Hace unos años leí una notica del periódico que me impactó. Era la historia de Desmond Lockwood, que murió <<supuestamente>> de un ataque al corazón, tras permanecer treinta años encerrado, por decisión propia , en su habitación , sin salir jamás a la calle ni mantener contacto con ningún ser humano y acompañado solamente por una cama , una silla, un armario y una televisión que veía durante todas las horas de sus largos días de encierro. Cuando lo encontraron muerto tenía el pelo sucio y largo hasta la cintura y una barba de dos pies de longitud. Según su hermano Winston , fue el despido de su trabajo como obrero, a los 19 años, lo que le hizo aislarse del mundo para siempre.
Un vecino cuenta que cada dos semanas venía un camión frigorífico a traerle litros de helado, que al parecer era lo único que comía. Otra vecina comenta que a pesar de verlo asomado a la ventana en varias ocasiones, nunca intentó hablar con él, pues era muy tímido y se escondía cuando se daba cuenta que alguien le miraba.
Pero lo má espeluznate del artículo es cuando, al final, la presidenta de los servicios sociales de la zona , afirmaba : << no podemos forzar a la gente a buscar ayuda, todo lo que podemos hacer es informarles de que la ayuda está disponible si la quieren. El estilo de ese hombre fue una opción personal>>
Me parece terrorífico que una presidenta de servicios sociales vea como una OPCIÓN PERSONAL una conducta que es un grito angustiado de socorro. Cuando la mente humana no puede remontar una herida , aunque sea leve , y se detiene para siempre en el mismo surco del mismo rayado, no es una opción personal, sino un pavoroso derrumbe del alma del que uno no puede salir sólo. Aquel solitario de 49 años de pelo hasta la cintura y con barba hasde dos pies de longitud , comiendo helado eternamente frente a un televisor, no es una opción perrsonal y llamarle así no es mas que un exorcismo de la responsabilidad.
Como cristianos sabemos que el primer mandamiento es amar a Dios y sin condición de discontinuidad a los demás seres humanos. Por lo tanto si hay un pecado terrible es el egocentrismo. No podemos desentendernos de los problemas y miserias (morales o materiales) de los demás . No vale la escusa de caín " ¿acaso soy el guardian de mi hermano?". Que nadie pueda decir: "hominem non habeo" que dijo el paralítico de la piscina de Betesda (Jn 5, 1-3.5-16). ójala que ninguno de nuestros amigos pueda decir un día : "nadie me habló de Jesús".
Algunas conductas son gritos de silencio que nos piden ayuda. Con caridad, paciencia y delicadeza debemos hablarles de Jesús. El hará el resto y le dará una oportunidad .
un saludo desde el pirineo aragonés de vuestro Amigo en Cristo, Ylucas.
Un vecino cuenta que cada dos semanas venía un camión frigorífico a traerle litros de helado, que al parecer era lo único que comía. Otra vecina comenta que a pesar de verlo asomado a la ventana en varias ocasiones, nunca intentó hablar con él, pues era muy tímido y se escondía cuando se daba cuenta que alguien le miraba.
Pero lo má espeluznate del artículo es cuando, al final, la presidenta de los servicios sociales de la zona , afirmaba : << no podemos forzar a la gente a buscar ayuda, todo lo que podemos hacer es informarles de que la ayuda está disponible si la quieren. El estilo de ese hombre fue una opción personal>>
Me parece terrorífico que una presidenta de servicios sociales vea como una OPCIÓN PERSONAL una conducta que es un grito angustiado de socorro. Cuando la mente humana no puede remontar una herida , aunque sea leve , y se detiene para siempre en el mismo surco del mismo rayado, no es una opción personal, sino un pavoroso derrumbe del alma del que uno no puede salir sólo. Aquel solitario de 49 años de pelo hasta la cintura y con barba hasde dos pies de longitud , comiendo helado eternamente frente a un televisor, no es una opción perrsonal y llamarle así no es mas que un exorcismo de la responsabilidad.
Como cristianos sabemos que el primer mandamiento es amar a Dios y sin condición de discontinuidad a los demás seres humanos. Por lo tanto si hay un pecado terrible es el egocentrismo. No podemos desentendernos de los problemas y miserias (morales o materiales) de los demás . No vale la escusa de caín " ¿acaso soy el guardian de mi hermano?". Que nadie pueda decir: "hominem non habeo" que dijo el paralítico de la piscina de Betesda (Jn 5, 1-3.5-16). ójala que ninguno de nuestros amigos pueda decir un día : "nadie me habló de Jesús".
Algunas conductas son gritos de silencio que nos piden ayuda. Con caridad, paciencia y delicadeza debemos hablarles de Jesús. El hará el resto y le dará una oportunidad .
un saludo desde el pirineo aragonés de vuestro Amigo en Cristo, Ylucas.