El eslogan que dice>>"Si te gusta, hazlo">>, es puro dedonismo: La filosofia de que el placer es el mayor bien del hombre. Aunque el placer de si mismo no es malo, puede conducir a la ruina moral y espiritual si el Espiritu de Dios no lo controla.
Tomemos el anhelo natural de intimidad fisical, emocional y espiritual. Todos la deseamos y la necesitamos. Pero si en nuestro matrimonio falta la cercania, por ejemplo, el deseo de buscarla con otra persona puede producirnos mucho dolor y sufrimiento. Es natural procurar el placer y evitar el dolor, por lo cuál es fácil creer que si algo nos gusta, no puede ser malo. Pero los sentimientos nunca son una guia confiable a la moralidad.
Puesto que todos nosotros somos seres humanos pecadores, necesitamos un buen deseo global que sea mÜs fuerte que cualquier otro. Cuando experimetnamos el amor de dios mediante la fè en Jesucristo, algo maravilloso nace dentro de nosotros: el deseo de amar y de agradar a Dios por todo lo que Él ha hecho por nosotros. Ese deseo puede debilitarse a veces sobre todo cuando otras pasiones piden a gritos que se les satisfaga. Pero el Señor siempre está obrando en nosotros <<el querer como el hacer, por su buena voluntad>> (Fil. 2:13). Cuándo nos demos cuenta de que Dios siempre quiere nuestro bien, queremos vivir para su gloria.
Tomemos el anhelo natural de intimidad fisical, emocional y espiritual. Todos la deseamos y la necesitamos. Pero si en nuestro matrimonio falta la cercania, por ejemplo, el deseo de buscarla con otra persona puede producirnos mucho dolor y sufrimiento. Es natural procurar el placer y evitar el dolor, por lo cuál es fácil creer que si algo nos gusta, no puede ser malo. Pero los sentimientos nunca son una guia confiable a la moralidad.
Puesto que todos nosotros somos seres humanos pecadores, necesitamos un buen deseo global que sea mÜs fuerte que cualquier otro. Cuando experimetnamos el amor de dios mediante la fè en Jesucristo, algo maravilloso nace dentro de nosotros: el deseo de amar y de agradar a Dios por todo lo que Él ha hecho por nosotros. Ese deseo puede debilitarse a veces sobre todo cuando otras pasiones piden a gritos que se les satisfaga. Pero el Señor siempre está obrando en nosotros <<el querer como el hacer, por su buena voluntad>> (Fil. 2:13). Cuándo nos demos cuenta de que Dios siempre quiere nuestro bien, queremos vivir para su gloria.