Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman. 1 Corintios 2:9
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SI CREES, VERÁS
Primero ver y luego creer, ése no es el camino de la fe.
Al contrario; ahora creemos y más tarde veremos.
La fe es la convicción de lo que no se ve (Hebreos 11:1).
Que los mundos hayan sido hechos de la nada es algo inexplicable.
Pero creemos que fueron formados así por la palabra de Dios,
Noé mostró su fe al construir el arca en tierra firme,
cuando nada dejaba prever que un diluvio iba a sumergir al mundo.
Creyó a Dios y luego vio el cumplimiento de su divina palabra.
"Abraham, cuando fue probado, ofreció a Isaac" (Hebreos 11:17).
Estimaba que Dios podía resucitarlo de los muertos.
Nunca había visto algo semejante, pero la fe confía en Dios
y se guarda de limitar su poder.
El autor de la epístola a los Hebreos se complace en enumerar las victorias de la fe (véase Heb. 11:32-38)
y concluye con estas alentadoras palabras:
Dios provee "alguna cosa mejor para nosotros",
y esta cosa excelente consiste en ser semejantes a Cristo en la gloria.
"Cuando él se manifieste, seremos semejantes a él,
porque le veremos tal como él es" (1 Juan 3:2);
Jesucristo "transformará el cuerpo de la humillación nuestra,
para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya" (Filipenses 3:21).
Por la fe entramos en la familia de Dios y por la fe andamos hacia el cielo.
"Sin fe es imposible agradar a Dios" (Hebreos 11:6).
© Editorial La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza)
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SI CREES, VERÁS
Primero ver y luego creer, ése no es el camino de la fe.
Al contrario; ahora creemos y más tarde veremos.
La fe es la convicción de lo que no se ve (Hebreos 11:1).
Que los mundos hayan sido hechos de la nada es algo inexplicable.
Pero creemos que fueron formados así por la palabra de Dios,
Noé mostró su fe al construir el arca en tierra firme,
cuando nada dejaba prever que un diluvio iba a sumergir al mundo.
Creyó a Dios y luego vio el cumplimiento de su divina palabra.
"Abraham, cuando fue probado, ofreció a Isaac" (Hebreos 11:17).
Estimaba que Dios podía resucitarlo de los muertos.
Nunca había visto algo semejante, pero la fe confía en Dios
y se guarda de limitar su poder.
El autor de la epístola a los Hebreos se complace en enumerar las victorias de la fe (véase Heb. 11:32-38)
y concluye con estas alentadoras palabras:
Dios provee "alguna cosa mejor para nosotros",
y esta cosa excelente consiste en ser semejantes a Cristo en la gloria.
"Cuando él se manifieste, seremos semejantes a él,
porque le veremos tal como él es" (1 Juan 3:2);
Jesucristo "transformará el cuerpo de la humillación nuestra,
para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya" (Filipenses 3:21).
Por la fe entramos en la familia de Dios y por la fe andamos hacia el cielo.
"Sin fe es imposible agradar a Dios" (Hebreos 11:6).
© Editorial La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza)