“Tres pasos atrás constituyen una caída”
(Génesis 3: 6)
La esencia del pecado consiste en actuar con independencia de la voluntad de Dios,y eso es exactamente lo que Eva está a punto de hacer.El pecado ya había empezado de esta forma cuando Lucifer escogió actuar sin tomar en cuenta los deseos divinos. Básicamente él mismo quería ser Dios,y esa es la forma en que se siembra al principio la idea del pecado en el corazón y la mente de Eva.«Actúa sin considerar a Dios»,la engatusa el diablo con lisonjas.«Hazte Dios tú misma».
Ese es todavía el problema de la humanidad. Los seres humanos quieren vivir de la forma que les agrada y no como Dios dice que deben vivir. En otras palabras,el hombre y la mujer fuera de Cristo desean ser su propio dios.Por desgracia,los cristianos también nos enfrentamos a esa lucha y con frecuencia tomamos las mismas decisiones egoístas. Tenemos que elegir,no sólo una vez sino a diario,quién va a ser Dios en nuestra vida.
Eva ya casi ha alcanzado el punto sin retorno.Digo «casi» porque todavía no es demasiado tarde.Aún puede volverse atrás. Todavía tiene la posibilidad de resistir al diablo aunque no sepa que existe en la buena creación de Dios.
Eva sabía que Dios es amor.La había creado hermosa y le había dado un compañero perfecto.Ambos estaban verdaderamente «hechos el uno para el otro» como no lo han estado otros seres humanos después de ellos. Gran parte de sus más profundos anhelos como individuos se satisfacían en su pareja.Su hogar era el Paraíso, un huerto que el Señor mismo había plantado para ellos y para sus hijos. Excepto el fruto del árbol que estaba en medio del huerto,todos los placeres de aquel lugar se encontraban a su disposición.
Estaban en paz con la naturaleza.Todos los animales se habían presentado delante de Adán para que les pusiera nombre. De modo que estaban en paz con ellos y entre sí.El hombre y la mujer habían recibido la bendición de trabajar.Estaban ocupados a diario el uno con el otro,con los animales y con el huerto de Dios.Tenían el privilegio de cultivarlo y conservarlo(Génesis 2.15).Finalmente,el gozo mayor de todos: Dios estaba continuamente con ellos y podían conocerle como ninguna otra criatura le ha conocido.
Asimismo,el Señor había hecho sencilla la obediencia para Adán y Eva. No tenían leyes o rituales complicados que memorizar.Lo único que debían hacer era disfrutar de cuanto Dios les había dado y reconocer que se había reservado sólo una prerrogativa: la de ser el único Dios.
Pero llegamos a (Gn.3:6)donde Eva da 3 pasos hacia atrás,3 pasos que la llevan a la caída:
1. Cede a su imaginación contaminada.
Su mente empieza a fantasear acerca del fruto del árbol prohibido y pronto dicho fruto se convierte para ella en algo más importante que cualquier otra cosa en la vida, incluso que Dios.
Martín Lutero escribe que: «La promesa satánica echó fuera de la mente de ella la amenaza divina.Ahora Eva contempla el árbol con otros ojos(v.6).Y 3 veces se nos dice lo encantador que le parece el mismo».
Calvino considera la capitulación de Eva como una caída de la fe:
La fe que ella tenía en la Palabra de Dios era el mejor guardián de su corazón y de todos sus sentidos.Pero ahora,una vez que el corazón se hubo desviado de la fe y de la obediencia a la Palabra,corrompió tanto su persona como todos sus sentidos,y la depravación se extendió por todas las partes de su alma como también de su cuerpo.Es,por tanto,un signo de defección impía el que la mujer juzgue ahora que el árbol es bueno para comer,se deleite con avidez en contemplarlo y se persuada a sí misma de que es deseable para alcanzar sabiduría; mientras que anteriormente había pasado cientos de veces junto a él con aire impasible y tranquilo.Porque ahora,habiéndose sacudido la brida,su mente vaga disoluta e intemperante,arrastrando el cuerpo a la misma disipación.
Cuando Eva comienza a fantasear,las imágenes mentales del fruto prohibido despiertan emociones en ella y casi puede paladear los placeres que la esperan.Sus agitados deseos superan a las advertencias de su razón,mientras que su imaginación contaminada la lleva a tomar las decisiones erróneas.Cede al deseo físico.Ve «que el árbol [es] bueno para comer» (v.6a).La comida no tiene nada de malo. Pero es una comida prohibida,que se toma fuera de la voluntad de Dios.
Eva sucumbe al deleite emocional,«y que era agradable a los ojos» (v. 6b),y al orgullo intelectual,«y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría» (v. 6c).
¿Acaso no era ya lo bastante sabia? ¿No empezaba a aprender en compañía de Adán acerca de las maravillas de Dios y de su creación? Aunque ya maduros por completo físicamente cuando fueron creados, Adán y Eva,como Jesús después de ellos,estaban en realidad destinados a crecer «en sabiduría y en estatura,y en gracia para con Dios y los hombres» (Lucas 2.52).
Tenían ante sí toda la creación para explorarla y comprenderla, año tras año.A medida que lo hicieran, su sabiduría se extendería hasta llegar a conocer todo aquello que Dios deseaba que supieran. ¿Por qué esa codicia por la «sabiduría» prohibida que sólo proporcionaba ese árbol vedado y su fruto? ¡Así es el pecado!
2. Desobedece voluntariamente a Dios.
«Tomó de su fruto, y comió» (v. 6d).
Ahora se verá libre de todas las restricciones.Todas sus dudas desaparecerán y será un ser verdaderamente independiente.Podrá por fin escoger por sí misma sin la ayuda de nadie.En otras palabras, será su propio dios. Eva da la espalda a todo lo que ha gobernado su vida hasta entonces y escoge voluntariamente la desobediencia al Señor.Come del fruto prohibido,sin ningún efecto negativo visible.
¿Verdad que el pecado es así? Al principio resulta deleitoso.Las promesas que nos hace parecen ciertas.El pecado produce un placer inmediato,el escritor de Hebreos lo admite(11.25).De no ser así,los hombres no serían absorbidos tan fácilmente por sus encantos.
3. Hace que su querido Adán se una a ella en los placeres del pecado.
«Y dio también a su marido, el cual comió así como ella» (v. 6e).
He aquí la dimensión social del pecado.Este no sólo daña al pecador, sino también a aquellos que están íntimamente relacionados con él. El pecado anhela compañía y engendrará más pecado en las vidas de otros, en especial en las de los seres queridos.¡Así actúa el pecado! Mucho se ha escrito acerca de la participación de Adán en el pecado de Eva. Algunos afirman que estaba cerca observando y escuchando toda la escena de la tentación sin hacer nada para socorrer a su confundida esposa.Otros dicen que no pudo resistir la incitación de su mujer. Y otros aseguran aún más que tuvo que elegir entre los encantos de Eva y la obediencia a Dios.
A menudo se cita 1 Timoteo 2.14 para apoyar estas opiniones. Allí Pablo escribe:«Y Adán no fue engañado,sino que la mujer,siendo engañada,incurrió en transgresión».Concuerdo con el comentario de Newport J.D.White en The Expositor’s Greek New Testament[El expositor del Nuevo Testamento griego] de que Pablo no trata aquí de absolver a Adán por su pecado,ni de echar toda la culpa a Eva.Lo que hace el apóstol es declarar que fue la mujer quien transgredió primero y no Adán.En Romanos 5.12–21,el mismo apóstol Pablo carga sobre Adán la culpa entera de la transgresión,con la cual causó la ruina de toda la raza humana.Calvino piensa que aunque Adán deseaba cumplir los deseos de Eva,hubo otra razón por la que: participó de la misma apostasía que ella.Y Pablo,en otro lugar,afirma que el pecado no vino por la mujer sino por Adán mismo(Romanos 5.12),de ahí la reprensión que tiene lugar poco después.«He aquí el hombre es como uno de nosotros», demuestra con claridad que,neciamente,él también había codiciado más de lo que era lícito y había dado más crédito a las lisonjas del diablo que a la Palabra de Dios.
Tal vez Donald Guthrie lo resuma mejor cuando dice: «Mientras que Eva fue engañada o seducida, Adán pecó con los ojos bien abiertos».
Conclusión:
Me gustaría terminar este mensaje con varios comentarios de Calvino. Él se pregunta: «¿Cuál fue el pecado de Adán y Eva?» Y da diversas respuestas, incluyendo la de San Agustín, quien afirma que «el orgullo fue el comienzo de todos los males por lo cual se arruinó la raza humana».Calvino comenta entonces que si alguien prefiere una explicación más corta,podemos decir que la incredulidad ha abierto la puerta a la ambición,pero la ambición ha demostrado ser madre de la rebeldía,a fin de que los hombres,habiendo dejado el temor de Dios, puedan sacudirse su yugo[ … ] Pero después que dieron lugar a la blasfemia del diablo,comenzaron,como personas fascinadas,a perder la razón y el juicio,sí,puesto que se habían convertido en esclavos de Satanás, este mantenía atados sus mismísimos sentidos.
Al mismo tiempo,debemos mantener en la memoria mediante qué pretexto fueron llevados a este engaño tan fatal para ellos y para toda su posteridad.La adulación de Satanás era verosímil:«Sabréis el bien y el mal».Pero aquel conocimiento resultaba por esta razón maldito, porque se buscaba con preferencia al favor de Dios.
Por lo cual,a menos que queramos,por propia iniciativa,tendernos los mismos lazos a nosotros mismos,aprendamos a confiar plenamente en la sola voluntad de Dios,a quien reconocemos como el Autor de todo bien. Y,ya que la Escritura nos advierte en todas partes de nuestra desnudez y pobreza,y declara que podemos recuperar en Cristo lo que hemos perdido en Adán,renunciemos a toda confianza propia y ofrezcámonos vacíos a Jesús para que Él nos llene con sus propias riquezas.
A.D.