o todos los que se hacen llamar o que la sociedad llaman JUDÍOS; son JUDÍOS.
Desde luego que no, los judíos comparten de corazón las enseñanzas de los profetas, incluido Jesucristo.
Estamos a punto de ver lo que sucede cuando Dios interviene en el mundo, no es una intervención física bajo abundantes rayos, centellas y guerras que capitanea como "Señor de los ejércitos" de manera mal entendida, porque sus ejércitos siempre fueron espirituales y nunca capitaneó tropa alguna que no defendiera la misericordia y el bien del ser humano.
Es muy difícil hoy día tras tantas generaciones localizar tribus y razas puras, gracias a Dios nos hemos diversificado, pluralizado, y ya pocos aceptamos el supremacismo étnico y defendemos la igualdad de derechos de todos y todas, la igualdad que para mi reside en el Amor que es Dios.
Dios está ya interviniendo en la historia de lo que acontece en Palestina, precisamente allí eligió Dios a los semitas (los de verdad) que le escuchaban desde el corazón, los patriarcas de un nuevo modo de entender a Dios. Era el Dios verdadero, que pese a todo fue mancillado muchas veces, pero tanto nos amaba, que hasta nos entregó a su Hijo para revelarnos su perdón y amor universales, revelarnos que todos estábamos llamados a ser su pueblo elegido, pero solamente los sencillos y humildes le escuchaban.
Cuando se les ofreció la tierra prometida, no se les ofreció lo que algunos astutos escribas decidieron trastocar, manipulando la Palabra con descaro y dejando un "tufillo" de pueblo "elegido", NO, leamos bien la Biblia, la historia siempre es la misma: personas sencillas, humildes, incapaces, que ruegan a Dios y encuentran la fuerza en una Roca que les permite vencer al poderoso, sea ejército opresor, rey que se considera dios o incluso instituciones religiosas que oprimen al creyente y matan a los profetas.
La "tierra prometida" es para toda la Humanidad.
Nos sigue esperando a los que de corazón queremos atravesar el enorme Desierto del ser humano, ese profundo dolor que atenaza nuestra vida y nuestra existencia, milenio tras milenio, generación tras generación. Algunos queremos acoger a Dios para revelarle verdadero, sin mancha, porque así es Dios: en el Pesebre le vemos en pañales, mirándonos con su Corazón que arde en deseo de amarnos, pero cuantas veces seguimos empeñados en no recibirle, ¡Cuánto queda Dios mío para que tus hijos te entiendan!
¿Atravesaremos algún día ese Desierto? ¿comprenderemos por fin dónde está la Tierra prometida? ¿proclamaremos por fin el Reino de Dios?
Dios ha estado en Eurovisión, en los niños que nos han traspasado las entrañas del corazón humano famélicos, muriendo de hambre por un salvaje dolor infligido desde unos que dicen ser Israel, pero que lo único que son es mezquinos y asesinos, genocidas, que deploran y niegan a Dios, al Dios de sus ancestros, al Dios que nos elige para amarle porque nos ama infinitamente, que quiere purificar nuestros corazones para que aprendamos a amar como Dios mismo nos amó.
Vamos a verle intervenir como verdaderamente Dios interviene en la historia, a través de personas sencillas y humildes que saben dar cabida a Dios, porque Dios es así, siempre presente, siempre vivo, siempre capaz; pero sin imposiciones, sin salvajes guerras, con infinita misericordia que acoge a esos hijos que sacrificados por el único demonio, encarnado en personas infrahumanas como Netanyahu. Esas personas no podrán ver a Dios porque contemplar su propia indecencia les causaría un "lago de fuego" fatal, esa es la verdadera muerte, que contemplemos el dolor que hemos causado, y el amor que nunca sembramos.