Sobre la primera tesis de Lutero

Ister

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31 Julio 2002
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Hola:
Quisiera aportar a una discusión anterior donde se hablo de la primera tesis, de las famosas 95 tesis, de debate sobre las indulgencias.

Me llamó la atención que se trató el tema y que nadie, al parecer, se acercó al texto del propio Lutero. Más bien se enfrascaron en discusiones sin sentido. Pues propongo que veamos el texto y luego comentemos, como lo pedía el Sr que inició la discusión, si esta tesis es o no "bíblica".

TESIS 1.

Al decir: Haced penitencia, etc (Mt 4.17), nuestro Señor y maestro Jesucristo quizo que toda la vida de los fieles fuese penitencia.

Afirmo esta tesis y de ella en nada dudo.
Con todo, la demuestro por causa de los incultos: en primer lugar a partir del propio término griego metanoite, esto es, haced penitencia, el que puede ser traducido de manera extremamente exacata por transmentamini, esto es, "tomad otra mente y manera de pensar y sentir, recobrad los sentidos, haced una transición de la mente a un pasaje del espíritu", de modo que vosotros, que hasta quí comprendisteis las cosas terrenas, ahora comprendais las celesriales. Es lo que el apostol Pablo dice en Rm 12. 2: "Renovaos por la novedad de vuestra mente". Através de esa recuperación de los sentidos ocurre que el prevaricador cae en si y odia su pecado. Cierto es, sin embargo, que esa recuperación de los sentidos u odio de si mismo debe ocurrir durante toda la vida, conforme a aquel pasaje: "Quien odia su vida en este mundo la preservará para la vida eterna" (Jn 12. 25) Y de nuevo: "quien no toma su cruz y me sigue no es digno de mí"(Mt 10. 38) Y en el mismo lugar: "No viene para enviar paz, sino espada" (Mt 10.34) Mt 5.4: "Bienaventurados los que lloran porque serán consolados". Y Paulo en Rm 6.8, como en muchos otros lugares, ordena mortificar la carne y los miembros que están sobre la tierra. En Gl 5.24 enseña que se crucuifique la carne con sus concupiscencias. En 2. Cor. 6.4,5 él dice: "Mostrémonos a nosotros mismos en mucha paciencia, en muchos ayunos, etc". Expongo esto extensamente como si lidiase con personas que no conocen nuetsra (posición).

2. Por eso demuestro también la misma tesis por la razón. Porque Cristo es el maestro del espóiritu, no de la letra, y sus palabras son vida y espíritu, es necesario que él enseñe una penitencia que sea hecha en espçoritui y en verdad, no una penitencia que pueda ser hecha exteriormente por los má ssoberbios hipócritas, desfigurando el rostro en sus ayunos, orando en los cantos y dando limosna con trompetas. Digo que es necesario que Cristo enseñe una penitencia que pueda ser hecha en toda clase de vida- que el rei en su púrpura, el sacerdote en su pureza, y los príncipes en su dignidad puedan hacer no menos de lo que le monje en sus ritos y el mendigo en su pobreza, así como lo hicieron Daniel y sus compañeros en medio de Babilonia. Pues la doctrina de Cristo debe convenir a todos los seres humanos, de todas las condiciones.

3. En tercer lugar, por toda la vida oramos y debemos orar: "Perdónanos nuestras deudas" (Mt 6. 12). Luego, durante toda la vida hacemos penitencia y nos desagradamos a nosotros mismos, a no ser que alguien sea tan tonto, que crea que debe hacer de cuenta que ora por la remisión de las deudas. Pues las deudas por las cuales nos es odenado orar son verdaderas y no deben ser menospreciadas, incluso si son veniales, no podemos ser salvos si no hubieren sido perdonadas.



Hasta aquí el texto de Lutero sobre la primera tesis. Talvez con esto se pueda opinar con mayor claridad sobre el particular.


Ister.