23 de abril -- Tienes acceso a Dios
“ACERQUÉMONOS, PUES, CONFIADAMENTE AL TRONO DE LA GRACIA...” (Hebreos 4:16)
Si alguna vez has estado en un parque temático, entonces sabrás que está diseñado para transportarte a otro mundo. La meta de toda esa experiencia es ayudarte a que te dejes llevar por su alegría y excitación. Cuando oramos, también somos transportados a otro mundo. Ahora bien, un parque temático es una ficción, porque tienes que irte y volver al mundo real. Sin embargo, con la oración no hay ficción; nos lleva a la esfera celestial donde Jesús está sentado a la diestra de Dios y nos coloca en una posición de poder escucharle. Escuchar ¿qué? La voz del Señor aplicando su Palabra a nuestras necesidades y circunstancias específicas. Pero admitámoslo, la oración puede ser una tarea difícil, porque requiere disciplina. No es tan fácil como recorrer un parque temático divirtiéndote... Todos sabemos lo que significa ponerse de rodillas con las mejores intenciones, y o caer dormido, quedarnos sin palabras o darnos cuenta de que después de unos pocos minutos, nuestras mentes están vagando.
“La oración cambia las cosas”, como dice el viejo refrán, pero antes nos tiene que cambiar a nosotros primero, es decir, de estar centrados en nosotros mismos a centrarnos en Dios para que podamos comprender y hacer su voluntad. El escritor de Hebreos lo expresó de este modo: “No tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro” (Hebreos 4:15-16). Hoy tienes acceso al Señor por medio de la oración. ¡Úsala!
Por Bob y Debbie Gass, con la colaboración de Ruth Gass Halliday
---------------------------------------------------------------------
¿Qué te parece si aconsejas a tus amigos mandar un e-mail a
[email protected]
para que ellos también "disfruten" de estas "vitaminas" diarias?
“ACERQUÉMONOS, PUES, CONFIADAMENTE AL TRONO DE LA GRACIA...” (Hebreos 4:16)
Si alguna vez has estado en un parque temático, entonces sabrás que está diseñado para transportarte a otro mundo. La meta de toda esa experiencia es ayudarte a que te dejes llevar por su alegría y excitación. Cuando oramos, también somos transportados a otro mundo. Ahora bien, un parque temático es una ficción, porque tienes que irte y volver al mundo real. Sin embargo, con la oración no hay ficción; nos lleva a la esfera celestial donde Jesús está sentado a la diestra de Dios y nos coloca en una posición de poder escucharle. Escuchar ¿qué? La voz del Señor aplicando su Palabra a nuestras necesidades y circunstancias específicas. Pero admitámoslo, la oración puede ser una tarea difícil, porque requiere disciplina. No es tan fácil como recorrer un parque temático divirtiéndote... Todos sabemos lo que significa ponerse de rodillas con las mejores intenciones, y o caer dormido, quedarnos sin palabras o darnos cuenta de que después de unos pocos minutos, nuestras mentes están vagando.
“La oración cambia las cosas”, como dice el viejo refrán, pero antes nos tiene que cambiar a nosotros primero, es decir, de estar centrados en nosotros mismos a centrarnos en Dios para que podamos comprender y hacer su voluntad. El escritor de Hebreos lo expresó de este modo: “No tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro” (Hebreos 4:15-16). Hoy tienes acceso al Señor por medio de la oración. ¡Úsala!
Por Bob y Debbie Gass, con la colaboración de Ruth Gass Halliday
---------------------------------------------------------------------
¿Qué te parece si aconsejas a tus amigos mandar un e-mail a
[email protected]
para que ellos también "disfruten" de estas "vitaminas" diarias?