ALIMENTO DIARIO
Leer con oración: 2 Ti.2:3-6; Ef.6:17; 2 Ti.4:8; Sal.126:6
"Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado" (2 Ti 2:4)
SOLDADO, ATLETA Y LABRADOR
En 2 Timoteo 2, después de decirle a Timoteo que fuera un buen maestro de la palabra y enseñara a hombres fieles e idóneos, capaces también de enseñar a otros, Pablo continúa animando a Timoteo a perseverar y a permanecer firme ejercitando su don allí en el lugar donde se encontraba, es decir en Éfeso. Para eso Pablo usa algunas figuras del lenguaje tales como soldado (vs. 3¬4), atleta (v. 5), labrador (v. 6) y obrero (v. 15).
En el versículo 3 leemos: "Tú, pues, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo". Si nuestra intención es decir palabras bonitas que agraden a todos, no sufriremos. Pero si predicamos el evangelio del reino de los cielos, si hablamos de negamos a nosotros mismos, de perder la vida del alma y tomar la cruz, las personas no aceptarán esta palabra con facilidad. Esto nos causará sufrimientos. Aún así debemos predicar esa palabra. Para crecer en vida, necesitamos negar la vida del alma. Nosotros necesitamos continuar en ese camino si queremos seguir al Señor. Como buenos soldados de Cristo, tenemos en las manos la espada del Espíritu que es la palabra de Dios (Ef 6: 17), no para matar a las personas, sino para suplidas con Espíritu y vida.
Debemos transmitir la palabra de Dios. Debemos ser como soldados de Cristo Jesús que llevan la palabra adelante. Al predicar el evangelio, entramos en las ciudades que están siendo usurpadas por Satanás, ciudad tras ciudad, donde no existe el testimonio de la iglesia en la base de la unidad. Entramos allí con la espada del Espíritu, como soldados de Cristo Jesús. Como buenos soldados, no debemos envolvemos en los negocios de esta vida, porque nuestro objetivo es satisfacer a Aquél que nos tomó por soldados (2 Ti 2:4).
No solamente somos buenos soldados de Cristo Jesús, sino que también somos atletas. El versículo 5 dice: "Y también el que lucha como atleta, no es coronado si no lucha I legítimamente". Cuando predicamos el evangelio, hay resultados. Cuando predicamos la palabra del Señor, no estamos golpeando el aire. Tenemos una meta. Queremos un premio. Como atletas, no competimos sin un objetivo. Nosotros hablamos por el Señor buscando un premio, que es la corona de justicia (Cfr. 4:8).
Al hablar por el Señor, debemos ser también, un labrador que trabaja la tierra. El versículo 6 dice: "El labrador, para participar de los frutos, debe trabajar primero". Debemos transmitir la palabra de Dios como un labrador que siembra la semilla. Debemos sembrar la semilla en buena tierra, una tierra preparada y trabajada por nosotros. Si la tierra es dura, la ablandamos; si tiene piedras, las rompemos y las removemos. Si en ella hay espinos o abrojos, los quitamos y los quemamos. El trabajo es arduo, pero el gozo de recoger los frutos quita de nosotros toda nostalgia de trabajo y fatiga (Cfr. Sal 126:6).
Como buenos labradores, necesitamos preparar la tierra y sembrar la semilla. Después de que la sembramos, viene el enemigo y siembra cizaña en medio del trigo (Cfr. Mt 13:25). Debemos proteger el trigo, pero aún así no podemos arrancar la cizaña. Debemos vigilar durante todo el día, y también toda la noche debemos permanecer alerta. Como buenos labradores, debemos tener los ojos bien abiertos para ver lo que está haciendo Satanás. Este es el verdadero significado del labrador. Finalmente, el labrador es el primero en participar de los frutos. Alabado sea el Señor.
Pregunta: ¿Cuál era la finalidad de Pablo al usar las figuras del soldado, del atleta y del labrador en este mensaje?
Dong Yu lan
Todos los derechos reservados a: “Editora Arvore da vida”
ALIMENTO DIARIO
Leer con oración: 2 Ti.2:15
"Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que traza rectamente la palabra de verdad" (2 Ti 2:15)
EL OBRERO QUE TRAZA RECTAMENTE LA PALABRA DE LA VERDAD (1)
En 2 Timoteo 2: 15, Pablo dice: "Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que traza rectamente la palabra de verdad". Aquí Pablo habla de un carpintero, un obrero. El verbo traducido como trazar, literalmente quiere decir cortar rectamente, como lo hace un buen carpintero. Cuando hablamos la palabra del Señor, no debemos interpretada a nuestro placer. Siempre debemos desarrollar adecuadamente la palabra que el Señor nos da. I
Me gustaría dar un testimonio personal. Yo no soy elocuente, no sé hablar. En el pasado, nunca hablé por el Señor en la iglesia. No fui entrenado para dar mensajes. Pero después el Señor me dio el encargo de hablar Su palabra. ¿Qué hacer? Lo primero fue volverme al espíritu y mantenerme siempre en el espíritu. El segundo aspecto que tuve en cuenta fue leer los mensajes del hermano Lee y laborar en ellos. Yo también lo acompañaba en sus entrenamientos y conferencias y tomaba nota de lo que él decía. Muchas veces, no lograba apuntar todo, pero escribía lo que consideraba más importante. Además laboré, trabajé en esas palabras como un labrador. ¿Por qué? Porque quería ser un buen obrero. Quería ser como un obrero aprobado; quería transmitir la palabra del Señor.
Por un lado la palabra debe ser cortada rectamente, por otro lado es una espada. Es necesario saber cómo manejar la espada Por bien afilada que sea una espada, si está en manos de alguien que no sabe manejarla, no sirve para nada. ¿La espada no es solamente un elemento decorativo para estar colgada en la pared? Un buen soldado siempre tiene la espada en la mano, no sólo para tenerla, sino para usada. Debemos usar la espada para matar al enemigo. Para logrado necesitamos ejercitarnos.
Me ejercité en tomar las palabras del hermano Lee, al oír las grabaciones de los mensajes, al tomar nota y leer los mensajes impresos. Oía los mensajes dos veces para complementar mis notas. Pero además, también practicaba con la espada, "daba golpes con la espada". Usaba bolígrafos de colores y subrayaba los puntos más importantes. Necesitamos laborar de esta manera, fatigándonos como labradores. Debemos ser un buen soldado que practica, que se ejercita.
El buen soldado se ejercita permanentemente. No siempre él va a la guerra, pero todos los días hace ejercicios en el cuartel. Se ejercita para un día, tal vez, ir a la guerra. Nosotros también debemos ejercitarnos hablando por el Señor. Ya tenemos la espada del Espíritu. Debemos practicar siempre, ejercitarnos. Cuando estemos preparados, el Señor podrá enviamos a predicar el evangelio o hablar para edificar a los santos. Así lo haremos.
Pregunta: ¿Qué hacer para constituirse con la palabra?
Dong Yu lan
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Leer con oración: 2 Ti.2:3-6; Ef.6:17; 2 Ti.4:8; Sal.126:6
"Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado" (2 Ti 2:4)
SOLDADO, ATLETA Y LABRADOR
En 2 Timoteo 2, después de decirle a Timoteo que fuera un buen maestro de la palabra y enseñara a hombres fieles e idóneos, capaces también de enseñar a otros, Pablo continúa animando a Timoteo a perseverar y a permanecer firme ejercitando su don allí en el lugar donde se encontraba, es decir en Éfeso. Para eso Pablo usa algunas figuras del lenguaje tales como soldado (vs. 3¬4), atleta (v. 5), labrador (v. 6) y obrero (v. 15).
En el versículo 3 leemos: "Tú, pues, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo". Si nuestra intención es decir palabras bonitas que agraden a todos, no sufriremos. Pero si predicamos el evangelio del reino de los cielos, si hablamos de negamos a nosotros mismos, de perder la vida del alma y tomar la cruz, las personas no aceptarán esta palabra con facilidad. Esto nos causará sufrimientos. Aún así debemos predicar esa palabra. Para crecer en vida, necesitamos negar la vida del alma. Nosotros necesitamos continuar en ese camino si queremos seguir al Señor. Como buenos soldados de Cristo, tenemos en las manos la espada del Espíritu que es la palabra de Dios (Ef 6: 17), no para matar a las personas, sino para suplidas con Espíritu y vida.
Debemos transmitir la palabra de Dios. Debemos ser como soldados de Cristo Jesús que llevan la palabra adelante. Al predicar el evangelio, entramos en las ciudades que están siendo usurpadas por Satanás, ciudad tras ciudad, donde no existe el testimonio de la iglesia en la base de la unidad. Entramos allí con la espada del Espíritu, como soldados de Cristo Jesús. Como buenos soldados, no debemos envolvemos en los negocios de esta vida, porque nuestro objetivo es satisfacer a Aquél que nos tomó por soldados (2 Ti 2:4).
No solamente somos buenos soldados de Cristo Jesús, sino que también somos atletas. El versículo 5 dice: "Y también el que lucha como atleta, no es coronado si no lucha I legítimamente". Cuando predicamos el evangelio, hay resultados. Cuando predicamos la palabra del Señor, no estamos golpeando el aire. Tenemos una meta. Queremos un premio. Como atletas, no competimos sin un objetivo. Nosotros hablamos por el Señor buscando un premio, que es la corona de justicia (Cfr. 4:8).
Al hablar por el Señor, debemos ser también, un labrador que trabaja la tierra. El versículo 6 dice: "El labrador, para participar de los frutos, debe trabajar primero". Debemos transmitir la palabra de Dios como un labrador que siembra la semilla. Debemos sembrar la semilla en buena tierra, una tierra preparada y trabajada por nosotros. Si la tierra es dura, la ablandamos; si tiene piedras, las rompemos y las removemos. Si en ella hay espinos o abrojos, los quitamos y los quemamos. El trabajo es arduo, pero el gozo de recoger los frutos quita de nosotros toda nostalgia de trabajo y fatiga (Cfr. Sal 126:6).
Como buenos labradores, necesitamos preparar la tierra y sembrar la semilla. Después de que la sembramos, viene el enemigo y siembra cizaña en medio del trigo (Cfr. Mt 13:25). Debemos proteger el trigo, pero aún así no podemos arrancar la cizaña. Debemos vigilar durante todo el día, y también toda la noche debemos permanecer alerta. Como buenos labradores, debemos tener los ojos bien abiertos para ver lo que está haciendo Satanás. Este es el verdadero significado del labrador. Finalmente, el labrador es el primero en participar de los frutos. Alabado sea el Señor.
Pregunta: ¿Cuál era la finalidad de Pablo al usar las figuras del soldado, del atleta y del labrador en este mensaje?
Dong Yu lan
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Leer con oración: 2 Ti.2:15
"Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que traza rectamente la palabra de verdad" (2 Ti 2:15)
EL OBRERO QUE TRAZA RECTAMENTE LA PALABRA DE LA VERDAD (1)
En 2 Timoteo 2: 15, Pablo dice: "Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que traza rectamente la palabra de verdad". Aquí Pablo habla de un carpintero, un obrero. El verbo traducido como trazar, literalmente quiere decir cortar rectamente, como lo hace un buen carpintero. Cuando hablamos la palabra del Señor, no debemos interpretada a nuestro placer. Siempre debemos desarrollar adecuadamente la palabra que el Señor nos da. I
Me gustaría dar un testimonio personal. Yo no soy elocuente, no sé hablar. En el pasado, nunca hablé por el Señor en la iglesia. No fui entrenado para dar mensajes. Pero después el Señor me dio el encargo de hablar Su palabra. ¿Qué hacer? Lo primero fue volverme al espíritu y mantenerme siempre en el espíritu. El segundo aspecto que tuve en cuenta fue leer los mensajes del hermano Lee y laborar en ellos. Yo también lo acompañaba en sus entrenamientos y conferencias y tomaba nota de lo que él decía. Muchas veces, no lograba apuntar todo, pero escribía lo que consideraba más importante. Además laboré, trabajé en esas palabras como un labrador. ¿Por qué? Porque quería ser un buen obrero. Quería ser como un obrero aprobado; quería transmitir la palabra del Señor.
Por un lado la palabra debe ser cortada rectamente, por otro lado es una espada. Es necesario saber cómo manejar la espada Por bien afilada que sea una espada, si está en manos de alguien que no sabe manejarla, no sirve para nada. ¿La espada no es solamente un elemento decorativo para estar colgada en la pared? Un buen soldado siempre tiene la espada en la mano, no sólo para tenerla, sino para usada. Debemos usar la espada para matar al enemigo. Para logrado necesitamos ejercitarnos.
Me ejercité en tomar las palabras del hermano Lee, al oír las grabaciones de los mensajes, al tomar nota y leer los mensajes impresos. Oía los mensajes dos veces para complementar mis notas. Pero además, también practicaba con la espada, "daba golpes con la espada". Usaba bolígrafos de colores y subrayaba los puntos más importantes. Necesitamos laborar de esta manera, fatigándonos como labradores. Debemos ser un buen soldado que practica, que se ejercita.
El buen soldado se ejercita permanentemente. No siempre él va a la guerra, pero todos los días hace ejercicios en el cuartel. Se ejercita para un día, tal vez, ir a la guerra. Nosotros también debemos ejercitarnos hablando por el Señor. Ya tenemos la espada del Espíritu. Debemos practicar siempre, ejercitarnos. Cuando estemos preparados, el Señor podrá enviamos a predicar el evangelio o hablar para edificar a los santos. Así lo haremos.
Pregunta: ¿Qué hacer para constituirse con la palabra?
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