Sobre la salvación

11 Julio 2000
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Querido amigo Manuel:

Estoy totalmente de acuerdo en lo que dices de que es Jesús quien nos elige y no nosotros los que lo elegimos a El. Jesús mismo lo dijo: "No me elegisteis vosotros a mí, mas yo os elegí a vosotros; y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca;" (Jn 15,16).

Pero sí está en nuestra libertad, aceptar o no su invitación. Por ejemplo, el joven rico, no aceptó la invitación de Jesús a seguirlo (Mt 19,16,22), mientras que muchos otros sí lo hicieron (Mt 9,9; Lc 11,1; Jn 1,42; etc...).

Pero tú dices: "La Salvación NO SE PUEDE PERDER". ¡Claro que sí! Dios nos hace libres y nos da la oportunidad (por paradójico que parezca) de salvarnos o de condenarnos. Por ejemplo Judas, fue llamado por Jesucristo para ser su apóstol (¡uno de los doce! ¡uno de sus íntimos!). Pero al final, lo traicionó.

Una cosa es cierta. Los distintos cristianos utilizamos la palabra "salvar" para identificar distintos momentos. Algunos dicen que ya se han salvado en el momento en que han "aceptado a Jesús en su corazón", algunos simbolizan esto con el bautismo. Entonces, tienen la certeza de que a partir de ese momento están salvados para toda la eternidad. ¡Ninguna actitud más soberbia! ¿Quién puede asegurar que jamás flaqueará, que jamás caerá, que jamás se dejará llevar por sus debilidades? ¡Es cierto que desde que uno se une a Jesucristo, tiene el deseo ferviente de serle fiel y de jamás traicionarlo! Pero la historia del Pueblo de Dios nos ha demostrado cómo una y otra vez, éste le fue infiel a Dios. Y no porque fuera malo, sino porque era débil y de naturaleza pecadora. A nosotros nos ocurre lo mismo. Revestidos con la fuerza del Espíritu Santo podemos luchar contra nuestras miserias y procurar ser fieles a Jesucristo, pero nada nos asegura que jamás flaquearemos. Eso sería ser muy soberbio. Según este uso de la palabra, la salvación que se ganó en ese momento, puede perderse si no se persevera hasta el fin. En Mt 10,22, Jesús no dice: "Tranquilos, muchachos. Ustedes ya están salvados! No se hagan drama por nada!". No! El dice bien clarito: "El que persevere hasta el fin, éste se salvará".


Otros cristianos utilizan la palabra "salvarse" para el momento en que, luego de la muerte, se alcanza o no la salvación o la condenación eterna. Según este uso de la palabra, ¡LA SALVACIÓN NO SE PIERDE NUNCA!


Lo que quiero decir es que: NADIE, ABSOLUTAMENTE NADIE puede estar totalmente seguro, por el hecho de ser cristiano, de que se va a salvar INDEFECTIBLEMENTE. De lo que sí puede estar seguro es de que por el poder de Jesucristo, PUEDE SALVARSE, si permanece fiel a su Palabra y persevera hasta el fin. Es por eso que Judas, invita a los destinatarios de su carta a perseverar en la fe: "Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de la común salud, me ha sido necesario escribiros amonestándoos que os esforcéis a perseverar en la fe, que ha sido una vez dada a los santos"(Jud 1,3). Es más, les dice que se esfuercen, porque sabe que sí tienen fe en Jesucristo, que son sinceros en su adhesión a El, pero que son débiles y pueden claudicar. Lo mismo nos puede ocurrir a nosotros. Por eso es preciso esforzarse siempre por permanecer unidos en su amor (Jn 15,10).

A pesar de recibir a Jesucristo, seguimos siendo pecadores y debemos esforzarnos por serle fieles. Pablo mismo lo reconoce: " Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el mayor." (1Tim 1,15). El no dice: "Yo era un pecador hasta que Jesús me salvó. Ahora soy una maravilla y tengo una habitación reservada en el Cielo con mi nombre en la puerta". El mismo reconoce que sigue siendo pecador, claro que ahora tiene la fuerza suficiente para vencer ese pecado que hay en él, porque Jesucristo le dio esa fuerza.

Bueno, creo que exageré extendiéndome en el tema. Solo quería aclarar mi punto de vista.

Un abrazo.

Miguel
 
Si estuviese en nuestra capacidad aceptarle o rechazarle,seriamos tan poderosos como EL;si me permite y con afecto se lo digo,tal enseñanza viene de la incorrecta propuesta de que el ser humano conserva el libre albedrio despues de la caida del Edén,cuestión a la luz de la Escritura inexacta,pues "si siendo enemigos fuimos reconciliados"y estabamos muertos en delitos y pecados",es facil comprender que un enemigo no desea acuerdo con el adversario y un cadaver no tiene capacidad de respuesta;por lo que es lícito creer que es EL el que obra solo en nuestra salvación,poniendo por nuestra parte oposición ,solamente.

Respetuosamente en Jesucristo.
 
Amigo Manuel:

Si según tu punto de vista, el hombre no tiene capacidad de aceptar o rechazar a Jesucristo: ¿Por qué vemos continuamente a Jesucristo en los Evangelios continuamente invitando "Ven y sígueme"? El no ordena. El invita. Y hasta algunos se dan el lujo de decirle que no, como el joven rico (Mt 19,16-22).

Incluso cuando el Angel le anuncia a María la encarnación de Jesucristo, queda a la espera de que ella responda: "hágase en mí según su Palabra".

No vemos a Jesús ordenando: "síganme" y a los discípulos obedeciendo ciegamente como autómatas, sino decidiendo libremente si quieren seguirlo o no.

Un abrazo.

Miguel.
 
Miguelín...

Lo siento,pero EL si ordena,pues es misión de un Rey de Reyes el ordenar,sino sería un lacayo mas como nosotros,que tambien nos ha hecho sus amigos elegidos.

Respetuosamente en Jesucristo.
 
Miguelín....rectifico:

EL ordena,pues es misión de un Rey de Reyes el ordenar,sino sería un lacayo mas como nosotros,que tambien nos ha hecho sus amigos elegidos.

Respetuosamente en Jesucristo.

(no lo siento,es así).
 
Querido amigo Manuel:

Me gustaría que me cuente en qué se basa para sostener su afirmación de que Jesucristo no invita, sino que ordena...

Si as¡ fuera... ¿Por qué entonces existe en el mundo tanta gente alejada de Dios? ¿Por qué no ordena Jesucristo a todo el mundo que se convierta y ya? Sería un Dios muy cruel, que sólo "ordena" que se salven a los que a El se le da la gana, y el resto ¡que se jorobe!.

Desde el punto de vista de la libertad, esto es más entendible. Dios, amorosamente, invita a todos a la salvación. El mismo dijo: "Mira que estoy a la puerta y llamo. Si alguno oye mi voz y me abre, entonces entraré a él y cenaré con él" (Ap 3,20). ¿Qué m s claro que esto? No dice: "Estoy a la puerta, y si se me da la gana la volteo y entro a cenar". No. El llama... y si alguno LIBREMENTE le abre (puede no abrir si no quiere), entonces El entrar ...

¿Podría mostrarme por favor, si es que estoy equivocado, algún pasaje bíblico que explique esto que usted propone?

Un abrazo.

Miguel.