Un deficiente, muere lapidado en Pakistán, acusado de «blasfemar» contra el Islam

Bart

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24 Enero 2001
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http://www.larazon.es/noticias/noti_rel01.htm

domingo 7 de julio de 2002

Un deficiente, muere lapidado en Pakistán, acusado de «blasfemar» contra el Islam

Una multitud lo apedreó instigada por un clérigo a través de la megafonía de la mezquita de Faisalabad

Zahid Shah, un pakistaní de 40 años, murió lapidado en Faisalabad, en el centro de Pakistán, el viernes. Shah, que sufría problemas psíquicos, afirmó ser «el último profeta del Islám». El encargado del rezo en la mezquita, Maulvi Mohammad, instigó a la multitud congregada a lapidarlo a través de la megafonía del templo islámico. También en Pakistán, el cristiano Ayub Masih, en el corredor de la muerte desde 1996 por «blasfemias contra el Islam», pierde la esperanza de que su apelación sea oída por el Tribunal Supremo para poder salvarse de ser condenado a ser lapidado hasta morir.


Fernando Prieto Arellano - Islamabad.-

Un hombre murió lapidado en el centro de Pakistán después de que un religioso de su pueblo emitiera un decreto en el que lo acusaba de blasfemia. Zahid Shah, que sufría problemas psíquicos, había afirmado la semana anterior que era «el último profeta del Islam».

El hombre, de 40 años, murió a causa de las graves heridas que sufrió después de que una multitud dirigida por un clérigo, Maulvi Faqir Mohammad, lo apedrease en el poblado de Barnala, a 26 kilómetros de Faisalabad, una ciudad de industria textil en la provincia de Punjab. El diario asegura que las fuerzas de seguridad han calificado el asunto de «incidente accidental» y no realizó arrestos.

Antecedentes penales

Shah había sido encarcelado en 1994 bajo cargos de blasfemia contra el Corán. Tras ser liberado en 1997, abandonó su pueblo y de mudó a Faisalabad, pero hace poco decidió volver a hacer una visita. El hombre tuvo un altercado con algunos de los habitantes del pueblo por un motivo no especificado y el hecho llegó a oídos de Mohammad, que dirige las plegarias en la mezquita de la localidad.

Mohammad reunió al consejo del pueblo e instigó a los habitantes del lugar a través de los altavoces de la mezquita a que salieran a matar a Shah. Los pobladores sacaron a su víctima de casa de su hermano, donde estaba oculto, y lo golpearon. Después, el religioso ordenó que lo lapidaran.

Por otro lado, el Tribunal Supremo de Pakistán inició sus vacaciones hace dos semanas, apagando las esperanzas de que la apelación del cristiano Ayub Masih, en el corredor de la muerte, pueda ser oída antes de la reanudación del tribunal en el mes de septiembre.

El despacho del defensor de Masih, Abid H. Minto, confirmó que no era probable que la apelación fuese oída durante el verano. Preso desde 1996, Masih, que ha sobrevivido a dos atentados contra su vida y sufre malos tratos en la cárcel, fue acusado falsamente de blasfemar contra el «profeta Mahoma» durante una disputa con un vecino.