21 Jul 2016Dannylecv
Claridad fue dada a muchos pasajes que parecían obscuros en los escritos apostólicos y una revolución teológica y exegética comenzó.
Sin embargo, en todo resurgimiento, siempre existe el riesgo de extremos no deseados. Uno de estos extremos, fue el acontecido en muchos círculos de creyentes que abrazaron la fe mesiánica y su cosmovisión.
Algo que caracterizó a estos grupos fue el descontento con el protestantismo moderno; su subjetividad, su doctrina del supersesionismo (también llamada «Teología del reemplazo»), su desconocimiento del contexto hebreo de Yeshua y sus emisarios, eran las principales razones expuestas para el malestar.
Esto ocasionó retiros con amargura de iglesias evangélicas y un inicio de una teología un poco curiosa. Era algo como: Creamos lo-que-los cristianos-no-creen o viceversa.
Muchas cosas empezaron a ser cuestionadas por estos círculos y comenzaron a salir teorías basadas en un estudio superficial de la escritura y de los idiomas hebreo y griego.
Una de estas teorías (aceptadas como verdad irrefutable por algunos) es la que dice que «Jesús» es un nombre malo y no deseado por Dios ni por su hijo Yeshua. Algunos lo califican como pagano por su «semejanza» con dioses paganos, otros dicen que en hebreo significa «He aquí el caballo» y algunos incluso, ¡Invocan el sufrimiento eterno para quienes invocan ese nombre!
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¿Es esto verdad? ¿En realidad Jesús es un nombre producido por Satanas en una agenda maligna para dañar el nombre del Mesiás? ¿En Realidad significa “he aquí el caballo”?
Estas y otras preguntas serán nuestro objeto de estudio en las siguientes páginas.
Jesús – ¿En realidad hay una agenda maligna?
Muchos insisten en que Jesús es un nombre maligno y que siempre deberíamos referirnos al rabino de Nazaret con su nombre hebreo: Yeshua.
Y ahí lo tienen: Jesús = He aquí el caballo.
¿Es irrefutable este argumento? ¿Resiste el peso de la historia, el sentido común y la lengua hebrea y griega?
La respuesta es no, por varias razones. Enumeremos las principales:
¿Caballo o alegría? – He ahí el dilema
En primer lugar, debemos darnos cuenta que los que hicieron la «reconstrucción» del nombre Jesús partieron de una agenda teológica elaborada, con el objetivo de encontrar algo malo, en la mayoría de los casos.
¿Por qué?
En hebreo existe otra palabra que se pronuncia «Sus« (escrita con Shin-vav-Shin) que significa «Alegría«. Si siguiéramos el método de los adherentes a esta teoría, podríamos decir que el nombre «Jesús« es bueno pues significa «He aquí la alegría«.
¿Por qué estas personas no dicen esto y porque toman la lectura que más les conviene a sus propósitos?
De nuevo, el problema es lo superficial de su teología y conocimientos lingüísticos.
¿Dependencia etimológica o parecido irrelevante?
En segundo lugar, los que así creen, parten de un método erróneo y llegan a conclusiones erróneas.
¿Cuál es el error de su método?
Su método piensa que separando cada palabra en bits de sonido, y luego viendo que significa en otro idioma, se llega al «significado original«. A menos que una palabra o nombre, tenga dependencia etimológica de otro idioma (Esto es, que venga directamente de ese idioma) esto es un método totalmente errado.
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Imaginémonos por un momento, que hacemos esto con el nombre «Carmen«, lo separamos en bits de sonido y tenemos «Car-Men«. Paso seguido, nos vamos al idioma inglés y tenemos: «Car=Carro» y «Men=hombres«.
¡Imagínense que dijéramos que el nombre Carmen significa «Hombres carro» solo porque en ingles nos dio ese resultado! ¿Acaso no seriamos el hazmerreir de la comunica lingüística? Ciertamente que sí.
No importa si Carmen significa algo feo en holandés, chino, japonés, náhuatl o ruso. Como el nombre no proviene de ninguno de esos idiomas, es totalmente irrelevante lo que signifique en ellos.
Esto es precisamente lo que pasa con Jesús. Iesous es la transliteración griega del hebreo «Yeshua» que significa «Salvación» o «El Señor salva«. Si Iesous significa algo malo tendremos que buscar su significado en griego, no en hebreo. Lo que sí es hebreo, es el nombre detrás de Jesús, esto es Yeshua; el significado de dicho nombre si debe de buscarse en hebreo y es el que mencionamos posteriormente. (Vale agregar que no importa lo que Yeshua signifique en otro idioma pues no tiene dependencia etimológica de ninguno de esos idiomas)
En tercer lugar, debemos preguntarnos ¿De dónde viene el nombre Jesús? ¿Cómo se generó? ¿En realidad hubo una agenda maligna para no preservar el nombre del Mesías?
El nombre «Iesous» de donde se deriva el español «Jesús» es la transliteración griega más cercana del hebreo Yeshua. En griego, el nombre no significa absolutamente nada, ni bueno ni malo. Sabemos que los nombres no se traducen de un lenguaje a otro sino se transliteran; esto es, se iguala su pronunciación con las letras del idioma al que pasa. Eso sucede con el nombre Yeshua, cuando se pasó al griego.
¿Cómo se llego de Yehoshua/Yeshua (Ambas formas validas y conocidas del nombre hebreo) a Iesous? Bien, primeramente, debemos decir que el idioma griego no tenía el sonido «Shhhhhh», es decir el sonido de la «shin» hebrea o de la «Ch» española.
Era imposible para un griego pasar ese sonido a una letra de su idioma, porque simplemente ¡No había dicha letra!
Además de ello, toda pronunciación que termina en el sonido «a» es femenina en griego. De ahí, el paso de la ultima letra «a» al equivalente de «s». Y así tenemos que Yeshua pasó a Iesous, por falta del sonido para la letra Shin hebrea, y por el género griego para referirse a algo masculino o femenino. Nada de agendas ocultas, nada de dioses paganos atrás de ello..
Tan cierto es esto, que los 70 sabios judíos que hicieron la traducción de la torah conocida como «La septuaginta» 250 años antes de la existencia de Yeshua de Nazaret, pusieron «Iesous» cada vez que el nombre «Yehoshua» aparecía.
Recordemos que el nombre «Yehoshua» es el nombre del personaje que se conoce como «Josué», encargado de introducir a los hijos de Israel en la tierra prometida. Así tanto Yeshua como Yehoshua eran variantes validas del nombre de nuestro Maestro (Esto puede verse en el libro de Esdras 3:2, donde el sumo sacerdote de aquel tiempo es llamado «Yeshua»; mientras que el mismo hombre es llamado «Yehoshua» por Hageo y Zacarías [Hageo 1:1, Zacarías 3:1])
La verdadera razón por la que siempre preferimos Yeshua.
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Después de ver el asunto con seriedad y sin prejuicios teológicos y enseñanzas superficiales, comprendemos que nada de lo que se dice sobre el origen maligno del nombre Jesús es cierto. Hemos visto que fue la transliteración más cercana posible del hebreo al griego y que incluso 70 sabios judíos lo utilizaron años antes del nacimiento del cristianismo.
Una pregunta que inmediatamente surge a todos las personas a quienes expongo esto, es «¿OK si Jesús no es malo, por qué entonces insistir en pronunciar su nombre hebreo Yeshua?» Siempre respondo con las tres razones para utilizar Yeshua preferentemente sobre el nombre Griego Jesús.
En primer lugar, al utilizar el nombre «Yeshua» damos un testimonio continuo de su judeidad. Recordar al mundo que ese hombre que cambio la ética y la moral de millones de seres humanos es judío, es una enorme tarea. Restaurando su judeidad hacemos un increíble bien a Israel y el mundo.
Por último debemos mencionar, el enorme daño que se ha hecho al pueblo judío en nombre de Jesús. En nombre de Jesús se han matado millones de judíos; incluso en el holocausto, muchos soldados nazis decían a judíos: «Estas pagando esto por lo que hicieron a Jesús«. Esto ha ocasionado, un profundo prejuicio contra ese nombre en nuestro pueblo Israel. Lo mejor por hacer es utilizar su nombre hebreo Yeshua para evitar tropiezos a otros y recordar que el judío de Galilea, nada tuvo que ver con las persecuciones cristianas posteriores.
¿Significa Jesús «he aqui el caballo»?
En los días del resurgimiento del judaísmo mesiánico/nazareno, esto es el conjunto de judíos y no judíos creyentes en Yeshua y que mantienen la vigencia de la Torah, grandes cosas pasaron.Claridad fue dada a muchos pasajes que parecían obscuros en los escritos apostólicos y una revolución teológica y exegética comenzó.
Sin embargo, en todo resurgimiento, siempre existe el riesgo de extremos no deseados. Uno de estos extremos, fue el acontecido en muchos círculos de creyentes que abrazaron la fe mesiánica y su cosmovisión.
Algo que caracterizó a estos grupos fue el descontento con el protestantismo moderno; su subjetividad, su doctrina del supersesionismo (también llamada «Teología del reemplazo»), su desconocimiento del contexto hebreo de Yeshua y sus emisarios, eran las principales razones expuestas para el malestar.
Esto ocasionó retiros con amargura de iglesias evangélicas y un inicio de una teología un poco curiosa. Era algo como: Creamos lo-que-los cristianos-no-creen o viceversa.
Muchas cosas empezaron a ser cuestionadas por estos círculos y comenzaron a salir teorías basadas en un estudio superficial de la escritura y de los idiomas hebreo y griego.
Una de estas teorías (aceptadas como verdad irrefutable por algunos) es la que dice que «Jesús» es un nombre malo y no deseado por Dios ni por su hijo Yeshua. Algunos lo califican como pagano por su «semejanza» con dioses paganos, otros dicen que en hebreo significa «He aquí el caballo» y algunos incluso, ¡Invocan el sufrimiento eterno para quienes invocan ese nombre!
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¿Es esto verdad? ¿En realidad Jesús es un nombre producido por Satanas en una agenda maligna para dañar el nombre del Mesiás? ¿En Realidad significa “he aquí el caballo”?
Estas y otras preguntas serán nuestro objeto de estudio en las siguientes páginas.
Jesús – ¿En realidad hay una agenda maligna?
Muchos insisten en que Jesús es un nombre maligno y que siempre deberíamos referirnos al rabino de Nazaret con su nombre hebreo: Yeshua.
En efecto, si separamos el nombre «Jesús» en bits de sonido o silabas tenemos «Je-sus«. En hebreo hay una palabra que se pronuncia algo parecido al sonido «Je» (formada por las letras hebreas «he» y la letra «Alef») y quiere decir «He aquí«; también existe una palabra que en hebreo se pronuncia «Sus» (formada por las letras hebreas «Samej-vav-samej») que significa «Caballo«.Una de las teorías dice que en hebreo «Jesús» significa «He aquí el caballo«.
Y ahí lo tienen: Jesús = He aquí el caballo.
¿Es irrefutable este argumento? ¿Resiste el peso de la historia, el sentido común y la lengua hebrea y griega?
La respuesta es no, por varias razones. Enumeremos las principales:
¿Caballo o alegría? – He ahí el dilema
En primer lugar, debemos darnos cuenta que los que hicieron la «reconstrucción» del nombre Jesús partieron de una agenda teológica elaborada, con el objetivo de encontrar algo malo, en la mayoría de los casos.
¿Por qué?
En hebreo existe otra palabra que se pronuncia «Sus« (escrita con Shin-vav-Shin) que significa «Alegría«. Si siguiéramos el método de los adherentes a esta teoría, podríamos decir que el nombre «Jesús« es bueno pues significa «He aquí la alegría«.
¿Por qué estas personas no dicen esto y porque toman la lectura que más les conviene a sus propósitos?
De nuevo, el problema es lo superficial de su teología y conocimientos lingüísticos.
¿Dependencia etimológica o parecido irrelevante?
En segundo lugar, los que así creen, parten de un método erróneo y llegan a conclusiones erróneas.
¿Cuál es el error de su método?
Su método piensa que separando cada palabra en bits de sonido, y luego viendo que significa en otro idioma, se llega al «significado original«. A menos que una palabra o nombre, tenga dependencia etimológica de otro idioma (Esto es, que venga directamente de ese idioma) esto es un método totalmente errado.
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Imaginémonos por un momento, que hacemos esto con el nombre «Carmen«, lo separamos en bits de sonido y tenemos «Car-Men«. Paso seguido, nos vamos al idioma inglés y tenemos: «Car=Carro» y «Men=hombres«.
¡Imagínense que dijéramos que el nombre Carmen significa «Hombres carro» solo porque en ingles nos dio ese resultado! ¿Acaso no seriamos el hazmerreir de la comunica lingüística? Ciertamente que sí.
No importa si Carmen significa algo feo en holandés, chino, japonés, náhuatl o ruso. Como el nombre no proviene de ninguno de esos idiomas, es totalmente irrelevante lo que signifique en ellos.
Esto es precisamente lo que pasa con Jesús. Iesous es la transliteración griega del hebreo «Yeshua» que significa «Salvación» o «El Señor salva«. Si Iesous significa algo malo tendremos que buscar su significado en griego, no en hebreo. Lo que sí es hebreo, es el nombre detrás de Jesús, esto es Yeshua; el significado de dicho nombre si debe de buscarse en hebreo y es el que mencionamos posteriormente. (Vale agregar que no importa lo que Yeshua signifique en otro idioma pues no tiene dependencia etimológica de ninguno de esos idiomas)
Iesous en la septuaginta: El fin de la teoría del caballo
En tercer lugar, debemos preguntarnos ¿De dónde viene el nombre Jesús? ¿Cómo se generó? ¿En realidad hubo una agenda maligna para no preservar el nombre del Mesías?
El nombre «Iesous» de donde se deriva el español «Jesús» es la transliteración griega más cercana del hebreo Yeshua. En griego, el nombre no significa absolutamente nada, ni bueno ni malo. Sabemos que los nombres no se traducen de un lenguaje a otro sino se transliteran; esto es, se iguala su pronunciación con las letras del idioma al que pasa. Eso sucede con el nombre Yeshua, cuando se pasó al griego.
¿Cómo se llego de Yehoshua/Yeshua (Ambas formas validas y conocidas del nombre hebreo) a Iesous? Bien, primeramente, debemos decir que el idioma griego no tenía el sonido «Shhhhhh», es decir el sonido de la «shin» hebrea o de la «Ch» española.
Era imposible para un griego pasar ese sonido a una letra de su idioma, porque simplemente ¡No había dicha letra!
Además de ello, toda pronunciación que termina en el sonido «a» es femenina en griego. De ahí, el paso de la ultima letra «a» al equivalente de «s». Y así tenemos que Yeshua pasó a Iesous, por falta del sonido para la letra Shin hebrea, y por el género griego para referirse a algo masculino o femenino. Nada de agendas ocultas, nada de dioses paganos atrás de ello..
Tan cierto es esto, que los 70 sabios judíos que hicieron la traducción de la torah conocida como «La septuaginta» 250 años antes de la existencia de Yeshua de Nazaret, pusieron «Iesous» cada vez que el nombre «Yehoshua» aparecía.
Recordemos que el nombre «Yehoshua» es el nombre del personaje que se conoce como «Josué», encargado de introducir a los hijos de Israel en la tierra prometida. Así tanto Yeshua como Yehoshua eran variantes validas del nombre de nuestro Maestro (Esto puede verse en el libro de Esdras 3:2, donde el sumo sacerdote de aquel tiempo es llamado «Yeshua»; mientras que el mismo hombre es llamado «Yehoshua» por Hageo y Zacarías [Hageo 1:1, Zacarías 3:1])
La verdadera razón por la que siempre preferimos Yeshua.
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Después de ver el asunto con seriedad y sin prejuicios teológicos y enseñanzas superficiales, comprendemos que nada de lo que se dice sobre el origen maligno del nombre Jesús es cierto. Hemos visto que fue la transliteración más cercana posible del hebreo al griego y que incluso 70 sabios judíos lo utilizaron años antes del nacimiento del cristianismo.
Una pregunta que inmediatamente surge a todos las personas a quienes expongo esto, es «¿OK si Jesús no es malo, por qué entonces insistir en pronunciar su nombre hebreo Yeshua?» Siempre respondo con las tres razones para utilizar Yeshua preferentemente sobre el nombre Griego Jesús.
En primer lugar, al utilizar el nombre «Yeshua» damos un testimonio continuo de su judeidad. Recordar al mundo que ese hombre que cambio la ética y la moral de millones de seres humanos es judío, es una enorme tarea. Restaurando su judeidad hacemos un increíble bien a Israel y el mundo.
Esto es enfatizado y proclamado cada vez que utilizamos su verdadero nombre. Si bien es cierto, Iesous no tiene los orígenes negativos que se le adjudican, no significa nada en griego, es simplemente una transliteración. Cuando restauramos el nombre original de nuestro Santo Maestro y Mesías, anunciamos que en él, está la liberación del pecado. Generalmente cuando estoy entre no judíos digo: «Yeshua, conocido popularmente como Jesús» para mantener la identidad de su majestad y siempre poder ser entendido (El libro de Daniel utiliza un método similar al decir: «Daniel, llamado Belsasar» [Daniel 10:1] preservando su nombre hebreo y al mismo tiempo dándose a entender a no judíos).El significado de Yeshua o Yehoshua es «El Señor Salva»
Por último debemos mencionar, el enorme daño que se ha hecho al pueblo judío en nombre de Jesús. En nombre de Jesús se han matado millones de judíos; incluso en el holocausto, muchos soldados nazis decían a judíos: «Estas pagando esto por lo que hicieron a Jesús«. Esto ha ocasionado, un profundo prejuicio contra ese nombre en nuestro pueblo Israel. Lo mejor por hacer es utilizar su nombre hebreo Yeshua para evitar tropiezos a otros y recordar que el judío de Galilea, nada tuvo que ver con las persecuciones cristianas posteriores.
- Conclusión: