Televisión española (TVE) es una televisión pública, es decir, pagada por todos los españoles, por lo que tiene –o debe tener- una función pública. Uno de los aspectos de lo público es el no partidismo político o religioso. Por poner un ejemplo, de candente actualidad dada la época preelectoral en España, no debe dar preferencia a ningún partido político concreto, sino ofrecer un trato justo y equitativo a todos ellos, tanto en las noticias como en los debates que se realicen.
Otro aspecto igual de importante es la función integradora para con las minorías, es pecialmente las marginadas. Es el caso de la mujer en la sociedad española, que debe tener una discriminación positiva; es decir, un trato que sirva para integrarla en un plano de igualdad en la sociedad machista en la que vivimos por tradición y cultura. Este mismo criterio debería aplicarse a otras minorías que históricamente han sido marginadas, como es la etnia gitana, o la “minoría” protestante de cerca de un millón de españoles.
Y entramos en la minoría protestante: aniquilada por la Inquisición, perseguida en el franquismo, y marginada por la sociedad y medios informativos actuales cargados de prejuicios y una desinformación de siglos. No sólo es justo, sino un derecho, que se la restaure al papel que ya tiene en el resto de la sociedad europea. O, al menos, que de forma equitativa se le otorguen los minutos proporcionales que se le conceden a la Iglesia católico-romana (ICR) en los contenidos a lo largo de la semana, lo que actualmente alcanza un exiguo 0%.
Se alcanzaron, por primera vez, con el Gobierno socialista, unos minutos condescendientes cada tres semanas, en un “tutum revolutum” con musulmanes y judíos (los otros “no católicos”). Con el paso de los años, este esperanzador inicio sólo sirve actualmente para justificar las horas del mejor tiempo de emisión que se regalan a la ICR española, que para más INRI ya posee emisoras propias de radio y televisión, amén de prensa poderosa más que afín, algo de lo que carece el protestantismo por la marginación ya mencionada.
Y ahora llegamos al nudo actual. Se concede (¡por fin!) que cada una de las confesiones no-católicas que tiene acuerdos con el Estado disfruten de un espacio propio y semanal en TVE, en lugar de cada tres semanas y común a todas. Pero, señores, hay que hacerlo con el mismo presupuesto. TVE está restringiendo gastos, ajustando recortes. Nuestro Presidente del actual Gobierno, Jose María Aznar, no sólo no ha dispuesto de ningún momento libre en los últimos cinco años para recibir a los representantes de la FEREDE (Federación de Entidades Religiosas Evangélica o protestantes de España), a pesar de las reiteradas solicitudes, sino que tampoco dispone de dinero en las arcas públicas de TVE para que los españoles conozcan e integren mejor la identidad evangélica o protestante.
Pero hete aquí que ante la llegada del PP-PP (PaPa-Pro Paz) Aznar acude a recibirle y agasajarle, como hace con el Presidente de la Conferencia Episcopal católica de vez en cuando. Y TVE consigue no sólo el tiempo necesario para emitir segundo a segundo de forma casi íntegra las muchas horas de la visita del Jefe del Estado Vaticano/Pontífice romano, sino que los presupuestos alcanzan a sufragar los millones de pesetas o miles de euros que hacen falta, a costa de todos los españoles. Agnósticos, ateos, judíos, musulmanes y protestantes incluidos.
No hay deseo de tener lo que la ICR tiene, ya que es injusto; sino vergüenza de la situación y manera de entender lo público en el Gobierno y en TVE. Sobre todo, porque refleja la punta del iceberg del respeto que les merecen las minorías religiosas, aquellas que no piensan como ellos y que no tienen de su lado la razón de la fuerza. La fuerza de la razón les importa, a la vista está, muy poco.
Concluimos con las palabras de Jose Pablo Sánchez, director de Tiempo de Creer “Choca que la Conferencia Episcopal felicite a TVE por su despliegue de recursos y que nosotros tengamos que retrasar el comienzo de nuestro programa (semanal) por falta de recursos. Choca que nosotros llevemos sin grabar o editar desde el 4 de abril. Choca que no falte nada para los católicos y a nosotros no nos den ya ni las migajas. La oferta de TVE fue que no aumentaban gastos externos, pero que pondrían todos los internos necesarios a nuestra disposición. Mentira. Porque además, he tenido que acordar hacer 2 programas al mes en estudio -pretendían que los hiciera todos en estudio- alegando falta de recursos. Yo he aceptado porque de lo contrario nunca comenzarían los programas semanales. Prefiero comenzar ya, aunque sea con menos de lo prometido, y una vez comenzado continuar luchando. Es España ¡Que se le va a hacer!.”
© 2003 Imagen y Comunicación protestante, España
FEREDE
Así es como el actual Gobierno Español incumple la mismisima Constitución.
Otro aspecto igual de importante es la función integradora para con las minorías, es pecialmente las marginadas. Es el caso de la mujer en la sociedad española, que debe tener una discriminación positiva; es decir, un trato que sirva para integrarla en un plano de igualdad en la sociedad machista en la que vivimos por tradición y cultura. Este mismo criterio debería aplicarse a otras minorías que históricamente han sido marginadas, como es la etnia gitana, o la “minoría” protestante de cerca de un millón de españoles.
Y entramos en la minoría protestante: aniquilada por la Inquisición, perseguida en el franquismo, y marginada por la sociedad y medios informativos actuales cargados de prejuicios y una desinformación de siglos. No sólo es justo, sino un derecho, que se la restaure al papel que ya tiene en el resto de la sociedad europea. O, al menos, que de forma equitativa se le otorguen los minutos proporcionales que se le conceden a la Iglesia católico-romana (ICR) en los contenidos a lo largo de la semana, lo que actualmente alcanza un exiguo 0%.
Se alcanzaron, por primera vez, con el Gobierno socialista, unos minutos condescendientes cada tres semanas, en un “tutum revolutum” con musulmanes y judíos (los otros “no católicos”). Con el paso de los años, este esperanzador inicio sólo sirve actualmente para justificar las horas del mejor tiempo de emisión que se regalan a la ICR española, que para más INRI ya posee emisoras propias de radio y televisión, amén de prensa poderosa más que afín, algo de lo que carece el protestantismo por la marginación ya mencionada.
Y ahora llegamos al nudo actual. Se concede (¡por fin!) que cada una de las confesiones no-católicas que tiene acuerdos con el Estado disfruten de un espacio propio y semanal en TVE, en lugar de cada tres semanas y común a todas. Pero, señores, hay que hacerlo con el mismo presupuesto. TVE está restringiendo gastos, ajustando recortes. Nuestro Presidente del actual Gobierno, Jose María Aznar, no sólo no ha dispuesto de ningún momento libre en los últimos cinco años para recibir a los representantes de la FEREDE (Federación de Entidades Religiosas Evangélica o protestantes de España), a pesar de las reiteradas solicitudes, sino que tampoco dispone de dinero en las arcas públicas de TVE para que los españoles conozcan e integren mejor la identidad evangélica o protestante.
Pero hete aquí que ante la llegada del PP-PP (PaPa-Pro Paz) Aznar acude a recibirle y agasajarle, como hace con el Presidente de la Conferencia Episcopal católica de vez en cuando. Y TVE consigue no sólo el tiempo necesario para emitir segundo a segundo de forma casi íntegra las muchas horas de la visita del Jefe del Estado Vaticano/Pontífice romano, sino que los presupuestos alcanzan a sufragar los millones de pesetas o miles de euros que hacen falta, a costa de todos los españoles. Agnósticos, ateos, judíos, musulmanes y protestantes incluidos.
No hay deseo de tener lo que la ICR tiene, ya que es injusto; sino vergüenza de la situación y manera de entender lo público en el Gobierno y en TVE. Sobre todo, porque refleja la punta del iceberg del respeto que les merecen las minorías religiosas, aquellas que no piensan como ellos y que no tienen de su lado la razón de la fuerza. La fuerza de la razón les importa, a la vista está, muy poco.
Concluimos con las palabras de Jose Pablo Sánchez, director de Tiempo de Creer “Choca que la Conferencia Episcopal felicite a TVE por su despliegue de recursos y que nosotros tengamos que retrasar el comienzo de nuestro programa (semanal) por falta de recursos. Choca que nosotros llevemos sin grabar o editar desde el 4 de abril. Choca que no falte nada para los católicos y a nosotros no nos den ya ni las migajas. La oferta de TVE fue que no aumentaban gastos externos, pero que pondrían todos los internos necesarios a nuestra disposición. Mentira. Porque además, he tenido que acordar hacer 2 programas al mes en estudio -pretendían que los hiciera todos en estudio- alegando falta de recursos. Yo he aceptado porque de lo contrario nunca comenzarían los programas semanales. Prefiero comenzar ya, aunque sea con menos de lo prometido, y una vez comenzado continuar luchando. Es España ¡Que se le va a hacer!.”
© 2003 Imagen y Comunicación protestante, España
FEREDE
Así es como el actual Gobierno Español incumple la mismisima Constitución.