Líderes hay muchos. Y se autodenominan de diversas maneras: estadista, gurú, pastor, profeta, presidente, comandante, etc. Y hay que reconocerlo, los hay buenos y malos.
Líderes que generan cambios positivos a gran escala en los ámbitos político, social y económico y líderes negativos, que guiándose por sus solos intereses personales o presos de la locura o el mesianismo sólo generan pesadumbre, pobreza y hasta dependencia.
El líder sectario, propiamente hablando, pertenece a esta segunda categoría de liderazgo.
Encontramos en todo grupo humano una identificación recíproca entre sus miembros y además, una identificación personal, individual que establece el vínculo identificatorio de los miembros con una o varias personas notables que son los líderes.
El líder grupal ( y aquí no hacemos distinción entre grupos humanos considerados ¨normales¨ y grupos con características sectarias ) se caracteriza porque posee una especie de prestigio personal a veces adquirido por la publicidad o la propaganda. El prestigio que destaca al líder de los demás le permite mantener dominio sobre sus seguidores.
Ese prestigio nace no de condiciones puramente personales sino más propiamente hablando de las cualidades que los miembros del grupo le adscriben. El líder introyecta las cualidades que el grupo le adjudica y se comporta como si realmente las poseyera. Al mismo tiempo, los seguidores proyectan en la figura del líder sus propias emociones, identificándose con él. Se le adjudica fama, poder, gloria, riquezas, sabiduría como proyección de lo que nosotros queremos ser.
Es probable en muchos grupos humanos que los seguidores desarrollen, al identificarse con el líder, expresiones gestuales semejantes. Es fácil observar que se han introyectado su manera de hablar, sus ademanes, su forma de caminar e incluso, su manera de vestirse.
Sin embargo, y si el líder fracasa en su intento de cristalizar las expectativas del grupo desaparece la identificación colectiva, dando lugar, en cambio, a relaciones agresivas.
Empero, y como dijimos al comienzo de este mensaje, ser lider no es malo. De hecho, la historia de la humanidad cuenta con numerosos líderes que han introducido cambios positivos en la sociedad. Un ejemplo de esto podemos encontrarlo en Mahatma Gandhi, líder religioso y político hindú, luchador por la independencia de su país; o en Martín Luther King, también líder religioso e incansable defensor de la igualdad entre blancos y negros, cuyas acciones han tenido consecuencias positivas en sus países de origen.
Pero entonces, ¿ qué transforma a un líder en positivo o negativo ? ¿ Qué tipo de líder es un líder sectario ? ¿ Cúales son sus características ? ¿ Qué objetivos persigue ? Son, en efecto, numerosas las preguntas que surgen al abordar este tema, y serán muchas más a medida que vayamos avanzando en este nuevo tema de discusión.
Por lo pronto, resulta necesario hacer una aclaración: los líderes sobre los que en este mensaje hablaremos, no son aquellos líderes multitudinarios que ejercen dominio sobre millones de personas y que no tienen contacto directo con ninguna ( o con muy pocas ) de aquellas personas sobre las que mantienen una relación de poder; los líderes sobre los que aquí hablaremos son aquellos líderes de ¨pequeños grupos¨, aquellos que ejercen un dominio casi total sobre sus miembros, y que evidencian ( además de su afán de poder y dinero, en muchas ocasiones ) una evidente estructura psicopatológica, lo que los lleva a montar las más absurdas doctrinas y a crear unos lazos de dependencia casi indestructibles entre su persona y sus seguidores.
De la misma manera, los criterios con los que aquí definiremos a la palabra ¨secta¨, no serán ni sociológicos ni religiosos, lo que traería inconvenientes inevitables; sino que, desde una perspectiva psicológica, utilizaremos la definición dada por la Jonhson Foundation Wispread Conference Center, reunida en 1985 en Racine, Estados Unidos, y de acuerdo a la cúal, una secta es un: ¨movimiento o grupo, caracterizado por la adscripción de personas totalmente dependientes de las ideas de un líder, que pueden presentarse bajo las formas de identidad religiosa, asociación cultural, centro científico o grupo terapéutico; que utilizan técnicas de persuasión y control, manipulativas, coactivas y no éticas para que todos los miembros dependan de la dinámica del grupo y pierdan su estructura y su idea de pensamiento individual a favor de la idea colectiva, creándose muchas veces un fenómeno de epidemia psíquica¨.
Hechas estas aclaraciones y esta breve introducción a la noción de grupos humanos y líder, comenzaremos describiendo una de las características esenciales de todo líder sectario: el fanatismo.
De acuerdo con la etimología de la palabra fanático, esta palabra deriva del verbo lativo fanum que significa lugar, templo sagrado. Dicho de otra manera, el fanático es aquel que considera su creencias, su ideal como algo sagrado y como tal, por encima de cualquier cosa, dispuesto a matar o morir por ese ideal o creencia.
En el libro ¨El verdadero creyente¨, Eric Hoffer describe de la siguiente manera las características del fanático: ¨sentirse en posesión de una verdad que es única y no tener ninguna duda de su exactitud, sentir que es empujado por un misterioso poder que puede ser de Dios, el destino, la ley o la historia, estar convencido de que sus oponentes son la encarnación del mal y deben ser aplastados¨. De esta manera, todo aquello que no se ajusta a SU verdad o a SU ideal, no es más que error o maldad.
En próximos mensajes, seguiremos describiendo las características principales de los líderes sectarios, daremos algunas biografías de los líderes sectarios más famosos y analizaremos las relaciones de estos líderes con su grupo, con el sexo y con el dinero.
Por el momento, sería interesante que si alguno conoce o ha oído la historia de algún líder sectario en su país la relatara, a fin de ir aproximándonos poco a poco a la comprensión de su estructura y su razón de ser.
jMo
Líderes que generan cambios positivos a gran escala en los ámbitos político, social y económico y líderes negativos, que guiándose por sus solos intereses personales o presos de la locura o el mesianismo sólo generan pesadumbre, pobreza y hasta dependencia.
El líder sectario, propiamente hablando, pertenece a esta segunda categoría de liderazgo.
Encontramos en todo grupo humano una identificación recíproca entre sus miembros y además, una identificación personal, individual que establece el vínculo identificatorio de los miembros con una o varias personas notables que son los líderes.
El líder grupal ( y aquí no hacemos distinción entre grupos humanos considerados ¨normales¨ y grupos con características sectarias ) se caracteriza porque posee una especie de prestigio personal a veces adquirido por la publicidad o la propaganda. El prestigio que destaca al líder de los demás le permite mantener dominio sobre sus seguidores.
Ese prestigio nace no de condiciones puramente personales sino más propiamente hablando de las cualidades que los miembros del grupo le adscriben. El líder introyecta las cualidades que el grupo le adjudica y se comporta como si realmente las poseyera. Al mismo tiempo, los seguidores proyectan en la figura del líder sus propias emociones, identificándose con él. Se le adjudica fama, poder, gloria, riquezas, sabiduría como proyección de lo que nosotros queremos ser.
Es probable en muchos grupos humanos que los seguidores desarrollen, al identificarse con el líder, expresiones gestuales semejantes. Es fácil observar que se han introyectado su manera de hablar, sus ademanes, su forma de caminar e incluso, su manera de vestirse.
Sin embargo, y si el líder fracasa en su intento de cristalizar las expectativas del grupo desaparece la identificación colectiva, dando lugar, en cambio, a relaciones agresivas.
Empero, y como dijimos al comienzo de este mensaje, ser lider no es malo. De hecho, la historia de la humanidad cuenta con numerosos líderes que han introducido cambios positivos en la sociedad. Un ejemplo de esto podemos encontrarlo en Mahatma Gandhi, líder religioso y político hindú, luchador por la independencia de su país; o en Martín Luther King, también líder religioso e incansable defensor de la igualdad entre blancos y negros, cuyas acciones han tenido consecuencias positivas en sus países de origen.
Pero entonces, ¿ qué transforma a un líder en positivo o negativo ? ¿ Qué tipo de líder es un líder sectario ? ¿ Cúales son sus características ? ¿ Qué objetivos persigue ? Son, en efecto, numerosas las preguntas que surgen al abordar este tema, y serán muchas más a medida que vayamos avanzando en este nuevo tema de discusión.
Por lo pronto, resulta necesario hacer una aclaración: los líderes sobre los que en este mensaje hablaremos, no son aquellos líderes multitudinarios que ejercen dominio sobre millones de personas y que no tienen contacto directo con ninguna ( o con muy pocas ) de aquellas personas sobre las que mantienen una relación de poder; los líderes sobre los que aquí hablaremos son aquellos líderes de ¨pequeños grupos¨, aquellos que ejercen un dominio casi total sobre sus miembros, y que evidencian ( además de su afán de poder y dinero, en muchas ocasiones ) una evidente estructura psicopatológica, lo que los lleva a montar las más absurdas doctrinas y a crear unos lazos de dependencia casi indestructibles entre su persona y sus seguidores.
De la misma manera, los criterios con los que aquí definiremos a la palabra ¨secta¨, no serán ni sociológicos ni religiosos, lo que traería inconvenientes inevitables; sino que, desde una perspectiva psicológica, utilizaremos la definición dada por la Jonhson Foundation Wispread Conference Center, reunida en 1985 en Racine, Estados Unidos, y de acuerdo a la cúal, una secta es un: ¨movimiento o grupo, caracterizado por la adscripción de personas totalmente dependientes de las ideas de un líder, que pueden presentarse bajo las formas de identidad religiosa, asociación cultural, centro científico o grupo terapéutico; que utilizan técnicas de persuasión y control, manipulativas, coactivas y no éticas para que todos los miembros dependan de la dinámica del grupo y pierdan su estructura y su idea de pensamiento individual a favor de la idea colectiva, creándose muchas veces un fenómeno de epidemia psíquica¨.
Hechas estas aclaraciones y esta breve introducción a la noción de grupos humanos y líder, comenzaremos describiendo una de las características esenciales de todo líder sectario: el fanatismo.
De acuerdo con la etimología de la palabra fanático, esta palabra deriva del verbo lativo fanum que significa lugar, templo sagrado. Dicho de otra manera, el fanático es aquel que considera su creencias, su ideal como algo sagrado y como tal, por encima de cualquier cosa, dispuesto a matar o morir por ese ideal o creencia.
En el libro ¨El verdadero creyente¨, Eric Hoffer describe de la siguiente manera las características del fanático: ¨sentirse en posesión de una verdad que es única y no tener ninguna duda de su exactitud, sentir que es empujado por un misterioso poder que puede ser de Dios, el destino, la ley o la historia, estar convencido de que sus oponentes son la encarnación del mal y deben ser aplastados¨. De esta manera, todo aquello que no se ajusta a SU verdad o a SU ideal, no es más que error o maldad.
En próximos mensajes, seguiremos describiendo las características principales de los líderes sectarios, daremos algunas biografías de los líderes sectarios más famosos y analizaremos las relaciones de estos líderes con su grupo, con el sexo y con el dinero.
Por el momento, sería interesante que si alguno conoce o ha oído la historia de algún líder sectario en su país la relatara, a fin de ir aproximándonos poco a poco a la comprensión de su estructura y su razón de ser.
jMo