuir al hombre la presencia de una realidad no visible; luego llegaron inscripciones, estrellas, pirámides o templos. La exposición no va más allá, sin atreverse a explorar en los atisbos de nuevas representaciones divinas que pueden aportar las nuevas tecnologías. Un nuevo rostro para Cristo Nadie necesitaba que esta exposición le recuerde que en nuestra cultura hablar del rostro de Dios es hablar sobre todo del rostro de Cristo. Tras miles de intentos artísticos de darle un rostro, los mejores de los cuales han poblado la historia del arte occidental, no dejan de registrarse nuevos intentos de dar con la imagen de Jesús, aunque esta exposición española no los recoja. Uno de los últimos, es el del artista brasileño Claudio Pastro, cuya representación de Cristo para la nueva basílica de Sao Paulo, le supuso hace un par de años un encargo de El Vaticano. "El Papa ha pedido un Cristo evangelizador", declaraba Pastro a una publicación italiana, "que no tenga ya más que ver con aquella imagen de un hombre sufriente en la cruz, sino con la imagen de un Hombre-Dios que anuncia un evangelio de victoria. Por todo ello he decidido retomar la propuesta del Cristo del primer milenio, el Pantocrátor, que viene a liberar a la humanidad de la muerte y del sufrimiento. Será una imagen ecuménica, aceptable tanto por los católicos como por los cristianos ortodoxos. Un símbolo muy simple, plano, casi sin color. Un monocromo, probablemente oro y negro. Deberá ser también fácilmente reproducible, una especie de logotipo". Cuando se le consulta acerca del aspecto concreto que tendrá este su Cristo del tercer milenio, Claudio Pastro, dice: "Tendrá un aspecto ciertamente no europeo, porque Jesús no lo era. La fisonomía tendrá por tanto rasgos orientales, un poco indígenas. Algo similar al gran mural que acabo de terminar para la catedral de Campo Limpio de Sao Paolo". Tras tres primeros siglos de temerosa indecisión, en los cuales Cristo fue representado por los primeros cristianos como un esquemático pez, un acróstico de la palabra Ichtus, pez en griego, cuyas letras son las iniciales de Jesus Christos Teou Yios Soter (Jesús Cristo Hijo de Dios, El Salvador), el Cristianismo ha intentado ofrecer una imagen física de su fundador aun no disponiendo de ninguna descripción física de la época. Una imagen por tanto imaginada --inventada-- desde el primer momento. Sólo en el siglo VIII hubo un paréntesis debido a la prohibición del emperador bizantino León III, pero en el año 787 el Concilio de Nicea abrió de nuevo la mano artística, decidiendo que "la representación de su imagen sirve para confirmar la encarnación real y no figurada del Verbo de Dios". CNN en Español.
Ricardo
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MUNDO </mundo/> Dios muestra sus rostros en Santiago de Compostela Septiembre 15, 2000 Actualizado: 11:27 PM EDT (0327 GMT)
LATINOAMERICA </latin/> En este artículo: El impulso de plasmar lo trascendente Un nuevo rostro para Cristo
EE.UU./CANADA </eeuu_canada/> MADRID (CNN) -- La exposición "Los rostros de Dios" ("As faces de Deus" en gallego), un recorrido por las distintas representaciones de lo divino a lo largo de los últimos cinco mil años, quiere poner broche global a las celebraciones de la ciudad gallega de Santiago de Compostela como capital cultural europea del año 2000. La primera parte de este recorrido por las formas como los humanos hemos representado a Dios, es un viaje desde el panteísmo a los panteones griego y romano. Remonta a los espacios sagrados con sus representaciones simbólicas, dioses en imágenes geométricas o astrales. La figuras icónicas serán posteriores, con formas animales, híbridos o con referencias a ciertas partes paradigmáticas del cuerpo humano, como el ojo o el corazón, un primer escalón hacia la una revolución temática e iconográfica que supusieron las primeras representaciones del posible, del soñado, del recreado rostro de Dios. Estas representaciones de un Dios con cara, están divididas en tres arquetipos temáticos, las diosas, los dioses supremos y los dioses próximos; una evolución, no siempre lineal, desde la fertilidad y la femineidad, hasta el poder como cabeza del Panteón, y finalmente divinidades cercanas a la humanidad, con piezas excepcionales de diversas religiones, aztecas, griegas, sumerias, egipcias y nórdicas, relieves de Zeus y Júpiter, esculturas de Venus y estelas votivas. El recorrido continúa centrándose en tres grandes bloques, los que ilustran las religiones monoteístas del presente. En el judaísmo, la primera cronológicamente, su filosofía radica en la revelación de Dios a un pueblo que tiene la alianza con Yahvé o Jehová. Dado su carácter esencialmente anicónico (sin expresión gráfica de la divinidad), está representada con maquetas del templo de Salomón y el Muro de las Lamentaciones, objetos rituales y simbólicos, y la palabra escrita, en la Tablas de la Ley y los rollos de la Torah, que es lo que recibe en ella la máxima veneración. Entramos luego en el coro de este monasterio de San Martiño Pinario que sirve de marco brillante a la exposición, que sirve de espacio real para escenificar la segunda de las religiones de libro, el cristianismo. Una cuidada selección de piezas de relieves románicos, cruces rusas y de Limoges, custodias, miliarios, pinturas de El Greco, Zurbarán, Ribera y Carrade Giaquinto, y la palabra representada por la Biblia, también en formato multimedia; al final, la esencia: la reproducción de la cruz de Tadao Ando. La tercera gran realidad religiosa actual es la del islamismo, anicónica, ya que la propia palabra, el Corán y su escritura son representación divina. Se representa virtualmente su lugar de oración, la mezquita, siempre orientada a la Meca. El cierre de este amplio y cronológico mapa geográfico lo ocupan las religiones de Oriente, con un Buda del siglo I d.C. y un busto del Linden-Museum Stuttgart, las divinidades africanas, y las de la India, China y Oceanía. El impulso de plasmar lo trascendente Resumir las distintas formas en que el hombre ha representado a Dios puede ser una tarea demasiado amplia con riesgos enciclopédicos, por ello los organizadores definen la muestra como "una selección ceñida a algunas imágenes, signos y símbolos llegados desde áreas distantes y reunidos en una secuencia lúcida". Quiere ser un diálogo cultural y ecuménico en momentos en que el mundo, y concretamente España, afrontan grandes migraciones y un contacto creciente con culturas ajenas. Recoge, en palabras del comisario de la muestra, José María Díaz, "el impulso superior de plasmar, de alguna manera, lo trascendente". Son 185 piezas cedidas por museos como el Prado, el Louvre, el Linden-Museum Stuttgart, el Arqueológico de Milán o el de Antropología de Madrid y, entre las piezas más conocidas que podrán ver los visitantes, figuran los cuadros de "La santa faz" de El Greco o el "Cristo Crucificado" de Zurbarán. Primero, ríos, montañas, mares o piedras hacían intuir al hombre la presencia de una realidad no visible; luego llegaron inscripciones, estrellas, pirámides o templos. La exposición no va más allá, sin atreverse a explorar en los atisbos de nuevas representaciones divinas que pueden aportar las nuevas tecnologías. Un nuevo rostro para Cristo Nadie necesitaba que esta exposición le recuerde que en nuestra cultura hablar del rostro de Dios es hablar sobre todo del rostro de Cristo. Tras miles de intentos artísticos de darle un rostro, los mejores de los cuales han poblado la historia del arte occidental, no dejan de registrarse nuevos intentos de dar con la imagen de Jesús, aunque esta exposición española no los recoja. Uno de los últimos, es el del artista brasileño Claudio Pastro, cuya representación de Cristo para la nueva basílica de Sao Paulo, le supuso hace un par de años un encargo de El Vaticano. "El Papa ha pedido un Cristo evangelizador", declaraba Pastro a una publicación italiana, "que no tenga ya más que ver con aquella imagen de un hombre sufriente en la cruz, sino con la imagen de un Hombre-Dios que anuncia un evangelio de victoria. Por todo ello he decidido retomar la propuesta del Cristo del primer milenio, el Pantocrátor, que viene a liberar a la humanidad de la muerte y del sufrimiento. Será una imagen ecuménica, aceptable tanto por los católicos como por los cristianos ortodoxos. Un símbolo muy simple, plano, casi sin color. Un monocromo, probablemente oro y negro. Deberá ser también fácilmente reproducible, una especie de logotipo". Cuando se le consulta acerca del aspecto concreto que tendrá este su Cristo del tercer milenio, Claudio Pastro, dice: "Tendrá un aspecto ciertamente no europeo, porque Jesús no lo era. La fisonomía tendrá por tanto rasgos orientales, un poco indígenas. Algo similar al gran mural que acabo de terminar para la catedral de Campo Limpio de Sao Paolo". Tras tres primeros siglos de temerosa indecisión, en los cuales Cristo fue representado por los primeros cristianos como un esquemático pez, un acróstico de la palabra Ichtus, pez en griego, cuyas letras son las iniciales de Jesus Christos Teou Yios Soter (Jesús Cristo Hijo de Dios, El Salvador), el Cristianismo ha intentado ofrecer una imagen física de su fundador aun no disponiendo de ninguna descripción física de la época. Una imagen por tanto imaginada --inventada-- desde el primer momento. Sólo en el siglo VIII hubo un paréntesis debido a la prohibición del emperador bizantino León III, pero en el año 787 el Concilio de Nicea abrió de nuevo la mano artística, decidiendo que "la representación de su imagen sirve para confirmar la encarnación real y no figurada del Verbo de Dios". CNN en Español.
Ricardo