Lo leía hace muchos años y todavía me impresiona. El padre Nieto, un
jesuita tal vez el más santo del siglo XX, se encontraba en sus tiempos de
cura rural haciendo oración en la parroquia una tarde de verano. Llegó el
sacristán y casi se asustó al verlo inmóvil, como en éxtasis; sudaba. Lo
"despertó" y le dijo ¿Qué hace usted aquí? El le respondió: "Soñaba que
estaba en otro mundo".
¡Que maravilla pensar en el Cielo! Allí se descorrerá para siempre el velo
que nos oculta tantos misterios divinos. allí veremos cómo se concilia la
misericordia de Dios con su justicia, por qué crea Dios a los hombres y
tantas cosas que ahora nos resultan incomprensibles. Todo se aclarará. Allí
veremos cómo la misericordia más tierna y la justicia más inflexible
proceden de un mismo amor, santo y generoso y sin límites. Cómo contemplarán
en una misma mirada gozosa a Dios en su pureza absoluta, en su simplicidad
sublime, concentración de todas las virtudes, belleza sustancial, poder
omnipotente que ha creado con la misma facilidad la inmensidad del universo
y la el enmarañado microcosmos de los átomos. Creo que hemos de pensar más
en el cielo. No es una imaginación estéril. ¿No piensa el nuevo rico en el
chalé que está edificando para recreo de su ancianidad? Y sólo lo va a
disfrutar unos años; después, aquí se quedará. Nosotros pensamos y soñamos
en lo que va a ser nuestra mansión eterna. Juan. Católico.
Si deseas alguna aclaración o consulta sobre esta cuña puedes escribir a
[email protected] Gracias. No entro en debates. Sí, en diálogo.
jesuita tal vez el más santo del siglo XX, se encontraba en sus tiempos de
cura rural haciendo oración en la parroquia una tarde de verano. Llegó el
sacristán y casi se asustó al verlo inmóvil, como en éxtasis; sudaba. Lo
"despertó" y le dijo ¿Qué hace usted aquí? El le respondió: "Soñaba que
estaba en otro mundo".
¡Que maravilla pensar en el Cielo! Allí se descorrerá para siempre el velo
que nos oculta tantos misterios divinos. allí veremos cómo se concilia la
misericordia de Dios con su justicia, por qué crea Dios a los hombres y
tantas cosas que ahora nos resultan incomprensibles. Todo se aclarará. Allí
veremos cómo la misericordia más tierna y la justicia más inflexible
proceden de un mismo amor, santo y generoso y sin límites. Cómo contemplarán
en una misma mirada gozosa a Dios en su pureza absoluta, en su simplicidad
sublime, concentración de todas las virtudes, belleza sustancial, poder
omnipotente que ha creado con la misma facilidad la inmensidad del universo
y la el enmarañado microcosmos de los átomos. Creo que hemos de pensar más
en el cielo. No es una imaginación estéril. ¿No piensa el nuevo rico en el
chalé que está edificando para recreo de su ancianidad? Y sólo lo va a
disfrutar unos años; después, aquí se quedará. Nosotros pensamos y soñamos
en lo que va a ser nuestra mansión eterna. Juan. Católico.
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[email protected] Gracias. No entro en debates. Sí, en diálogo.