EL PUEBLO Y EL LIBRO
Promesas de Dios para el Pueblo.
" Y llamó el Angel de Jehová a Abraham por segunda vez desde el cielo y dijo: Por mi mismo he jurado dice Jehová, que por cuanto has hecho esto y no me has rehusado tu hijo, tu único hijo; de cierto te bendeciré y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar y tu descendencia poseerá las puertas de sus enemigos. En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra por cuanto obedeciste a mi voz: Génesis 22, 15-18.
De esta forma Jehová escogió un pueblo para ser bendición para las naciones.
Casi durante toda la historia de la humanidad, la serpiente ha tratado de destruir a ese pueblo para arrancar a los hombres las bendiciones ofrecidas por Dios. Ha usado diferentes instrumentos; Ramsés, Nabucodonosor, Senaquerib y Hitler para citar algunos de una lista interminable. Pero todos ellos fracasaron y fueron destruidos. Hoy el Pueblo se encuentra de regreso en la Tierra Prometida.
Dio Jehová, por medio de la Revelación, un libro para ese pueblo. Por eso se le conoce como el Pueblo del Libro. Este libro contiene sus promesas, sus leyes y sus estatutos.
Promesas de Dios sobre el Libro
" Solamente esfuérzate y se muy valiente para, cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas. Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito, porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien". Josué 1, 6-8.
Así como la serpiente usó sus instrumentos para acabar con el Pueblo y quitar al hombre la bendición que surgiría de este él , también se ha esforzado por destruir el Libro y evitar que este sea conocido, con el fin de que el hombre no pueda gozar de la prosperidad que Dios promete a quienes mediten su Palabra y guarden sus estatutos.
Si bien es cierto es el libro que más veces ha sido impreso, también es el libro que más veces ha sido destruido. Cuando trató de traducirse al lenguaje popular, la serpiente por medio de sus instrumentos, quemó tanto las traducciones como a los traductores. Pero Dios, usando como instrumento a las Sociedades Bíblicas ha hecho que sea editado a un precio económico y traducido a muchas lenguas y dialectos.
No debe magnificarse el hecho de que el Libro no haya podido leerse públicamente en la ciudad de San José. Esto es solamente un episodio más de la lucha que ser inició en el Jardín del Edén entre la simiente de la serpiente y la simiente de la mujer, cuando Dios dijo a la serpiente: Y pondré enemistad entre ti y la mujer y entre su simiente y la simiente suya, ésta te herirá en la cabeza y tu le herirás en el calcañar Génesis 3-16. Todos conocemos el desenlace final de esa lucha, cual fue protagonizado por Cristo en la cruz del Calvario. " Y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente triunfando sobre ellos en la cruz. Colosenses 2, 15.
Los argumentos dados para negar el permiso causarían hilaridad si no fuera porque con base en ellos se privó de escuchar la Palabra de Dios a muchos que necesitan de ella.
Sirvieron además para hacernos conocer que el poder civil del país está lleno de contradicciones.. El Estado confesional, católico romano, fabrica alcohol para envilecer a sus ciudadanos. En la ciudad capital no se puede leer públicamente la Palabra de Dios, pero todas las noches hombres mujeres y niñas ofrecen en sus calles y parques sus cuerpos, para satisfacer las bajas pasiones de degenerados sexuales nacionales o extranjeros. Predicar la Palabra de Dios obstruye el tránsito, pero no lo hacen las tarimas que se montan para conciertos mundanos.
Los hermanos que organizaron la actividad de la lectura de la Palabra de Dios pueden estar tranquilos. La Biblia seguirá siendo leída y predicada durante mucho tiempo. Sobrevivirá a quienes con su voto en el Consejo Municipal impidieron su lectura, a los partidos políticos que los llevaron a esas posiciones y a los parques y bulevares que han construido tratando de hacer parecer acogedora a una ciudad plagada de problemas de delincuencia, alcoholismo y drogadicción.
Así como Dios preservó a su Pueblo, preservará a su Libro. Porque, "Dios no es hombre, para que mienta. Ni hijo de hombre para que se arrepienta. Números 23,19
Promesas de Dios para el Pueblo.
" Y llamó el Angel de Jehová a Abraham por segunda vez desde el cielo y dijo: Por mi mismo he jurado dice Jehová, que por cuanto has hecho esto y no me has rehusado tu hijo, tu único hijo; de cierto te bendeciré y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar y tu descendencia poseerá las puertas de sus enemigos. En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra por cuanto obedeciste a mi voz: Génesis 22, 15-18.
De esta forma Jehová escogió un pueblo para ser bendición para las naciones.
Casi durante toda la historia de la humanidad, la serpiente ha tratado de destruir a ese pueblo para arrancar a los hombres las bendiciones ofrecidas por Dios. Ha usado diferentes instrumentos; Ramsés, Nabucodonosor, Senaquerib y Hitler para citar algunos de una lista interminable. Pero todos ellos fracasaron y fueron destruidos. Hoy el Pueblo se encuentra de regreso en la Tierra Prometida.
Dio Jehová, por medio de la Revelación, un libro para ese pueblo. Por eso se le conoce como el Pueblo del Libro. Este libro contiene sus promesas, sus leyes y sus estatutos.
Promesas de Dios sobre el Libro
" Solamente esfuérzate y se muy valiente para, cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas. Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito, porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien". Josué 1, 6-8.
Así como la serpiente usó sus instrumentos para acabar con el Pueblo y quitar al hombre la bendición que surgiría de este él , también se ha esforzado por destruir el Libro y evitar que este sea conocido, con el fin de que el hombre no pueda gozar de la prosperidad que Dios promete a quienes mediten su Palabra y guarden sus estatutos.
Si bien es cierto es el libro que más veces ha sido impreso, también es el libro que más veces ha sido destruido. Cuando trató de traducirse al lenguaje popular, la serpiente por medio de sus instrumentos, quemó tanto las traducciones como a los traductores. Pero Dios, usando como instrumento a las Sociedades Bíblicas ha hecho que sea editado a un precio económico y traducido a muchas lenguas y dialectos.
No debe magnificarse el hecho de que el Libro no haya podido leerse públicamente en la ciudad de San José. Esto es solamente un episodio más de la lucha que ser inició en el Jardín del Edén entre la simiente de la serpiente y la simiente de la mujer, cuando Dios dijo a la serpiente: Y pondré enemistad entre ti y la mujer y entre su simiente y la simiente suya, ésta te herirá en la cabeza y tu le herirás en el calcañar Génesis 3-16. Todos conocemos el desenlace final de esa lucha, cual fue protagonizado por Cristo en la cruz del Calvario. " Y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente triunfando sobre ellos en la cruz. Colosenses 2, 15.
Los argumentos dados para negar el permiso causarían hilaridad si no fuera porque con base en ellos se privó de escuchar la Palabra de Dios a muchos que necesitan de ella.
Sirvieron además para hacernos conocer que el poder civil del país está lleno de contradicciones.. El Estado confesional, católico romano, fabrica alcohol para envilecer a sus ciudadanos. En la ciudad capital no se puede leer públicamente la Palabra de Dios, pero todas las noches hombres mujeres y niñas ofrecen en sus calles y parques sus cuerpos, para satisfacer las bajas pasiones de degenerados sexuales nacionales o extranjeros. Predicar la Palabra de Dios obstruye el tránsito, pero no lo hacen las tarimas que se montan para conciertos mundanos.
Los hermanos que organizaron la actividad de la lectura de la Palabra de Dios pueden estar tranquilos. La Biblia seguirá siendo leída y predicada durante mucho tiempo. Sobrevivirá a quienes con su voto en el Consejo Municipal impidieron su lectura, a los partidos políticos que los llevaron a esas posiciones y a los parques y bulevares que han construido tratando de hacer parecer acogedora a una ciudad plagada de problemas de delincuencia, alcoholismo y drogadicción.
Así como Dios preservó a su Pueblo, preservará a su Libro. Porque, "Dios no es hombre, para que mienta. Ni hijo de hombre para que se arrepienta. Números 23,19