Servet y la ciencia:
Durante el renacimiento, la anatomía tuvo cada vez más un objetivo de conocer directamente el cuerpo humano, y aún también de corregir la tradición.
Se hicieron nuevas traducciones de los griegos, y personas como Leonardo da Vinci, Juan Guinter, Andrés Vesalio, y Miguel Servet practicaron ellos mismos las disecciones, e hicieron apuntes y dibujos mostrando sus hallazgos. En sus numerosas disecciones de cadáveres, Servet se dio cuenta de que no existían poros que comunicaran los lados izquierdo y derecho del corazón, como postulaba Galeno.
Esto lo llevó a comprender como se combinaba la sangre con el aire, es decir, la circulación pulmonar: la sangre del ventrículo derecho es bombeada por medio de la arteria pulmonar a los pulmones, en éstos ocurre un cambio de color, pues la sangre venenosa se aclara al entrar en contacto con el aire inspirado y de allí, la sangre viaja al ventrículo izquierdo por la vena pulmonar, y es distribuída por el sistema arterial.
Sin embargo, esta experimentación de la circulación fue solamente un aspecto dentro del vasto pensamiento de Servet: tenía que relacionarlo con sus íntimas convicciones.
De las mil copias del Christianismi Restitutio, sólo se conservan tres actualmente, y aunque sus observaciones sobre la circulación pulmonar eran conocidas un siglo más tarde, es dudoso que haya ejercido mucha influencia en los siglos XVI y XVII. Es por ello que para la medicina contemporánea, es el inglés William Harvey (1578-1657) y no Servet, el descubridor del fenómeno de la circulación de la sangre.
La tradición anatómica del renacimiento, sin embargo, continuó en la universidad de Padua. La obra que inició Juan Guinter en París fue continuada por su discípulo Andrés Vesalio (contemporáneo de Servet), cuya obra De humanis corporis fabrica se convirtió en el texto anatómico de mayor importancia de la época, en gran parte, gracias a sus ilustraciones (y a las bellas fuentes usadas en su segunda edición, que fueron las mismas elaboradas para el Nuevo Testamento, traducido por Enzinas del griego al español).
En la primera edición de su obra, Vesalio cede ante la tradición galénica y acepta el paso de la sangre a través de poros invisibles entre los ventrículos derecho e izquierdo. Sin embargo, tras su estudio de las observaciones de Servet y de las propias, en 1555, en la segunda edición de su obra, Vesalio declara que el septum de corazón es tan macizo, denso y compacto, que es totalmente imposible el paso de la sangre del ventrículo izquierdo al derecho.
En 1537, Vesalio fue nombrado profesor de cirugía en la universidad de Padua. La obra de Vesalio fue continuada en dicha universidad por el que fuera su asistente: Realdo Columbo, quien a su vez fue sucedido por Gabriele Falloppio, y Fallopio por Fabricio (Girolamo Fabrizi d'Acquapendente), de quien fue alumno William Harvey. Es decir, se formó una cadena iniciada por Servet y completada por Harvey.
Harvey estudió los manuscritos anatómicos de Leonardo da Vinci.
Fabricio es considerado el fundador de la anatomía comparada. También descubrió las válvulas de las venas, pero ello no lo llevo a describir un movimiento circular de la sangre.
A pesar de que aspectos importantes acerca de la circulación de la sangre eran ya conocidos en la época de Harvey, la obra de éste fue muy importante, no sólo en el ataque a una tradición dogmática que persistía en la mayoría de los médicos, sino también en la aplicación del método basado en la experimentación (también propuesto por su contemporáneo Descartes, quien declaró en el Discurso del Método: "el cuerpo ha sido hecho por Dios", 1637, y también: "la certeza y la verdad de la ciencia, dependen del conocimiento del verdadero Dios" (en sus Meditaciones, 1641), y dijo: "es preciso creer todo lo que Dios ha revelado, aunque esté por encima del alcance de nuestra inteligencia" (en Principios de la Filosofía, 1644); es decir, el método científico nació y floreció entre gente que reconocía a Dios) .
Harvey declaró:
"Aunque sea un camino nuevo y difícil el de descubrir la naturaleza de las cosas por el estudio de estas cosas mismas, revela mejor los secretos de la filosofía natural, y conduce menos al error que obtener nuestro saber de la opinión de los filósofos".
[Citado por Jean Hamburger en El diario de William Harvey, p. 272.]
Harvey dio por primera vez una explicación completa del fenómeno de la circulación de la sangre, es decir, se paró sobre los hombros de Servet, y observó más lejos.
Referencias:
Debus, Allen G. El hombre y la naturaleza en el renacimiento.- México: FCE-CONACYT, 1985 (Breviarios #384). - 285 pp. Traducido del original:
Man and Nature in the Renaissance.- Cambrige: Cambrige University Press, 1978.
Durante el renacimiento, la anatomía tuvo cada vez más un objetivo de conocer directamente el cuerpo humano, y aún también de corregir la tradición.
Se hicieron nuevas traducciones de los griegos, y personas como Leonardo da Vinci, Juan Guinter, Andrés Vesalio, y Miguel Servet practicaron ellos mismos las disecciones, e hicieron apuntes y dibujos mostrando sus hallazgos. En sus numerosas disecciones de cadáveres, Servet se dio cuenta de que no existían poros que comunicaran los lados izquierdo y derecho del corazón, como postulaba Galeno.
Esto lo llevó a comprender como se combinaba la sangre con el aire, es decir, la circulación pulmonar: la sangre del ventrículo derecho es bombeada por medio de la arteria pulmonar a los pulmones, en éstos ocurre un cambio de color, pues la sangre venenosa se aclara al entrar en contacto con el aire inspirado y de allí, la sangre viaja al ventrículo izquierdo por la vena pulmonar, y es distribuída por el sistema arterial.
Sin embargo, esta experimentación de la circulación fue solamente un aspecto dentro del vasto pensamiento de Servet: tenía que relacionarlo con sus íntimas convicciones.
De las mil copias del Christianismi Restitutio, sólo se conservan tres actualmente, y aunque sus observaciones sobre la circulación pulmonar eran conocidas un siglo más tarde, es dudoso que haya ejercido mucha influencia en los siglos XVI y XVII. Es por ello que para la medicina contemporánea, es el inglés William Harvey (1578-1657) y no Servet, el descubridor del fenómeno de la circulación de la sangre.
La tradición anatómica del renacimiento, sin embargo, continuó en la universidad de Padua. La obra que inició Juan Guinter en París fue continuada por su discípulo Andrés Vesalio (contemporáneo de Servet), cuya obra De humanis corporis fabrica se convirtió en el texto anatómico de mayor importancia de la época, en gran parte, gracias a sus ilustraciones (y a las bellas fuentes usadas en su segunda edición, que fueron las mismas elaboradas para el Nuevo Testamento, traducido por Enzinas del griego al español).
En la primera edición de su obra, Vesalio cede ante la tradición galénica y acepta el paso de la sangre a través de poros invisibles entre los ventrículos derecho e izquierdo. Sin embargo, tras su estudio de las observaciones de Servet y de las propias, en 1555, en la segunda edición de su obra, Vesalio declara que el septum de corazón es tan macizo, denso y compacto, que es totalmente imposible el paso de la sangre del ventrículo izquierdo al derecho.
En 1537, Vesalio fue nombrado profesor de cirugía en la universidad de Padua. La obra de Vesalio fue continuada en dicha universidad por el que fuera su asistente: Realdo Columbo, quien a su vez fue sucedido por Gabriele Falloppio, y Fallopio por Fabricio (Girolamo Fabrizi d'Acquapendente), de quien fue alumno William Harvey. Es decir, se formó una cadena iniciada por Servet y completada por Harvey.
Harvey estudió los manuscritos anatómicos de Leonardo da Vinci.
Fabricio es considerado el fundador de la anatomía comparada. También descubrió las válvulas de las venas, pero ello no lo llevo a describir un movimiento circular de la sangre.
A pesar de que aspectos importantes acerca de la circulación de la sangre eran ya conocidos en la época de Harvey, la obra de éste fue muy importante, no sólo en el ataque a una tradición dogmática que persistía en la mayoría de los médicos, sino también en la aplicación del método basado en la experimentación (también propuesto por su contemporáneo Descartes, quien declaró en el Discurso del Método: "el cuerpo ha sido hecho por Dios", 1637, y también: "la certeza y la verdad de la ciencia, dependen del conocimiento del verdadero Dios" (en sus Meditaciones, 1641), y dijo: "es preciso creer todo lo que Dios ha revelado, aunque esté por encima del alcance de nuestra inteligencia" (en Principios de la Filosofía, 1644); es decir, el método científico nació y floreció entre gente que reconocía a Dios) .
Harvey declaró:
"Aunque sea un camino nuevo y difícil el de descubrir la naturaleza de las cosas por el estudio de estas cosas mismas, revela mejor los secretos de la filosofía natural, y conduce menos al error que obtener nuestro saber de la opinión de los filósofos".
[Citado por Jean Hamburger en El diario de William Harvey, p. 272.]
Harvey dio por primera vez una explicación completa del fenómeno de la circulación de la sangre, es decir, se paró sobre los hombros de Servet, y observó más lejos.
Referencias:
Debus, Allen G. El hombre y la naturaleza en el renacimiento.- México: FCE-CONACYT, 1985 (Breviarios #384). - 285 pp. Traducido del original:
Man and Nature in the Renaissance.- Cambrige: Cambrige University Press, 1978.