suicidio

pablo_33

siervo
5 Diciembre 2006
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nubes
Dios mío me voy a suicidar, mi vida fue horrible… bueno no fue tanto… pero te quiero decir si lo quieres impedir, hazlo, pero yo procurare matarme “que se haga tu voluntad y no la mía”.
Dijo Dylan esa lluviosa mañana de domingo al despertar. Era verdad, su vida no eran tan espantosa como para matarse, pero la angustia, como una fuerza loca y obsesionada se había ensañado con el. Y eso lo volvía loco. Decidió tomar cianuro pues hacia mucho que lo había comprado. Lo mezclaría con helado y se lo tragaría-comería.
No, dijo, primero me tomo el helado,- su preferido, que había comprado para tomarlo si milagrosamente, el destino, hacia que Luisa, su compañera de trabajo, una cajera del supermercado, ese sábado terminaba cenando en su casa, pero no tubo la oportunidad en todo el día ni de decirle ni “hola” ni tampoco lo procuro. Listo -dijo –Chau. adiós mundo cruel.
No!, ya se!, dijo con un poco de ocurrencia, incorporándose en la cama, mejor espero hasta la noche y cuando este muerto de hambre, me tomo el helado, asi lo disfruto mas, y así súper feliz me tomo el cianuro para por lo menos morirme feliz una vez, y si estoy cansadísimo mejor, “el hambre es la mejor salsa”, -dijo y así lo planeo, tomo el plano de la ciudad y organizó una caminata hasta el pie del cerro, escalarlo y volver a pie eso como mínimo le llevaría todo el día y así lo hizo, se cruzo con turistas felices y transeúntes comunes al cerro de Monserrat, cada uno en su mundo feliz, sin saber que veía un suicida en sus ultimas horas, pero llegando a su departamento estaba tan hambriento y débil que decidió pasar por su rotisería habitual a comprar su plato preferido: arroz con pollo, y así lo hizo gastando su sueldo recién cobrado en el supermercado que falto para no ir nunca mas. Compro el arroz y subió desesperado a su depto. Porque obviamente tenia un hambre exasperante como nunca en toda su vida había tenido la posibilidad de experimentar, en su apuro se comió un poco del envoltorio pero nunca se dio cuenta, estaba sabrosísimo y no solo el pollo con arroz sino también el pan y el vino, estaba absorto, obnubilado, eufórico, desaforado, absolutamente fundido en el objeto de su deseo, su ego no existía, solo placer y el gozo en tal intensidad le llenaba el cerebro de dopamina al 100% en una altísima velocidad, produciéndole un éxtasis muy parecido al que produciría una droga pero esto era natural, legal, sano producida simplemente con abstinencia y ayuno. La paz que le producía la relajación de las paredes de su estomago, lo hacia sentir que flotaba y que su alma volvía al pecho luego del desaparición mas grande autoinfligida. O gracias Padre -musito un par de veces. Y aun le faltaba su helado preferido con arequipe y wiski como a el le gustaba nuevamente mas dopamina en su cerebro. Mas felicidad para su castigado ser por sus malas o desatinadas elecciones.
Al terminar miro el frasco de cianuro con pocas ganas y dijo “ok me voy a matar pero mañana voy a repetir esta eufórica experiencia una vez mas porque es digno de tal cosa.. luego pensó- Mañana como no pienso ir al trabajo hare lo mismo daré una gran caminata y al atardecer cenare mi segunda comida preferida bagna cauda que deberé encargar en la rotisería y esta ves de postre será licor de dulce de leche, nada mas. Asi me mato en curda –dijo en voz alta canturreando la ultima parte. “Y adiós mundo cruel”. Y así lo hiso nuevamente. Subiendo las escalera no veía de hambre, y lo hizo a oscuras. 24 horas sin comer, puso la mesa a mil y abrió todos los paquetes con la fuente con su adorada salsa Piamonte abrió el pollo, las verduras, las pastas, la carne, el pescado, y destapo su tinto preferido. Era su ultima fiesta privada. Y estaba eufórico nuevamente. Era suficiente como mínimo para tres personas pero el tenia hambre como para cuatro. Con ambos manos en lo alto las unió por un segundo para decir “gracias Padre“ y se laso de lleno.
Lo miraba desde el meso, ahí depositado, el frasco de cianuro celoso de sus sentidos con lo que Dios lo había dotado. Y Comenzó a comer nuevamente la relajación de las paredes del estomago el producían un placer indescriptible, pero… había un problema… que percibió recién en el bocado numero 10, no estaba muy rica la bagna cauda en si! No le faltaba sal, le faltaba espíritu, piripipi, estaba como desabrida agria como si se hubiera cortado, pero no le importuno mucho porque le hambre era desesperante y mas bien comió las cosas para untar pero sin untar. Lo que si estuvo perfecto fue lo que se tomo después su media botella de licor de dulce de leche acompañado por media doce de bombas de crema. El éxtasis lo arropaba y lo hacia volar. Fue al baño y mirándose al espejo dijo “que pena la ultima comida y me sale medio mal, que le paso a marquito” (el cocinero amigo de la rotisería), nunca le erra en nada, le tenia que pifiar hoy!. Pensó: Vamos hacer una cosa no me puedo morir así impotente y frustrado cuando es tan fácil y simple repetir bien esto, vamos a repetir mañana el arroz con pollo y listo… o podrá hacer pollo al champiñón o milanesa napolitana (otras de sus comida preferidas) y ahí si me mato feliz. Nuevamente planeo su distracción durante todo el día esta ves fue con una bicicleteada de todo el día dando vuelta a la ciudad completa, vio mucha pobreza y gente que tiene hambre de verdad y agradeció que en el era por jugar a ser feliz la ultima vez en su vida. Era un dia diáfano y cálido raro en Bogota. Esta ves si todo le salió bien, pero esta vez en la mitad de la comida eufórico, radiante, feliz le nacio de su corazón decir esta ocurrente oración:
Ho gracia Padre santo por haber creado todo el universo, las pléyades y el Orión, alfa centauri y las tres marías, la cruz del sur, la osa polar, la via láctea el sistema solar, el planeta tierra y toda la humanidad, porque yo estoy dentro de todo eso y hoy fui inmensamente feliz, cumplí con el objeto y la razón de la vida la felicidad”.
Accidentalmente había descubierto una sencilla pero muy efectiva forma de ser feliz y muy feliz aquí y ahora, simplemente cambiando las cosas de lugar y en vez de una procurar una super estimulación producía un hipersensibilidad y a ella todo lo necesario para alcanzar gozo y placer en un nivel tan alto que quizás superior al del LSD. Ilustraba ese dicho que dice “al hambriento Dios se le manifiesta como un pan”. Estuvo toda la semana jugando con su nuevo jueguito, con otros platos y también jugando con la sed, para saciar con jugos naturales cosa que también amaba, no lo decía ni lo pensaba pero la idea de suicido se desvanecía y caía por su propio peso, tenía mucho que experimentar con su nuevo juguete. Visito paginas de redes sociales de suicidas y les comento, todos parecían muy interesados y que lo pondrían en practica. Lo llamaron del supermercado justo el momento que tiraba el frasco de cianuro a la basura y le preguntaban si volvería al trabajo luego de un semana de ausencia, el se creía ya despedido y excusándose dijo que si volvería. Quien habla?” pregunto al sentir familiar la voz.
-Luisa, Dylan! me pasaron a la parte administrativa, que te paso? Nos tenias preocupados. Dijo bajo para que no la escuchasen que la conversación había pasado al terreno personal.
-Hu fue una semana increíble Luisita, si te cuento no me vas a creer, pase del infierno al cielo. Mañana te lo cuento allá.
-No aguanto el momento que me lo cuentes todo.
-Mejor así lo disfrutas mas… dijo sin pensar que ahora lo veía todo desde esa óptica, estimular para aumentar el placer, quizás la razón del universo también pues siempre se dice es necesario conocer la oscuridad para valorar la luz, se despidieron y se le ocurrió otra buena idea: la invitaría cenar bagna cauda hecha por ellos mismo cosas que comprarías en su supermercado y ahí le contaría su increíble descubrimiento que no era solo el juego de la abstinencia sino también que ponerlo todo en las manos de Dios y abandonarse a su voluntad es la mejor actitud en la vida porque todo esto comenzó cuando dijo “hágase tu voluntad y no la mía”. Que le dio el mismo exitoso resultado que a Jesús su autor: de la muerte paso la vida.
FIN
Estimulación versus sensibilización. Se llama este cuento.​