ULTIMAS PALABRAS DE JESUS EN LA CRUZ... "TENGO SED"

11 Diciembre 2007
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La Pasión de Jesús es el drama humano y divino en el que se dan cita, el amor, la indiferencia, la soberbia, el egoísmo, el sacrificio y el dolor.
Sin embargo no hay que olvidar que también es el tapiz donde se teje la esperanza cristiana y la gran promesa: “Hoy estarás conmigo en el Paraíso (Lc. 23,43)”. Y la mayor exculpación: “Perdónales que no saben lo que hacen (Lc.23, 34)”.

Jesús perdona al pueblo judío que pide su muerte. A ese pueblo que días antes le habían llevado a sus enfermos para ser curados. Un pueblo ingrato que odia a los romanos y a su Emperador, pero que grita no tener más rey que el César aunque años más tarde resultáran exterminados por él.
Un pueblo que no siendo lo suficientemente valiente para impedirlo, rechaza a su verdadero Rey y Salvador.
En definitiva, un pueblo por el que Jesús solicita al Padre su perdón para sus dirigentes que lo condenan por envidia, colocándolo en la balanza para calcular su valía junto al agitador político, Barrabás.

Y Jesús, el hijo de José y de María, aquel hombre alto, fuerte, con un cabello castaño y largo termina clavado en una cruz. Y en su agonía, debido a la pérdida de sangre, agotado por los latigazos y suspendido de los brazos, se asfixia.
Para poder respirar tiene que apoyarse en los pies y en los brazos, reavivando con ello el dolor insoportable del clavo fijado en medio de los pies y de las muñecas.

A Jesús se le acaban sus fuerzas y se debilita, cuando ya no tiene fuerzas para realizar este esfuerzo y pronuncia “Tengo sed” (Jn.19, 28.30).
Un soldado romano coloca sobre una caña una esponja mojada en una bebida agridulce consistente en una mezcla de vino y mirra y se la acerca a los labios, pero Jesús la rechaza.

A Jesús le tortura su sed física. Pero al mismo tiempo lo que más le atormenta es la sed de conseguir que entre hombres y mujeres exista ese amor desinteresado que le acompañe hasta el Calvario. La sed de conquistar almas que luchen con los brazos abiertos para vivir en un mundo féliz, sencillo y humano sin sonidos espectaculares ni esperas de recompensa. En definitiva lograr que reine la comprensión y la tolerancia en un mundo donde por desgracia impera la hipocresía, la mediocridad, las falsas verdades y la mentira.

Jesús tiene sed de almas que tomando su cruz perdonen a los que les ofenda y amen a inmigrantes, marginados, débiles, an gustiados, deprimidos y enfermos prestándoles consuelo y animando su esperanza.

Jesús crucificado tiene sed… de tantas cosas.

Por todo ello sería importante que esta Semana Santa sea totalmente diferente, para poder ofrecer a Jesús crucificado un manantial de agua viva, limpia y noble dentro de una iglesia resucitada.
 
Re: ULTIMAS PALABRAS DE JESUS EN LA CRUZ... "TENGO SED"

Gracias hermano Manchego, por la reflexión, tan importante para estos días. Bendiciones para Ud. y los suyos: