Si has pertenecido a un grupo religioso del cual salistes con 'heridas de guerra', te hacemos extensibles estas letras escritas a unos amigo especiales, anteriores Testigos de Jehová por muchísmos años.
“Os queremos mucho.
Tenéis dolor del alma, y ese es el mayor dolor, os lo han hecho y muy sutilmente, pero de una forma desgarradora.
Para esto no hay pastillas ni formulas mágicas, solo hay un remedio muy efectivo: el amor, el amor no fingido, el amor incondicional, el amor que ama sin pedir nada y sin pedir por ques.
De este amor no hay problema de recibir una sobredosis, pues esas sobredosis son las que curan el alma.
Nos gustaría estar ahí, daros muchos abrazos deciros que os queremos, y que no os olvidamos, Coger una guitarra y cantar, canciones de esperanzas y de amor, canciones que nos recuerden que bueno es quererse y el amor de Dios.
Pero como quizás tardemos unos meses de poder veros mandamos esta humilde carta con muchas dosis de amor, diciéndoos que os amamos con el amor del Señor.
Un amor sin condiciones, un amor de corazón, y mientras esperamos con ansias daros un buen abrazo, pedimos a Dios, que El que todo lo puede, valla a vosotros y derrame un poquito de su infinito amor.
Nosotros sabemos lo que es el dolor, de sentirte muerto en vida , rechazado , humillado, sin compasión. Te sacan de tu gente, de tus amigos, te sacan de tu entorno, te destierran , te difaman , te insultan y dicen mentiras sin piedad.
Quieres gritar a los cuatro viento, ¡basta ya!, quieres que todo el mundo se entere de tu indignación, pero te das cuentas que ese sufrimiento es ajeno de la gentes, que están sordos a tu dolor, y estas solo, despreciado y sin comprensión.
Solo te queda la esperanza de que la familia reaccionara, que escuchara tu llanto y no te abandonara, para desilusionarte y ver que les robaron el corazón y la compasión bajo la bandera de una religión.
Vas por la calle, estas rodeado de gente, pero tu estas solo con tu dolor. La gente no tiene rayos x y no te pueden ver, pero si pudieran ver tu alma, ¡se espantarían!, cerrarían los ojos para no ver , pobre herido de guerra dirían , necesita vendas, muletas, una transfusión y no se cuantas cosas más, pues el alma viene en camilla herida de muerte de verdad.
Pero no lo ven, no tienen rayos X, se les escapa el dolor y como tienes que cuidar no tener mas heridas, una manta muy larga, ancha y espesa echas sobre los hombros, pues quieres cerrar esas heridas y que nadie sin compasión, venga y vuelva a abrir en canal otra vez lo que te está costando tanto cerrar. No puedes creerte que este grupo se quede tan pancho, hiriendo , y matando corazones.
¿Quien escuchara mi clamor de justicia? ¿Quien mi lamento?
El mundo no quiere dar justicia, para que perder el tiempo en tan pequeña causa, y tu mientras tanto sigues mirando al cielo y diciendo:
¿Donde esta tu justicia?
Los días pasan, y tu sabes que tienes que vivir porque la vida sigue, necesitas amigos y gentes, ¿Pero arriesgarte otra vez a lo mismo, a que me den otra puñalá y te desgarren el corazón...? ¡Dios mío que desgarro, que dolor ¡
¿Donde te metes que no te veo? ¿Como poder seguir viviendo con este dolor? Te preguntas muchas veces:
¿Sufriría alguien con este dolor? ¿Comprenderá alguien mi llanto y clamor?
Hubo un hombre una vez, que amó a los suyos de todo corazón. Alimentó, curó, sanó, amó con el mayor amor, y dio amistad sin condición.
Pero que gente más mala y que sacerdotes sin piedad, que por amar la verdad y no callarse, por defender el amor , la misericordia y la justicia lo prendieron sin piedad. Lo enjuiciaron, le abofetearon y le clavaron sin compasión, en una cruz que le hicieron llevar.
¿Donde están sus amigos, su familia y la gente que curó , amó y alimentó?
¿Es que acaso no saben que le han juzgado con maldad, que carga una cruz pesada y que unos clavos le han hecho clavar, en esas manos tan lindas, llenas de amor y caridad? ¿Como es que no están aquí?, ¿donde están?
No están , tienen miedo de sufrir el mismo dolor, se han escondido donde no le puedan encontrar. Esta solo, con la carga de pecados que no le corresponde llevar. Pero he aquí que habla cuando casi no puede hablar:
“Padre perdónales porque no saben lo que hacen“.
¿Y que quiso este hombre? ,¿ Que mensaje dio?:
Dijo que amaramos con el mismo amor.
¡Que difícil hacer esto¡ ¡Como perdonar tanto dolor, como poner la otra mejilla y desearles amor y bendición!
Es muy difícil, pero créeme, la única forma de imitarle y empezar a olvidar. Amor por dolor. Amor por odio. Bendición por maldición. Perdón por rencor.
Estáis en el mismo barco que nosotros, y nos han repudiado igual, por lo que tendréis un hombro donde llorar e intentaremos daros todo el amor que podamos. Pero no olvidéis que solo entiende el que paso por lo mismo y que Jesús paso por lo mismo que vosotros, por lo que os comprende, os ama y quiere. Como dijo el apóstol Pedro
¡Porque en sus heridas habéis sido sanados! (Reina Valera) 1 Pedro1:24
Tenéis unas cualidades preciosas, gente sencilla y humilde en el mundo hay pocos, no merece la pena que la religión anule esas cualidades que Dios os dio a cada uno de vosotros.
Llorar todo lo que queráis. No es malo llorar. Nosotros lloramos mucho, pero esas lagrimas no son indiferentes para Dios, que las guarda en un tazoncito, con todo su amor.
Con Todo nuestro Corazón.
“Os queremos mucho.
Tenéis dolor del alma, y ese es el mayor dolor, os lo han hecho y muy sutilmente, pero de una forma desgarradora.
Para esto no hay pastillas ni formulas mágicas, solo hay un remedio muy efectivo: el amor, el amor no fingido, el amor incondicional, el amor que ama sin pedir nada y sin pedir por ques.
De este amor no hay problema de recibir una sobredosis, pues esas sobredosis son las que curan el alma.
Nos gustaría estar ahí, daros muchos abrazos deciros que os queremos, y que no os olvidamos, Coger una guitarra y cantar, canciones de esperanzas y de amor, canciones que nos recuerden que bueno es quererse y el amor de Dios.
Pero como quizás tardemos unos meses de poder veros mandamos esta humilde carta con muchas dosis de amor, diciéndoos que os amamos con el amor del Señor.
Un amor sin condiciones, un amor de corazón, y mientras esperamos con ansias daros un buen abrazo, pedimos a Dios, que El que todo lo puede, valla a vosotros y derrame un poquito de su infinito amor.
Nosotros sabemos lo que es el dolor, de sentirte muerto en vida , rechazado , humillado, sin compasión. Te sacan de tu gente, de tus amigos, te sacan de tu entorno, te destierran , te difaman , te insultan y dicen mentiras sin piedad.
Quieres gritar a los cuatro viento, ¡basta ya!, quieres que todo el mundo se entere de tu indignación, pero te das cuentas que ese sufrimiento es ajeno de la gentes, que están sordos a tu dolor, y estas solo, despreciado y sin comprensión.
Solo te queda la esperanza de que la familia reaccionara, que escuchara tu llanto y no te abandonara, para desilusionarte y ver que les robaron el corazón y la compasión bajo la bandera de una religión.
Vas por la calle, estas rodeado de gente, pero tu estas solo con tu dolor. La gente no tiene rayos x y no te pueden ver, pero si pudieran ver tu alma, ¡se espantarían!, cerrarían los ojos para no ver , pobre herido de guerra dirían , necesita vendas, muletas, una transfusión y no se cuantas cosas más, pues el alma viene en camilla herida de muerte de verdad.
Pero no lo ven, no tienen rayos X, se les escapa el dolor y como tienes que cuidar no tener mas heridas, una manta muy larga, ancha y espesa echas sobre los hombros, pues quieres cerrar esas heridas y que nadie sin compasión, venga y vuelva a abrir en canal otra vez lo que te está costando tanto cerrar. No puedes creerte que este grupo se quede tan pancho, hiriendo , y matando corazones.
¿Quien escuchara mi clamor de justicia? ¿Quien mi lamento?
El mundo no quiere dar justicia, para que perder el tiempo en tan pequeña causa, y tu mientras tanto sigues mirando al cielo y diciendo:
¿Donde esta tu justicia?
Los días pasan, y tu sabes que tienes que vivir porque la vida sigue, necesitas amigos y gentes, ¿Pero arriesgarte otra vez a lo mismo, a que me den otra puñalá y te desgarren el corazón...? ¡Dios mío que desgarro, que dolor ¡
¿Donde te metes que no te veo? ¿Como poder seguir viviendo con este dolor? Te preguntas muchas veces:
¿Sufriría alguien con este dolor? ¿Comprenderá alguien mi llanto y clamor?
Hubo un hombre una vez, que amó a los suyos de todo corazón. Alimentó, curó, sanó, amó con el mayor amor, y dio amistad sin condición.
Pero que gente más mala y que sacerdotes sin piedad, que por amar la verdad y no callarse, por defender el amor , la misericordia y la justicia lo prendieron sin piedad. Lo enjuiciaron, le abofetearon y le clavaron sin compasión, en una cruz que le hicieron llevar.
¿Donde están sus amigos, su familia y la gente que curó , amó y alimentó?
¿Es que acaso no saben que le han juzgado con maldad, que carga una cruz pesada y que unos clavos le han hecho clavar, en esas manos tan lindas, llenas de amor y caridad? ¿Como es que no están aquí?, ¿donde están?
No están , tienen miedo de sufrir el mismo dolor, se han escondido donde no le puedan encontrar. Esta solo, con la carga de pecados que no le corresponde llevar. Pero he aquí que habla cuando casi no puede hablar:
“Padre perdónales porque no saben lo que hacen“.
¿Y que quiso este hombre? ,¿ Que mensaje dio?:
Dijo que amaramos con el mismo amor.
¡Que difícil hacer esto¡ ¡Como perdonar tanto dolor, como poner la otra mejilla y desearles amor y bendición!
Es muy difícil, pero créeme, la única forma de imitarle y empezar a olvidar. Amor por dolor. Amor por odio. Bendición por maldición. Perdón por rencor.
Estáis en el mismo barco que nosotros, y nos han repudiado igual, por lo que tendréis un hombro donde llorar e intentaremos daros todo el amor que podamos. Pero no olvidéis que solo entiende el que paso por lo mismo y que Jesús paso por lo mismo que vosotros, por lo que os comprende, os ama y quiere. Como dijo el apóstol Pedro
¡Porque en sus heridas habéis sido sanados! (Reina Valera) 1 Pedro1:24
Tenéis unas cualidades preciosas, gente sencilla y humilde en el mundo hay pocos, no merece la pena que la religión anule esas cualidades que Dios os dio a cada uno de vosotros.
Llorar todo lo que queráis. No es malo llorar. Nosotros lloramos mucho, pero esas lagrimas no son indiferentes para Dios, que las guarda en un tazoncito, con todo su amor.
Con Todo nuestro Corazón.