Un joven atleta, apasionado por la maratón, entrenaba todos los días bajo el sol ardiente. Sus amigos le decían que era demasiado esfuerzo para una simple medalla. Sonriendo, respondió: “Solo los que terminan la carrera conocen el valor de la recompensa.”
Así es la vida cristiana: muchas veces se trata de seguir cargando nuestra cruz, aunque no todos entiendan qué nos motiva. Pero no estamos solos. “Corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de nuestra fe” Hebreos 12:1–2
---
Negarse a sí mismo
Jesús no ofrece un camino de comodidad, sino de transformación radical. Él dijo claramente:
> “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame” Lucas 9:23
Negarse a uno mismo no significa odiarse, sino reorientar el centro de nuestra vida: de nosotros mismos a Cristo. ¿Qué significa esto en tu vida diaria? ¿Estás dispuesto a dejar de lado tus planes, tus ambiciones egoístas o tus deseos carnales por obedecer a Dios?
Recuerda las palabras de Pablo:
“Ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí” Gálatas 2:20
¿Serías capaz de cambiar tu comodidad por obediencia a Dios? Porque “el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mí, la hallará” Mateo 16:25
Tomar la cruz
La cruz en tiempos de Jesús no era un símbolo bonito que colgaba del cuello; era un instrumento de vergüenza, dolor y muerte. Hoy, **nuestra cruz representa la entrega total**, incluso cuando duele, incluso cuando el mundo se burla.
El que no toma su cruz y sigue a Cristo, no es digno de él. Mateo 10:38
¿Qué cargas has evitado tomar por miedo a perder? ¿Has callado tu fe en el trabajo, en la escuela o en tu familia por temor al rechazo? ¿Has dejado pasar oportunidades de mostrar a Cristo por miedo a la opinión ajena?
No olvides que “todo el que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios” Santiago 4:4, pero “el que confiesa a Jesús delante de los hombres, Él también lo confesará delante de su Padre celestial” Mateo 10:32
Seguir a Jesús con esperanza
Aunque la cruz pesa, nunca viene sin promesa. Jesús no nos llama al sufrimiento sin propósito, sino al sufrimiento redentor, que produce gloria.
> “Porque según participamos en los sufrimientos de Cristo, también participamos en su consolación” 2 Corintios 1:5
Y más aún:
> La aflicción momentánea produce en nosotros un peso de gloria eterna, que sobrepasa todo entendimiento. 2 Corintios 4:17
Vivamos con la mirada fija en ese día glorioso, cuando “Dios enjugará toda lágrima de los ojos de los suyos, y ya no habrá muerte, ni llanto, ni clamor, ni dolor." Apocalipsis 21:4. Porque “lo que ahora es invisible, es eterno” 2 Corintios 4:18
Cuenta la historia de un creyente fiel, criticado en su trabajo por compartir su fe con integridad. Aunque perdió amigos, oportunidades y privilegios, **nunca bajó los brazos**. Su testimonio fue como una semilla sembrada en tierra dura.
Con el tiempo, uno de sus compañeros —quien antes lo ridiculizaba—, impactado por su valentía, su paz en medio de la presión y su amor incondicional, se acercó a Cristo.
Así como dijo Pablo:
> “Sembramos en lágrimas, pero segaremos con alegría” Salmo 126:5
La fidelidad, aunque cuesta, deja huellas inimaginables… porque “Dios no se deja vencer en generosidad: el que siembra generosamente, generosamente también segará” 2 Corintios 9:6
Preguntas para reflexión:
1. ¿De qué cosas Dios te está pidiendo que te niegues hoy, y te cuesta soltar?
¿No saben que si se ofrecen a alguien para obedecerle, son esclavos de aquel a quien obedecen? – Romanos 6:16
2. ¿Has estado evadiendo tu cruz o abrazándola como parte de tu camino al galardón?
“Considero que los sufrimientos del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse” – Romanos 8:18
3. Si hoy tu vida finalizara, ¿has vivido más buscando tu comodidad o dispuesto a perderla por seguir a Jesús?
“¿De qué le sirve al hombre ganar todo el mundo si pierde su alma?” – Marcos 8:36
Quizás hoy llevas una cruz pesada… una enfermedad, una traición, una soledad, una lucha interna. Pero **en el cielo te espera una corona incomparable**.
> “Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos” (Mateo 5:10).
Ama la cruz, no por el dolor que trae, sino por quién la llevó primero por ti. En ella se forjan los verdaderos seguidores de Jesús.
> “Porque a vosotros os ha sido concedido, no sólo creer en Él, sino también padecer por Él” (Filipenses 1:29).
Y un día, “cuando aparezca el Pastor supremo, recibiréis la corona incorruptible de gloria” (1 Pedro 5:4).
¡Sigue adelante, soldado de la cruz! Tu corona ya está preparada.
Así es la vida cristiana: muchas veces se trata de seguir cargando nuestra cruz, aunque no todos entiendan qué nos motiva. Pero no estamos solos. “Corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de nuestra fe” Hebreos 12:1–2
---
Negarse a sí mismo
Jesús no ofrece un camino de comodidad, sino de transformación radical. Él dijo claramente:
> “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame” Lucas 9:23
Negarse a uno mismo no significa odiarse, sino reorientar el centro de nuestra vida: de nosotros mismos a Cristo. ¿Qué significa esto en tu vida diaria? ¿Estás dispuesto a dejar de lado tus planes, tus ambiciones egoístas o tus deseos carnales por obedecer a Dios?
Recuerda las palabras de Pablo:
“Ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí” Gálatas 2:20
¿Serías capaz de cambiar tu comodidad por obediencia a Dios? Porque “el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mí, la hallará” Mateo 16:25
Tomar la cruz
La cruz en tiempos de Jesús no era un símbolo bonito que colgaba del cuello; era un instrumento de vergüenza, dolor y muerte. Hoy, **nuestra cruz representa la entrega total**, incluso cuando duele, incluso cuando el mundo se burla.
El que no toma su cruz y sigue a Cristo, no es digno de él. Mateo 10:38
¿Qué cargas has evitado tomar por miedo a perder? ¿Has callado tu fe en el trabajo, en la escuela o en tu familia por temor al rechazo? ¿Has dejado pasar oportunidades de mostrar a Cristo por miedo a la opinión ajena?
No olvides que “todo el que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios” Santiago 4:4, pero “el que confiesa a Jesús delante de los hombres, Él también lo confesará delante de su Padre celestial” Mateo 10:32
Seguir a Jesús con esperanza
Aunque la cruz pesa, nunca viene sin promesa. Jesús no nos llama al sufrimiento sin propósito, sino al sufrimiento redentor, que produce gloria.
> “Porque según participamos en los sufrimientos de Cristo, también participamos en su consolación” 2 Corintios 1:5
Y más aún:
> La aflicción momentánea produce en nosotros un peso de gloria eterna, que sobrepasa todo entendimiento. 2 Corintios 4:17
Vivamos con la mirada fija en ese día glorioso, cuando “Dios enjugará toda lágrima de los ojos de los suyos, y ya no habrá muerte, ni llanto, ni clamor, ni dolor." Apocalipsis 21:4. Porque “lo que ahora es invisible, es eterno” 2 Corintios 4:18
Cuenta la historia de un creyente fiel, criticado en su trabajo por compartir su fe con integridad. Aunque perdió amigos, oportunidades y privilegios, **nunca bajó los brazos**. Su testimonio fue como una semilla sembrada en tierra dura.
Con el tiempo, uno de sus compañeros —quien antes lo ridiculizaba—, impactado por su valentía, su paz en medio de la presión y su amor incondicional, se acercó a Cristo.
Así como dijo Pablo:
> “Sembramos en lágrimas, pero segaremos con alegría” Salmo 126:5
La fidelidad, aunque cuesta, deja huellas inimaginables… porque “Dios no se deja vencer en generosidad: el que siembra generosamente, generosamente también segará” 2 Corintios 9:6
Preguntas para reflexión:
1. ¿De qué cosas Dios te está pidiendo que te niegues hoy, y te cuesta soltar?
¿No saben que si se ofrecen a alguien para obedecerle, son esclavos de aquel a quien obedecen? – Romanos 6:16
2. ¿Has estado evadiendo tu cruz o abrazándola como parte de tu camino al galardón?
“Considero que los sufrimientos del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse” – Romanos 8:18
3. Si hoy tu vida finalizara, ¿has vivido más buscando tu comodidad o dispuesto a perderla por seguir a Jesús?
“¿De qué le sirve al hombre ganar todo el mundo si pierde su alma?” – Marcos 8:36
Quizás hoy llevas una cruz pesada… una enfermedad, una traición, una soledad, una lucha interna. Pero **en el cielo te espera una corona incomparable**.
> “Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos” (Mateo 5:10).
Ama la cruz, no por el dolor que trae, sino por quién la llevó primero por ti. En ella se forjan los verdaderos seguidores de Jesús.
> “Porque a vosotros os ha sido concedido, no sólo creer en Él, sino también padecer por Él” (Filipenses 1:29).
Y un día, “cuando aparezca el Pastor supremo, recibiréis la corona incorruptible de gloria” (1 Pedro 5:4).
¡Sigue adelante, soldado de la cruz! Tu corona ya está preparada.
