Saludos, les cuento mi situación como manera de desahogo. Soy un hombre con tendencias homosexuales pero con un inmenso deseo de no serlo. Desde que tengo memoria siento atracción sexual por los hombres y esto nunca me afectó. Cuando eres niño solo piensas en jugar y estudiar. Pero ya en mi adultez me empezó a afectar.
Cuando entré en la adolescencia me sentía raro, porque mientras otros chicos tienen sus novias, yo no podía por mi situación. Logré olvidarme del tema por un tiempo, porque aún era joven (estaba en la época de los 20 y tantos años). Pero recientemente cumplí 29 años y ya caí en cuenta de que ya no soy un jovencito. A esta edad se supone que debes tener una carrera ya hecha, una esposa e hijos, o por lo menos un noviazgo estable y serio con miras a un matrimonio.
Desde que entré en la adultez soñaba con una vida hogareña, tener mi casa propia, una esposa que fuese la princesa de mi hogar, mi mejor amiga y compañera de por vida, y tener hijos, muchos hijos. Es un sueño que aun tengo, y más ferviente que nunca. Pero lo veo como algo imposible de cumplirse por culpa de estas inclinaciones sexuales que tengo Tener esta tendencia gay me hace sentir inferior, inútil y dañado, como si fuera mercancía defectuosa. Trato de llenarme de esperanza, pero cada vez que veo a un hombre y despiertan estos sentimientos errados, me entra una profunda tristeza porque siento que nunca podré cambiar.
Siento que emocionalmente puedo enamorarme de una mujer pero sexualmente la reacción es mínima, no es espontánea como con los hombres . Me veo a mí mismo con una novia, abrazados en un día lluvioso, viendo la lluvia caer tras una ventana; y es algo que me reconforta. Quiero una mujer para que sea mi esposa, mi compañera, para amarla, para cuidarla.
No quiero pasar el resto de mi vida viendo como otros encuentran esposos/as, mientras que yo permanezco solterón. Esto me tiene en una profunda depresión. Quiero una vida hogareña, sana al estilo de la Biblia. Pero siento que mi sueño se ve truncado por mis inclinaciones gay.
Sinceramente quisiera que Dios me cambiara, se que para Él no hay imposibles y esa es mi fe. Quisiera que Él hiciera un milagro en mí. Por favor oren por mí, porque realmente quiero cambiar, ser un hombre normal.
Cuando entré en la adolescencia me sentía raro, porque mientras otros chicos tienen sus novias, yo no podía por mi situación. Logré olvidarme del tema por un tiempo, porque aún era joven (estaba en la época de los 20 y tantos años). Pero recientemente cumplí 29 años y ya caí en cuenta de que ya no soy un jovencito. A esta edad se supone que debes tener una carrera ya hecha, una esposa e hijos, o por lo menos un noviazgo estable y serio con miras a un matrimonio.
Desde que entré en la adultez soñaba con una vida hogareña, tener mi casa propia, una esposa que fuese la princesa de mi hogar, mi mejor amiga y compañera de por vida, y tener hijos, muchos hijos. Es un sueño que aun tengo, y más ferviente que nunca. Pero lo veo como algo imposible de cumplirse por culpa de estas inclinaciones sexuales que tengo Tener esta tendencia gay me hace sentir inferior, inútil y dañado, como si fuera mercancía defectuosa. Trato de llenarme de esperanza, pero cada vez que veo a un hombre y despiertan estos sentimientos errados, me entra una profunda tristeza porque siento que nunca podré cambiar.
Siento que emocionalmente puedo enamorarme de una mujer pero sexualmente la reacción es mínima, no es espontánea como con los hombres . Me veo a mí mismo con una novia, abrazados en un día lluvioso, viendo la lluvia caer tras una ventana; y es algo que me reconforta. Quiero una mujer para que sea mi esposa, mi compañera, para amarla, para cuidarla.
No quiero pasar el resto de mi vida viendo como otros encuentran esposos/as, mientras que yo permanezco solterón. Esto me tiene en una profunda depresión. Quiero una vida hogareña, sana al estilo de la Biblia. Pero siento que mi sueño se ve truncado por mis inclinaciones gay.
Sinceramente quisiera que Dios me cambiara, se que para Él no hay imposibles y esa es mi fe. Quisiera que Él hiciera un milagro en mí. Por favor oren por mí, porque realmente quiero cambiar, ser un hombre normal.