¿Eres católico? Solo alguien católico creería en algo dictaminado por los católicos. Son ellos quienes se inventaron el “canon”, y si crees en su criterio, deberías ser católico. Pero ten por seguro que ni el Creador, ni Yeshua, ni sus apóstoles, ni personaje antiguo de la antigua historia de Israel fue católico. Y ten aún más por seguro, que nunca habrían aprobado cosa alguna de la Iglesia católica Romana, mucho menos que se crea con autoridad para decir qué libros del pueblo de Israel son de tomar en serio y cuáles no. Si el Espíritu Santo dio información a tantas personas a lo largo de la historia, como fue con muchas personas del antiguo Israel, la Iglesia Católica Romana no es nadie para vetarlos y juzgar al Espíritu Santo.
Dices que el tema de los Nefilim ya se entiende y se ha refutado. ¿Entre quiénes? Nosotros en Israel sabemos muy bien la historia de los nefilim, porque incluso se conocen los hallazgos arqueológicos de las regiones de las tribus de Og y los refaim, así como de la tribu de Goliat y los anakim. Una de mis hermanas es profesora de arqueología en Tel Aviv, y justamente el año pasado que fui a visitarla me hablaba sobre los diversos yacimientos y de trabajos donde ella misma estuvo, sobre descubrimientos a propósito de estas tribus de alta estatura que vivieron en la región.
Henoc, un profeta usado por el Creador – le guste o no a los católicos - fue muy claro en sus escritos sobre la historia de los Nefilim. Y no es el único. La historia de los Nefilim aparece en muchísimas culturas antiguas. Fue un periodo turbulento de la antigüedad, cuando esos individuos vinieron a la Tierra con ciertos objetivos, y estando acá decidieron elegir esposas humanas y tener hijos con ellas. Incluso se sabe de dónde eran, por el propio término, ‘Nefilim’, que, aparte de significar en lengua hebrea tanto “caídos” como “gigantes” en plural (de los vocablos ‘Nafal’ y ‘Napil’), viene de la raíz singular aramea ‘Nefela’ (Orión). Estos orionitas aparecen ampliamente mencionados en las tablillas de Mesopotamia, comúnmente llamados en acadio Anunnaki. De hecho, de ahí viene la expresión “los hijos de Anak”, que en genitivo hebreo se definen como Anaki (aunque los redactores bíblicos escribieron al español ‘anacenos’ y ‘anaquitas’), de la forma original sumeria An-Na-Ki (cielo-bajaron-tierra), o “los que del cielo bajaron a la Tierra”, que dio lugar a la forma acadia Anu-Na-Ki.
